viernes, 30 de septiembre de 2016

Familiares de víctimas denuncian las mentiras de la eutanasia en 15 años de aplicación en Bélgica 30092016

Ni compasión, ni autonomía del individuo, ni garantías legales

Familiares de víctimas denuncian las mentiras de la eutanasia en 15 años de aplicación en Bélgica

Familiares de víctimas denuncian las mentiras de la eutanasia en 15 años de aplicación en Bélgica
La eutanasia, simplemente, se aprovecha de vulnerabilidad de las personas para eliminarlas por intereses no tan limpios como se proclama.

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30 septiembre 2016
Un nuevo documental saca a la luz el engaño de la eutanasia relatando las historias de personas que han vivido esta experiencia en primera persona: personal sanitario, familiares de las personas que han muerto por eutanasia, expertos en bioética y personas minusválidas y sus familias.

Euthanasia Deception [El engaño de la eutanasia], producido por el director ejecutivo de la Euthanasia Prevention Coalition, Alex Schadenberg, junto a Kevin Dunn, desmonta tres mentiras defendidas por el movimiento pro-eutanasia: que la muerte asistida es compasión, que la eutanasia tiene que ver con la autonomía del individuo y que las garantías legales protegen a los más vulnerables. El documental se centra en lo que han significado quince años de eutanasia legal en la sociedad belga y en los debates sobre la ética de los cuidados sanitarios en el mundo. (Ver abajo el tráiler del documental.)

"Todo el vídeo parte del hecho de que nos hemos dado cuenta de que las personas que defienden la eutanasia y el suicidio asistido lo hacen utilizando determinados temas que, en el mejor de los casos, son engañosos", ha declarado Schadenberg a LifeSiteNews. "El único modo para rebatir sus argumentos de manera eficaz es contar historias de gente que realmente ha vivido esta experiencia en primera persona".


Alex Schadenberg lidera la Euthanasia Prevention Coalition, que advierte de los riesgos que entraña legalizar la eutanasia.

La eutanasia y el suicidio asistido "son defendidos falsamente como algo compasivo y misericordioso" cuando, en realidad, "se trata de acabar con la vida de alguien que está pasando por circunstancias que le hacen vulnerable", dijo.

"Cuando alguien me está poniendo una inyección letal, no estamos hablando de autonomía", ha explicado Schadenberg. "Cuando alguien decide que soy apto para recibir la inyección letal, no está hablando de mi autonomía. Se está hablando de acabar con mi vida en el momento más vulnerable de la misma; esto, desde luego, no tiene nada que ver con las garantías legales" que, cuando se han incluido en la legislación acerca de la eutanasia, "raramente han funcionado, si alguna vez lo han hecho", ha afirmado.

"Una decisión basada sobre el dolor de hoy" y no sobre la posibilidad de mañana
"Mi mente empezó a emborronarse" al cabo de varios años de vivir con esclerosis múltiples, explica Mark David Pickup, canadiense. "Si hubiera habido un Jack Kovorkian [médico y activista estadounidense que aplicó la eutanasia a 130 pacientes; en 1999 fue condenado por homicidio e indultado por razones de salud en 2007] a mediados de los ochenta, tal vez hubiera elegido la opción de la eutanasia. Pero ahora soy muy feliz de que esto no ocurriera, porque no hubiera conocido a mis nietos. Sabe, el problema de tomar esta decisión es no saber con seguridad lo que te traerá el mañana. Tomamos las decisiones basándonos en el dolor de hoy".

"La calidad de vida es un blanco móvil", dice Pickup. Su calidad de vida está marcada por amar y ser amado y no por el atletismo y su carrera, como sucedía cuando era joven.
Euthanasia Deception resalta la subjetividad inherente en el juicio acerca de la "calidad de vida" de las demás personas y el hecho de que muchas solicitudes de eutanasia están marcadas por el miedo a un sufrimiento futuro, no al dolor físico del momento.

El documental destaca también las diferencias de trato ante el suicidio entre las personas físicamente sanas y las discapacitadas. "¿A qué ciudadanos se les ofrece prevención del suicidio y a qué ciudadanos se les ofrece suicidio asistido?", pregunta Pickup. "Se convierte en una forma de discriminación" negar a los minusválidos la prevención del suicidio, ha declarado Schadenberg a LifeSiteNews.

Interdependencia vs. autonomía radical y una "nueva raza"
En Euthanasia Deception se entrevista a varios belgas acerca de su experiencia con la eutanasia, legal en el país desde hace quince años. Al profesor Tom Mortier le informaron de que su madre, enferma físicamente, había muerto por eutanasia porque estaba deprimida.


Tom Mortier: mataron a su madre sin avisarle.

La autonomía es un mito, explica Mortier, porque todos dependemos de otros de alguna manera. La vida de su madre no fue la única que sufrió las consecuencias de su acto; la suya propia sufre una influencia negativa permanente. Incluso si la eutanasia detiene el dolor de la persona que está sufriendo matándola, esta acción causa el dolor de mucha otra gente.

Lionel Roosemont, el padre de una joven de veinte años con una minusvalía grave, explica que estando en público se les ha acercado gente desconocida para preguntarles por qué no piden la eutanasia para su hija.


Lionel Roosemont: le sugerían matar a su hija por su problema de discapacidad.

“Mi [otra] hija, que en ese momento tenía trece años, … dijo 'no tienen ningún derecho a decir esto'", recuerda Roosemont. "Ella estaba muy enfadada. Pero tenía razón".
"Una cortina densa y negra ha descendido sobre Bélgica y esta cortina se llama eutanasia", dice. "Estamos en una sociedad que quiere una raza nueva. Y todo lo que no se adecue a la imagen perfecta de esa raza tiene que ser eliminado".

"Estábamos haciendo que muriera porque era lo que nos convenía a nosotros"
Holanda, como Bélgica, tiene una ley de eutanasia progresista. Hendrik Reitsema, un holandés entrevistado en Euthanasia Deception, explica que su abuelo, de 80 años, fue diagnosticado de cáncer linfático no-Hodgkin.


Hendrik Reitsema, otra voz de los perjudicados: familiares que se ven privados de sus seres queridos.

Habría vivido tres años más a partir de este diagnóstico si los médicos no hubieran iniciado un tratamiento agresivo "para matarlo", que causó su muerte en una semana.

"He matado a personas", declara Kristina Hodgetts, una enfermera canadiense que trabajó en un gran hospital de Ontario y en un hogar de ancianos de una zona rural. El modo como los trabajadores sanitarios intentaban agilizar injustamente la muerte de determinados pacientes hizo que se planteara: "¿Estamos ayudando a la gente a morir o estamos haciendo que la gente muera?".


Kristina Hodgetts, enfermera que practicaba eutanasias, plantea la cuestión capital: ¿a quién interesaban en realidad esas muertes?

"Estábamos haciendo que muriera porque era lo que nos convenía", declara Hodgetts. "Dejé mi trabajo porque no podía formar parte de esta cultura eutanásica".

"Hay algo que está mal, fundamentalmente, en la eliminación de la vida de otro ser humano", dice. "Te han confiado su vida y tú se la quitas".




Las garantías legales son un mito
En Bélgica, los médicos se informan a sí mismos de las eutanasias que llevan a cabo, por lo que este proceso "no tiene una supervisión adecuada", ha declarado Schadenberg aLifeSiteNews.

El médico que ocasiona la muerte del paciente es el que tiene que enviar el informe, por lo que es altamente improbable que un médico informe de que ha hecho un uso abusivo de la ley.

Otro aspecto inquietante de la eutanasia en Bélgica es que son los médicos los que declaran la causa de muerte de los pacientes que matan, como si la causa fuera el problema de salud del que estaban sufriendo… no la inyección letal, aunque sea ésta lo que efectivamente les mate, dice Schadenberg.

Aunque la mayoría de las historias del documental son devastadoras y desgarradoras, Euthanasia Deception tiene historias que ofrecen esperanza al espectador acerca de la fuerza del amor y la solidaridad humana. Todos deberían ir a ver Euthanasia Deception para ser conscientes de las amenazas mortales, cada vez mayores, que afectan a las personas vulnerables. Y para ayudar a detener la barbarie que representa el que los médicos maten a sus pacientes.

Pincha aquí para ver Euthanasia Deception.

Traducción de Helena Faccia Serrano (diócesis de Alcalá de Henares).

El camino de lo pequeño (Mater Dei) 01102016

El camino de lo pequeño

Muchas veces me desanimo y me dejo vencer por el desaliento cuando me detengo a ponderar o examinar mi vida interior. Ese diario empezar y ese diario volver a caer, casi siempre en las mismas faltas, va desgastando el ánimo –muchas veces lleno de soberbia– que necesito para seguir luchando contra mis defectos. Me gustaría el milagro de la conversión instantánea, fácil y sin esfuerzo, que, por otra parte, tanto podría agradar a Dios porque me permitiría vivir y recorrer más fácilmente el camino de la perfección y de la virtud. Pero es, quizá, más duro, más escondido, más humilde, ese otro camino de lo pequeño, de lo que nadie –sólo Dios y yo– vemos, de lo que no tiene brillo ante los ojos de los demás, aquello que, además de no ser valorado, reconocido ni agradecido, me toca hacer sin ilusión y con desgana interior.
Este camino de lo pequeño es seguro para llegar a unirme con Dios. Es ahí, en mi pequeña vida ordinaria, donde Dios me espera. Mientras sueñe con una santidad ilusoria, distinta –en el contenido y en el modo– de la que Dios quiere para mí, estaré echando agua por un colador y, lo que es peor, seguiré enredándome en la madeja de las mil formas de voluntarismo soberbio que me hacen creer que soy yo el protagonista y artífice de mi propia santidad. Rehúye lo aparatoso y espectacular, lo extraordinario y llamativo a los ojos de los hombres, y entenderás muy bien la esencia del Evangelio.

Dilma: la importancia de una mujer en la Presidencia (Leonardo Boff)

Dilma: la importancia de una mujer en la Presidencia

2010-10-29


  Hay dos formas principales de estar presentes en el mundo: por el trabajo y por el cuidado. Como, a diferencia de los animales, somos seres sin ningún órgano especializado, estamos obligados a trabajar para sobrevivir, es decir, tenemos que sacar de la naturaleza todo lo que necesitamos. Para ello, usamos la razón práctica, la creatividad y la tecnología. Aquí necesitamos ser objetivos y efectivos, pues en caso contrario sucumbimos a las necesidades. En la historia humana, por lo menos en Occidente, se ha instaurado la dictadura del trabajo. Este ya no es una obra sino que ha sido transformado en un medio de producción y vendido en forma de salario, lo cual implica competición y devastación atroz de la naturaleza y perversa injusticia social. Representantes principales, aunque no exclusivos, del modo de ser del trabajo son los hombres.
La segunda forma es el cuidado. Tiene en su centro la vida y las relaciones interpersonales y sociales. Todos somos hijos e hijas del cuidado, porque si nuestras madres no hubiesen tenido infinito cuidado con nosotros cuando nacimos, algunas horas después habríamos muerto y no estaríamos aquí para escribir sobre estas cosas. El cuidado tiene que ver más con sujetos que interactúan entre sí que con objetos a ser gestionados. El cuidado es un gesto amoroso para con la realidad.
El cuidado no se opone al trabajo. Le da una característica propia que es la de estar hecho de tal forma que respeta las cosas y permite que se rehagan. Cuidar significa estar junto a las cosas, protegiéndolas, y no sobre ellas, dominándolas. Ellas nunca son meros medios. Representan valores y símbolos que nos evocan sentimientos de belleza, complejidad y fuerza. Obviamente se dan resistencias y perplejidades, pero son superadas por la paciencia perseverante. La mujer tiende a colocar en el lugar de la agresividad, la convivencia amorosa. En vez de la dominación, la compañía afectuosa. La cooperación sustituye a la competición. Las mujeres son portadoras privilegiadas, pero no exclusivas, del cuidado.
Desde la más remota antigüedad, asistimos a un drama de consecuencias funestas: la ruptura entre el trabajo y el cuidado. Desde el neolítico se impuso el trabajo como búsqueda frenética de eficacia y de riqueza. Este modo de ser somete a la mujer, mata el cuidado, liquida la ternura y tensiona las relaciones humanas. Es el imperio del androcentrismo, del predominio del hombre sobre la naturaleza y la mujer. Ahora hemos llegado a un impasse fundamental: o imponemos límites a la voracidad productivista y rescatamos el cuidado o la Tierra no aguantará más.
Sentimos la urgencia de feminizar las relaciones, es decir, de reintroducir el cuidado en todos los ámbitos, especialmente en los de las personas más masacradas (dos tercios de la humanidad), la naturaleza devastada y el mundo de la política. La puerta de entrada al universo del cuidado es la razón cordial y sensible que nos permite sentir las heridas de la naturaleza y de las personas, dejarse envolver y movilizarse para humanizar las relaciones entre todos, sin descuidar la colaboración fundamental de la razón instrumental-analítica que nos permite ser eficaces.
Aquí es donde veo la importancia providencial de poder tener al frente del gobierno de Brasil a una mujer como Dilma Rousseff. Ella podrá unir las dos dimensiones: la del trabajo que busca racionalidad y eficacia (la dimensión masculina), y la del cuidado que acoge lo más pobre y sufrido y proyecta políticas de inclusión y de recuperación de la dignidad (dimensión femenina). Dilma posee el carácter de una gran y eficiente gestora (su lado de trabajo/masculino) y al mismo tiempo la capacidad de llevar adelante con ternura y compasión el proyecto de Lula de cuidar de los pobres y de los oprimidos (su lado de cuidado/femenino). Ella puede realizar el ideal de Gandhi: «la política es un gesto amoroso para con el pueblo».
En este momento dramático de la historia de Brasil y del mundo es importante que una mujer ejerza el poder como cuidado y servicio. Ella, Dilma, imbuida de esta conciencia, podrá imponer límites al trabajo devastador y podrá hacer que el desarrollo ansiado se haga con la naturaleza y no contra ella, con sentido de justicia social, de solidaridad a partir de abajo, y de una fraternidad abierta que incluye a todos los pueblos y a toda la comunidad de vida.



Aforismos (San Juan Pablo II) día 30 de septiembre

Aforismos


·          «Quien ha encontrado verdaderamente a Cristo no puede tenerlo sólo para sí, debe anunciarlo» (San Juan Pablo II)

Santa Sidonia de Georgia, virgen. 1 de octubre.

Santa Sidonia y la Túnica Inconsútil.


Santa Sidonia de Georgia, virgen. 1 de octubre.

La leyenda de esta santa está relacionada con las fábulas evangélicas y la reliquia de la Túnica Inconsútil de Cristo. El origen de todo está en el Evangelio de San Juan: “Los soldados, después que crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos, con los que hicieron cuatro lotes, un lote para cada soldado, y la túnica. La túnica era sin costura, tejida de una pieza de arriba abajo. Por eso se dijeron: ‘No la rompamos; sino echemos a suertes a ver a quién le toca’. Para que se cumpliera la Escritura: ‘Se han repartido mis vestidos, han echado a suertes mi túnica’” (Jn 19,23-24). El Evangelio no da más detalles de ese vestido, y algunos escritores espirituales le han dado un sentido simbólico, generalmente referido a la falta de costuras como la falta de divisiones entre los cristianos. Pero bien, vamos a la leyenda:

Según esta, vivían en Mtskheta, Georgia, una familia formada por una viuda y sus hijos Elías y Sidonia. Elías era soldado del Imperio Romano y estaba destinado a Jerusalén en tiempos de Cristo. La madre había oído hablar de Jesús y creía en su Palabra, por lo que hizo jurar a Elías que jamás haría nada contra el Mesías. Llegó el tiempo de la Pasión y Muerte del Señor y Elías fue uno de los soldados encargados de llevar a Cristo al Calvario. Estando allí, vio como algunos de sus compañeros tomaron la túnica y fue quien dijo, esperando ganarla, que la echaran a suertes. Y quiso la providencia así fuera, aunque otra versión dice que la compró al ganador. Entretanto, su madre, allá en Mtskheta, oyó los golpes de los martillazos sobre los clavos mientras crucificaban a Cristo, y rota de dolor lloró junto a Sidonia. Esta se encaminó hacia Jerusalén, y cuando llegó halló a su hermano en posesión de la preciada reliquia, se la pidió y Elías se la dio. Sidonia regresó a Georgia, donde llevó una vida piadosa, entregada a Cristo y a la veneración de la Santa Túnica, por medio de la cual obró algunos prodigios. Aún joven enfermó y falleció con el objeto de sus amores entre las manos, siendo enterrada así mismo. Otra versión dice que al momento de recibirla, falleció en el acto, y fue imposible arrancar la Túnica Sagrada de sus manos.

Tres siglos pasarían para que la memoria de aquel vestigio material del Señor volviera a ser venerado. Habitaban en Mtskheta el judío Abiatar y su hija, también de nombre Sidonia, a los cuales convirtió Santa Nino de Georgia (14 de enero), la apóstol de los georgianos. Estos guardaban la memoria de su antepasada Sidonia y la tradición que allí estaba la Túnica de Cristo. A Santa Nino se le reveló mediante una columna de fuego, la tumba de Santa Sidonia, sobre la cual había crecido un hermoso cedro, del que Nino recibió el mensaje que habría de servir para levantar un maravilloso templo en honor de la Túnica Inconsútil allí enterrada. Efectivamente, fueron halladas y elevadas las reliquias de Santa Sidonia y la Túnica, y junto a ella dos clavos de la Cruz de Cristo (uno de ellos sería trasladado a la catedral de Sioni, Tbilisi). Ocurrió otro portento: de las siete columnas de madera sacadas del cedro, una de ellas resultó milagrosa, pues de ella manaba un aceite curativo, y además, se sostenía en lo alto sin apoyo alguno, levitando. Así estuvo todo un día y una noche, hasta que Sana Nino hizo una vigilia de oración.

El "pilar viviente" sobre la sepultura de Sidonia.
Levantado el templo llamado Svetitskhoveli (“pilar dador de vida”), enterrada en él Santa Sidonia y colocada la Túnica del Señor en un relicario visible, pasaron siglos de devoción. En el siglo XI se levantó una hermosa catedral que aún hoy es uno de los lugares de culto más importantes de Georgia, y la sede del “Katholikós”, Patriarca de toda Georgia. En el siglo XIX estaba en mal estado de conservación, sobre todo los frescos, así que, ante una inminente visita del Zar Nicolás I ¡encalaron todos los frescos!. Al final el zar no fue, pero el mal estaba hecho. Hubo de hacerse una pormenorizada restauración, para volverlos a sacar a la luz. En 1617 el Sha de Persia invadió Georgia, saqueó el complejo catedralicio y se llevó la Túnica, reteniéndola hasta 1625, en que la donó a Miguel I zar de Rusia, de la dinastía Romanov, el 10 de julio de 1625 (la Iglesia Rusa celebra litúrgicamente esta traslación). Alexei I la trasladó a la catedral de San Elías de Iaroslav en 1650. Allí estuvo hasta que se perdió, para aparecer nuevamente un fragmento en el Museo de Arquitectura Histórica de Iaroslav, dentro de su relicario, aunque ya solo un fragmento de la Túnica Inconsútil.

Está claro que las evidencias históricas de esta reliquia son pocas y la leyenda de Elías y Sidonia, hasta la de Santa Nino son simplemente recreaciones para dar una secuencia "histórica" sobre la Túnica de Cristo, pero que no se sustenta más allá del siglo XI, con la elevación de la catedral del "pilar viviente".

 Ramon Rabre   

San Suliau de Bretaña, abad.(1 de octubre)

San Suliau de Bretaña, abad.

Eremita a la fuga.

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1 octubre 2016
San Suliau de Bretaña, abad.
San Suliau y los burros.
San Suliau de Bretaña, abad. 1 de octubre.

Su leyenda cuenta que nació en Gales, sobre 530, y fue hijo del rey Bromail. Cuando tenía 21 años, mientras estaba con sus hermanos menores, los príncipes Maian, Jacob y Chanaam, pasó frente a su castillo el abad San Guimarch (7 de octubre) con doce monjes, cantando salmos y alabanzas. De inmediato el niño se enamoró de aquella vida orante y dejó a sus hermanos y se sumó a la comitiva. Su padre envió un piquete de treinta soldados para de traerlo de vuelta, a la fuerza si era necesario. Pero los soldados lo hallaron en el monasterio de Guimarch y le vieron tan encendido en la oración, que no se atrevieron a levantar un dedo contra aquello. Le contaron al rey y este con dolor, permitió que el joven fuera monje. Pero Guimarch desconfiaba de los hombres de mundo y le envió con dos discípulos a una isla en el río Menè.

Allí vivió Suliau siete años, y al cabo su abad le mandó llamar. Quería Guimarch emprender una peregrinación, pero Suliau le advirtió que mirara en su conciencia si aquel viaje no era cosa de curiosidad, más que de devoción. Además, le profetizó que en breve tendría que preparar otro viaje. Guimarch quedó impresionado y no se fue, y, efectivamente, al finalizar el año emprendió el viaje definitivo: falleció en 558, señalando a Suliau como su sucesor. En 564 Suliau ayudó a morir bien a su padre y cedió sus derechos al trono a su hermano Jacob, que reinó dos años hasta que murió. En los funerales de este hermano, su viuda Hazarmé pretendió a Suliau con insinuaciones lujuriosas, y la mujer le amenazó de casarse con ella o le asesinaría. Suliau cruzó el mar y dejando Gales se fue a Bretaña. En Montgarrot fue recibido por el señor del lugar, que le dejó predicar el Evangelio en sus dominios, dándole además tierras para que edificara una ermita. Predicó la Palabra del Señor y operó varios milagros. Allí le visitó el obispo San Samson de Dol (28 de julio), que le invitó a retornar a Britania, a su diócesis. Pero el santo aún temía a su cuñada y prefirió quedarse en el continente.

Varios años vivió como eremita hasta que su fama le granjeó discípulos y por tanto fundó un monasterio. La leyenda cuenta que unos burros del vecino pueblo de Rigourden, tomaron la costumbre de al ser soltados por la noche, ir a los campos de maíz del monasterio a comer y destruirlos. Suliau había reconvenido varias veces a los dueños, que no hacían caso. Así que una noche, el santo les maldijo y los burros quedaron paralizados con la cabeza vuelta hacia atrás. Cuando los dueños fueron al monasterio a buscarlos, los hallaron como estatuas de piedra y con el cuello vuelto. Suplicaron al santo les perdonase y este, como buen santo, lo hizo y liberó a los burros, a condición de que jamás volvieran a sus dominios.

En 606, con 76 años, se despidió de sus hijos, recomendándoles no apartarse un ápice de la observancia religiosa y falleció. Sus reliquias aún se veneran en la iglesia de su monasterio, donde se le invoca para curar la fiebre y para proteger al ganado contra las enfermedades infecciosas. Los marinos le invocan para obtener vientos favorables.

Fuente:
"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.

A 1 de octubre además se celebra Santa Sidonia de Georgia, virgen.

Recuperar la actitud de humilde confianza (Los cinco minutos del Espíritu Santo) 01102016

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Recuperar la actitud de humilde confianza

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1 octubre 2016
 Recuperar la actitud de humilde confianza
El gozo del Señor es nuestra fuerza.
Hoy recordamos a Santa Teresita de Lisieux. En ella podemos reconocer la generosa ternura que puede infundir el Espíritu Santo en nuestras vidas.

Ella vivió y creció con una bella conciencia de ser inmensamente amada por Jesucristo. Por eso desde niña ansiaba consagrarse a Dios en la clausura; entonces se hizo carmelita. Pero su amor a Jesús no era sólo un deseo de vivir tranquila, abrazada por el Señor. Porque el Espíritu Santo le hizo ver con claridad que quien ama a Jesús se identifica con su deseo, empieza a desear lo que Jesús desea. Por lo tanto, su pasión era ser un instrumento de Jesús para hacer el bien.

Teresita no sentía un gran atractivo por la tranquilidad del cielo. Más bien le interesaba que en el cielo podría estar más cerca de Jesús para que su oración fuera más eficaz y pudiera interceder por nosotros con más fuerza. Eso se expresaba en su promesa de que después de su muerte haría caer una lluvia de rosas.

Pero lo que más se destaca en su vida es la infancia espiritual. No se trata de un infantilismo débil o romántico, sino de una actitud valiente y grandiosa: renunciar a la miserable tentación de creernos dioses todopoderosos, de sentirnos el centro del universo o de pensar que somos más que los demás. Hacerse como niños es confiar sin reservas en el amor de Dios, y así no necesitar más dominar a los demás, aprovecharse de ellos o buscar con desesperación sus elogios y reconocimientos. Teresita vivió a fondo esta actitud gracias a la obra transformadora del Espíritu Santo.

El Evangelio nos invita a recuperar la actitud de humilde confianza que caracteriza a los niños; el Reino de Dios debe ser recibido con esa confianza, propia del que sabe que solo no puede. Así como un niño que en los momentos de temor reclama sinceramente la presencia de su Padre, el corazón tocado por el Espíritu Santo ha renunciado a su autonomía, sabe que necesita de su poder, que sin él no tiene fuerza ni seguridad, que en él está la única verdadera fortaleza.