domingo, 30 de octubre de 2022

31 de octubre: el Milagro de San Fort, Chartres (Francia)

 

31 de octubre: el Milagro de San Fort, Chartres (Francia)

En el año 1116, una persona cayó en el pozo de Saint-Fort, que está en la iglesia de Chartres y fue salvado por la Virgen. Según contaron, mientras estaba en el pozo, esa persona escuchó a los ángeles respondiendo a las oraciones públicas que fueron cantados en la iglesia , de donde surgió la costumbre de Chartres que el coro no responde en voz alta al Dominus Vobiscum , cantado en la misa mayor y horas canónicas.

Antiguamente, en ese sitio tenía lugar el encuentro anual de los druidas provenientes de toda Europa occidental. Asimismo, en ese lugar en donde fueron depositados los cuerpos de los mártires San Altin y San Eodald fueron arrojados por los vikingos en una redada en el año 858.

La catedral de Chartres está construida enteramente de una gran cripta subterránea que data del siglo XI. Allí se puede ver la base de los grandes pilares que sustentan las alturas alza de la nave , y también donde el pozo de San Fort se encuentra. El pozo fue completado por el siglo XVII y restaurado en 1901.

Los primeros cristianos llegaron a Chartres y encontraron allí una estatua de una mujer sentada en un trono con un niño en sus rodillas, cuya imagen era venerada por los druidas. Dicha estatua fue descripta por un Siglo XVII así: "La Virgen se encuentra sentada en una silla y su Hijo se sienta en sus rodillas y le da la señal de la bendición con la mano derecha . En su mano izquierda sostiene un orbe. Él luce la cabeza descubierta y el pelo muy corto, viste una túnica ceñida al cuerpo ceñido con un cinturón. La Virgen está vestida con un manto antiguo con la forma de una casulla, su rostro es ovalado, de construcción perfecta y del mismo color negro brillante. Su corona es muy sencilla, sólo la parte superior está decorada con flores y hojas pequeñas. Su silla es un pie de ancho, con cuatro partes consagrado en la parte posterior y tallado . La estatua es de veintinueve pulgadas de alto".

Es interesante notar que los ojos del Divino Niño estaban abiertos, mientras que los ojos de la Virgen estaban cerrados. Según se dice, para los druidas ello indicaba que la fe estaba asociada a la oscuridad y los ojos abiertos del niño se deben a que Él es el sin principio y el fin, el espectador de todos los tiempos y toda la existencia.

La estatua sobrevivió a los siglos hasta el año 1793 , cuando fue quemada durante el Reinado del Terror durante la Revolución Francesa. El pueblo se levantó para defender su catedral, y evitaron su destrucción, aunque la cripta fue utilizada como almacén hasta el año 1857. A continuación, la estatua fue reemplazada por la copia que actualmente se ha visto en la cripta.

traducido por mallinista
((fuente: www.roman-catholic-saints.com)

Santos del día 31 de octubre

 

Santos del día 31 de octubre
Pridie Kalendas novembris
En Alejandría de Egipto, san Epímaco de Pelusio, mártir, del cual cuenta la tradición que en tiempo de persecución bajo el emperador Decio, al ver cómo el prefecto obligaba a los cristianos a ofrecer sacrificios a los ídolos, intentó destruir el ara, a causa de lo cual fue inmediatamente detenido, torturado y decapitado. († c. 250)
Cerca de la ciudad de Vermand, en la Galia Bélgica, san Quintín, mártir, del orden senatorial, que padeció por Cristo en tiempo del emperador Maximiano. († s. III)
En Fosses, en el territorio de Brabante, en Austrasia, san Foilán, presbítero y abad, el cual, nacido en Hibernia y hermano y compañero de san Furseo, fue siempre fiel a la disciplina monástica de su patria, fundó monasterios dobles de monjes y monjas en Fosses y en Nivelles, y en un viaje entre estos dos cayó en manos de malhechores, que lo asesinaron. († c. 655)
En Milán, de la Lombardía, san Antonino, obispo, que trabajó esforzadamente para acabar con la herejía arriana de los lombardos. († c. 661)
En Ratisbona, en el territorio de Baviera, san Wolfgango, obispo, que, después de ser maestro de escuela y haber profesado como monje, fue elevado a la sede episcopal, desde donde reinstauró la disciplina del clero, y mientras visitaba la región de Pupping descansó en el Señor. († 994)
En Cahors, lugar de Aquitania, beato Cristóbal de Romagna, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que, enviado por san Francisco, después de muchos trabajos en favor de las almas murió ya centenario. († 1272)
En Rieti, en la Sabina, beato Tomás de Florencia Bellaci, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que, enviado a Tierra Santa y Etiopía, a causa de Cristo sufrió cautividad y pruebas de toda clase por parte de los infieles, y, habiendo vuelto a su patria, casi centenario descansó en paz. († 1447)
En Youghall, cerca de Cork, en Irlanda, beato Domingo Collins, religioso de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir. el cual, encarcelado largo tiempo mientras padecía interrogatorios y torturas, confesó constantemente su fe católica, y consumó su martirio al ser ahorcado. († 1602)
En la ciudad de Palma, en la isla de Mallorca, en España, san Alonso Rodríguez, que al perder a su esposa e hijos entró como religioso en la Orden de la Compañía de Jesús y estuvo como portero del colegio de aquella ciudad durante largos años, mostrando una gran humildad, obediencia y constancia en una vida penitente. († 1617)
En Gikondi, diócesis de Nyeri, Kenya, beata Irene Stefani, virgen profesa del Instituto de las Hermanas Misioneras de la Consolata, que entregó su vida al servicio de las víctimas de la peste, como oblación por las misiones. († 1930)
En la localidad de Piotrkow Kujawski, en Polonia, beato León Nowakowski, presbítero y mártir, que, durante la ocupación militar de Polonia, por su fe fue fusilado a manos de un régimen contrario a Dios. († 1939)
En Olot, Girona, beato Timoteu de Palafrugell (Jesús Miquel Girbau), presbítero, capuchino mártir en la persecución religiosa durante la Guerra Civil. († 1936)
En Shkodrë, Albania, beato Gjon Pantalia, religioso profeso de la Compañía de Jesús, y mártir. († 1947)
En La Montaña, Diócesis de Quiché, Guatemala, beato Miguel Tiú Imul, laico, catequista mártir, asesinado por odio a la Iglesia y su labor por la justicia y la dignidad humana. († 1991)
En Sevilla, España, santa María Purísima de la Cruz (Maria Isabel) Salvat Romero, religiosa profesa de la Compañía de la Cruz. († 1998)

Domingo XXXI TO Ciclo C (30.10.2022): Lucas 19,1-10. Aprender a caminar con Jesús dentro y Semana 49ª: 30.10.2022: Cita de Gustaw Herling-Grudzinski. Un mundo aparte, Libros del Asteroide,

 

Zaqueo y el gulag

Hoy no es sábado ni domingo, sino lunes. Aún estamos tú y yo a tiempo. Aún le quedan días a esta semana que acaba con el domingo día 30 de octubre. Tiempo pleno del otoño. No desearía decir demasiadas cosas en estas líneas de presentación. El mensaje de los dos comentarios y, sobre todo, el manantial del que brotan los comentarios, tienen tanta 'potencia', como se diría en el lenguaje de mis gentes de ahora, que no es necesario añadir más elementos 'despertadores' de la curiosidad mental.

El primer comentario, como siempre, tiene su origen en el relato del Evangelio. ¿Quién no oyó nunca el relato de Lucas sobre lo acontecido a Jesús de Nazaret con el hombrecillo adinerado llamado Zaqueo? Siendo esto tan conocido me sigo preguntando inútilmente, ¿cómo es posible que este 'hecho' de la historia de Jesús de Nazaret sólo nos lo haya contado el Evangelista Lucas? Si a alguien le he robado algo, le devolveré cuatro veces más. ¿Cómo y cuánto dinero amasó, con su práctica sostenida del robo, aquel sujeto llamado Zaqueo? Si todo personaje actual denunciado como 'ladrón confeso' devolviera cuatro veces más de lo que robó, ¿imaginnamos qué nos sucedería? Seguro que nos sobrarían recursos económicos para vivir con dignidad el resto de nuestros días de vida. Seguro. ¿Por qué se le ocurrió a un Evangelista de Jesús hablar de Zaqueo? Este es el asunto central del mensaje para el domingo 30 de octubre. Por esto, entre otras muchas razones, hay que seguir hablando de Zaqueo.

El segundo comentario que propongo para este domingo, o para cuando sea, es la oferta de lectura de un librito ni demasiado largo, ni demasiado breve. Ya sabemos que se trata de un libro que pudiéramos colocar junto a los de la Biblia 'oficial' para incrementar los volúmenes que nos transmiten las palabras de nuestro 'dios o dioses' que son cada una de las personas que se han atrevido a escribir... Este nuevo relato evagélico tiene por autor a una persona de Polonia que antes que otras y con plena consciencia se atrevió a denunciar una deshumanización clamorosa, sangrante, inaceptable que se viene a sintetizar en la palabra 'gulag'. Con el paso del tiempo todos supimos qué se escondía detrás de tal vergonzosa realidad. Luego supimos..., pero no aprendimos, y seguimos sin aprender, y seguirá habiendo personas de poder tan deshumanizador que horroriza. Y el mundo sigue... 

Adelantamos a pasos agigantados en la tecnología del ¿deshumanismo humanizador?... Y retrocedemos a pasos tan agigantados en la impotencia por ¿humanizarnos entrañablemente?. ¿Qué y quiénes somos los humanos? ¿Por qué y para qué respiramos? Las páginas de 'El mundo aparte' son luces en la noche y no dejan de parpadear. ¿Son luces en medio de sombras? Son luces y no sabemos bien cuánta es su energía...

Nada más, ahora. Cuidado con ese bien tan humano como es el aire, el agua y la entrañabilidad...

A continuación, se encuentran los dos comentarios citados. Felices días.

Carmelo Bueno Heras

 

Domingo XXXI TO Ciclo C (30.10.2022): Lucas 19,1-10. Aprender a caminar con Jesús dentro. Lo escribo CONTIGO,

Transcribo el comienzo del relato evangélico que la autoridad litúrgica del dicasterio vaticano ofrece a la asamblea de oyentes de la Palabra: “Habiendo entrado Jesús en Jericó, atravesaba la ciudad. Había un hombre llamado Zaqueo, jefe de publicanos y rico […] pequeño de estatura” (19,1-2). Y como me gusta ser curioso mientras leo, constato con inmensa tristeza que el no pequeño relato de Lucas 18,15-43 nunca se nos va a leer en la liturgia del Ciclo C en el que nos encontramos. Y así ha sucedido cada vez que se leyó tal Evangelio de Lucas en este Ciclo.

Entre otros asuntos en este relato, ‘orillado’ y silenciado por decisión del Vaticano, cuenta Lucas lo acontecido en Jericó en el encuentro de Jesús de Nazaret y sus acompañantes con un hombre ciego, llamado Bartimeo por el Evangelista Marcos (10,46-52). Es decir, el encuentro de Jesús con Zaqueo en el centro de la ciudad de Jericó fue conocido sólo por Lucas. Ningún otro de los tres Evangelistas tuvo noticia de este hecho ¡tan sorprendentemente prodigioso! ¿Hecho o dicho?

Lo diré de otra manera: Es muy posible que los hechos narrados en este encuentro de Jesús con Zaqueo sean una nueva parábola del Evangelista y no unos acontecimientos sucedidos al pie de la letra. Según el narrador Lucas, Zaqueo es uno de los jefes de los publicanos interesado en ver a Jesús y, luego, más interesado aún en ‘estar a solas’ con él.

¿No le suena a toda persona lectora de este relato de Lucas aquel otro importante magistrado judío interesado en ver y estar con Jesús que nos contará años más tarde ‘el cuarto Evangelista’ llamado Juan? El varón Nicodemo del Evangelio de Juan (3,1-21), ¿no es también el pequeño de estatura Zaqueo del Evangelio de Lucas (19,1-10)? Estos dos Evangelistas se atrevieron a contar la parábola de importantes hombres de la Religión de Israel que se atrevieron a abandonar la fidelidad al sistema de una RELIGION como la de Moisés y de su judaísmo por la buena noticia del Evangelio de Jesús, el laico y judío de Galilea que apuesta todo por la nueva realidad de una humanidad entrañable y nunca desigual y enfrentada.

Para el judío y publicano rico llamado Zaqueo o Nicodemo la RELIGIÓN del esplendor de la riqueza deja de tener sentido y futuro desde el momento en que se han encontrado con ese otro varón judío llamado Jesús de Nazaret y se han atrevido a vivir el EVANGELIO de la humanización entrañable en el compartir, el estar al servicio de quien se encuentra más abajo, empobrecido, esclavizado, deshumanizado.

Una vez más nos encontramos en Jericó, según Lucas, ante el camino de la Religión y ante el camino del Evangelio. Dos caminos en el mismo centro de un poblado. Dos opciones en un momento de la vida. ¿Enfrentados? No, porque quienes se enfrentan son solo las personas entre sí. Se trata de dos caminos alternativos. Dos caminos para acercarse al Dios en quien se cree. Es el Dios de la oración que cada cual lleva dentro, aunque se crea uno que está fuera.

Seguramente que el problema se desencadena cuando se desea que ambos caminos puedan intercambiarse, como si tú o yo pudiéramos ir de un camino al otro según los deseos de un momento, o como si se tratara de una aparente solidaridad sinodal. Religión y Evangelio son dos caminos paralelos y distintos, alternativos. ¿Cuál es el mejor o el más auténtico? El que cada uno escogió en su momento y por el que camina. Jamás se camina a la vez por esos dos caminos. Por esta razón, según el narrador Lucas, sorprendió tanto que aquel Jesús del Evangelio entrase en casa de aquel Zaqueo de la Religión de la riqueza y compartieran mesa y comida. No se enfrentaron, dialogaron y aprendieron a caminar codo con codo. Carmelo Bueno Heras


CINCO MINUTOS con la otra Biblioteca de la BIBLIA entre las manos. Tú y yo, entre otras muchas actividades, solemos también leer. En ocasiones, quedamos sorprendidos por lo que leemos. Es más, y nos ocurre a veces, llegamos a pensar que lo que leemos nos hubiera gustado haberlo escrito nosotros mismos. Por esta sola razón, me he decidido a compartir CONTIGO, semana a semana, durante este año eclesiástico, 52 libros. Creo que, en la inmensa BIBLIA de todos los textos, como en el cuerpo de toda persona, ¡todo está relacionado!

. Ahora, Semana 49ª: 30.10.2022: Cita de Gustaw Herling-Grudzinski. Un mundo aparte, Libros del Asteroide, Barcelona, 2012, 342 páginas.

 

PRIMERA PARTE. Vítebsk – Leningrado – Vólogda.

El verano en Vítebsk llegaba a su fin. Por la tarde, el sol todavía abrasaba durante un rato el empedrado del patio de la cárcel, para acabar su recorrido tras la roja pared del edificio contiguo. Del patio llegaban los pasos de los presos, marcando rítmicamente el camino del baño y las voces del mando rusas mezcladas con el tintineo de las llaves. El vigilante de guardia en el corredor tarareaba, plegaba el periódico a intervalos de varios minutos y, sin darse demasiada prisa, se acercaba al orificio redondo de la puerta. Doscientos pares de ojos se desprendían del techo como obedeciendo a una señal y se concentraban en la pequeña lente de la mirilla. Asomado bajo la visera de hule, nos miraba un ojo inmenso que, después de recorrer la celda de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, desaparecía tras la tapa de hojalata. Tres patadas en la puerta significaban: preparaos para la cena.

Semidesnudos, nos levantábamos del suelo de cemento, pues la señal de la cena también significaba el fin de nuestro amodorramiento vespertino. Mientras esperábamos el líquido caliente de la noche, escudilla de barro en mano, aprovechábamos para vaciaren el bacín el líquido amarillento de la comida. Chorros de orina procedentes de seis u ocho orificios, después de dibujar sendos arcos como hacen los surtidores de una fuente se encontraban en pleno centro del bacín y, taladrantes, se abrían camino hasta el fondo, con lo que subían el nivel de la espuma depositada en las paredes. Antes de abrocharnos las braguetas nos deteníamos un instante a observar nuestras entrepiernas afeitadas: tenían un aspecto extraño, de árboles doblados por el viento en la ladera de un campo baldío.

Si alguien me preguntase qué más hacíamos en las cárceles soviéticas, poca cosa podría yo añadir. Como mucho, esto: nada más extinguirse el sonido de la aldaba anunciando la diana, en cuanto entraba en la celda el perol con el brebaje de hierba hervida y el cesto con las raciones diarias de pan, nuestro afán parlanchín alcanzaba su cenit: deseábamos que nuestra charla ‘estirara’ el pan hasta la comida. Los católicos se congregaban en torno a un ascético cura; los judíos se sentaban junto a un rabino castrense, con sus ojos de pez y sus pliegues de piel colgando de lo que había sido una barriga; los hombres sencillos se contaban sus sueños y recordaban sus vidas pasadas, y los cultos recogían las colillas para poder acabar compartiendo un cigarrillo. Sin embargo, bastaban dos patas en la puerta para que todo bicho viviente, en concentrado silencio y guiado por sus líderes espirituales se lanzara sobre el perol de sopa dispuesto en el corredor. En nuestra celda apareció un hombrecillo moreno, judío de Grodno, que lloró amargamente para anunciarnos que ‘los alemanes habían to9mado París’, y desde ese mismo momento cesó el susurro patriótico en los jergones y se acabaron las charlas en torno a la política. En el torrente de la vida que pasaba más allá de nosotros, fluiamos como un coágulo muerto hacia el corazón del mundo libre, cuyos latidos eran cada vez más débiles […] Texto completo, en páginas 5-8.

30 de octubre. Nuestra Señora de Mondevi

 

30 de octubre. Nuestra Señora de Mondevi

Nuestra Señora de Mondevi , también conocida como la Madonna della Mondevi , es un advocación que tiene su origen en el Piamonte (Italia). Allí, se encuentra una imagen pintada sobre un pilar de ladrillo. Originalmente , se dice que la imagen de este santuario piamontés que se ha representado en un pilar por un carbonero de Vicoforte , hacia el año 1540.

En 1645, se construyó una capilla alrededor de ese pilar a instancias de María Cristina de Francia, en memoria del milagroso rescate de un niño en el río, que se llevó a cabo en 1644 a través de la invocación de la imagen de la Virgen de la Anunciación. Desde entonces han sido muchos los milagros que se han forjado y siguen atrayendo a una gran concurrencia de personas.


El santuario de la Madonna del Pilone se encuentra fuera de la ciudad y fue terminada alrededor de 1730 .

Los carboneros forman lo que se conoce como los carbonarios, al principio una organización similar a los gremios medievales, para luego convertirse en una organización secreta con fines políticosque se extendió a España , Francia y otros países.

La iglesia fue ampliada en 1779 y cuenta con un baptisterio en 1807. En el interior, enriquecido con preciosos muebles donados por los príncipes de Saboya y frescos de Bartolomeo Guidobono y otros, se conserva en el altar de la milagrosa imagen de la Anunciación. La imagen original ha sido casi completamente pintado en las restauraciones del siglo XX.
traducido por mallinista
((fuente: www.roman-catholic-saints.com)

Santos del día 30 de octubre

 

Santos del día 30 de octubre
Tertio Kalendas novembris
En Siracusa, de Sicilia, san Marciano, considerado como el primer obispo de esta ciudad. († s. II)
Conmemoración de san Serapión, obispo de Antioquía, célebre por su erudición y doctrina, que dejó gran fama de santidad. († c. 211)
En Alejandría, de Egipto, santa Eutropia, mártir, que por negarse a rechazar a Cristo fue torturada cruelmente hasta la muerte. († c. s. III)
En Tánger, ciudad de Mauritania, pasión de san Marcelo, centurión, que el día del cumpleaños del emperador. mientras los demás ofrecían sacrificios, se quitó las insignias de su función y las arrojó al pie de los estandartes, afirmando que por ser cristiano no podía seguir manteniendo el juramento militar, pues debía obedecer solamente a Cristo, y así consumó su martirio al ser inmediatamente decapitado. († 298)
En la ciudad de León, en Hispania, santos Claudio, Lupercio y Victorio, mártires, que en la persecución bajo el emperador Diocleciano sufrieron la muerte por Cristo. († c. 303/304)
En Cuma, de la Campania, san Máximo, mártir. († c. 303)
En Capua, también en la Campania, san Germán, obispo, del que habla el papa san Gregorio I Magno en sus escritos. († c. 540)
En Potenza, ciudad de la Lucania, san Gerardo, obispo. († 1122)
En Cividale di Friuli, en el territorio de Venecia, beata Bienvenida Boiani, virgen, hermana de la Penitencia de santo Domingo, que pasó toda su vida entregada a la oración y a la austeridad. († 1292)
En Winchester, en Inglaterra, beato Juan Slade, mártir, que, por negar la competencia de la reina Isabel I en las cuestiones espirituales, fue ahorcado y descuartizado. († 1583)
En Limerick, de Irlanda, muerte del beato Terencio Alberto O’Brien, obispo y mártir, de la Orden de Predicadores, que, nombrado para la sede de Emly, trabajó con empeño en favor de los afectados por la peste, pero, bajo el régimen de Oliver Cromwell, fue detenido por los soldados y conducido al patíbulo en odio a la fe católica. († 1651)
En Acri, localidad de Calabria, san Ángel de Acri, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos, que viajó por todo el reino de Nápoles predicando la Palabra de Dios en un estilo adaptado a la gente sencilla. († 1739)
En Angers, en Francia, beato Juan Miguel Langevin, presbítero y mártir, que, decapitado por razón de su sacerdocio, fue el primero de una larga lista de más de cien hombres y mujeres que durante la Revolución Francesa permanecieron unánimes y constantes en la confesión de la fe cristiana. († 1793)
En la localidad de Dolinka, cerca de Karaganda, en el Kazajstán, beato Alejo Zaryckyj, presbítero y mártir, que en un régimen contrario a Dios fue deportado a un campo de concentración, y en el combate por la fe alcanzó la vida eterna. († 1963)