sábado, 22 de octubre de 2022

Domingo XXX TO Ciclo C (23.10.2022): Lucas 18,9-14 Vivir es orar. La oración es la vida y Semana 48ª: 23.10.2022: Cita de C. Mesters – I. Storniolo, Historias de Rut, Judit y Ester. Introducción a tres libros del Antiguo Testamento,

 De nuevo, Religión y Evangelio

Pasó ya la fiesta del Pilar y estamos instalados en el otoño. Atrás quedó el verano de estas tierras con su pandemia de sol y de otras delicadezas como las celebraciones multitudinarias de las fiestas de las Vírgenes de julio, agosto y septiembre. La apoteosis mariana del verano. Y estando en estos devaneos de la mente y con la ocupación entre las manos de presentar los comentarios del próximo 23 de octubre, paseo mis ojos curiosos por el texto de un calendario ya del año 2023. Leo así:

"La devoción mariana de España tiene sus raíces en Zaragoza. La Virgen se apareció al Apóstol Santiago y a ocho discípulos sobre un pilar la noche del 2 de enero del año 40. A partir de ahí, la fe cristiana en España y su amor a la Virgen resistió el paso demoledor de veinte siglos, a todas las herejías y a todas las persecuciones. Miles y miles de mártires dieron su testimonio por Ella, desde Diocleciano, pasando por la entrada de los visigodos, por siete siglos de invasión musulmana, por la herejía protestante, o llevando a cabo la epopeya mariana en América y Filipinas. La revolución francesa, el comunismo y la actual crisis moral y espiritual de dimensiones apocalípticas no han producido menos mártires y héroes ni arrancado la profunda devoción mariana de España. Quieran o no reconocerlo o silenciarlo no hay nada en España que tenga tanta popularidad y arraigo como la que se respira en sus 4.300 santuarios marianos, 4.741 cofradías y hermandades, así como en decenas de miles de procesiones y fiestas religiosas".

Leo y callo. Contemplo y me pregunto: ¿por qué razón o razones casi nada de todo esto se anticipa, despierta o se constata en el mensaje de los cuatro Evangelios de nuestras Biblias? La potente presencia de María, confesada en este "Calendario Benéfico de la Familia 2023", no admite competencia con la sencillez de vida, humanidad y mensaje del Evangelio de Jesús de Nazaret en donde tan poquito se nos comenta, en este aspecto, sobre María. 

Otra vez, una más, la poderosa ostentación de la Religión contrasta con la naturalidad humana del Evangelio. La competencia está servida: ¿Religión frente a Evangelio? 

Jamás pretenderé una guerrilla de comentarios del Evangelio para silenciar el clamor popular de la Religión. Pero no dejaré de preguntarme siempre ¿qué es eso de Evangelizar? ¿Se trata de sostener la eficacia pastoral de la religiosidad popular o, muy al contrario, aprender a leer los Evangelios hasta dejarse empapar por el aire que en ellos se respira? Todos hablamos de EVANGELIZAR, pero ¿cuándo ha sido la última vez que nos leímos con sentido uno, dos, tres o los cuatro Evangelios completos? ¿Leer esto y así es evangelizar? Sí, así se empieza ese camino y esa tarea: leer  cada Evangelio por orden y completo.Leerlo y contemplarlo críticamente.

Probablemente, podríamos estar hablando de estas dos palabras: RELIGIÓN y EVANGELIO, hasta agotar las fuerzas del diálogo. Ojalá pudiéramos llegar a la claridad que alcanzó aquel judío y laico de Galilea llamado Jesús de Nazaret que se atrevió a dejar en la orilla del camino de su vida el proyecto de la Religión de su tiempo y de su pueblo para dedicar lo mejor de su persona y de su vida a la Buena Noticia de ser persona que acoge al otro como lo que es: 'un ser humano".

A continuación se encuentra el comentario del Evangelio del domingo 23 de octubre y la sugerencia de un nuevo libro para esta 48ª semana del año de la Iglesia.

Carmelo Bueno Heras

 

Domingo XXX TO Ciclo C (23.10.2022): Lucas 18,9-14 Vivir es orar. La oración es la vida. Me lo escribo CONTIGO.

“Dijo Jesús de Nazaret una parábola a algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás: Dos hombres subieron al Templo a orar; uno fariseo, otro publicano” (Lc 18,9-10). Recuerdo que esta parábola es la continuación de una parábola anterior (Lc 18,2-8) contada por este Jesús del Evangelista Lucas a quienes le preguntaban sobre ‘la oración’. Orar a Yavé Dios era una de las tareas indispensables de las gentes de Israel que se consideraban ‘justos’, como se precisa con claridad en el salmo uno del Libro de los Salmos atribuido al mismísimo Rey David.

Una condición para ser ‘hombre justo’, según el pensar y creer de la RELIGION de la Ley de Moisés y del Templo de Jerusalén es despreciar a ‘quien no lo es’. Y de este desprecio surge la nueva parábola de este Jesús de Nazaret, laico y judío sin sinagoga propia. 

En la primera línea de separación entre una persona justa y otra que no lo es se encontraban los no judíos, los extranjeros fueran de la nación que fueran: samaritanos, griegos, romanos, asirios, egipcios, nabateos, hititas, amorreos, cananeos… ¡todos, publicanos y pecadores! Y como tales, por ejemplo, tienen su sitio asignado en el espacio del Templo de Jerusalén. Sitio alejado del lugar santísimo de la presencia del Dios Yavé. Este espacio se llamaba en tiempos de Jesús ‘atrio de los gentiles’.

En cambio, los justos se encontraban en el lugar donde su Dios habita, habla, ve, escucha, bendice, perdona y llena de toda suerte de gracias y de peticiones cumplidas a quienes se mantienen fieles a la Ley. Estas personas, hombres y justos, tienen su propio espacio en la estructura del Templo de Jerusalén y se llamaba ‘atrio de los sacerdotes’ en cuyo centro se encontraba el altar de los sacrificios situado al pie de la escalinata que daba acceso al Templo con su lugar santo y su santo de los santos.

Esta parábola de Jesús, sólo contada por el Evangelista Lucas, se la proclama a quienes caminan en su compañía mientras suben de Galilea a Jerusalén. En ese camino, en poblado o en despoblado, nadie puede saber lo que imaginaba el narrador Lucas, Jesús invita a contemplar la escena del buen hombre justo y del buen hombre samaritano. Ambos en su lugar asignado por la normativa religiosa y litúrgica. Ambos conscientes de su ejercicio espiritual. Ambos practicantes de la oración en la que creen, según su fe.

Y ambos cuentan al Dios del Templo, en su manera de practicar la oración, qué han hecho o hacen de manera habitual. Ambos se confiesan abiertamente con su Dios. Esta oración de uno y de otro consiste en la exposición de los hechos de su propia vida. La oración es la vida o, si se expresa de manera activa, vivir es orar. 

La oración del hombre de la RELIGION es la exposición de todos sus méritos manifestada en el fiel cumplimiento de los preceptos establecidos. La oración del publicano consiste en reconocer su humanidad pecadora. Tal vez, una humanidad definida como pecadora por las propias orientaciones de una Ley que se le atribuye a un Dios interesado.

Ante estas realidades, a la vez humanas y religiosas, expresadas en la práctica de la oración, este Jesús de Nazaret del nos presenta el Evangelista no permanece indiferente. No se identifica con el cumplidor legal considerado justo, sino que se reconoce en la vida y actitudes del varón publicano. Esta elección de Jesús es, como poco, provocativa. Carmelo Bueno Heras

 

CINCO MINUTOS con la otra Biblioteca de la BIBLIA entre las manos. Tú y yo, entre otras muchas actividades, solemos también leer. En ocasiones, quedamos sorprendidos por lo que leemos. Es más, y nos ocurre a veces, llegamos a pensar que lo que leemos nos hubiera gustado haberlo escrito nosotros mismos. Por esta sola razón, me he decidido a compartir CONTIGO, semana a semana, durante este año eclesiástico, 52 libros. Creo que, en la inmensa BIBLIA de todos los textos, como en el cuerpo de toda persona, ¡todo está relacionado!

. Ahora, Semana 48ª: 23.10.2022: Cita de C. Mesters – I. Storniolo, Historias de Rut, Judit y Ester. Introducción a tres libros del Antiguo Testamento, San Pablo, Madrid, 1996, 208 páginas.

        Prólogo. Más de un lector se podrá preguntar: ¿Por qué reunir en un mismo volumen tres libros que aparecen separados en el Antiguo Testamento? ¿Es por el hecho de que sus protagonistas son mujeres? ¿O porque están dentro de los llamados ‘libros históricos’? ¿Acaso debido a que su género literario se acerca al mundo de los cuentos o relatos populares?

Pues en parte sí y en parte no […] Estas tres historias tienen una raíz común, un hilo conductor que las atraviesa y un vínculo que las une. La raíz común de la que nacen es el pueblo […] El hilo conductor es la intención con que han sido compuestos […] El vínculo es la presencia de un Dios que no abandona a su pueblo, sino que lo acompaña en todos sus avatares […]

 Este libro es, al mismo tiempo, un libro sencillo y atrevido. Es sencillo porque no pretende ser un comentario profundo a los libros de Rut, Judit y Ester, sino que quiere ofrecer una clave de lectura […] Pero también es una propuesta atrevida, porque invita a leer los libros con los pies puestos en la tierra de la existencia […]

PRIMERA PARTE. Cómo leer el libro de Rut. Pan, Familia, tierra […] El libro de Rut nos cuenta la historia de dos viudas pobres, Noemí y Rut. Es una historia breve y entrañable, de lectura muy agradable. ¡Es casi un poema! Parece una historia ingenua, una novelita, inventada para distraer al pueblo y hacerlo dormir. Lo parece, pero no es así. Es una historia muy sutil, inteligente, llena de sorpresas, desde el principio hasta el final, narrada por una persona que sabía cómo transmitir su mensaje.

¿Cuál es el mensaje del libro de Rut?

Carlos, del Movimiento Familiar Cristiano, después de leer el libro de Rut, dijo: ‘Este libro tiene unos consejos muy buenos para nosotros, los casados’. La señora Carmela, que preside la Asociación de Vecinos del Barrio, leyó el libro y comentó: ‘Noemí y Rut supieron movilizar a la gente para conseguir que se respetaran sus derechos ante los tribunales’. Luis, que trabaja en un establecimiento de ventas de materiales de construcción, hizo el siguiente comentario: ‘El libro de Rut es un verdadero descanso que Dios da a la gente en medio de las agitaciones de esta vida moderna. María, que lleva una vida muy pobre y llena de sufrimiento, después de leer el libro llegó a esta conclusión: ‘Dios es el que da la alegría y el que manda el sufrimiento. ¡Sólo pide a la gente que se conforme!’. Mario, del Movimiento Rural, leyó las páginas de Rut y sacó la siguiente conclusión: ‘Este libro muestra cómo tiene que luchar la gente por su tierra’. A algunas personas que no les gusta luchar lo leyeron y dijeron: ‘Hay que tener confianza en Dios y dejarlo todo en sus manos. Al final, todo va a salir bien’. Juan, un funcionario jubilado, que lee la Biblia sólo para aumentar sus conocimientos, dijo: He aprendido algo que antes no sabía: la bisabuela de David era una extranjera’.  Sorprende que la lectura de un libro tan pequeño pueda llevar a interpretaciones tan diversas […]

SEGUNDA PARTE. Cómo leer el libro de Judit. La viuda que salvó a su pueblo […]

TERCERA PARTE. Cómo leer el libro de Ester. El poder al servicio de la justicia […]

Probablemente las Historias de Rut, Judit y Ester resulten difíciles de leer para la mayoría de la gente. Sin embargo, las vidas, los relatos de estas tres mujeres -del pueblo de Dios en ellas simbolizado- tiene mucho que enseñar a los hombres y mujeres de hoy. Texto completo en páginas 5-6. 9-12. 204. 206 y contraportada.

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