viernes, 31 de marzo de 2017

UNA REFLEXIÓN PARA CADA DÍA DE LA CUARESMA 2017 (Día 32º. SÁBADO CUARTO (1 de Abril))

UNA REFLEXIÓN PARA CADA DÍA DE LA CUARESMA 2017

Cuaresma - Oración - Conversión - Solidaridad - PascuaSe trata de que hagas oración cada día. Todos los días puedes empezar el rato de oración con la   "oración inicial para cada día"; después, leyendo con atención el "texto de cada día", charlas con Dios y con María; por último, terminar rezando la "oración final".

Dos ideas previas:

1. PROHIBIDO CORRER: Es corto; no tengas prisa en acabar. No es leer y ya está.

2. LO QUE NO ESTÁ ESCRITO: ¿Sabes qué es lo mejor de este texto? Lo que no está escrito y tú le digas; la conversación que tú, personalmente, tengas con Él.

ORACIÓN INICIAL  PARA CADA DÍA

Señor mío, Jesucristo, creo firmemente que estás aquí; en estos pocos minutos de oración que empiezo ahora quiero pedirte y agradecerte.

PEDIRTE la gracia de darme más cuenta de que Tú vives, me escuchas y me amas; tanto, que has querido morir libremente por mí en la cruz y renovar cada día en la Misa ese sacrificio.

Y AGRADECERTE con obras lo mucho que me amas: ¡ Tuyo soy, para ti nací ! ¿qué quieres, Señor, de mí?


ORACIÓN FINAL

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.

Tú me mueves, Señor; muéveme el verte
clavado en la Cruz y escarnecido.
Muéveme ver tu cuerpo tan herido
muévenme tus afrentas y tu muerte.

Muéveme, en fin, tu amor, de tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.

No me tienes que dar porque te quiera;
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.



Día 32º. SÁBADO CUARTO 
(1 de Abril)

¡Qué error compararse con los demás! Pedro había sido un hombre muy favorecido por la vida. Había tenido unos padres cariñosos y una niñez feliz. Su mente era despierta y siempre sacó buenas notas. Tuvo éxito en la vida y su posición social era más que desahogada. Se casó con una mujer guapa, excelente ama de casa y buena madre de familia; además adoraba a Pedro a quien consideraba el mejor hombre del mundo... En resumen: Que tuvo una existencia feliz, en una atmósfera tranquila, libre de tensiones y de frustraciones. Su vida, pues, había sido irreprochable, gozando de una merecida buena reputación.

La vida de Juan había sido otra cosa. Tuvo una juventud amarga, pues sus padres se llevaban mal, discutían constantemente y amenazaban con separarse. Fuese por sus taras emocionales, fuese porque no era demasiado inteligente, sus notas eran casi siempre malas. Obtuvo a duras penas un título universitario casi por condescendencia, y luego un modesto empleo, justo para malvivir. Sin posibilidades para ahorrar, temía siempre caer enfermo o sufrir un accidente grave. Había vivido en un barrio modestísimo, ruidoso y poco recomendable, con casas antiguas y apiñadas. Su mujer era apática y además gruñona. Tal vez por eso Juan bebía demasiado, perdía los nervios con frecuencia y decía palabras malsonantes.

Ambos eran católicos y cumplían con sus deberes religiosos. Pedro iba a Misa y comulgaba a menudo; Juan, sólo los domingos, las fiestas de guardar y algunas otras fiestas señaladas. Dios se los llevó casi al mismo tiempo, y los dos comparecieron ante Él para ser juzgados. Fueron ambos al Cielo, pero el juicio les deparó sorpresas considerables. La de Pedro consistió en que no obtuvo el puesto que se esperaba. "Sí, fuiste bueno -le dijo Dios-, pero ¿cómo no ibas a serlo? Apenas tuviste contrariedades ni problemas. Tus pasiones eran por naturaleza moderadas y no tuviste en tu vida fuertes tentaciones. Has sido un hombre virtuoso, sí, pero debías haber sido un hombre santo.

Juan, por su parte, tuvo una sorpresa todavía mayor, porque pasó por delante y quedó situado más alto. Sin duda podías haber sido mejor -le dijo el Señor- pero, al menos, luchaste. No te compadeciste en exceso de ti mismo y nunca tiraste la toalla. Teniendo en cuenta tus insuficiencias y tus circunstancias, no lo hiciste mal del todo y aprovechaste muchas de mis gracias...

Tú, ¿por quién te ves representado? El Señor nos pide que seamos santos. No te compares con el resto de la gente pues puede sucederles lo que a Juan. Jesús, que sólo me compare contigo y que te imite en todo.
Continúa hablándole a Dios con tus palabras

Los Estigmas de Santa Catalina de Siena. 01042017

Los Estigmas de Santa Catalina de Siena.

Los Estigmas de Santa Catalina de Siena.
Estigmatización de Santa Catalina.

"Me esconderé en las llagas de Cristo"

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1 abril 2017
Los Estigmas de Santa Catalina de Siena, virgen dominica. 1 de abril.

Santa Catalina de Siena, una de las místicas más importantes de la Iglesia, nació en Siena el 25 de marzo de 1347 y falleció el 29 de abril de 1380 en Roma. Llevó una intensa vida cristiana, marcada por su caridad, los dones místicos y su servicio a la Iglesia, que desempeñó como profeta para un mundo y una jerarquía eclesiástica alejados de Dios, enfrentados, y necesitados de apasionarse por Cristo. El 1 de abril de 1375 Catalina se encuentra en Pisa, comisionada por el papa Gregorio para evitar que los pisanos se unan a la liga contra él mismo. Allí, estando en la iglesia de Santa Cristina (hoy es llamada "del Crucifijo", precisamente por el hecho en cuestión) ocurrió el fenómeno de la estigmatización. El primero en narrar el hecho fue el confesor de la santa, el Beato Raimundo de Capua (5 de octubre), que escribió la biografía de Catalina, y a quien doy la palabra:
 
"A continuación voy a referir algo que ocurrió (…) en la ciudad de Pisa, y esto en mi presencia. Cuando Catalina fue a este lugar, la acompañaron varias personas, yo entre alias. Ella recibió hospitalidad en la casa de un vecino del mismo, situada cerca de la iglesita de Santa Cristina. Un domingo celebra yo allí la santa misa y le di la sagrada oomunión. Catalina perrnaneció durante mucho tiempo en éxtasis, según solía; nosotros esperamos hasta que hubo recobrado el conocimiento con el fin de recibir de alto algún consuelo espiritual. De pronto vimos que su cuerpo que estaba postrado en el suelo, se elevaba un poco, se arrodillaba y extendía las manos y los brazos. Tenía el rostro encendido y permaneció mucho tiempo inmóvil y con los ojos cerrados. Luego, como si hubiese recibido una herida mortal, vimos que caía al suelo y adoptaba la postura que tenía antes, permaneciendo así hasta que recobró el uso de los sentidos.

Entonces me Ilarnó y me dijo en voz baja: -'Padre, le anuncio que por Ia merced de Nuestro Señor, yo llevaré en mi cuerpo sus sagrados estigmas'. Yo le contesté que sospechaba algo extraordinario después de haber visto lo que había ocurrido durante su éxtasis, y le pregunte qua le había hecho Nuestro Senor. 'Vi' – me contestó ella – 'a nuestro Salvador crucificado que descendía sobre mí envuelto en una gran luz; el esfuerzo que hizo mi espíritu para ir a su encuentro fue lo que hizo que mi cuerpo se levantase del suelo. Luego, procedentes de las cinco aberturas de las heridas de Nuestro Señor vi que se dirigían hacia mí otros tantos rayos color de sangre, los cuales avanzaron hacia mis pies, mis manos y mi corazón. Yo comprendí el misterio y exclamé: ¡Ah, Señor, mi Dios, te ruego que estas cicatrices no aparezcan exteriormente en mi cuerpo! Mientras yo estaba hablando, los rayos sangrientos se hicieron brillantes, adquiriendo el aspecto de luz, Ilegando en esa forma hasta las mencionadas partes de mi cuerpo'.

Entonces yo le pregunté: -'Y uno de esos rayos de luz uno llegó hasta su costado derecho?'. Ella me contestó: -'No; hasta el izquierdo y directamente encima de mi corazón. La forma luminosa que emanaba del costado derecho del Señor no llegó hasta mi de una manera oblicua sino directamente'. '¿Siente usted' – interrogué de nuevo – 'un dolor agudo en cada uno de esos lugares?'. Ella me contestó lanzando un profundo suspiro: 'Siento en esos lugares y sobre todo en el corazón dolores tan violentos, que me parece no podría vivir en este estado a no ser por un nuevo milagro del Señor'. Estas palabras me llenaron de angustia y traté de ver si exteriormente se notaban en ella signos de estos dolores. Cuando Catalina hubo terminado de hacerme las confidencias anteriormente consignadas, salimos de la capilla con el fin de dirigimos a la casa donde ella habitaba. Apenas llegamos se retiró a su habitación donde ella cayó sin sentido. Todos nos reunimos a su alrededor y viéndola en tal estado lloramos por miedo de perder a una persona a quien tanto amábamos en el Señor. Nosotros habíamos presenciado con frecuencia los éxtasis que la privaban del uso de los sentidos y que también pesaban sobre su cuerpo, pero jamás la habíamos visto sometida a una suspensión tan completa de sus fuerzas vitales
".

Así, los estigmas eran solo visibles para Santa Catalina mientras vivió, pero el día de su muerte, al fallecer, se hicieron visibles para todos, queriendo así el Señor demostrar la gracia que había hecho a su amada. Más de 200 años tuvieron que pasar, luego incluso de la canonización de la santa en 1461, para que sus Estigmas fueran considerados verdaderos por la Iglesia. Esta lo habría hecho antes de no ser por la pugna que los franciscanos entablaron contra todo aquel que osara representar o enseñar que otro santo era estigmatizado aparte de San Francisco de Asís (4 de octubre, 25 de mayo, traslación de las reliquias, 17 de septiembre, estigmatización), al que aún hoy muchos creen como primer estigmatizado de la historia, cuando tenemos al Beato Roberto de Abrissel (24 y 25 de febrero), que lo fue un siglo antes que el Seráfico Padre. Santa Catalina de Siena y la mística carmelita Santa María Magdalena de Pazzi (25 de mayo), padecieron esta persecución. Así fue que hasta 1623 Urbano VIII definitivamente zanjó el tema aprobando la veneración de las imágenes de la santa de Siena con estigmas, aprobando el hecho como verdadero y milagroso. La Orden Dominicana comenzó a celebrar la Fiesta de los Estigmas de Santa Catalina por estas mismas fechas cada 1 de abril. Y lo hizo hasta la reforma litúrgica del postconcilio.

Y para terminar, que cierre la misma Santa Catalina de Siena: "Yo confieso a mi Criador que mi vida estuvo siempre en tinieblas; pero me esconderé en las llagas de Cristo crucificado, y en su preciosa Sangre lavaré mis iniquidades, y con santo deseo me gozaré en mi Crador".Fuentes:
-"Leyenda Mayor. Vida de Santa Catalina de Siena". RAIMUNDO DE CAPUA. Fundación Miguel de Cervantes. 2015.
-"Diálogos". SANTA CATALINA DE SIENA. Madrid, 1797.

A 1 de abril además se celebra a
Santa Genoveva de Brabante, eremita.
Santa Teodora de Xalapa, virgen y mártir.

El está en las decisiones profundas, buenas y sanas (Los cinco minutos del Espíritu Santo) 01042017

Los cinco minutos del Espíritu Santo

El está en las decisiones profundas, buenas y sanas

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1 abril 2017
El está  en las decisiones profundas, buenas y sanas
Espíritu Santo, fortalécenos.
El Espíritu Santo es mi santificador, que se acerca a mí, a lo más íntimo, para derramar su santidad. Pero lo más íntimo es el corazón. En realidad la palabra corazón está muy desgastada, confundida con un romanticismo barato. Cuando decimos esta palabra pensamos en los sentimientos, pero el corazón es mucho más que las emociones y los afectos superficiales, es cosa seria. ¿A qué se refiere la Palabra de Dios cuando habla del corazón? No olvidemos que es el mismo Dios el que nos prometió: "les daré un corazón nuevo" (Ezequiel 36,26).


El corazón son esas intenciones más escondidas, las decisiones ocultas que no compartimos con nadie, los verdaderos proyectos que nos movilizan, lo que en realidad andamos buscando cuando decimos cosas, cuando tomamos decisiones. Allí quiere entrar el Espíritu Santo para transformarnos. Allí quiere derramarse para que todas nuestras decisiones profundas sean buenas y sanas. Pero sólo puede entrar poco a poco, en la medida en que se lo permitimos realmente. Porque a veces lo invocamos de la boca para afuera, pero hay una parte nuestra donde en el fondo no queremos que toque algunas cosas; creemos que allí estamos mejor solos. Es falso. Allí también lo necesitamos a él para poder ser realmente felices.

Santos del día 1 de abril

Santos del día 1 de abril
Kalendis aprilis
En Roma, conmemoración de los santos mártires Venancio, obispo, y compañeros de Dalmacia y de Istria, a saber, Anastasio, Mauro, Pauliniano, Telio, Asterio, Septimio, Antioquiano y Gayano, que la Iglesia se complace en honrar juntamente.
En Tesalónica, ciudad de Macedonia, santas Agape y Quionia, vírgenes y mártires, que en la persecución bajo el emperador Diocleciano, por negarse a comer carne sacrificada a los ídolos, fueron entregadas al prefecto Dulcecio, quien las condenó a ser quemadas vivas.
En Palestina, santa María Egipcíaca, célebre pecadora de Alejandría, que por la intercesión de la Bienaventurada Virgen se convirtió a Dios en la Ciudad Santa, y llevó una vida penitente y solitaria a la otra orilla del Jordán.
En Lauconne, cerca de Amiens, en la Galia, san Valerico o Valerio, presbítero, que atrajo a no pocos compañeros hacia la vida eremítica.
En el lugar llamado Ardpatrick, en la región de Munster, en Irlanda, san Celso, obispo de Armagh, que promovió intensamente la restauración de la Iglesia.
En Grenoble, ciudad de Burgundia, san Hugo, obispo, que trabajó denodadamente en la reforma de las costumbres del clero y del pueblo, y, amante de la soledad, durante su episcopado ofreció a san Bruno, maestro suyo en otro tiempo, y a sus compañeros, el lugar de la Cartuja, que presidió como primer abad, rigiendo durante cuarenta años esta Iglesia con esmerado ejemplo de caridad.
En el monasterio cisterciense de Bonnevaux, en el Delfinado, en Francia, beato Hugo, abad, cuya caridad y prudencia lograron la armonía entre el papa Alejandro III y el emperador Federico I.
En Caithness, en Escocia, san Gilberto, obispo, que erigió la iglesia catedral en Dornoch y dispuso hospederías para los pobres, y al morir recomendó lo que él mismo había observado durante su vida, a saber, no hacer daño a ningún ser, llevar con paciencia las correcciones divinas y a nadie dar ocasión de tropiezo.
En Lisboa, de Portugal, san Nuno Alvarez Pereira, que primero fue puesto al frente de la defensa del reino y más tarde recibido entre los hermanos oblatos en la Orden Carmelitana, donde llevó una vida pobre y escondida en Cristo.
En York, en Inglaterra, beato Juan Bretton, mártir, que, siendo padre de familia, mostró una gran constancia en la fe de la Iglesia Romana durante el reinado de Isabel I y, amenazado varias veces, se mantuvo firme, por lo que al fin, bajo la falsa acusación de sedición, murió estrangulado.
En Cracovia, Polonia, beata Sofia Czeska-Maciejowska, viuda, fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Presentación de la Bienaventurada Virgen María.
En Brescia, en la región de Lombardía, en Italia, san Luis Pavoni, presbítero, que se entregó con ánimo decidido a la formación de los jóvenes pobres y se interesó sobre todo en su educación religiosa y artesana, para lo cual fundó la Congregación de Hijos de María Inmaculada.
En la Isla de Madeira (Portugal), beato Carlos de Austria, rey.
En Guadalajara, México, beatos laicos José Anacleto González Flores, José Dionisio Luis Padilla Gómez, Jorge Ramón Vargas González y Ramón Vicente Vargas González, mártires.
En el campo de concentración de Dachau, en Alemania, beato José Girotti, sacerdote profeso de la Orden de Predicadores y mártir.
En Shkodrë, Albania, beato Marin Shkurti, presbítero de la arquidiócesis de Shkodrë-Pult y mártir.