jueves, 31 de julio de 2014

Se cierra una puerta y se abre una gran ventana 31072014


Se cierra una puerta y se abre una gran ventana

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BlogACIPrensa
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Por María Denisse Fanianos de Capriles
En Venezuela estamos viviendo momentos de una gran crisis política, económica y social. Pero sobre todo estamos viviendo una gran crisis de valores.
El estado que nos gobierna, siguiendo el modelo comunista cubano y chino, está controlando cada vez más todos los medios de comunicación que existen en el país con la finalidad de silenciar las denuncias contra la corrupción que está destrozando a Venezuela.
Esta semana viví en carne propia lo que es cercenar la libertad de expresión. Desde hace casi 4 años escribía semanalmente en uno de los diarios independientes más importantes de Venezuela: El Universal.
El diario fue vendido y se rumorea que lo compró gente afín al gobierno. Esta semana se me comunicó que el Consejo Consultivo de ese diario no podía aceptar más mis artículos.
La solidaridad que recibí por mi twitter @VzlaEntrelineas fue inmediata. La gente se mostraba indignada. Algunos me preguntaban que por qué me sacaban de ese diario si mis artículos no tocaban temas políticos.
Y yo les respondía que mis artículos, al hablar de moral, del Cielo, del infierno, al citar frases de Nuestro Señor Jesucristo y las palabras que el Papa Francisco ha dicho sobre los corruptos, les podían resultar sumamente incómodos a la conciencia de algunos.
Entonces se cerró una etapa de mi trabajo en ese diario, donde pude escribir y defender la Fe “sin pelos en la lengua”; donde pude defender con orgullo a mi santa Iglesia católica a quien este gobierno ha insultado y atacado.
Defendí a mis obispos, a mis sacerdotes, a todos quienes conformamos la Santa Iglesia de Dios. Escribí artículos donde transmitía siempre alegría y esperanza para que, a pesar de los problemas, siguiéramos adelante construyendo el reino de Dios.
Escribí sobre la defensa de la vida desde la concepción hasta la muerte, de la familia, del cuidado a los ancianos, etc. Escribí sobre mis predilectos, los enfermos.
Pienso que puede haber molestado a los corruptos de este país (que gracias a Dios son pocos) aquella serie sobre corrupción que construí con frases durísimas del Papa Francisco como las siguientes.
“Les llevan pan sucio a sus hijos”, “están hambrientos de dignidad”, “los peores corruptos son los que ayudan a la Iglesia con una mano y roban con la otra”, “Jesucristo nunca habló de perdonar a los corruptos”, “hacen fiesta con el dinero de los pobres”, “llamo a los cristianos a rezar por los corruptos para que se conviertan porque si no los perros del infierno beberán su sangre”, etc.
Impresiona cómo este maravilloso Papa que Dios nos ha regalado en estos momentos de nuestra historia (donde el desenfrenado consumismo, el derroche y la corrupción están en su máximo apogeo) describe perfectamente cómo es la vida de esta gente y cómo dan mal ejemplo a sus hijos.
Desde que el Papa Francisco llegó a la sede de Pedro no ha dejado de denunciarlos de forma clara, directa y muy valiente.
También ha hecho un llamado a los católicos para que denunciemos la corrupción y las injusticias.
Una persona que se llama cristiana no puede ser cómplice de un régimen corrupto que ha dilapidado las riquezas de una nación y que ha hecho que millones de venezolanos vivan verdaderas tragedias ya sea por la altísima inseguridad, por las interminables colas que deben hacer para conseguir alimentos, por no tener acceso a medicamentos y servicios en hospitales, etc.
Hoy quiero agradecer inmensamente a este reconocido portal Aciprensa por haberme ofrecido (apenas se enteraron de mi expulsión en El Universal) un espacio en su maravillosa web.
Desde aquí seguiré escribiendo y defendiendo la Verdad que nuestro Señor Jesucristo vino a traer a la Tierra y que nuestra Santa Iglesia Católica custodia con tanto celo.
Hoy se me abre una ventana inmensa, por donde seguiré evangelizando (tal y como me lo pidió San Juan Pablo II en una carta en el año 2003), y llevando la luz de Cristo a todos los rincones de la Tierra.
Mil gracias a Alejandro y a todo el equipo de Aciprensa. Mil gracias a todos quienes me han mostrado su apoyo en estos días.
Y mil gracias a Dios por haberme permitido vivir en un país como Venezuela donde se están cometiendo inmensas injusticias que ahora nos toca, como cristianos íntegros que somos, denunciarlas y ocuparnos de que se resuelvan. Eso es lo que se nos enseña en la Doctrina Social de la Iglesia.
Algún día brillará la Libertad, la Justicia y la Paz en nuestra amada Patria. Dios y la Santísima Virgen de Coromoto están con nosotros y nos ayudarán.
Aprovecho para pedir a los lectores de otros países sus oraciones por Venezuela y por tantos hermanos venezolanos que están sufriendo las terribles consecuencias de la descarada corrupción de este régimen totalitario.
Aquí me tendrán todas las semanas anunciando el evangelio, difundiendo la verdad y denunciando las injusticias.
 
 
    
 
  

 

Ignacio de Loyola peregrina para conocer a Jesús, amarlo más, seguirlo y servirlo mejor en su Iglesia 31072014

Ignacio de Loyola peregrina para conocer a Jesús, amarlo más, seguirlo y servirlo mejor en su Iglesia




REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz
(RV).- (Con audio) RealAudioMP3 De Loyola a Roma para las misiones del Papa, pasando por las huellas de Jesús en Tierra Santa y por París para estudiar, el itinerario de “el peregrino”, se funda en dos intenciones fundamentales.

Una primera intención es el “conocimiento interno del Señor que por mi se ha hecho hombre, para que más lo ame y lo siga”. (Es la petición que más se repite en los Ejercicios Espirituales).

Su peregrinación es el triunfo en su corazón de la alegría del Evangelio -que experimenta con la contemplación de la vida de Cristo y de los santos-. Una alegría que perdura, frente al entusiasmo que siente con sus proyectos y fantasías mundanas y vanas, pero que le dura poco y lo deja triste y vacío.

El conocimiento de Cristo y sus efectos, como la consolación, el gozo, la alegría interior que ocupan ahora su alma -libre de todas las especias de pecado que antes tenía-, son la fuerza nueva de Ignacio peregrino, su motor rectificado, su mente y su corazón “reseteados”.

Con esta intención se pone en camino a tras las huellas de Jesús y se hace peregrino en Tierra Santa; los lugares que Jesús pisó, donde rezó, predicó, curó y resucitó la fe, la esperanza, el amor en el corazón de los pobres y humildes.

La segunda intención viene de aquello a que lo mueve el amor, la imitación, el seguimiento de Cristo -porque Jesús pasó haciendo el bien-, es “ayudar a las almas”. Los sentimientos de compasión, amor, ternura, del corazón del Señor lo mueven a discernir -con Jesús y su Iglesia como centro- cuál es la mejor manera de ayudar a las almas.

Así, la contemplación para conocer más a Jesús para amarlo más y servirlo mejor, con la fuerza de la alegría del Evangelio, se transforma en la búsqueda y el encuentro del querer mismo de Dios en la propia vida sobre el modo mejor de ayudar a las almas. Y va quedando de lado la complacencia en el propio amor, querer e interés, que nos deja vacíos y tristes.

Esta intención de Ignacio de Loyola de ayudar a las almas del mejor modo posible, es el criterio para decidir primero estudiar en parís y después, para unirse con los primeros compañeros en Roma, con los que funda la Compañía de Jesús y se ofrece al Papa para ir donde él quiera enviarlos como Vicario de Cristo y Sucesor de Pedro.

San Ignacio de Loyola Ruega por nosotros.



MENSAJE DE UNA PERSONA CON CÁNCER

MENSAJE DE UNA PERSONA CON CÁNCER


Pinocho"Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo. Daría valor a las cosas, no por lo que valen, sino por lo que significan. Dormiría poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. Escucharía cuando los demás hablan y ¡cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate! Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo, sino mi alma. Dios mío, si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que le ofrecería a la luna. Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos...
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida... No dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que quiero, que la quiero. Convencería a cada mujer u hombre de que son mis favoritos y viviría enamorado del amor. A los hombres les probaría cuan equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen cuando dejan de enamorarse. A un niño le daría alas, pero le dejaría que el solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de vosotros, los hombres...
He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad esta en la forma de subir la escarpada.
He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por vez primera, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.
Son tantas cosas las que he podido aprender de vosotros, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo..."

El huevo de oro y La buena noticia (El canto del pájaro (Anthony de Mello))

 
EL HUEVO DE ORO

 



Un pasaje de un texto sagrado:

Esto dice el Señor: Había una vez una gansa que ponía cada día un huevo de oro. La mujer del propietario de la gansa se deleitaba en las riquezas que aquellos huevos le procuraban. Pero era una mujer avariciosa y no podía soportar esperar pacientemente día tras día para conseguir el huevo. De modo que decidió matar a la gansa y hacerse con todos los huevos de una vez. Y así lo hizo: mató a la gansa y lo único que consiguió fue un huevo a medio formar y una gansa muerta que ya no podría poner más huevos. ¡Hasta aquí la palabra de Dios!

Un ateo oyó este relato y se burló: «¿Esto es lo que llamáis palabra de Dios? ¿Una gansa que pone huevos de oro? Eso, lo único que demuestra es el crédito que podéis dar a eso que llamáis 'Dios'...».

Cuando leyó el texto un sujeto versado en asuntos. religiosos, reaccionó de la siguiente manera: «El Señor nos dice claramente que hubo una gansa que ponía huevos de oro. Y si el Señor lo dice, tiene que ser cierto, por muy absurdo que pueda parecer a nuestras pobres mentes humanas. De hecho, los estudios arqueológicos nos proporcionan algunos vagos indicios de que, en algún momento de la historia antigua, existió realmente una misteriosa gansa que ponía huevos de oro. Ahora bien, preguntaréis, y con razón, cómo puede un huevo, sin dejar de ser huevo, ser al mismo tiempo de oro. Naturalmente que no hay respuesta para ello. Diversas escuelas de pensamiento religioso intentan explicarlo de distintos modos. Pero lo que se requiere, en último término, es un acto de fe en este misterio que desconcierta a la mente humana».


Hubo incluso un predicador que, después de leer el texto, anduvo viajando por pueblos y ciudades, urgiendo celosamente a la gente a aceptar el hecho de que Dios había creado huevos de oro en un determinado momento de la historia.

Pero ¿no habría empleado mejor su tiempo si se hubiera dedicado a enseñar las funestas consecuencias de la avaricia, en lugar de fomentar la creencia en los huevos de oro? Porque ¿no es acaso infinitamente menos importante decir «¡Señor, Señor! », que hacer la voluntad de nuestro Padre de los cielos?

LA BUENA NOTICIA


Esta es la Buena Noticia proclamada por Nuestro Señor Jesucristo:

Jesús enseñaba a sus discípulos en parábolas. Y les decía:

El Reino de los cielos es semejante a dos hermanos que vivían felices y contentos, hasta que recibieron la llamada de Dios a hacerse discípulos.

El de más edad respondió con generosidad a la llamada, aunque tuvo que ver cómo se desgarraba su corazón al separarse de su familia y de la muchacha a la que amaba y con la que soñaba casarse. Pero, al fin, se marchó a un país lejano, donde gastó su propia vida al servicio de los más pobres de entre los pobres. Se desató en aquel país una persecución, de resultas de la cual fue detenido, falsamente acusado, torturado y condenado a muerte.

Y el Señor le dijo: «Muy bien, siervo fiel y cumplidor. Me has servido por el valor de mil talentos. Voy a recompensarte con mil millones de talentos. ¡Entra en el gozo de tu Señor!».

La respuesta del más joven fue mucho menos generosa. Decidió ignorar la llamada, seguir su camino y casarse con la muchacha a la que amaba. Disfrutó de un feliz matrimonio, le fue bien en los negocios y llegó a ser rico y próspero. De vez en cuando daba una limosna a algún mendigo o se mostraba bondadoso con su mujer y sus hijos. También de vez en cuando enviaba una pequeña suma de dinero a su hermano mayor, que se hallaba en un remoto país, adjuntándole una nota en la que decía: «Tal vez con esto puedas ayudar mejor a aquellos pobres diablos».

Cuando le llegó la hora, el Señor le dijo.: «Muy bien, siervo fiel y cumplidor. Me has servido por valor de diez talentos. Voy a recompensarte con mil millones de talentos. ¡Entra en el gozo de tu Señor!».

El hermano mayor se sorprendió al oír que su hermano iba a recibir la misma recompensa que él. Pero le agradó sobremanera. Y dijo: «Señor, aun sabiendo esto, si tuviera que nacer de nuevo y volver a vivir, haría por ti exactamente lo mismo que he hecho».
 
 
Esta sí que es una Buena Noticia: un Señor generoso y un discípulo que le sirve por el mero gozo de servir con amor.
 
 
 
 
 
 
 
 
 

San Ignacio de Loyola 31072014

jueves 31 Julio 2014

San Ignacio de Loyola



San Ignacio de Loyola, presbítero y fundador
 
Memoria de san Ignacio de Loyola, presbítero, el cual, nacido en el País Vasco, en España, pasó la primera parte de su vida en la corte como paje hasta que, herido gravemente, se convirtió a Dios. Completó los estudios teológicos en París y unió a él a sus primeros compañeros, con los que más tarde fundó la Orden de la Compañía de Jesús en Roma, donde ejerció un fructuoso ministerio escribiendo varias obras y formando a sus discípulos, todo para mayor gloria de Dios.
San Ignacio nació probablemente en 1491, en el castillo de Loyola, en Azpeítia, población de Guipúzcoa, cerca de los Pirineos. Su padre, don Bertrán, era señor de Oñaz y de Loyola, jefe de una de las familias más antiguas y nobles de la región. Y no era menos ilustre el linaje de su madre, doña Marina Sáenz de Licona y Balda. Iñigo (pues ése fue el nombre que recibió el santo en el bautismo) era el más joven de los ocho hijos y tres hijas de la noble pareja. Iñigo luchó contra los franceses en el norte de Castilla. Pero su breve carrera militar terminó abruptamente el 20 de mayo de 1521, cuando una bala de cañón le rompió la pierna, durante la lucha en defensa del castillo de Pamplona. Después de que Iñigo fue herido, la guarnición española capituló. Los franceses no abusaron de la victoria y enviaron al herido en una litera al castillo de Loyola. Como los huesos de la pierna soldaron mal, los médicos juzgaron necesario quebrarlos nuevamente. Iñigo soportó estoicamente la bárbara operación, pero, como consecuencia, tuvo un fuerte ataque de fiebre con ciertas complicaciones, de suerte que los médicos pensaron que el enfermo moriría antes del amanecer de la fiesta de San Pedro y San Pablo. Sin embargo, Iñigo sobrevivió y empezó a mejorar, aunque la convalecencia duró varios meses. No obstante la operación, la rodilla rota presentaba todavía una deformidad. Iñigo insistió en que los cirujanos cortasen la protuberancia y, pese a que éstos le advirtieron que la operación sería muy dolorosa, no quiso que le atasen ni le sostuviesen y soportó la despiadada carnicería sin una queja. Para evitar que la pierna derecha se acortase demasiado, permaneció varios días con ella estirada mediante unas pesas. Con tales métodos, nada tiene de extraño que haya quedado cojo para el resto de su vida.
 
Con el objeto de distraerse durante la convalecencia, Iñigo pidió algunos libros de caballería, a los que siempre había sido muy afecto. Pero lo único que se encontró en el castillo de Loyola fue una historia de Cristo y un volumen con vidas de santos. Iñigo los comenzó a leer para pasar el tiempo, pero poco a poco empezó a interesarse tanto que pasaba días enteros dedicado a la lectura. Y se decía: «Si esos hombres estaban hechos del mismo barro que yo, también yo puedo hacer lo que ellos hicieron». Inflamado por el fervor, se proponía ir en peregrinación a un santuario de Nuestra Señora y entrar como hermano lego a un convento de cartujos. Pero tales ideas eran intermitentes, pues su ansiedad de gloria y su amor por una dama, ocupaban todavía sus pensamientos. Sin embargo, cuando volvía a abrir el libro de las vidas de los santos, comprendía la futilidad de la gloria mundana y presentía que sólo Dios podía satisfacer su corazón. Las fluctuaciones duraron algún tiempo. Ello permitió a Iñigo observar una diferencia: en tanto que los pensamientos que procedían de Dios le dejaban lleno de consuelo, paz y tranquilidad, los pensamientos mundanos le procuraban cierto deleite, pero no le dejaban sino amargura y vacío. Finalmente, resolvió imitar a los santos y empezó por hacer toda la penitencia corporal posible y llorar sus pecados.
 
Una noche, se le apareció la Madre de Dios, rodeada de luz y llevando en los brazos a Su Hijo. La visión consoló profundamente a Ignacio. Al terminar la convalecencia, hizo una peregrinación al santuario de Nuestra Señora de Montserrat, donde determinó llevar vida de penitente. El pueblecito de Manresa está a tres leguas de Montserrat. Ignacio se hospedó ahí, unas veces en el convento de los dominicos y otras en un hospicio de pobres. Para orar y hacer penitencia, se retiraba a una cueva de los alrededores. Así vivió durante casi un año, pero a las consolaciones de los primeros tiempos sucedió un período de aridez espiritual; ni la oración, ni la penitencia conseguían ahuyentar la sensación de vacío que encontraba en los sacramentos y la tristeza que le abrumaba. A ello se añadía una violenta tempestad de escrúpulos que le hacían creer que todo era pecado y le llevaron al borde de la desesperación. En esa época, Ignacio empezó a anotar algunas experiencias que iban a servirle para el libro de los «Ejercicios Espirituales». Finalmente, el santo salió de aquella noche oscura y el más profundo gozo espiritual sucedió a la tristeza. Aquella experiencia dio a Ignacio una habilidad singular para ayudar a los escrupulosos y un gran discernimiento en materia de dirección espiritual. Más tarde, confesó al P. Laínez que, en una hora de oración en Manresa, había aprendido más de lo que pudiesen haberle enseñado todos los maestros en las universidades. Sin embargo, al principio de su conversión, Ignacio era tan ignorante que, al oír a un moro blasfemar de la Santísima Virgen, se preguntó si su deber de caballero cristiano no consistía en dar muerte al blasfemo, y sólo la intervención de la Providencia le libró de cometer ese crimen.
 
En febrero de 1523, Ignacio partió en peregrinación a Tierra Santa. Pidió limosna en el camino, se embarcó en Barcelona, pasó la Pascua en Roma, tomó otra nave en Venecia con rumbo a Chipre y de ahí se trasladó a Jaffa. Del puerto, a lomo de mula, se dirigió a Jerusalén, donde tenía el firme propósito de establecerse. Pero, al fin de su peregrinación por los Santos Lugares, el franciscano encargado de guardarlos le ordenó que abandonase Palestina, temeroso de que los mahometanos, enfurecidos por el proselitismo de Ignacio, le raptasen y pidiesen rescate por él. Por lo tanto, el joven renunció a su proyecto y obedeció, aunque no tenía la menor idea de lo que iba a hacer al regresar a Europa. En 1524, llegó de nuevo a España, donde se dedicó a estudiar, pues «pensaba que eso le serviría para ayudar a las almas». Una piadosa dama de Barcelona, llamada Isabel Roser, le asistió mientras estudiaba la gramática latina en la escuela. Ignacio tenía entonces treinta y tres años, y no es difícil imaginar lo penoso que debe ser estudiar la gramática a esa edad. Al principio, Ignacio estaba tan absorto en Dios, que olvidaba todo lo demás; así, la conjugación del verbo latino «amare» se convertía en un simple pretexto para pensar: «Amo a Dios. Dios me ama». Sin embargo, el santo hizo ciertos progresos en el estudio, aunque seguía practicando las austeridades y dedicándose a la contemplación y soportaba con paciencia y buen humor las burlas de sus compañeros de escuela, que eran mucho más jóvenes que él.
 
Al cabo de dos años de estudios en Barcelona, pasó a la Universidad de Alcalá a estudiar lógica, física y teología; pero la multiplicidad de materias no hizo más que confundirle, a pesar de que estudiaba noche y día. Se alojaba en un hospicio, vivía de limosna y vestía un áspero hábito gris. Además de estudiar, instruía a los niños, organizaba reuniones de personas espirituales en el hospicio y convertía a numerosos pecadores con sus reprensiones llenas de mansedumbre. En aquella época, había en España muchas desviaciones de la devoción. Como Ignacio carecía de ciencia y autoridad para enseñar, fue acusado ante el vicario general del obispo, quien le tuvo prisionero durante cuarenta y dos días, hasta que, finalmente, absolvió de toda culpa a Ignacio y sus compañeros, pero les prohibió llevar un hábito particular y enseñar durante los tres años siguientes. Ignacio se trasladó entonces con sus compañeros a Salamanca. Pero pronto fue nuevamente acusado de introducir doctrinas peligrosas. Después de tres semanas de prisión, los inquisidores le declararon inocente. Ignacio consideraba la prisión, los sufrimientos y la ignominia corno pruebas que Dios le mandaba para purificarle y santificarle. Cuando recuperó la libertad, resolvió abandonar España. En pleno invierno, hizo el viaje a París, a donde llegó en febrero de 1528. Los dos primeros años los dedicó a perfeccionarse en el latín, por su cuenta. Durante el verano iba a Flandes y aun a Inglaterra a pedir limosna a los comerciantes españoles establecidos en esas regiones. Con esa ayuda y la de sus amigos de Barcelona, podía estudiar durante el año. Pasó tres años y medio en el Colegio de Santa Bárbara, dedicado a la filosofía. Ahí indujo a muchos de sus compañeros a consagrar los domingos y días de fiesta a la oración y a practicar con mayor fervor la vida cristiana. Pero el maestro Peña juzgó que con aquellas prédicas impedía a sus compañeros estudiar y predispuso contra Ignacio al doctor Guvea, rector del colegio, quien condenó a Ignacio a ser azotado para desprestigiarle entre sus compañeros. Ignacio no temía al sufrimiento ni a la humillación, pero, con la idea de que el ignominioso castigo podía apartar del camino del bien a aquéllos a quienes había ganado, fue a ver al rector y le expuso modestamente las razones de su conducta. Guvea no respondió, pero tomó a Ignacio por la mano, le condujo al salón en que se hallaban reunidos todos los alumnos y le pidió públicamente perdón por haber prestado oídos, con ligereza, a los falsos rumores. En 1534, a los cuarenta y tres años de edad, Ignacio obtuvo el título de maestro en artes de la Universidad de París.
 
Por aquella época, se unieron a Ignacio otros seis estudiantes de teología: Pedro Fabro, que era saboyano; Francisco Javier, un navarro; Laínez y Salmerón, que brillaban mucho en los estudios; Simón Rodríguez, originario de Portugal y Nicolás Bobadilla. Movidos por las exhortaciones de Ignacio, aquellos fervorosos estudiantes hicieron voto de pobreza, de castidad y de ir a predicar el Evangelio en Palestina, o, si esto último resultaba imposible, de ofrecerse al Papa para que los emplease en el servicio de Dios como mejor lo juzgase. La ceremonia tuvo lugar en una capilla de Montmartre, donde todos recibieron la comunión de manos de Pedro Fabro, quien acababa de ordenarse sacerdote. Era el día de la Asunción de la Virgen de 1534. Ignacio mantuvo entre sus compañeros el fervor, mediante frecuentes conversaciones espirituales y la adopción de una sencilla regla de vida. Poco después, hubo de interrumpir sus estudios de teología, pues el médico le ordenó que fuese a tomar un poco los aires natales, ya que su salud dejaba mucho que desear. Ignacio partió de París en la primavera de 1535. Su familia le recibió con gran gozo, pero el santo se negó a habitar en el castillo de Loyola y se hospedó en una pobre casa de Azpeitia.
Dos años más tarde, se reunió con sus compañeros en Venecia. Pero la guerra entre venecianos y turcos les impidió embarcarse hacia Palestina. Los compañeros de Ignacio, que eran ya diez, se trasladaron a Roma; Paulo III los recibió muy bien y concedió a los que todavía no eran sacerdotes el privilegio de recibir las órdenes sagradas de manos de cualquier obispo. Después de la ordenación, se retiraron a una casa de las cercanías de Venecia, a fin de prepararse para los ministerios apostólicos. Los nuevos sacerdotes celebraron la primera misa entre septiembre y octubre, excepto Ignacio, quien la difirió más de un año con el objeto de prepararse mejor para ella. Como no había ninguna probabilidad de que pudiesen trasladarse a Tierra Santa, quedó decidido finalmente que Ignacio, Fabro y Laínez irían a Roma a ofrecer sus servicios al Papa. También resolvieron que, si alguien les preguntaba el nombre de su asociación, responderían que pertenecían a la Compañía de Jesús (san Ignacio no empleó jamás el nombre de «jesuita», ya que originalmente fue éste un apodo más bien hostil que se dio a los miembros de la Compañía), porque estaban decididos a luchar contra el vicio y el error bajo el estandarte de Cristo. Durante el viaje a Roma, mientras oraba en la capilla de «La Storta», el Señor se apareció a Ignacio, rodeado por un halo de luz inefable, pero cargado con una pesada cruz. Cristo le dijo: Ego vobis Romae propitius ero (Os seré propicio en Roma). Paulo III nombró a Fabro profesor en la Universidad de la Sapienza y confió a Laínez el cargo de explicar la Sagrada Escritura. Por su parte, Ignacio se dedicó a predicar los Ejercicios y a catequizar al pueblo. El resto de sus compañeros trabajaba en forma semejante, a pesar de que ninguno de ellos dominaba todavía el italiano.
 
Ignacio y sus compañeros decidieron formar una congregación religiosa para perpetuar su obra. A los votos de pobreza y castidad debía añadirse el de obediencia para imitar más de cerca al Hijo de Dios, que se hizo obediente hasta la muerte. Además, había que nombrar a un superior general a quien todos obedecerían, el cual ejercería el cargo de por vida y con autoridad absoluta, sujeto en todo a la Santa Sede. A los tres votos arriba mencionados, se agregaría el de ir a trabajar por el bien de las almas adondequiera que el Papa lo ordenase. La obligación de cantar en común el oficio divino no existiría en la nueva orden, «para que eso no distraiga de las obras de caridad a las que nos hemos consagrado». La primera de esas obras de caridad consistiría en «enseñar a los niños y a todos los hombres los mandamientos de Dios». La comisión de cardenales que el Papa nombró para estudiar el asunto se mostró adversa al principio, con la idea de que ya había en la Iglesia bastantes órdenes religiosas, pero un año más tarde, cambió de opinión, y Paulo III aprobó la Compañía de Jesús por una bula emitida el 27 de septiembre de 1540. Ignacio fue elegido primer general de la nueva orden y su confesor le impuso, por obediencia, que aceptase el cargo. Empezó a ejercerlo el día de Pascua de 1541 y, algunos días más tarde, todos los miembros hicieron los votos en la basílica de San Pablo Extramuros.
 
Ignacio pasó el resto de su vida en Roma, consagrado a la colosal tarea de dirigir la orden que había fundado. Entre otras cosas, fundó una casa para alojar a los neófitos judíos durante el período de la catequesis y otra casa para mujeres arrepentidas. En cierta ocasión, alguien le hizo notar que la conversión de tales pecadoras rara vez es sincera, a lo que Ignacio respondió: «Estaría yo dispuesto a sufrir cualquier cosa por el gozo de evitar un solo pecado». Rodríguez y Francisco Javier habían partido a Portugal en 1540. Con la ayuda del rey Juan III, Javier se trasladó a la India, donde empezó a ganar un nuevo mundo para Cristo. Los padres Gonçalves y Juan Núñez Barreto fueron enviados a Marruecos a instruir y asistir a los esclavos cristianos. Otros cuatro misioneros partieron al Congo; algunos más fueron a Etiopía y a las colonias portuguesas de América del Sur. El Papa Paulo III nombró como teólogos suyos, en el Concilio de Trento, a los padres Laínez y Salmerón. Antes de su partida, san Ignacio les ordenó que visitasen a los enfermos y a los pobres y que, en las disputas se mostrasen modestos y humildes y se abstuviesen de desplegar presuntuosamente su ciencia y de discutir demasiado. Pero, sin duda que entre los primeros discípulos de Ignacio el que llegó a ser más famoso en Europa, por su saber y virtud, fue san Pedro Canisio, a quien la Iglesia venera actualmente como Doctor. En 1550, san Francisco de Borja regaló una suma considerable para la construcción del Colegio Romano. San Ignacio hizo de aquel colegio el modelo de todos los otros de su orden y se preocupó por darle los mejores maestros y facilitar lo más posible el progreso de la ciencia. El santo dirigió también la fundación del Colegio Germánico de Roma, en el que se preparaban los sacerdotes que iban a trabajar en los países invadidos por el protestantismo. En vida del santo se fundaron universidades, seminarios y colegios en diversas naciones. Puede decirse que san Ignacio echó los fundamentos de la obra educativa que había de distinguir a la Compañía de Jesús y que tanto iba a desarrollarse con el tiempo.
 
En 1542, desembarcaron en Irlanda los dos primeros misioneros jesuitas, pero el intento fracasó. Ignacio ordenó que se hiciesen oraciones por la conversión de Inglaterra, y entre los mártires de Gran Bretaña se cuentan veintinueve jesuitas. La actividad de la Compañía de Jesús en Inglaterra es un buen ejemplo del importantísimo papel que desempeñó en la contrarreforma. Ese movimiento tenía el doble fin de dar nuevo vigor a la vida de la Iglesia y de oponerse al protestantismo. «La Compañía de Jesús era exactamente lo que se necesitaba en el siglo XVI para contrarrestar la Reforma. La revolución y el desorden eran las características de la Reforma. La Compañía de Jesús tenía por características la obediencia y la más sólida cohesión. Se puede afirmar, sin pecar contra la verdad histórica, que los jesuitas atacaron, rechazaron y derrotaron la revolución de Lutero y, con su predicación y dirección espiritual, reconquistaron a las almas, porque predicaban sólo a Cristo y a Cristo crucificado. Tal era el mensaje de la Compañía de Jesús, y con él, mereció y obtuvo la confianza y la obediencia de las almas» (cardenal Manning). A este propósito citaremos las instrucciones que san Ignacio dio a los padres que iban a fundar un colegio en Ingolstadt, acerca de sus relaciones con los protestantes: «Tened gran cuidado en predicar la verdad de tal modo que, si acaso hay entre los oyentes un hereje, le sirva de ejemplo de caridad y moderación cristianas. No uséis de palabras duras ni mostréis desprecio por sus errores». El santo escribió en el mismo tono a los padres Broet y Salmerón cuando se aprestaban a partir para Irlanda. Una de las obras más famosas y fecundas de Ignacio fue el libro de los «Ejercicios Espirituales». Empezó a escribirlo en Manresa y lo publicó por primera vez en Roma, en 1548, con la aprobación del Papa. Los Ejercicios cuadran perfectamente con la tradición de santidad de la Iglesia. Desde los primeros tiempos, hubo cristianos que se retiraron del mundo para servir a Dios, y la práctica de la meditación es tan antigua como la Iglesia. Lo nuevo en el libro de san Ignacio es el orden y el sistema de las meditaciones. Si bien las principales reglas y consejos que da el santo se hallan diseminados en las obras de los Padres de la Iglesia, san Ignacio tuvo el mérito de ordenarlos metódicamente y de formularlos con perfecta claridad. El fin específico de los Ejercicios es llevar al hombre a un estado de serenidad y despego terrenal para que pueda elegir «sin dejarse llevar del placer o la repugnancia, ya sea acerca del curso general de su vida, ya acerca de un asunto particular. Así, el principio que guía la elección es únicamente la consideración de lo que más conduce a la gloria de Dios y a la perfección del alma». Como lo dice Pío XI, el método ignaciano de oración «guía al hombre por el camino de la propia abnegación y del dominio de los malos hábitos a las más altas cumbres de la contemplación y el amor divino».
 
La prudencia y caridad del gobierno de san Ignacio le ganó el corazón de sus súbditos. Era con ellos afectuoso como un padre, especialmente con los enfermos, a los que se encargaba de asistir personalmente procurándoles el mayor bienestar material y espiritual posible. Aunque san Ignacio era superior, sabía escuchar con mansedumbre a sus subordinados, sin perder por ello nada de su autoridad. En las cosas en que no veía claro se atenía humildemente al juicio de otros. Era gran enemigo del empleo de los superlativos y de las afirmaciones demasiado categóricas en la conversación. Sabía sobrellevar con alegría las críticas, pero también sabía reprender a sus súbditos cuando veía que lo necesitaban. En particular, reprendía a aquéllos a quienes el estudio volvía orgullosos o tibios en el servicio de Dios, pero fomentaba, por otra parte, el estudio y deseaba que los profesores, predicadores y misioneros, fuesen hombres de gran ciencia. La corona de las virtudes de san Ignacio era su gran amor a Dios. Con frecuencia repetía estas palabras, que son el lema de su orden: «A la mayor gloria de Dios». A ese fin refería el santo todas sus acciones y toda la actividad de la Compañía de Jesús. También decía frecuentemente: «Señor, ¿Qué puedo desear fuera de Ti?» Quien ama verdaderamente no está nunca ocioso. San Ignacio ponía su felicidad en trabajar por Dios y sufrir por su causa. Tal vez se ha exagerado algunas veces el «espíritu militar» de Ignacio y de la Compañía de Jesús y se ha olvidado la simpatía y el don de amistad del santo por admirar su energía y espíritu de empresa.
 
Durante los quince años que duró el gobierno de san Ignacio, la orden aumentó de diez a mil miembros y se extendió en nueve países europeos, en la India y el Brasil. Como en esos quince años el santo había estado enfermo quince veces, nadie se alarmó cuando enfermó una vez más. Murió súbitamente el 31 de julio de 1556, sin haber tenido siquiera tiempo de recibir los últimos sacramentos. Fue canonizado en 1622, y Pío XI le proclamó patrono de los ejercicios espirituales y retiros.
 
El amor de Dios era la fuente del entusiasmo de Ignacio por la salvación de las almas, por las que emprendió tantas y tan grandes cosas y a las que consagró sus vigilias, oraciones, lágrimas y trabajos. Se hizo todo a todos para ganarlos a todos y al prójimo le dio por su lado a fin de atraerlo al suyo. Recibía con extraordinaria bondad a los pecadores sinceramente arrepentidos; con frecuencia se imponía una parte de la penitencia que hubiese debido darles y los exhortaba a ofrecerse en perfecto holocausto a Dios, diciéndoles que es imposible imaginar los tesoros de gracia que Dios reserva a quienes se le entregan de todo corazón. El santo proponía a los pecadores esta oración, que él solía repetir: «Tomad, Señor y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad. Vos me lo disteis; a vos Señor, lo torno. Disponed a toda vuestra voluntad y dadme amor y gracia, que esto me hasta, sin que os pida otra cosa».
 
La publicación de Monumenta Historica Societatis Jesu ha puesto al alcance del público una inmensa cantidad de documentos. Ahí puede verse prácticamente todo lo que puede arrojar alguna luz sobre la vida del fundador de la orden. Particularmente importantes son los doce volúmenes de su correspondencia, tanto privada como oficial, y los memoriales de carácter personal que se han descubierto. Entre éstos se destaca el relato de su juventud, que san Ignacio dictó en sus últimos años, accediendo a los ruegos de sus hijos, a pesar de la repugnancia que ello le producía. Esa autobiografía está publicada en BAC. Es difícil recomendar qué bibliografía dejhar de la restante que trae Butler, ya que han pasado algunas décadas desde aquella publicaión y la actualidad, sin embargo, con esa limitación, copio los títulos que allí figuran, haciendo al salvedad de que seguramente hay estudios más actualizados sobre una personalidad tan relevante: La del P. de Ribadeneira [también editada en BAC] conserva su valor, ya que se trata de la apreciación personal de alguien que estuvo en contacto íntimo con el santo. El volumen I de la Historia de la Compañía de Jesús en la Asistencia de España (1902) del P, Astráin es prácticamente la historia de la carrera y actividades del fundador. El P. Astráin publicó, además, un valioso resumen biográfico. Las biografías del P. H. J. Pollea (1922) y de Christopher Hollis (1931), muy diferentes entre sí, son excelentes. El P. J. Brodrick, dice, refiriéndose a las biografías escritas por H. D. Sedgwick (1923) y P. van Duke (1926): «Esas dos obras son, con mucho, las mejores biografías de San Ignacio que los protestantes han escrito hasta la fecha; desde el punto de vista histórico, son muy superiores a muchas biografías católicas"».
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI





Oremos  

Señor Dios, que suscitaste en tu Iglesia a San Ignacio de Loyola para que extendiera más la gloria de tu nombre, concédenos que, a imitación suya y apoyados en su auxilio, libremos tambien en la tierra el noble combate de la fe, para que merezcamos ser coronados juntamente con él en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.




 

 

Cristianos chinos cantan himnos llorando mientras quitan cruz de su iglesia 28072014


Posted: 28 Jul 2014 02:30 PM PDT
Los cristianos en China han prometido mantenerse firmes por Cristo en medio de mucha persecución por parte de los funcionarios de la provincia de Wenzhou, donde los edificios de las iglesias siguen siendo demolidos.

El último suceso ha sido registrado en un video, donde se aprecia a los cristianos que empiezan a cantar entre lágrimas, un himno que habla sobre la cruz y cómo sus pecados fueron lavados por la sangre de Jesús, mientras que las autoridades quitan la cruz de la iglesia.

Después de una semana que los pastores y miembros de iglesias de diferentes congregaciones escribieron una carta pública de los abusos continuos contra las iglesias por parte del gobierno de la ciudad de Wenzhou, que se encuentra en la provincia de Zhejiang, las autoridades decidieron retirar la cruz del techo de la Iglesia Yahui en la ciudad, según informa International Christian Concern (ICC).

La carta pública , que el gobierno chino ya ha bloqueado el contenido en los sitios web dentro de China continental, enumeró ocho razones por las que "la campaña contra las iglesias es un acto administrativo ilegal que está abusando de la autoridad y haciendo caso omiso del estado de derecho".

Afirmaron que la Ley de Sanciones Administrativas de China requiere comunicación previa antes de la ejecución forzosa del gobierno. Sin embargo, los equipos de demolición del gobierno por lo general aparecen en las iglesias en el medio de la noche, sin documentos legales, y comienzan el proceso de demolición bajo el amparo de la oscuridad.

Además, los cristianos chinos argumentaron que, incluso si una cruz es ilegal, la ley exige que el equipo de demolición debe ser de la Oficina religiosa o de la Oficina de Vivienda y Urbanismo. Sin embargo, el equipo de demolición se hace generalmente por personal no identificado, que viene a ser una clara violación del procedimiento y los derechos de los creyentes.
Se ha informado de que más de 360 ​​iglesias en la provincia de Zhejiang han sido total o parcialmente demolidas con el pretexto de "la eliminación o modificación de las construcciones ilegales". El gobierno de la provincia de Zhejiang, dice que es la eliminación o modificación de edificios ilegales para el desarrollo urbano.

AcontecerCristiano.Net

Jesús, amigo y hermano nuestro Soy peregrino El don del Espíritu Tu identidad de hijo de Dios Irse más feliz La vida... con humor 28072014

Jesús, amigo y hermano nuestro. Soy peregrino. El don del Espíritu. Tu identidad de hijo de Dios. Irse más feliz. La vida... con humor

Posted: 28 Jul 2014 11:44 AM PDT
Jesús, amigo y hermano nuestro:
Tú que eres camino y luz,
guía mis pasos al caminar.
Abre mis ojos a la vida,
para que sienta en todas las cosas que tú me amas.

No es fácil ser persona.
A veces, no sé quién soy ni lo que quiero ser.
Y, sin embargo, desde mi libertad,
anhelo andar por mi pie.

¡Guía, tú, mis pasos al caminar!
Sé que no he nacido para estar triste,
sé que es mucho lo que me falta por andar,
sé que no hay camino,
sé que soy un bello proyecto.

¡Guía, tú, mis pasos para llegar a ser yo mismo!
Dame un corazón como el tuyo,
alegra y generoso.
Dame una voluntad como la tuya,
capaz de quebrar la rutina.
¡Enséñame a vivir!

Gracias por todos los talentos, gracias por la vida,
Gracias por la libertad y el riesgo,
gracias, sobre todo, por tu amistad.
Jesús, amigo y hermano nuestro,
guía, tú, nuestros pasos hacia la vida,
que es la gran puerta por abrir.
Posted: 28 Jul 2014 09:49 AM PDT
Soy peregrino, soy peregrino…
Somos peregrinos de la vida,
caminantes en busca de paz.
Recorremos todos juntos el camino
y creamos un mundo de hermandad.

Somos peregrinos de la vida,
caminantes en busca de verdad.
Luchamos por la paz y la justicia
entregando la vida a los demás.

Somos peregrinos de la vida,
caminantes unidos para amar.
Ven hermano, y camina con nosotros
seremos constructores de la paz.
Posted: 28 Jul 2014 06:00 AM PDT
Te bendecimos Padre, por el don del Espíritu que, por tu Hijo, haces al mundo.  
Te bendecimos por Jesucristo, lo mejor de nuestro mundo,  el hombre de Espíritu por excelencia: evangelizando a los pobres, ayudando y fortaleciendo a todos... hasta que, resucitado, comunicó a su Iglesia y a los que buscaban con sincero corazón, ese mismo Espíritu...

Que el mismo Espíritu nos dé fuerzas para luchar por la verdad, la justicia y el amor; luz para comprender a todos, ayuda para servir, generosidad para amar, paciencia para esperar.

Padre, que tu Espíritu de amor nos traiga la unidad a nuestra Iglesia.  
Haznos sensibles a la acción del Espíritu en el mundo y en la historia de los hombres.

Ayúdanos a descubrirla en la ciencia, en la cultura, en el trabajo, en la técnica, en todo aquello en que el hombre y el Espíritu preparan conjuntamente: el alumbramiento de los nuevos cielos y la nueva tierra.
Posted: 28 Jul 2014 02:00 AM PDT
"Tu verdadera identidad es la de hijo de Dios. Esta es la identidad que debes aceptar. Una vez que la has sostenido y te has instalado en ella, puedes vivir en un mundo que te da tantas alegrías como dolores. Puedes recibir los elogios y también la culpa que te llega como una oportunidad de fortalecer tu identidad básica, porque la identidad que te libera esta anclada mas allá de todo elogio y culpa humana. Perteneces a Dios, y como hijo de Dios se te ha enviado al mundo.

Necesitas guia espiritual. Necesitas personas que puedan mantenerte anclado en tu verdadera identidad. La tentación de desconectarte de ese punto profundo de tu interior en el cual Dios reside, y de dejarte ahogar en los elogios o en la culpa del mundo, siempre se conserva.

Como ese punto profundo dentro de ti en el cual se atraiga tu identidad como hijo de Dios que ha sido desconocido durante tanto tiempo, quienes pudieron conmoverte en ese punto tuvieron un repentino y, a menudo, agobiante poder sobre ti. Se volvieron parte de tu identidad. Ya no podías vivir sin ellos. Pero ellos no podían desempeñar ese rol divino, así que te dejaron, y te sentiste abandonado. Pero es precisamente esa experiencia de abandono la que te devuelve a tu verdadera identidad como hijo de Dios.
Únicamente Dios puede habitar por completo ese punto mas profundo en tu interior y darte una sensación de seguridad. Pero sigue existiendo el peligro de que dejes que otras personas te arrebaten tu centro sagrado arrastrándote así hacia la angustia.

Puede requerir mucho tiempo y disciplina volver a contactar plenamente tu ser profundo, escondido. Con tu ser público, que es conocido, amado y aceptado, pero también criticado por el mundo.
Gradualmente, sin embargo te iras sintiendo mas conectado .y te transformaras mas plenamente en quien realmente eres: un hijo de Dios. Ahí reside tu verdadera libertad.

Henri Nouwen
"La voz interior del amor"
http://henrinouwenblog.blogspot.com.es/
Posted: 28 Jul 2014 01:00 AM PDT

Posted: 28 Jul 2014 12:30 AM PDT
Disimula, y la mula dijo si

Fuentes de este blog

Seguir los medios vaticanos
Por su parte, News.va aconseja a los fieles comprobar las noticias que se difunden sobre el Papa en los medios de la Santa Sede, como:
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 - Oficina de Prensa de la Santa Sede: http://www.vatican.va/news_services/press/index_sp.htm
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• Sitio web oficial de la Santa Sede, donde se puede encontrar el texto completo oficial de todos los discursos, homilías, mensajes, etc. del Papa Francisco: http://www.vatican.va/phome_sp.htm
• L’Osservatore Romano: Periódico de la Santa Sede http://www.osservatoreromano.va/es (damos la dirección de la edición semanal en español)
• Radio Vaticana: http://es.radiovaticana.va/index.asp
 -Centro Televisivo Vaticano: http://www.ctv.va/content/ctv/it.html
• The Pope App: app para smartphones y tablets gestionada por News.va, que puede descargarse gratuitamente en: http://www.news.va/thepopeapp/index_es.html
 -VIS: http://www.vis.va/vissolr/index.php?lang=es


Artículos y noticias del Vaticano y de la Iglesia:
 
 
Reflexiones de valores:

 
Reflexiones Espirituales:

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Reflexión de Anthony de Mello (Se descarga en este enlace):

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Evangelio del día, santos y santoral del día:

 www.evangelizo.org.

Misil alcanza la única parroquia católica en Franja de Gaza 30072014

Misil alcanza la única parroquia católica en Franja de Gaza

 
 
 
 
Iglesia
Iglesia "La Sagrada Familia" / Foto: Patriarcado Latino de Jerusalén
 
ROMA, 30 Jul. 14 / 09:40 am (ACI/EWTN Noticias).- La parroquia de la Sagrada Familia, la única presencia católica en la Franja de Gaza y dirigida por el sacerdote argentino Jorge Hernández, fue destruida parcialmente por un misil durante un bombardeo israelí el pasado lunes.
Según se informó, además del P. Hernández, en la parroquia hay tres religiosas de las Misioneras de la Caridad que atienden a 29 niños discapacitados y nueve ancianas.
El martes, en declaraciones a la agencia Fides, el sacerdote indicó que el objetivo del bombardeo era una casa cercana a la parroquia, la cual quedó totalmente destruida. Sin embargo, el ataque israelí también dañó parcialmente la escuela parroquial adyacente al templo, la oficina del párroco y algunos locales utilizados por la pequeña comunidad.
“Hemos tenido una noche difícil, pero estamos aquí. Esta guerra es absurda”, dijo el P. Hernández. “Después de destruir el barrio Shujayeh, el ataque israelí ahora se dirige al barrio de Zeitun. Todo sucede a nuestro alrededor. Los milicianos de Hamas siguen disparando misiles y luego se esconden en los callejones. Y no podemos hacer absolutamente nada. No podemos evacuar, porque con los niños es imposible. Sus familias viven por aquí. Y puede ser más peligroso salir que quedarse aquí. Tratamos de permanecer en los lugares más seguros, siempre en la planta baja”, relató.
El lunes 28 el ejército israelí envió mensajes de texto a los residentes del conglomerado al-Zeitun, donde se encuentra la parroquia católica y la parroquia ortodoxa, para que abandonen las casas antes del bombardeo. Muchos vecinos huyeron, pero esa no fue la suerte de los refugiados que desde hace días permanecen en el edificio parroquial.
 

Cincuenta mil monaguillos peregrinarán a Roma y saludarán al Papa Francisco 30072014

Cincuenta mil monaguillos peregrinarán a Roma y saludarán al Papa Francisco

2014-07-30 Radio Vaticana
(RV).- (Con audio) Del 4 al 8 de agosto, más de cincuenta mil monaguillos llegarán a la Ciudad Eterna procedentes de Alemania, Austria y Suiza con motivo de la peregrinación que, como cada año, organizan las diócesis de Alemania durante la primera semana de agosto. De este modo se refuerza el potencial espiritual de este importante grupo de la pastoral alemana, que cuenta con más de 430 mil niños, adolescentes y jóvenes adultos comprometidos con el servicio al altar.
El programa para esa semana incluye funciones religiosas diocesanas, visitas guiadas sobre temas de historia, cultura y espiritualidad, así como excursiones culturales y religiosas, entre las cuales se destaca la visita a la ciudad italiana de Asís. Sin embargo, el momento más importante de esta peregrinación, lo representa la audiencia que con el Papa Francisco, quien los recibirá en la Ciudad del Vaticano el próximo martes 5 de agosto.
(MFB - RV).

Caminar en Presencia de Jesús pidió Francisco en oración con su amigo Pentecostal Traettino 30072014

Caminar en Presencia de Jesús pidió Francisco en oración con su amigo Pentecostal Traettino


REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz
(RV).- (Con audio) RealAudioMP3
La búsqueda sincera y honesta del encuentro transformador con Jesús a través de la oración con la Palabra de Dios, emergió esencial en la devolución de la visita de Francisco al pastor Traettino.
Cuatro testimonios valientes sobre lo que el Espíritu puede obrar en los que rezan con la Biblia, resonaron dentro del templo en construcción, que en su interior ya confiesa con grandes letras rojas: Jesús es el Señor.
“Algunos se asombraran de que el Papa visite a los Evangélicos –expreso Francisco–, pero vine a buscar a hermanos que primero me visitaron a mi”.
Más de 200 personas, entre fieles y pastores pentecostales venidos de diversos lugares y también de Argentina –donde Bergoglio y Traettino se conocieron en encuentros de oración–, participaron activamente con cantos de gratitud y alabanza; con fuertes aplausos y asintiendo con su “Amén” personal y en voz alta, las expresiones de fe y amor al Señor de los que hablaban.
No se trata ciertamente de una de las tantas sectas de proselitismo agresivo y anticatólico que pululan en Latinoamérica; ni de las llamadas iglesias que tomando el nombre de Dios en vano, roban a la gente pobre ofreciéndoles la prosperidad económica y la salud física como bendiciones de Dios. Estos “evangélicos” son personas honestas y sinceras que reconocen sus límites, sus miserias; que buscan salir del pecado y rechazar el mal con la fuerza del Espíritu Santo que actúa en los corazones, transformando y haciendo nacer a una vida nueva.
“Usted conoce bien el tema de la Encarnación –dijo Traettino a Francisco– porque no ha enviado un mensajero o un mensaje sino que ha venido para estar con nosotros”. Francisco retomó la idea afirmando que “nos hace bien tocar la carne del hermano necesitado, porque Jesús es el Verbo que se ha hecho carne”.

miércoles, 30 de julio de 2014

La Santa Sede propone a la atención de los gobiernos las preocupaciones del Papa Francisco por la paz 30072014

La Santa Sede propone a la atención de los gobiernos las preocupaciones del Papa Francisco por la paz




(RV).- (Con audio) RealAudioMP3 La Secretaría de Estado envió a las embajadas acreditadas ante la Santa Sede una “Nota verbal” para recordar los recientes llamamientos sobre Oriente Medio que el Papa Francisco dirigió tras los últimos Ángelus. Nuestra emisora entrevistó al arzobispo Dominique Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados, a quien le hemos preguntado con qué ánimo la Santa Sede ve lo que está sucediendo actualmente a los cristianos en esta zona:
Obviamente la Secretaría de Estado sigue la situación de las comunidades cristianas en Oriente Medio con grandísima preocupación. Las comunidades cristianas están sufriendo injustamente, tienen miedo, y muchos cristianos se han visto obligados a emigrar. Sólo en Mosul casi treinta iglesias y monasterios fueron ocupados y dañados por los extremistas que han quitado las cruces. Por primera vez en tantos años non se pudo celebrar la Santa Misa el domingo. Es necesario recordar que en Irak, como en los demás países de Oriente Medio, los cristianos están presentes desde el inicio de la historia de la Iglesia y han tenido un papel significativo en el desarrollo de la sociedad y quieren sencillamente seguir estando presentes como artífices de paz y de reconciliación.
Ante la pregunta de qué está haciendo la Santa Sede para tratar de aliviar la situación, Monseñor Mamberti nos respondió:

La Santa Sede actúa en diversos niveles. Ante todo el mismo Santo Padre ha manifestado en varias ocasiones, y de modo conmovido, la cercanía a las comunidades cristianas, en particular a las familias de Mosul, invitando a todos a rezar por ellos. También ha expresado personalmente su cercanía a través de algunos de los responsables religiosos, entre los cuales el Patriarca caldeo de Babilonia y del Patriarca sirio de Antioquía, animando a los pastores y a los fieles a ser fuertes en la esperanza. Asimismo envió una ayuda económica a las familias, a través del Consejo Pontificio Cor Unum, para salir al encuentro de las necesidades humanitarias.
Por nuestra parte, la Secretaría de Estado, a través de sus propios canales diplomáticos, sigue impulsando la atención de las autoridades internacionales y de los gobiernos ante la suerte de estos hermanos nuestros, y se ha enviado una “Nota verbal” a todas las embajadas acreditadas ante la Santa Sede con el texto de los últimos llamamientos del Santo Padre concernientes también, más en general, a la situación en Oriente Medio, con la petición de hacer presente el mensaje a sus respectivos gobiernos. Nuestro vivo deseo es que la comunidad internacional se interese por esta cuestión, ya que están en juego los principios fundamentales de la dignidad humana, el respeto de los derechos de toda persona, para una convivencia pacífica y armoniosa de las personas y de los pueblos. Irak y los demás países de Oriente Medio están llamados a ser un modelo de convivencia entre comunidades diversas, de lo contrario, sería una gran pérdida y un pésimo presagio para el mundo entero.
Asimismo le hemos preguntado al Secretario para las Relaciones con los Estados qué piensa de los conflictos que padece esa región, y de la intensificación de la violencia en la Franja de Gaza:
Se trata de una situación trágica y muy triste a la que, lamentablemente, se corre el riesgo de habituarse y de considerarla casi como inevitable, lo que no sería justo. El Santo Padre dirigió numerosos llamamientos para seguir rezando, invocando el don de la paz y acogiendo la llamada que viene de Dios de romper la espiral del odio y de la violencia que aleja de la paz. Aquí quisiera corroborar la invitación del Papa a cuantos tienen responsabilidades políticas, a nivel local e internacional, a no ahorrar ningún esfuerzo para que cesen todas las hostilidades y se logre la paz deseada para el bien de todos. Como precisamente dice el Papa Francisco, se necesita más coraje para hacer la paz que para hacer la guerra; además habría que poner en el centro de toda decisión, no los intereses particulares, sino el bien común y el respeto de toda persona.
(María Fernanda Bernasconi – RV).