domingo, 31 de diciembre de 2017

CRISTIANISMO III Lección 3/11 Parte 2/7 (Curso del Profesor Antonio Oliver) Reflexión de Unai


CRISTIANISMO III Lección 3/11 Parte 2/7

Existir es estar en el tiempo para llegar a ser.

Nosotros somos hombres y existimos, estamos aquí metidos en el tiempo con 20,40,50,80..años

Heideguer dice que existir es estar en el tiempo para llegar a ser, esto es :
YO NO SOY YO PERO SE ME DA EL TIEMPO PARA LLEGAR A SER YO
Osea existir es caminar desde lo que YO NO SOY HASTA LO QUE YO SOY, ES DECIR,
ESTAR EN EL TIEMPO PARA LLEGAR A SER

Ahora el caso de dios es diferente 

Dios si existe entonces estaría para llegar a ser, se estaría haciendo por lo que muchos piensan que no existe 

Yo sólo me puedo pensar a mí en cuanto soy un ser descontento de mí porque si yo estuviera contento de mí, ya no me pensaría sino que me SEGUIRÍA 

Por lo que cuando yo me pienso me digo que no soy el de ayer pero tampoco aún el de mañana. 

Me estoy pensando en el tiempo, osea, existiendo, en mi existir. 

Si pienso esto mismo sobre dios, dios no es hoy el de ayer ni tampoco el de mañana..
Esto puedo decir de dios? 

Dios no existe en el tiempo porque dios no tiene ese tiempo para ser él porque ya lo es,
por tanto, al serlo, está fuera del tiempo y de la existencia que marca el tiempo en la vida del hombre

A dios no le hace falta ese tiempo porque ya lo es, el YA ES, a diferencia del hombre que aún tiene que ser y que por eso el hombre necesita del tiempo para ser, para llegar a ser y que es lo que le da existencia al hombre el tiempo para ser, cuando sea, deja de existir y se limitará a SER, será un hombre sin tiempo. Creo que hablamos del hombre en la eternidad. (esto último es una conclusión mía)

Estamos viviendo un momento en el cristianismo en el que viene un hombre nuevo con conceptos nuevos, y es imparable, sus pasos se oyen ya por la sangre de todos nosotros y va a poner fin a siglos de cristianismo acomodado 

La pregunta ahora es quien está de espaldas o de cara a dios, 


Nosotros o el que viene? 


Tu miras a Trento y es un cuadro pintado que vas interpretando esto o aquello pero tu
miras al siglo XXIII y es NIEBLA. 


Trento es un fósil, ha terminado, en la niebla puede aparecer la sorpresa en cualquier 

momento, lo que pasa es que en la niebla no te orientas y te molesta.

Quién vendrá por ahí?
De quién serán esos pasos?

En cambio el pasado es más previsible, sabes por dónde viene y por dónde puede atacar
El pasado lo dominamos, es nuestro el pasado, y el futuro debemos dominarlo,
este es el problema, es difícil pero debemos dominarlo porque
NOS CRECE DENTRO DE NOSOTROS

Ángelus: Los padres son los guardianes de la vida de los niños, no los propietarios 31122017

Ángelus: Los padres son los guardianes de la vida de los niños, no los propietarios

“Solo Dios es el Señor de la historia individual y familiar”
Ángelus del 31/12/2017 © Vatican Media
Ángelus Del 31/12/2017 © Vatican Media

(ZENIT – 31 dic. 2017).- “Todos los padres son los guardianes de la vida de los niños, no son los propietarios” porque “solo Dios es el Señor de la historia individual y familiar; todo nos viene de Él” ha afirmado el Papa Francisco en el Ángelus del 31 de diciembre de 2017, domingo de la Sagrada Familia.
Para el último Ángelus del año civil, que ha celebrado en la Plaza San Pedro en presencia de unas 30.000 personas, el Papa ha llamado a cada familia a “reconocer esta primacía” de Dios y educar a los niños “a abrirse a Dios que es la fuente misma de la vida”.
“Jesús, ha subrayado, ha venido para derribar las falsas imágenes que tenemos de Dios y también de nosotros mismos; para “contradecir” las seguridades mundanas….para hacernos “renacer” a un camino humano y cristiano auténtico, basado en los valores del Evangelio. No hay situación familiar que sea excluida de este nuevo camino…. Cada vez que las familias, incluso las que son heridas y marcadas por debilidades, fracasos y dificultades regresen a la fuente de la experiencia cristiana, se abren nuevos caminos y posibilidades impensables”.
Esta es nuestra traducción de las palabras que el Papa Francisco ha pronunciado antes de la oración mariana.
A.K
Palabras del Papa Francisco
¡Queridos hermanos y hermanas, buenos días!
En este primer domingo después de la Navidad, celebramos la Sagrada Familia de Nazaret, y el Evangelio nos invita a reflexionar sobre la experiencia vivida por María, José y Jesús, mientras crecen juntos como familia en el amor recíproco y en la confianza en Dios. El rito cumplido por María y José con la ofrenda de su hijo Jesús a Dios es la expresión de esta confianza, el Evangelio dice: “llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor” (Luc. 2,22) como mandaba la ley de Moisés. Los padres de Jesús van al templo para atestiguar que el hijo pertenece a Dios y que ellos son los guardianes de su vida y no sus propietarios. Y esto nos hace reflexionar. Todos los padres son guardianes de la vida del hijo, no propietarios, y deben ayudarlos a crecer y a madurar.
Este gesto subraya que solo Dios es el Señor de la historia individual y familiar; todo nos viene de Él. Cada familia está llamada a reconocer esta primacía, protegiendo y educando a los hijos para abrirse a Dios que es la fuente misma de la vida. El secreto de la juventud interior se encuentra ahí, como da testimonio de ello en el Evangelio una pareja de ancianos, Simeón y Ana. El viejo Simeón, en particular, inspirado por el Espíritu Santo, dice a propósito del niño Jesús: “He aquí que este niño ha sido puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten y será como signo de contradicción para que se ponga de manifiesto los pensamientos de muchos corazones (vv. 34-35).
Estas palabras proféticas revelan que Jesús ha venido para hacer caer las falsas imágenes que nos hacemos de Dios incluso de nosotros mismos; para “contradecir” las seguridades mundanas sobre las cuales pretendemos apoyarnos para hacernos renacer a un camino humano y cristiano auténtico, fundado sobre los valores del Evangelio. No hay situación familiar que esté excluida de este nuevo camino de renacimiento y resurrección. Cada vez que las familias, incluso las que están heridas y marcadas por fragilidades, de fracasos y debilidades, vuelven a la fuente de la experiencia cristiana, se abren a nuevos caminos y a  posibilidades impensables.
El relato del Evangelio del día relata que María y José, “cuando terminaron todo lo que prescribía la ley del Señor, regresaron a Galilea, a su ciudad de Nazaret”. El niño crecía  y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él” (vv. 39-40)
Una de las grandes alegrías de la familia es el crecimiento de los niños. Están destinados a crecer y fortalecerse, a adquirir sabiduría y a recibir la gracia de Dios, como le sucedió a Jesús. Él es verdaderamente uno de nosotros: el Hijo de Dios se hace niño, acepta crecer, fortalecerse, está lleno de sabiduría y la gracia de Dios está sobre él. María y José tienen la alegría de ver todo esto en su hijo, y es la misión hacia la cual está orientada la familia: crear las condiciones favorables para el crecimiento armonioso y completo de los niños, para que puedan vivir una vida nueva, digna de Dios y constructiva para el mundo.
Y es el deseo que dirijo a todas las familias, acompañándolas con la invocación a María, Reina de la Familia.
© Traducción de ZENIT, Raquel Anillo

San Silvestre I, papa (31 de diciembre)

San Silvestre I, papa

fecha: 31 de diciembre
†: 335 - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Elogio: San Silvestre I, papa, que piadosamente rigió la Iglesia durante muchos años, período en el cual el emperador Constantino Augusto construyó basílicas venerables, y el Concilio de Nicea aclamó a Cristo como Hijo de Dios. En este día su cuerpo fue enterrado en Roma, en el cementerio de Priscila.
Patronazgos: patrono de los animales e intercesor por un buen año nuevo.
refieren a este santo: San Inocencio de Tortona

Oración: Socorre, Señor, a tu pueblo que se acoge a la intercesión del papa san Silvestre primero, para que, pasando esta vida bajo tu pastoreo, pueda alcanzar en la gloria la vida que no acaba. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén (oración litúrgica).
Al papa Silvestre I, lo mismo que a su predecesor san Milcíades, se le recuerda más por los sucesos que tuvieron lugar durante su pontificado que por su vida y sus hechos. Vivió en una época de tan grande trascendencia histórica que, inevitablemente surgieron en torno suyo diversas leyendas y anécdotas sensacionales, como las que figuran en la obra «Vita beati Silvestri», pero sin valor como datos para los registros de la historia. En cambio, el Liber Pontificalis hace constar que era el hijo de un romano llamado Rufino, elegido papa a la muerte de san Milcíades, en 314, casi un año después de que el Edicto de Milán había garantizado la libertad para la Iglesia. En consecuencia, las leyendas más significativas sobre san Silvestre se fabricaron alrededor de sus relaciones con el emperador Constantino. En ellas se representa a Constantino como a un leproso que, al convertirse al cristianismo y al recibir el bautismo de manos del papa Silvestre, quedó curado. Como muestra de gratitud hacia el vicario de Cristo en la tierra, el emperador concedió numerosos derechos y privilegios al Papa y sus sucesores y dejó bajo el dominio de la Iglesia a las provincias de Italia. La historia de los «donativos de Constantino» («Donatio Constantini»), que se compuso y se utilizó para fines políticos y eclesiásticos durante la Edad Media, se ha reconocido desde hace mucho como una falsedad, incluyendo el bautismo de Constantino por san Silvestre, ya que en realidad Constantino era todavía catecúmeno cuando se hallaba en su lecho de muerte y fue entonces, dieciocho meses después de la muerte de San Silvestre, cuando un obispo arriano lo bautizó en Nicomedia.
A los pocos meses de ocupar la silla de San Pedro, el Papa envió una delegación personal al sínodo convocado en Arles para tratar la disputa donatista. Los obispos reunidos en aquella asamblea formularon críticas por la ausencia del Pontífice que, en vez de presentarse en la reunión, permanecía en «el sitio donde los Apóstoles tienen su tribunal permanente». En junio del año 325, se reunió en la ciudad de Nicea, en Bitinia, el primer Concilio Ecuménico o general de la Iglesia, al que concurrieron unos 220 obispos, casi todos orientales. El papa Silvestre envió de Roma, como delegados, a dos sacerdotes. El Concilio presidido por un obispo de occidente, Osio de Córdoba1, condenó las herejías de Arrio y con ello dio principio a una larga y devastadora lucha dentro de la Iglesia. No hay noticias precisas de que san Silvestre haya ratificado oficialmente la firma de sus delegados en las actas del Concilio.
Es probable que haya sido a san Silvestre y no a Milcíades a quien Constantino cedió el palacio de Letrán, donde el Papa estableció su cátedra e hizo de la basílica de Letrán la iglesia catedral de Roma. Durante el pontificado de san Silvestre, el emperador (que en el 330 trasladó su capital de Roma a Bizancio) hizo construir las primeras iglesias romanas, como la de San Pedro en el Vaticano, la de la Santa Cruz en el palacio sesoriano y la de San Lorenzo extramuros. El nombre de este Papa, junto con el de San Martín, ha quedado impuesto hasta ahora a la iglesia titular de un cardenal que, por aquel entonces, fue fundada cerca de los baños de Diocleciano, por un sacerdote llamado Equicio. San Silvestre construyó también otra iglesia en el cementerio de Priscila, sobre la Vía Salaria. En aquel mismo lugar fue enterrado en el año 335. Pero en el 761, el papa Pablo I trasladó sus reliquias a la iglesia de San Silvestre in Capite, que es ahora la iglesia nacional de los ingleses católicos en Roma. Desde el siglo XIII, se generalizó la celebración de la fiesta de este santo Pontífice en el Occidente el 31 de diciembre, y también se observa en el Oriente (el 2 de enero), la conmemoración de aquel primer Pontífice de Roma, después de que la Iglesia salió de las catacumbas.
En cuanto a la «Donatio Constantini», parece ser que, con fecha anterior a ese documento, circuló una historia de san Silvestre, inventada para edificación de los lectores piadosos de la segunda mitad del siglo quinto, donde figura, por ejemplo, el relato de una discusión teológica entre san Silvestre y doce doctores judíos. Hay indicios de que el Liber Pontificalis se documentó en el mencionado libro al hablar del Constitutum Silvestri. Pero también había otra versión de esta leyenda que incluía incidentes tales como la lucha contra un dragón y que modificaba radicalmente otros detalles. En el siglo IX, encontramos textos en los que estos elementos están fundidos con otros nuevos. Por otra parte, desde el siglo sexto comenzaron a aparecer las versiones griegas sobre ese mismo tema. Uno de estos textos griegos se ha conservado en cuarenta copias que ahora existen. También hubo traducciones de las actas de san Silvestre al sirio y al armenio, así como una homilía en verso, atribuida a Santiago de Sarug. En algunas de estas versiones orientales se presenta a san Silvestre como compañero de viaje de santa Elena, la madre de Constantino, por Palestina, y se afirma, además, que el Papa tomó parte en el descubrimiento de la verdadera Cruz. San Silvestre ocupó un lugar importantísimo en el movimiento intelectual medieval.
J. P. Kirsch hizo un profundo estudio sobre el espurio documento de la «Donatio Constantini» en la Catholic Encyclopedia (vol. v, pp. 118-121, hay traducción al español, pero atención que en numerosos casos la traducción es de pésima calidad, no he contrastado éste). W. Lewinson tiene también un estudio sobre los diversos elementos que contribuyeron a la fabricación de la fábula: «Konstantinische Schenkung und Silvester Legende», en Miscellanea Francesco Ehrle (vol. II, 1924, pp. 159-247). Ver Liber Pontificalis, edición Duchesne, vol. I, pp. CXXXV y 170-201. El período histórico de san Silvestre se encuentra, como no podía ser menos, ampliamente tratado en cualquier historia de la Iglesia, por ejemplo, H. Jedin, Manual de Historia de la Iglesia, tomo I, pág. 569ss., Herder, 1966. Imagen: San Silvestre es recibido por Constantino, fresco de 1246, en la Capilla de San Silvestre en la iglesia de los Cuatro Coronados, Roma.
1 Osio de Córdoba, Ossio u Hosio es santo para la Iglesia oriental, tanto ortodoxa como católica, aunque no está incluido en el Martirologio Romano. San Isidoro de Sevilla se hizo eco de cierta tradición que señalaba que a lo último de su vida, a los 101 años, y bajo tortura, habría apostatado de la fe católica aceptando un credo semiarriano; esta tradición ha sido refutada de muchas maneras, pero no lo suficiente como para aceptarlo como confesor o como mártir en la Iglesia occidental. En todo caso es uno de los grandes Padres de la Iglesia latina. Ver Quasten: Patrología III, BAC, pág 71-73 y una defensa de su ortodoxia en «Hosius vere Hosius», por el Pbro. Miguel José Maceda, Bononia, 1790. Nota de ETF
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_4662

Diálogo con Jesús 31122017

 
Diálogo con Jesús
Señor mío, quiero dejar que hoy la fuerza de tu Espíritu capacite mi corazón y lo haga noble y dócil a tus inspiraciones para poder acercarme más al a figura que quiero reflejar de Ti en mi vida. Me postro ante tu presencia y te pido perdón por mis actitudes equivocadas y por llenarme de emociones negativas que siembran rencor en mi corazón. Tú conoces todo de mí, sabes que quiero dejar atrás mi vida de pecado, pero necesito de tu fuerza para que me aleje de esos valles tenebrosos y me conduzca por las aguas tranquilas de tu amor. Tú eres mi Roca fuerte, mi alcázar, mi refugio y mi salvación. En Ti me veo fortalecido para enfrentar y vencer las dificultades y aprender de ellas. Te amo, bendíceme ahora en este nuevo día. Amén

Fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret: Jesús, María y José 31122017

Fiesta de la Sagrada Familia de Nazaret: Jesús, María y José

fiesta de la sagrada familia de nazaret jesus maria y jose

La Fiesta de la Sagrada Familia nos invita a acoger, vivir y proclamar la verdad y la belleza de la familia, según el plan de Dios

 
La fiesta de la Sagrada Familia es una Fiesta universal de la Iglesia que celebra la unidad familiar divina y humana de Jesús, María y José. Dios quiso nacer bajo una humilde familia para hacer brillar su luz a todas las naciones. La Fiesta de la Sagrada Familia nos lleva a la interiorizar la santa vivencia de aquella familia en donde se desarrolló el Hijo de Dios. Esta Fiesta se celebra generalmente el domingo después de Navidad.

Fecha: Primer domingo después de Navidad o 30 de Diciembre

Si la Navidad cae un día domingo, entonces la fiesta de la Sagrada Familia se celebra el 30 de diciembre y, de ser el caso que la Fiesta caiga el día en que se celebra la Solemnidad de Santa María Madre de Dios, la Fiesta de la Sagrada Familia también se celebra el 30 de Diciembre.
La Sagrada familia es el modelo de virtudes de todas las familias. Así Dios lo quiso, nacer en el seno de una familia, formada por José María y Jesús, en donde el Hijo de Dios fue acogido con gozo, donde nació pobre y humilde, donde creció y se educó como hombre, obediente a Dios, a María y a José, en la cual se evocaban todas las mejores virtudes domésticas que deben reinar en el hogar de todas las familias del mundo.

Fiesta de la Sagrada Familia

La fiesta de la Sagrada Familia es una fiesta de devoción. Se difundió entre el pueblo a partir del siglo XVII y varias congregaciones religiosas nacieron bajo esta advocación:
La fundación en parís de las Hijas de la sagrada familia data de 1874, coincidiendo con la época en que la devoción se convirtió en motivo del arte popular.
Uno de los países en los que se extendió de un modo especial fue Canadá, donde en 1863, en la ciudad de Montreal se fundó la asociación de la Sagrada Familia, y ese mismo año se celebró por primera vez la fiesta.
El Papa León XIII hace referencia a Canadá en su carta "Nemimen Fugit de 1892.
El 26 de octubre de 1921 la Sagrada Congregación para la Liturgia amplió la Fiesta de la Sagrada Familia a la Iglesia Universal y, a partir de la revisión del calendario litúrgico de 1969, se trasladó del primero domingo después de Epifanía al domingo de la octava de navidad. Si la navidad cae en domingo la fiesta se celebra el 30 de Diciembre.

¿Qué podemos aprender de la Sagrada Familia?

  1. José es un modelo de obediencia total. Obedece sin quejarse. No dice una palabra. Sabemos poco de él, pero su rápida obediencia es fundamental para que se cumpla el plan de Dios. Ante los problemas familiares, José no se divorcia ni abandona su familia ni pone condiciones a su amor.
  2. Debemos parecernos a Jesús. Cuando nace un niño, inmediatamente buscamos parecidos: "Tiene los ojos como los del padre". "Se parece a la madre". Estos parecidos son genéticamente transmitidos de generación en generación.

    San Pablo nos invita en la 2ª Lectura de hoy (Col 3, 12-21) a parecernos a Cristo por ser de la familia de Dios. Debemos reflejar la bondad y santidad de nuestro Padre Dios y de nuestro hermano Jesucristo.

    La gente que nos mira y observa debería decir: "Cómo se parecen a Jesús" Nos debemos parecer, no por nuestros ojos ni por la nariz, sino por nuestra mente y nuestro corazón, por nuestra manera de vivir y de amar, por nuestros valores.

    "Y por encima de todo esto, el amor, que es el ceñidor de la unidad consumada", nos recomienda hoy San Pablo.
  3. A la familia se la define como "Escuela del amor", "Iglesia doméstica" y "Mini- iglesia". En la Iglesia celebramos los sacramentos pero en la familia celebramos los "sacramentales", esos pequeños ritos que nos recuerdan a Dios y lo hacen presente en nuestras actividades: rezar al comer, al ir a dormir, tener imágenes religiosas.
  4. La familia es el lugar providencial donde somos formados como humanos y como cristianos. Nuestra familia es donde crecemos en sabiduría, en edad y en gracia delante de Dios y de los hombres.

¿A qué nos invita la Sagrada Familia?

La Fiesta de la Sagrada Familia nos invita a acoger, vivir y proclamar la verdad y la belleza de la familia, según el plan de Dios.
La familia es una comunión íntima de vida y amor, fundada en el matrimonio entre un hombre y una mujer, abierto al don de la vida humana, y al amor para siempre.
Todas las familias del mundo en que vivimos hoy, deben siempre acudir al amparo y protección de la Sagrada Familia, para así aprender a vivir el amor y el sacrificio, conscientes de que la gracia del sacramento del matrimonio fortalece a los esposos para sacrificarse el uno por el otro, y ambos por los hijos.

Oración a la Sagrada Familia

Que la Sagrada Familia de Nazaret sea modelo y guía de todas las familias cristianas.
Que siguiendo los pasos de José y María, los padres puedan educar a sus hijos en la Fe y acercarlos al Amor de Dios y que, como Jesús, los hijos crezcan en sabiduría, obendiencia y entrega al Señor.
Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén
 
PildorasdeFe.net | Biografía de Santos y Beatos

Oración de sanación y Vídeo reflexión para hoy 31122017

Oración de Sanación

Padre del amor, te doy gracias por amarme infinitamente y por las manifestaciones que has tenido en los más mínimos detalles de mi vida.
Tú eres la luz del mundo, la que ha venido a dar vida a la humanidad. Te reconozco como el Dios de todos los tiempos, el Dios de la paz, la justicia y el amor.
Derrama tu amor en mi corazón, que siempre pueda sentir el celo ardiente por todas las cosas santas y sea además un fiel cumplidor de tu ley divina.
Ayúdame a tener una fe como la de María y José, quienes, sintiendo el gozo en su corazón, llevaron al Niño Dios al Templo para presentarlo al mundo.
Ayúdame a sentir ese gozo por salir a tu encuentro y a que, junto a mi familia, vaya lleno de entusiasmo a recibir tu Palabra y tus Sacramentos
Tu luz pone en evidencia las intenciones torcidas que aún habitan en mi corazón: egoísmo, soberbia, vanidad; obstáculos en mi camino de vida.
Libérame de toda opresión y realiza en mí una nueva creación, para así amarte y servirte como lo hizo María, sin reservas y con entera humildad.
Cuento desde ya con tu gracia para ser portador de tu luz y llevarla con valentía y dar esperanzas a los más desvalidos y abandonados. Amén

Propósito para hoy

Revisar al final del día las actividades que realicé y discernir, en torno a la fe, si han tenido algún valor espiritual.

Frase de reflexión

"Señor, enséñanos a salir de nosotros mismos. Enséñanos a ir a la calle y dar a conocer tu amor". Papa Francisco

Vídeo reflexión para hoy


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Santa Catalina Labouré, virgen (31 de diciembre)

Santa Catalina Labouré, virgen

fecha: 31 de diciembre
fecha en el calendario anterior: 28 de noviembre
n.: 1806 - †: 1876 - país: Francia
canonización: 
B: Pío XI 28 may 1933 - C: Pío XII 27 jul 1947
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Elogio: En París, también en Francia, santa Catalina Labouré, virgen de las Hijas de la Caridad, que de manera singular honró a la Inmaculada y brilló por su sencillez, caridad y paciencia.
Zoe Labouré, hija de un campesino de Fain-les-Moutiers, nació en 1806. Fue la única de una numerosa familia que no asistió a la escuela y no aprendió a leer ni a escribir. Cuando su madre murió, Zoe tenía ocho años. Algún tiempo después, su hermana mayor, Luisa, ingresó en el instituto de las Hermanas de la Caridad, de suerte que Zoe quedó encargada de hacer casa a su padre. A eso de los catorce años, la joven se sintió también llamada a la vida religiosa. Su padre se opuso un tanto; pero finalmente, en 1830, Zoe consiguió ingresar en la casa que tenían las hermanas de la caridad de San Vicente de Paúl en Chatillon-sur-Seine. En religión tomó el nombre de Catalina. Al terminar el postulantado, fue enviada al convento de París (rue du Bac), a donde llegó cuatro días antes de que las reliquias de san Vicente fuesen trasladadas de Notre-Dame a la iglesia de los lazaristas en la calle de Sevres. Al atardecer del día de esa fiesta, tuvo lugar la primera de las extraordinarias visiones que tuvo Catalina Labouré, pero no fue aquélla la más importantes, y transcurrieron tres meses desde entonces para que se iniciara la serie de tres apariciones trascendentales que habrían de dar fama mundial al nombre de la hermana. A eso de las 11.30 de la noche del 18 de julio de 1830, la hermana Catalina despertó sobresaltada y se encontró ante «un niño resplandeciente» que la invitaba a seguirle con un gesto de su mano. El niño la condujo a la capilla de las monjas donde la aguardaba la Santísima Virgen. La entrevista se prolongó durante dos horas y, según se supo más tarde, en el curso de la misma, la Madre de Dios le advirtió que la tenía destinada a una tarea muy difícil y le reveló ciertos sucesos futuros, como la muerte violenta de un arzobispo de París que habría de ocurrir, como ocurrió en efecto, cuarenta años más tarde (Mons. Darboy, en 1871).
La segunda aparición tuvo lugar el 27 de noviembre, cuando Nuestra Señora se manifestó a Catalina en la misma capilla. En aquella ocasión, la Madre de Dios no habló, pero en cambio se apareció inmóvil y resplandeciente, como la figura de una estampa. Parecía estar dentro de un gran círculo luminoso, de pie sobre una esfera; tenía las manos extendidas hacia abajo, y de sus palmas irradiaban rayos de luz. En torno a la figura de la Virgen aparecía la siguiente inscripción: «¡Oh, María, concebida sin pecado, rogad por nosotros que recurrimos a vos¡», En un momento dado, la imagen pareció darse la vuelta y, en el reverso apareció una «M» coronada por una cruz y con dos corazones debajo, uno ceñido por una corona de espinas y el otro traspasado por una espada. En el mismo momento, Catalina creyó oír una voz que le mandaba acuñar una medalla con aquella imagen y aquellos símbolos. La misma voz prometía que, cuantos portasen la medalla con devoción, recibirían grandes gracias por la intercesión de la Madre de Dios. La visión se repitió al mes siguiente y en varias ocasiones más, hasta el mes de septiembre de 1831. La hermana Catalina refirió todo a su confesor, el P. Aladel, quien investigó cuidadosamente el asunto y, convencido de su autenticidad, obtuvo del arzobispo de París, Mons. de Quélen, el permiso de acuñar la medalla. En junio de 1832, quedaron listos los primeros 1500 ejemplares de la que se conoció desde entonces como la medalla «milagrosa». Según parece, ese nombre se le dio a causa de las circunstancias maravillosas de su origen, más que a milagros relacionados con ella. En seis años, se vendieron 130.000 ejemplares de la «Noticia histórica de los orígenes y efectos de la Medalla Milagrosa», obra del P. Aladel, publicada en 1834 y que fue traducida a varios idiomas, incluso al chino. En 1836, el arzobispo de París instituyó una investigación canónica sobre las visiones. Pero la hermana Catalina no compareció ante los miembros de la comisión. Las precauciones que la santa había tomado para permanecer ignorada, la promesa que había arrancado al P. Aladel de no revelar su nombre a nadie, el secreto absoluto que había guardado sobre las visiones, excepto ante su confesor y su repugnancia a comparecer ante las autorirdades eclesiásticas, explican por qué los miembros de la comisión no hablaron con ella. El tribunal tomó en consideración las circunstancias, el carácter de la visionaria, la prudencia y buen juicio del P. Aladel y falló en favor de la autenticidad de las visiones. La popularidad de la medalla creció rápidamente, sobre todo a partir de la conversión de Alfonso Ratisbonne en 1842. Era éste un judio alsaciano que había aceptado, sin entusiasmo alguno, llevar la medalla y más tarde, tuvo una aparición de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa en la iglesia de Sant'Andrea delle Trate, de Roma. En seguida, recibió el bautismo y posteriormente se ordenó sacerdote y fundó la congregación religiosa de los Padres y las Hermanas de Sión. También se hizo una investigación canónica sobre la visión de Alfonso Ratisbonne.
El informe de la comisión y el del arzobispo de París, se usaron a fondo en el proceso de beatificación de Catalina Labouré, sobre cuya vida personal se sabe muy poco. Sus superiores la calificaron de «más o menos insignificante, realista y poco imaginativa, fría y casi apática». Desde 1831 hasta su muerte, ocurrida el 3I de diciembre de 1876, la santa vivió sin hacerse notar en el convento de Enghien-Reuilly, donde ejerció los cargos de portera, encargada del gallinero y encargada del cuidado de los ancianos del hospicio. Ocho meses antes de su muerte, Catalina reveló a su superiora, la Madre Dufes, las gracias extraordinarias que había recibido. Todo el pueblo se volcó en sus funerales. Poco después, un niño de once años, inválido de nacimiento, fue curado instantáneamente en el sepulcro de la santa. Catalina Labouré fue canonizada en 1947.
Se ha escrito mucho sobre Catalina y la Medalla Milagrosa. Probablemente la biografía más conocida es la del P. E. Crapez. Mencionemos también la biografía del P. E. Cassinari. Anterior a éstas es la obra de Lady Georgiana Fullerton, Life and Visions of a Sister of Charity (1880).
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_4671

Hija de su Hijo (P.Raniero Cantalamessa) 31122017

Hija de su Hijo


Es la mujer misma, cada mujer, quien ha sido elevada, en María, a tal increíble altura. María es aquí la mujer. Se habla mucho hoy de la promoción de la mujer, que es uno de los signos de los tiempos más bellos y alentadores. Pero Dios nos ha precedido mucho; confirió a la mujer un honor tal como para hacernos enmudecer a todos. 



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31 diciembre 2017
El pasaje evangélico recuerda la base real e histórica sobre la que se funda el título de Madre de Dios: «Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, el que le dio el ángel antes de ser concebido en el seno de la madre». Pero es Pablo quien, en la segunda lectura, nos ofrece la verdadera dimensión del misterio: «Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la filiación adoptiva».

Madre de Dios fue en el origen un título que concernía más a Jesús que a la Virgen. De Él nos atestigua que es verdadero hombre: «¿Por qué decimos que Cristo es hombre, sino porque es nacido de María que es una criatura humana?» (Tertuliano). Nos atestigua, en segundo lugar, que es verdadero Dios. Sólo si Jesús es visto como Dios, es posible llamar a María «Madre de Dios».

Finalmente, de Jesús, atestigua que Él es Dios y hombre en una sola persona. Si en Jesús humanidad y divinidad hubieran estado unidas en cuanto a una unión sólo moral y no personal (así pensaban los herejes contra los cuales fue definido el título «Madre de Dios», Theotokos, en el Concilio de Éfeso del año 431), Ella no podría ya haber sido llamada Madre de «Dios», sino sólo Madre de «Jesús» o de «Cristo». María es aquella que hizo de Jesús nuestro hermano.

Eligiendo esta vía materna para manifestarse a nosotros, Dios reveló, al mismo tiempo, la dignidad de la mujer. «Al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer». Si San Pablo hubiera dicho: «nacido de María», se habría tratado sólo de un detalle biográfico; diciendo «nacido de mujer» dio a su afirmación un alcance universal e inmenso. Es la mujer misma, cada mujer, quien ha sido elevada, en María, a tal increíble altura. María es aquí la mujer. Se habla mucho hoy de la promoción de la mujer, que es uno de los signos de los tiempos más bellos y alentadores. Pero Dios nos ha precedido mucho; confirió a la mujer un honor tal como para hacernos enmudecer a todos.

El título Madre de Dios nos habla, en fin, naturalmente de María. María es la única, en el universo, que puede decir, dirigiéndose a Jesús, lo que le dice a Él el Padre celestial: «¡Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy!» (Cf. Hb 1,5; Sal 2,7. Ndt). San Ignacio de Antioquia dice, con toda sencillez, que Jesús es «de Dios y de María». Casi como decimos nosotros de un hombre que es hijo de éste y de ésta. Dante Alighieri encerró la doble paradoja de María, que es «virgen y madre» y «madre e hija», en un solo verso: «¡Virgen Madre, hija de tu Hijo!».

El título Madre de Dios basta por sí solo para fundar la grandeza de María y justificar el honor a Ella tributado. Se reprocha a veces a los católicos que exageran en el honor y en la importancia atribuidos a María, y en ocasiones hay que reconocer que el reproche no carecía de fundamento, al menos por el modo con que aquello se realizaba. Pero jamás se piensa en lo que hizo Dios. Dios fue tan allá al honrar a María haciéndola Madre de Dios que ninguno puede decir más, «aunque tuviera –decía el propio Lutero– tantas lenguas cuantas briznas de hierba hay en la tierra».

El título de Madre de Dios es también hoy el punto de encuentro y la base común a todos los cristianos, del que volver a partir para reencontrar el acuerdo en torno al lugar de María en la fe. Es el único título ecuménico, no sólo de derecho, porque fue definido en un Concilio ecuménico, sino también de hecho, en cuanto que es reconocido por todas las mayores Iglesias cristianas.

La oración mariana más antigua, Sub tuum praesidium, expresa la confianza y el consuelo que el pueblo cristiano siempre ha sacado de este título de la Virgen: «Bajo tu protección nos acogemos, Santa Madre de Dios; no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades; antes bien, líbranos siempre de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!». 

Santa Melania "la Joven", religiosa.(31 de diciembre)

Santa Melania "la Joven", religiosa.

Limpia se presentó en el Eterno Consistorio.

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31 diciembre 2017
Santa Melania "la Joven", religiosa.
Santa Melania "la Joven".
Santa Melania "la Joven", religiosa. 31 de diciembre.

Nació en Roma en 383. Se le llama "la joven" para distinguirla de su abuela paterna, Santa Melania "la Anciana" (26 de enero). Sus padres, Publinico y Albina era de noble ascencencia, y estaban emparentados con Santa Paula Romana (26 de enero). A los 14 años se casó con Valerio Piniano, de 18 años y de noble familia. La boda fue el 6 de diciembre de 378. Tuvieron dos hijos, que murieron siendo pequeños, lo cual sumió a ambos esposo en la tristeza. Como eran piadosos, destinaron su fortuna, y también la que heredó Melania de sus padres, a construir hospitales, monasterios e iglesias. Juntos se adentraron en la oración y la penitencia guiados por San Pamaquio (30 de agosto).
Fueron conocidos y queridos por todo el clero y fieles romanos. De hecho se codearon con los ilustres prelados de su tiempo. En 406 visitaron a San Paulino de Nola (22 de junio), en 410 en Hipona conocieron a San Agustín (28 de agosto; 24 de abril, bautismo; 29 de febrero, traslación de las reliquias a Pavía; 5 de mayo, conversión; 15 de junio, en la Iglesia oriental) y a San Alipio (16 de mayo) en Tagaste. A esta ciudad se mudaron luego del saqueo de Roma por parte del vándalo Alarico y allí fundaron dos monasterios. En 415 viajaron a Alejandría, donde conocieron a San Cirilo (27 de junio). En 417 se trasladaron a Jerusalén, donde ambos comenzaron una vida de intensa piedad, meditación y oración, que les llevó a separarse y desear ingresar en la vida monástica. En 419 Melania se unió a las eremitas que dirigía San Jerónimo (30 de septiembre y 9 de mayo, traslación de las reliquias) y Valerio se unió a una comunidad monástica, alcanzando el cielo en 431.

En 432 Melania fundó su propio monasterio en el Monte de los Olivos, donde se vivía en estricta pobreza y oración constante, al estilo acemeta, y en el cual entraron muchas mujeres de mala vida, arrepentidas de su pecado. Solo abandonó su recinto Melania para viajar a Constantinopla en aras de atraer a la fe cristiana a Volusiano, su tío materno. Además, convirtió a muchos católicos que habían abrazado la herejía nestoriana, y encaminó por las sendas de la perfección a muchos ricos y nobles que vivían alejados de Cristo, entre lujos y vicios. Sobre 441 volvió la santa a Jerusalén, donde acompañó a la emperatriz Eudoxia por los Santos Lugares.
La Víspera de Navidad de 441 Melania avisó a las monjas que esa sería la última Natividad del Señor que pasaría con ellas. El día de San Esteban visitó la iglesia extramuros del santo diácono, donde elevó esta oración: "Señor, y Dios mío, a quien yo desde mi niñez elegí, y antepuse al matrimonio, a las riquezas, delicias, y fausto del mundo; a quien desde las primeras luces de la razón, hice único Dueño de todo mi ser; por cuyo respetoso filial temor, los huesos se pegaron a mi carne; que tuviste mi mano diestra, y me guiaste en los rumbos de tu Voluntad Santísima; oye ahora mi voz, y estas mis amorosas lágrimas muevan los raudales de tu Misericordia. Limpia las manchas de todos mis pecados, enséñame el camino para llegar a ti sin estorbo alguno. No me impida tanto bien el común enemigo. O Immortal, ¡bien sabes nuestra mortalidad frágil! ¡O Amador de los Hombres!, sabes que nadie está libre de culpas, y que todo hombre es tributario a la común mancha, aunque no tenga sino un día de vida, pero tú, borrando mis defectos, preséntame limpia en tu consistorio".
Regresó Melania a su monasterio ya enferma, y se fue debilitando poco a poco, hasta fallecer el 31 de diciembre de 446. Algunas fuentes citan como año el 439.
Fuentes: 
-"La leyenda de oro para cada día del año". Volumen 3. PEDRO DE RIBADANEIRA. Barcelona, 1866.
-"Memorias venerables de los más insignes profesores del Instituto que plantó en la Iglesia su Doctor Máximo, el Gran Padre San Jerónimo". FR. FRANCISCO PI. O.S.H. Barcelona, 1776.
A 31 de diciembre además se celebra a
Santo Domingo Jáñez, mártir.
San Silvestre, papa.