Santa Catalina Volpicelli, virgen y fundadora
fecha: 28 de diciembre
n.: 1839 - †: 1894 - país: Italia
canonización: B: Juan Pablo II 29 abr 2001 - C: Benedicto XVI 26 abr 2009
hagiografía: Vaticano
n.: 1839 - †: 1894 - país: Italia
canonización: B: Juan Pablo II 29 abr 2001 - C: Benedicto XVI 26 abr 2009
hagiografía: Vaticano
Elogio: En Nápoles, en Italia, santa Catalina Volpicelli, virgen, que
entregada a la asistencia de pobres y enfermos fundó el Instituto de Esclavas
del Sagrado Corazón de Jesús, con la finalidad de que este siempre manifestase
una caridad activa, adaptada a las necesidades de los tiempos.
refieren a este santo: Santa Julia
Salzano
Nacida en Nápoles el 21 de enero de 1839,
Catalina tuvo en su familia, perteneciente a la alta burguesía, una sólida
formación humana y religiosa. En el Colegio Real de San Marcelino, bajo la
sabia guía de Margarita Salatino (futura cofundadora, con el Beato Ludovico de
Casoria de las Hermanas Franciscanas Elisabettiane Bigie), aprendió letras,
idiomas y música, cosa que no era usual para una mujer de su tiempo.
Guiada por el Espíritu del Señor, que le
revelaba el plan de Dios a través de la voz de sabios y santos Directores
espirituales, Catalina que había insistido en rivalizar con su hermana y en
brillar en la sociedad, rápidamente renunció a los valores efímeros de una vida
elegante y despreocupada, para adherir con generosa decisión a una vocación de
perfección y de santidad.
El encuentro ocasional con el Beato
Ludovico de Casoria, el 19 de septiembre de 1854, en «La Palma» en Nápoles,
fue, como afirmó ella misma: «un momento singular de la gracia obsequiosa, de
la caridad y de la predilección del Sagrado Corazón enamorado de las miserias
de su Sierva». El Beato la asoció a la Orden Franciscana Seglar y le indicó
como única finalidad de su vida, el culto al Sagrado Corazón de Jesús,
invitándola a permanecer en medio a la sociedad, en la cual debía ser «pescadora
de almas».
Guiada por su confesor, el barnabita P.
Leonardo Matera, el 28 mayo de 1859 Catalina entró a formar parte de las
Adoradoras perpetuas de Jesús Sacramentado, pero en poco tiempo se retiró, por
graves motivos de salud. Otro era el designio de Dios para Catalina. Lo había
intuido muy bien el Beato Ludovico que a menudo le repetía: «El Corazón de
Jesús, oh Catalina, ¡ésta es tu obra!». Por indicación de su confesor, Catalina
conoce la hoja mensual del Apostolado de la Oración «Le Messager du Coeur de
Jesús». Escribe al P. Enrique Ramière, director general del Apostolado de la
Oración en Francia, recibiendo de él noticias detalladas de la naciente
Asociación, con el Diploma de Celadora, el primero llegado a Italia. En julio
de 1867, P. Ramière visita el edificio de Largo Petrone en la Salud, en
Nápoles, donde Catalina está pensando establecer la sede de sus actividades
apostólicas «para hacer renacer en los corazones, en las familias y en la
sociedad el amor por Jesucristo».
El Apostolado de la Oración será el centro
de todo la estructura espiritual de Catalina, que le permitirá cultivar su amor
ardiente por la Eucaristía y se convertirá en instrumento de una acción
pastoral que tiene las dimensiones del Corazón de Cristo y por lo tanto abierta
a todo hombre, siempre al servicio de la Iglesia, de los últimos y de los que
más sufren. Con las primeras celadoras, el 1 julio de 1874 Catalina funda el
nuevo Instituto de las «Esclavas del S. Corazón, aprobado en primera instancia
por el Cardenal Arzobispo de Nápoles, el Siervo de Dios Sixto Riario Sforza, y
posteriormente, el 13 junio de 1890, por el Papa León XIII que concede a la
nueva familia religiosa el Decreto de alabanza».
Interesada en el futuro de la juventud,
abrió enseguida el asilo de huérfanas las «Margaritas», fundó una biblioteca
circulante e instituyó la Asociación de las Hijas de María, con la guía sabia
de la Venerable M. Rosa Carafa Traetto († 1890). En poco tiempo abrió otras
casas: en Nápoles en el edificio San Severo y luego junto a la iglesia de la
Sabiduría, en Ponticelli, donde las Esclavas se distinguieron en la asistencia
a las victimas del cólera del año 1884, en Minturno, en Meta de Sorrento y en
Roma. El 14 mayo de 1884, el nuevo Arzobispo de Nápoles, el Cardenal Guillermo
Sanfelice, OSB, consagró el Santuario dedicado al Sagrado Corazón de Jesús, que
Catalina había hecho erigir junto a la Casa Madre de sus obras, destinándolo
particularmente a la adoración reparadora, solicitada por el Papa para el
sostén de la Iglesia, en una época difícil para la libertad religiosa y para el
anuncio del Evangelio.
La participación de Catalina al primer
Congreso Eucarístico Nacional, que se celebró en Nápoles en el año 1891 (19-22
noviembre), fue el acto cumbre del apostolado de la Fundadora de las Esclavas
del S. Corazón; en aquella ocasión montó una rica exposición de ornamentos
sagrados, destinados a las iglesias pobres, organizó la adoración eucarística
en la Catedral y fue la animadora de aquel gran movimiento de almas que culminó
en la impresionante confesión y comunión general.
Catalina Volpicelli muere en Nápoles el 28
diciembre de 1894 ofreciendo su vida por la Iglesia y por el Santo Padre. Fue
beatificada en 2001 y canonizada el 26 de abril de 2009.
fuente: Vaticano
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