Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - En el año 2017 han
sido asesinados en todo el mundo 23 misioneros: 13 sacerdotes, 1 religioso,
1 religiosa, 8 laicos. Según la división continental, por octavo año
consecutivo, el número más alto se ha registrado en América, donde han sido
asesinados 11 misioneros (8 sacerdotes, 1 religioso, 2 laicos); junto al
que se sitúa también África, donde han sido asesinados 10 misioneros (4
sacerdotes, 1 religiosa, 5 laicos); en Asia han sido asesinados 2
misioneros (1 sacerdote, 1 laico). Desde el 2000 al 2016, según los datos
recogidos por la Agencia Fides, han sido asesinados en el mundo 424
misioneros, de los cuales 5 obispos.
La lista anual de Fides desde hace tiempo, no se refiere sólo a los
misioneros 'ad gentes' en sentido estricto, sino que trata de registrar a
todos los agentes pastorales fallecidos de forma violenta, sin que se trata
expresamente por “odio a la fe”. Por ello preferimos no utilizar el término
“mártires”, si no sólo en su sentido etimológico de “testigos” para no
entrar en el juicio que la Iglesia podrá dar sobre algunos de ellos de
forma eventual, y que de igual modo tratamos de documentar en este mismo
contexto anual.
Muchos misioneros han sido asesinados durante intentos de secuestro o robo,
realizados con gran ferocidad, en contextos de pobreza económica y
cultural, de degrado moral y ambiental, donde la violencia y el desprecio
por la vida misma son casi las normas de comportamiento, en la falta total
de respeto por la vida y por cada uno de los derechos humanos. En todas las
latitudes del mundo, los sacerdotes, las religiosas y los laicos comparten
la misma vida cotidiana con la gente común, llevando consigo el valor
específico de su testimonio evangélico como un signo de esperanza. Los
asesinados son solo la punta del iceberg, ya que es larga la lista de
trabajadores pastorales, o de simples católicos, agredidos, golpeados,
robados, amenazados, como también lo es la de las estructuras católicas al
servicio de toda la población, atacadas, vandalizadas o saqueadas. A la
lista provisional realizada anualmente por la Agencia Fides, siempre hay
que añadir la larga lista de aquellos muchos, de los cuales tal vez nunca
se tendrá noticia o de los que ni siquiera se sabrá el nombre, que en todos
los rincones del planeta sufren y pagan con sus vidas, su fe en Jesucristo.
Los asesinos de sacerdotes o religiosas raramente son identificados o
condenados. Pero es ejemplar la condena del instigador del asesinato del
misionero español Vicente Cañas, asesinado en Brasil en 1987. En el primer
juicio, celebrado en 2006, los acusados fueron absueltos por falta de
pruebas; pero el nuevo juicio del 29 y 30 de noviembre condujo a la condena
del mandante principal, el único sobreviviente de los acusados. (SL)
(Agencia Fides 28/12/2017)
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