miércoles, 31 de diciembre de 2014

Hoy el reto del amor es que bautices el 2014 (31122014)

Hoy el reto del amor es que bautices el 2014

Año del Señor 2014
Lerma, 31 de Diciembre




Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.


BAUTIZA EL 2014


Hoy es el último día del año y, si miramos hacia atrás, ¡qué de cosas vividas! Unas buenas, otras no tanto; hemos reído, llorado, disfrutado, aburrido, disgustado, gozado... Si miramos con sinceridad, nos damos cuenta de que viviendo de la mano de Cristo desde el amor no ha habido dos días iguales, casi ni dos segundos iguales.


Cuántos motivos tenemos y qué fuertes para dar gracias por este 2014 vivido a tope. Con Cristo cada día es una aventura.


Hoy el reto del amor es que bautices el 2014, sí, que recuerdes este año por lo que más te ha marcado: un acontecimiento, una persona, una situación... algo que ha pasado en este año que te ha marcado y será tu recuerdo para el 2014.


Ahora te pondrás a pensar, seguramente te vendrán mil cosas, y dirás: "Ésta no es suficientemente importante como para marcar el 2014, ésta tampoco...", pero, todos estos recuerdos, hoy, según te vengan, vamos a aprovecharlos para dar gracias por ellos. Muchos piensan que son casualidades de la vida, yo te digo que la casualidad no existe, lo que existe es un Dios que te ama con locura y hace piruetas para hacerte feliz.


Gracias a ti, retero, que cada mañana esperas los buenos días para acercarte más al Señor; gracias por todo, y que el año 2015 podamos seguir viviéndolo juntos en Cristo.


VIVE DE CRISTO

 
©Producciones es El- Vive de Cristo (Dominicas Lerma)
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Es Navidad y desde ReL queremos seguir publicando que el Niño Jesús viene a cambiar tú vida

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Hoy es Noche Vieja(meditación para hoy) 31122014

Hoy es Noche Vieja
Adviento y Navidad
Deseo dormir en paz la última noche del año y despertar con el alma renovada para emprender la nueva jornada de este año que comienza.


Por: P Mariano de Blas | Fuente: Catholic.net




Se fue un año más.

Al final del año es conveniente hacer un balance de los 365 días, para ver qué se hizo con ese año de vida. Conviene también saldar todas las deudas que se tienen con Dios y con los demás.

Quiero asomarme a la ventana de mi casa y mirar hacia atrás, hacia ese largo camino que he recorrido durante todo el año.

Si algo puedo ver, es que cada día de ese año transcurrido estuvo lleno del amor de Dios. Estoy en deuda con Él; por eso mi primera palabra al final del año es: ¡Gracias!.

Pero, al lado de tantas bondades de ese Dios, está la triste historia de la ingratitud y la mediocridad para con ese gran amigo. Por eso la segunda palabra tiene que ser: "¡Perdóname todos los errores, todas las mediocridades!. ¡Yo sé que me perdonas!"

Pero hay una tercera palabra que quiero decir: "Te pido un gran año para hacer con el una gran tarea, ayúdame a que este año que empieza sea mejor, que valga la pena vivir. Conviértelo en un gran año. Que aquello de "próspero año nuevo" no se quede en una ironía, sino en una verdad.

También quiero, al final del año, saldar cuentas con mi prójimo, quiero sacar de mi espíritu, arrancar, tirar todos los rencores, odios, resentimientos hacia mis hermanos. Quiero terminar el año bien con todos. Quiero poder decir que no tengo malos sentimientos hacia ningún ser humano.

Es hora de pedir perdón a todos los que en el camino he herido, molestado, desairado. A los que tenían derecho a esperar una respuesta y no se la di, a los que necesitaban una palabra de aliento y me quedé con ella. A los que encontré tirados en el camino de la vida, desesperados, tristes, vacíos de Dios y de ilusión, y pasé de largo porque tenía mucha prisa. Quiero pedirles perdón.

Deseo dormir en paz la última noche del año y despertar con el alma renovada para emprender la nueva jornada de este año que comienza.

Es importante recordar que este año será lo que cada uno haga con él. ¿Será el mejor o será el peor? ¿Será uno de tantos, ni bueno ni malo, sino todo lo contrario? De cada uno de nosotros depende.

Dios que te da ese año nuevo es el que más ardientemente te dice: ¡FELIZ AÑO!

Al Dios que me dio la vida, ¡gracias!.
Al Dios de mis días felices, ¡gracias!.
Al Amor de mis amores, ¡gracias!.
Puesto que al final de la vida me examinarán del amor, perdóname por no haber amado lo suficiente, y concédeme morir de amor.


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Adios a la noche vieja Balance de fin de año. Sugerencias para despedir la Noche Vieja.

 


Preguntas o comentarios al autor    P. Mariano de Blas LC

Y la Palabra se hizo carne (Evangelio meditado) 31122014

Y la Palabra se hizo carne
Adviento
Juan 1, 1-18. Dejar que la luz de la cueva de Belén entre en nuestro entendimiento y sobre todo en nuestro corazón.


Por: Misael Cisneros | Fuente: Catholic.net



Del santo Evangelio según san Juan 1, 1-8
En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios. Ella estaba en el principio con Dios.
Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz. La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de Dios, a los que creen en su nombre; la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad. Juan da testimonio de él y clama: Este era del que yo dije: El que viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo. Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia. Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo. A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado. 


Oración introductoria
Señor Jesús, ante un año más que termina te suplico humildemente que me concedes vivir junto a Ti el nuevo año, que está por comenzar para que sea una nueva oportunidad de mejorar mi servicio a los demás. Ven, Espíritu Santo, y guía esta oración para que sepa encontrar en ella la luz que guíe mi propósito de crecer en el amor.

Petición
Jesús, no quiero pedirte nada, sino darte las gracias por todos tus beneficios, pues sé que todo lo que soy y todo lo que tengo es un don tuyo.

Meditación del Papa Francisco
Es urgente recuperar el carácter luminoso propio de la fe, pues cuando su llama se apaga, todas las otras luces acaban languideciendo. Y es que la característica propia de la luz de la fe es la capacidad de iluminar toda la existencia del hombre. Porque una luz tan potente no puede provenir de nosotros mismos; ha de venir de una fuente más primordial, tiene que venir, en definitiva, de Dios.
La fe nace del encuentro con el Dios vivo, que nos llama y nos revela su amor, un amor que nos precede y en el que nos podemos apoyar para estar seguros y construir la vida. Transformados por este amor, recibimos ojos nuevos, experimentamos que en él hay una gran promesa de plenitud y se nos abre la mirada al futuro. (Papa Francisco, encíclica Lumen fidei, n. 4)
Reflexión
Hoy nuestros ojos ven la luz para no andar en tinieblas. Cristo niño se nos presenta como la estrella que guiará nuestros pasos en la noche de la vida, pues cuando la noche es más negra es cuando más brillan las estrellas, es cuando más fuerte brilla Cristo en nuestro corazón.

El ambiente de la Navidad es uno de los períodos que más disfrutamos y que más deseamos. Tal vez si nos dieran a elegir por un estado permanente en nuestra vida escogeríamos la Navidad. No sólo por los regalos, fiestas, turrones y música, sino porque en el fondo resuenan palabras de amor, de esperanza, de perdón que nos gustaría escuchar más a menudo.

En este día nuestros ojos contemplan la imagen de un niño que como todo recién nacido, cautiva por su sencillez, por su hermosura, por su debilidad. Experimentamos la necesidad de prestarle nuestra ayuda y nuestra atención. Esto es lo que admiran nuestros ojos materiales: un niño que llora, duerme y sonríe. Pero nuestros ojos espirituales vislumbran por la fe al Verbo hecho carne por amor a nosotros los hombres.

Está de nuestra parte, por tanto, que nosotros aceptemos esa luz que viene a iluminar nuestro corazón, que viene a traernos la alegría y sobre todo la esperanza y el amor, a pesar de que muchos hombres se esfuercen por apretar los ojos para no ver la Luz que es Cristo. Podemos pensar la imagen de Cristo en el portal a través de un prisma en donde todos sus rayos son rayos que reflejan a un padre bueno, no tirano ni cruel, a un amigo con el que siempre podemos contar, a un hermano que nos prestará su apoyo incondicional para realizar nuestras pequeñas o grandes empresas. Así se nos presenta hoy el Verbo encarnado, como un destello de esperanza y de amor. Sólo necesitamos dejar que la luz de la cueva de Belén penetre en nuestro entendimiento y sobre todo en nuestro corazón.

Propósito
Como parte de la celebración del fin de año, leer un pasaje del Evangelio que hable sobre el amor de Dios.

Diálogo con Cristo
Señor, gracias por darme tu Palabra para conocer el camino que me puede llevar a la santidad. Gracias por tu amor y por todas las gracias que me has concedido. Me duele mucho el haberte fallado tantas veces, te pido perdón por esas ocasiones que no supe amar, confío en tu misericordia. Te suplico que mis actitudes y actos concretos estén siempre impregnados por el amor.


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Adios a la noche vieja Balance de fin de año. Sugerencias para despedir la Noche Vieja.


 

36. La espeleología del alma. San Ignacio (Razones desde la otra orilla) José Luis Martín Descalzo

36. La espeleología del alma. San Ignacio
En estos días en que comienza a celebrarse el quinto centenario de¡ nacimiento de Ignacio de Loyola me he decidido a leer la estupenda biografía que sobre él publicó otro vasco: José Ignacio Tellechea.Y me he detenido especialmente en los días de la conversión de Ignacio, los días en que practicó eso que TeUechea Rama «la espeleología del espíritu», ese «deporte» que tanto necesitamos y tan poco practicamos todos.
La verdad es que, de todos los viajes que un hombre tiene obligación de hacer, el más importante es, sin duda, el que nos conduce al interior de nuestro corazón. Un viaje a la vez corto y larguísimo, fácil y dificilísimo, cómodo y arriscado. Porque pocas simas más profundas y oscuras que las de nuestra propia alma.
Por eso la mayoría de los humanos prefiere simplemente vivir, resbalarse por la vida, antes que atreverse a descubrir quiénes somos verdaderamente. Porque i cuántos chascos nos llevaríamos si nos atreviésemos a descender a nuestro interior con una ¡interna y un espejo!
El primer chasco que Ignacio se llevó cuando una bala de cañón quebró sus piernas y le obligó a permanecer muchas semanas inmóvil, es que llevaba treinta años en los que no había hecho otra cosa más que huir de sí mismo. Huir, eso que, según su visión caballeresca de la vida, era la mayor de las infamias. Y, sin embargo, no había hecho otra cosa en sus años mozos: olvidarse de lo mejor de su alma, vivir dedicado a valores que ahora le parecían humo, arrastrar una existencia vacía, tener anquilosada y dormida su fe. Sólo ahora lo entendió. Había sido realmente, como muchos siglos antes que él dijera San Agustín, un empecinado «fugitivo de su propio corazón».
Y ¿quién de nosotros no tendría que decir de sí mismo otro tanto, lo mismo en lo humano que en lo divino? Si alguien ahora pesara y
midiera nuestras vidas -tantas docenas de años, tantos centenares de meses, millares de semanas y decenas de millares de días-, ¿cuántos de ellos considerarían vivos y cuántos otros simple hojarasca, tiempo mal gastado y perdido? Muchos de nosotros - seamos sinceros- tal vez hemos llegado a los treinta, a los cincuenta años, sin aclaramos siquiera quiénes somos, adónde vamos. Y si tuviéramos claras esas res- puestas, ¿cuántas de nuestras horas habrían sido coherentes con esa dirección?
Ignacio, por fortuna para él, se dio cuenta a los treinta años de que hasta entonces no había vivido, y con ese coraje que era tan propio suyo, decidió dar un giro a su propia existencia y redimiese a sí mismo. ¿Cómo lo hizo? Tellechea nos contesta: «Rescatando las mínimas parcelas intactas de sí mismo, reforzándolas y orientando en nueva dirección energías no extinguidas de su espíritu: reestructurando la esfera de los noes al impulso avasallador de un nuevo sí.»
Efectivamente, en todo hombre (y en toda mujer), por desastrada y vacía que hubiera sido su vida, siempre habrán quedado parcelas intactas de su verdad, esquirlas positivas de su fe o de sus entusiasmos. Y es sobre ellas donde hay que reconstruir. Despertarlas, reforzarlas y, sobre todo, orientarlas en la nueva dirección que hemos descubierto. No se trata de destruir la propia naturaleza; de lo que se trata es de conducir esa naturaleza que hasta ahora sirvió a los noes, es decir, al vacío, a la mediocridad, hacia un nuevo valor positivo, poniendo en él eso que San Ignacio llamaba «una determinación determinadas, un nuevo impulso avasallador.
Y ¿dónde está esa fuerza? En Dios y dentro de nosotros, a la vez. Porque, evidentemente, toda reconstrucción del alma empieza por dentro. «El primer paso -decía Bernanos- se da hacia dentro y en silencio, en ese silencio interior que la juventud teme o desdeña.» Nadie nos suplirá en esa batalla, ni Dios mismo. Pues Dios -como escribió Alexís Carrel- «no habla al hombre hasta que éste no ha logrado establecer la calma en sí mismo». Porque Dios ayuda al hombre, pero no le suplanta. Al final todo será obra suya, pero los primeros pasos son exclusivamente nuestros.
Luego todo va siendo progresivamente más fácil. Lo describió hace muchísimos siglos otro converso, San Cipriano de Cartago: «Cuando el segundo nacimiento, hubo restaurado en mí al hombre nuevo, se opera en mí un extraño cambio: las dudas se aclaran, las barreras caen, las tinieblas se iluminan. Lo que yo juzgaba imposible puede cumplirse. Esta es la obra de Dios. Sí, de Dios. Todo lo que podemos viene de Dios. Renacer de nuevo, abandonar la vieja carne para vigorizarla al contacto con el agua salvadera, cambiar de alma y de mentalidad, y eso sin perder la propia identidad... ¡Imposible!, decía yo, tal trueque. Imposible abandonar todo lo que, nacido en mí, se ha instalado ahí como en su propia casa, ni nada de lo que, venido de fuera, ha echado raíces en mi propio ser. » Y, sin embargo, es posible. Lo fue en Cipriano, lo fue en Ignacio, lo será en todo el que un día se decida a construirse un alma nueva en lugar de la dormida que tal vez ha tenido hasta ahora. No será fácil. Los espeleólogos saben que no se desciende al fondo de la Tierra sin dejarse trozos de piel de las rodillas en la aventura. Y la espeleología del alma no es más fácil que la deportiva. Pero bien vale la pena bajar al fondo de nosotros mismos para regresar con un ramo de trozos de nuestra alma.
37. Dos

POR 25 CENTAVOS

POR 25 CENTAVOS

Cuarto de dolarHace años un sacerdote se mudó a Houston, Texas. Al llegar, subió en un autobús para ir al centro de la ciudad. Al sentarse, descubrió que el chofer le había dado una moneda de 25 centavos de más en el cambio. Mientras consideraba qué hacer, pensó para sí mismo:
"¡Bah!, olvídalo, son sólo 25 centavos. ¿Quién se va a preocupar por tan poca cantidad? Acéptalo como un regalo de Dios".
Pero cuando llegó a su parada, se detuvo y, pensando de nuevo, decidió darle la moneda al conductor diciéndole:
"Tome, me dio usted 25 centavos de más". El conductor, con una sonrisa, le respondió: "Sé que es el nuevo sacerdote del pueblo. Estaba pensando regresar a la Iglesia y quería ver qué haría usted si yo le daba cambio de más". Se bajó el sacerdote sacudido por dentro y pensó: "¡Oh, Dios mío!, por poco te vendo por 25 centavos."

http://webcatolicodejavier.org/indiceref.html

EL SONAMBULISMO (¡DESPIERTA! Charlas sobre la espiritualidad) Anthony de Mello

EL SONAMBULISMO

Las Escrituras siempre lo están insinuando, pero uno nunca comprenderá una palabra de lo que dicen las Escrituras hasta que despierte. La gente dormida lee las escrituras y crucifican al Mesías basándose en ellas. Para entender las Escrituras, uno debe despertar. Cuando despierta, ellas tienen sentido. Lo mismo que la realidad. Pero uno nunca podrá expresarlo con palabras. ¿Usted preferiría hacer algo? Pero aún así, debemos estar seguros de que usted no está actuando sencillamente para liberarse de sus sentimientos negativos. Muchas personas se lanzan a la acción, y lo único que logran es que las cosas empeoren. No proceden del amor, proceden de sentimientos negativos. Proceden de la culpa, la ira, el odio; de un sentido de injusticia, o lo que sea. Usted debe estar seguro de su "ser" antes de lanzarse a la acción. Tiene que cerciorarse de quién es usted antes de actuar. Infortunadamente, cuando las personas dormidas se lanzan a la acción, sencillamente cambian una crueldad por otra, una injusticia por otra. Y así es. Meister Eckhard dice: "No es por sus acciones por lo cual usted se salvará" (o despertará, llámelo como quiera), "sino por su ser. No será juzgado por lo que hace, sino por lo que es". ¿De qué le sirve alimentar al hambriento, de dar de beber al sediento o visitar a los prisioneros?

Recuerde esta frase de Pablo: "Si entrego mi cuerpo a las llamas y doy todos mis bienes para alimentar a los pobres y no tengo amor..." No son sus acciones, sino su ser lo que cuenta. Entonces podrá lanzarse a la acción. Usted puede hacerlo o no hacerlo. No puede decidirlo hasta que despierte. Infortunadamente todo el énfasis se concentra en cambiar el mundo y se pone muy poco énfasis en despertar. Cuando usted despierta, sabrá lo que debe hacer  y lo que no debe hacer. Algunos místicos son muy raros. Como Jesús quien dijo algo así: "Yo no fui enviado a esa gente; por ahora me limito a lo que debo hacer ahora mismo. Quizás más tarde". Algunos místicos enmudecen. Misteriosamente algunos de ellos cantan. Algunos de ellos entran a servir. Nosotros nunca estamos seguros; en cambio, ellos son su propia ley: Ellos saben exactamente lo que se debe hacer. "Láncese al calor de la batalla y mantenga su corazón a los pies del Señor", como dije antes.

Imagínese que usted no se siente bien, y que está de mal humor, y que lo llevan a un hermoso paisaje. El paisaje es hermoso, pero usted no está de humor para ver nada. Unos días más tarde usted pasa por el mismo sitio y dice: "¡Cielos! ¿En dónde estaba yo que no me di cuenta de esto?" Todas las cosas son hermosas cuando uno cambia. Usted mira los árboles y las montañas a través de unas ventanas mojadas por la lluvia de una tormenta, y todo lo ve borroso y sin forma. Usted quiere salir, y cambiar esos árboles, cambiar esas montañas. Espere un momento, examinemos su ventana. cuando cesa la tormenta y cesa la lluvia, y usted mira por la ventana, dice: "cómo se ve todo de diferente". No vemos a las personas ni a las cosas como son, sino como somos nosotros. Por eso, cuando dos personas miran a algo o a alguien, se obtienen dos reacciones diferentes. Vemos las cosas y a las personas no como son, sino como somos nosotros.

¿Recuerda esa frase de la Escritura sobre cómo todas las cosas resultan para el bien de quienes aman a Dios? Cuando usted finalmente despierta, no trata de que sucedan cosas buenas; sencillamente suceden. De pronto usted comprende que todo lo que sucede es bueno. Piense en algunas personas con las que usted vive a quienes le gustaría hacer cambiar. Las encuentra de mal humor, desconsideradas, poco fiables, traicioneras, o lo que sea. Pero cuando usted sea diferente, ellas serán diferentes. Ésa es una cura infalible y milagrosa. El día que usted sea diferente, ellas serán diferentes y usted las verá de manera diferente. Alguien que antes era temible, ahora parecerá asustado. Alguien que antes era ofensivo ahora parecerá asustado. De repente nadie tendrá poder para herirlo. Nadie tiene el poder para presionarlo. Es algo así: Usted deja un libro en la mesa y yo lo cojo y digo: "Usted me está presionando con este libro. Tengo que tomarlo o no tomarlo". La gente vive demasiado ocupada acusando a los demás, culpando a todos los demás, culpando a la vida, culpando a la sociedad, culpando a su vecino. Usted nunca cambiará de esa manera; continuará viviendo su pesadilla, nunca despertará.

Ponga en acción este programa MIL VECES:
a) Identifique sus sentimientos negativos
b) Comprenda que ellos están en usted, no en el mundo, no en la realidad externa
c) No los vea como parte esencial del "yo"; estas cosas van y vienen
d) Comprenda que cuando usted cambia, todo cambia.


Santa Catalina Labouré 31122014

miércoles 31 Diciembre 2014

Santa Catalina Labouré




Santa Catalina Labouré, virgen
En París, también en Francia, santa Catalina Labouré, virgen de las Hijas de la Caridad, que de manera singular honró a la Inmaculada y brilló por su sencillez, caridad y paciencia.
Zoe Labouré, hija de un campesino de Fain-les-Moutiers, nació en 1806. Fue la única de una numerosa familia que no asistió a la escuela y no aprendió a leer ni a escribir. Cuando su madre murió, Zoe tenía ocho años. Algún tiempo después, su hermana mayor, Luisa, ingresó en el instituto de las Hermanas de la Caridad, de suerte que Zoe quedó encargada de hacer casa a su padre. A eso de los catorce años, la joven se sintió también llamada a la vida religiosa. Su padre se opuso un tanto; pero finalmente, en 1830, Zoe consiguió ingresar en la casa que tenían las hermanas de la caridad de San Vicente de Paúl en Chatillon-sur-Seine. En religión tomó el nombre de Catalina. Al terminar el postulantado, fue enviada al convento de París (rue du Bac), a donde llegó cuatro días antes de que las reliquias de san Vicente fuesen trasladadas de Notre-Dame a la iglesia de los lazaristas en la calle de Sevres. Al atardecer del día de esa fiesta, tuvo lugar la primera de las extraordinarias visiones que tuvo Catalina Labouré, pero no fue aquélla la más importantes, y transcurrieron tres meses desde entonces para que se iniciara la serie de tres apariciones trascendentales que habrían de dar fama mundial al nombre de la hermana. A eso de las 11.30 de la noche del 18 de julio de 1830, la hermana Catalina despertó sobresaltada y se encontró ante «un niño resplandeciente» que la invitaba a seguirle con un gesto de su mano. El niño la condujo a la capilla de las monjas donde la aguardaba la Santísima Virgen. La entrevista se prolongó durante dos horas y, según se supo más tarde, en el curso de la misma, la Madre de Dios le advirtió que la tenía destinada a una tarea muy difícil y le reveló ciertos sucesos futuros, como la muerte violenta de un arzobispo de París que habría de ocurrir, como ocurrió en efecto, cuarenta años más tarde (Mons. Darboy, en 1871).

La segunda aparición tuvo lugar el 27 de noviembre, cuando Nuestra Señora se manifestó a Catalina en la misma capilla. En aquella ocasión, la Madre de Dios no habló, pero en cambio se apareció inmóvil y resplandeciente, como la figura de una estampa. Parecía estar dentro de un gran círculo luminoso, de pie sobre una esfera; tenía las manos extendidas hacia abajo, y de sus palmas irradiaban rayos de luz. En torno a la figura de la Virgen aparecía la siguiente inscripción: «¡Oh, María, concebida sin pecado, rogad por nosotros que recurrimos a vos¡», En un momento dado, la imagen pareció darse la vuelta y, en el reverso apareció una «M» coronada por una cruz y con dos corazones debajo, uno ceñido por una corona de espinas y el otro traspasado por una espada. En el mismo momento, Catalina creyó oír una voz que le mandaba acuñar una medalla con aquella imagen y aquellos símbolos. La misma voz prometía que, cuantos portasen la medalla con devoción, recibirían grandes gracias por la intercesión de la Madre de Dios. La visión se repitió al mes siguiente y en varias ocasiones más, hasta el mes de septiembre de 1831. La hermana Catalina refirió todo a su confesor, el P. Aladel, quien investigó cuidadosamente el asunto y, convencido de su autenticidad, obtuvo del arzobispo de París, Mons. de Quélen, el permiso de acuñar la medalla. En junio de 1832, quedaron listos los primeros 1500 ejemplares de la que se conoció desde entonces como la medalla «milagrosa». Según parece, ese nombre se le dio a causa de las circunstancias maravillosas de su origen, más que a milagros relacionados con ella. En seis años, se vendieron 130.000 ejemplares de la «Noticia histórica de los orígenes y efectos de la Medalla Milagrosa», obra del P. Aladel, publicada en 1834 y que fue traducida a varios idiomas, incluso al chino. En 1836, el arzobispo de París instituyó una investigación canónica sobre las visiones. Pero la hermana Catalina no compareció ante los miembros de la comisión. Las precauciones que la santa había tomado para permanecer ignorada, la promesa que había arrancado al P. Aladel de no revelar su nombre a nadie, el secreto absoluto que había guardado sobre las visiones, excepto ante su confesor y su repugnancia a comparecer ante las autorirdades eclesiásticas, explican por qué los miembros de la comisión no hablaron con ella. El tribunal tomó en consideración las circunstancias, el carácter de la visionaria, la prudencia y buen juicio del P. Aladel y falló en favor de la autenticidad de las visiones. La popularidad de la medalla creció rápidamente, sobre todo a partir de la conversión de Alfonso Ratisbonne en 1842. Era éste un judio alsaciano que había aceptado, sin entusiasmo alguno, llevar la medalla y más tarde, tuvo una aparición de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa en la iglesia de Sant'Andrea delle Trate, de Roma. En seguida, recibió el bautismo y posteriormente se ordenó sacerdote y fundó la congregación religiosa de los Padres y las Hermanas de Sión. También se hizo una investigación canónica sobre la visión de Alfonso Ratisbonne.

El informe de la comisión y el del arzobispo de París, se usaron a fondo en el proceso de beatificación de Catalina Labouré, sobre cuya vida personal se sabe muy poco. Sus superiores la calificaron de «más o menos insignificante, realista y poco imaginativa, fría y casi apática». Desde 1831 hasta su muerte, ocurrida el 3I de diciembre de 1876, la santa vivió sin hacerse notar en el convento de Enghien-Reuilly, donde ejerció los cargos de portera, encargada del gallinero y encargada del cuidado de los ancianos del hospicio. Ocho meses antes de su muerte, Catalina reveló a su superiora, la Madre Dufes, las gracias extraordinarias que había recibido. Todo el pueblo se volcó en sus funerales. Poco después, un niño de once años, inválido de nacimiento, fue curado instantáneamente en el sepulcro de la santa. Catalina Labouré fue canonizada en 1947.

Se ha escrito mucho sobre Catalina y la Medalla Milagrosa. Probablemente la biografía más conocida es la del P. E. Crapez. Mencionemos también la biografía del P. E. Cassinari. Anterior a éstas es la obra de Lady Georgiana Fullerton, Life and Visions of a Sister of Charity (1880).
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Te Deum Laudamus - Accion de Gracias 31122014

miércoles 31 Diciembre 2014

Te Deum Laudamus - Accion de Gracias



Himno de alabanza
A ti Dios, primeras palabras del cántico es uno de los primeros himnos cristianos, tradicional de acción de gracias.

Suele ser entonado en momentos de celebración. El himno es utilizado por la Iglesia Católica Romana, en el Oficio de las Lecturas encuadrado en la Liturgia de las Horas. También se suele entonar en las Misas celebradas en ocasiones especiales como en las ceremonias de canonización, la ordenación de presbíteros, etc. Los Cardenales lo entonan tras la elección de un Papa.

Compuesto originalmente en latín, el nombre se debe a que así empieza su primer verso. Se suele denominar también como "Himno Ambrosiano", pues se atribuye a San Ambrosio de Milán, aunque una leyenda indica que lo compusieron en común, inspirados por el Espíritu Santo, San Agustín de Hipona y San Ambrosio. Cuando, en el año 387, San Agustín recibió el Bautismo de manos de San Ambrosio -sigue diciendo la leyenda-, Ambrosio entonó este himno y Agustín iba respondiendo a sus versos.


A Ti, oh Dios, te alabamos,
a Ti, Señor, te reconocemos.
A Ti, eterno Padre,
te venera toda la creación.

Los ángeles todos, los cielos
y todas las potestades te honran.
Los querubines y serafines
te cantan sin cesar:
Santo, Santo, Santo es el Señor,
Dios del universo.

Los cielos y la tierra
están llenos de la majestad de tu gloria.
A Ti te ensalza
el glorioso coro de los apóstoles,
la multitud admirable de los profetas,
el blanco ejército de los mártires.

A Ti la Iglesia santa,
extendida por toda la tierra,
te aclama:
Padre de inmensa majestad,
Hijo único y verdadero, digno de adoración,
Espíritu Santo, Defensor.

Tú eres el Rey de la gloria, Cristo.
Tú eres el Hijo único del Padre.
Tú, para liberar al hombre,
aceptaste la condición humana
sin desdeñar el seno de la Virgen.

Tú, rotas las cadenas de la muerte,
abriste a los creyentes el Reino de los Cielos.
Tú sentado a la derecha de Dios
en la gloria del Padre.
Creemos que un día
has de venir como juez.

Te rogamos, pues,
que vengas en ayuda de tus siervos,
a quienes redimiste con tu preciosa sangre.
Haz que en la Gloria eterna
nos asociemos a tus santos.

Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice tu heredad.
Sé su pastor
y ensálzalo eternamente.

Día tras día te bendecimos
y alabamos tu nombre para siempre,
por eternidad de eternidades.
Dígnate, Señor, en este día
guardarnos del pecado.

Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.
Que tu misericordia, Señor,
venga sobre nosotros,
como lo esperamos de Tí.

En Tí, Señor, confié,
no me veré defraudado para siempre.

https://www.youtube.com/watch?v=d2NUq76U6WA


'El padre Jorge Loring fue un predicador incansable' 30122014

'El padre Jorge Loring fue un predicador incansable'

Crónica de la Santa Misa, en el primer aniversario del fallecimiento del conocido sacerdote jesuita. Autor de 'Para Salvarte', con más de un millón de ejemplares vendidos en 73 ediciones

Madrid,  (Zenit.orgRedacción | 191 hits

Por su interés publicamos la crónica de la Misa en el primer aniversario del fallecimiento del padre Jorge Loring, SJ, celebrada el pasado 26 de diciembre en la iglesia de Santiago Apóstol de Cádiz (España). Su autor es el director espiritual del seminario de Cádiz-Ceuta, el sacerdote y periodista argentino José Antonio Medina Pellegrini. 
El padre Jorge Loring, un predicador incansable
Por el Pbro. Lic. José Antonio Medina Pellegrini*
La Iglesia de Santiago Apóstol en Cádiz se halla en la misma plaza de la Catedral y es parte de una de las postales más conocidas de la trimilenaria ciudad gaditana. Edificada en 1567 fue hasta el 2007 templo conventual de los padres jesuitas. En su interior se encuentran bellísimos retablos barrocos del siglo XVII, siendo el más destacado el Retablo Mayor obra de Alejandro Saavedra.
Este templo es testigo de una historia privilegiada: allí ejerció su ministerio el legendario padre Jorge Loring, SJ. Llegó a ella en 1957, un año después hizo allí sus votos definitivos en la Compañía de Jesús, allí tuvo durante 57 años su confesionario, y un día de 2006 lo vio lucir orgulloso su título de “Hijo adoptivo de Cádiz”. Y fue en ella donde el 11 de enero de 2014, el Obispo de Cádiz y Ceuta, Don Rafael Zornoza Boy, presidió el Solemne Funeral, según la última voluntad del padre Loring, ya que no podría haberse rezado en otro templo, sino en su Iglesia de Santiago Apóstol.
El pasado viernes 26 de diciembre se celebró la Santa Misa en sufragio por su alma, celebrada en la Iglesia Santiago Apóstol de la ciudad de Cádiz, España, al cumplirse un año de su fallecimiento (25 de diciembre de 2013). La Misa fue presidida por el Rvdo. P. Fernando Marrero, SJ, Superior de las Comunidad de Jesuitas del Puerto de Santa María, concelebrando el Rvdo. P. José Alberto Heredero, SJ, y el Pbro. José Antonio Medina Pellegrini, quien tuvo a su cargo la homilía de la misma.
Un nutrido grupo de sus más cercanos colaboradores y amigos estuvieron presentes en la Santa Misa dando a la celebración una agradecida presencia por tanto bien que recibieron del ministerio sacerdotal del recordado jesuita.
Texto completo de la homilía:
Queridos hermanos: como lo hicimos en varias oportunidades los 25 de mes, en esta Iglesia de Santiago Apóstol de Cádiz, nos volvemos a encontrar para elevar a Dios nuestra plegaria agradecida en la Santa Misa en sufragio por el alma de nuestro querido padre Jorge Loring, al haberse cumplido ayer, día de la Natividad del Señor, un año de su fallecimiento.
Solía comentar las razones en las que fundamentó su vocación con estas palabras: “La felicidad del hombre está en servir al prójimo. Si yo me pongo al frente de la fábrica de mi padre podré dar trabajo a varios centenares de familias. Pero si me hago jesuita ayudaré a salvar almas, lo cual es muchísimo mejor. Lo más grande que puedo hacer en la vida es colaborar con Cristo a la salvación de las almas”.
Esta certeza le acompañó siempre y la expresó fuerte y vibrante diciendo: “Yo pego voces pero es Dios quien toca los corazones”. En el recordatorio de su Misa por sus 50 años de sacerdote el 15 de julio de 2004, escribió: “Jesucristo me ha ungido sacerdote para repartir Su Cuerpo, Su Palabra y Su Perdón”.
Hace un año, en el día de la Natividad del Señor, entregaba su alma al Padre Eterno, luego de haber gastado y desgastado su vida por la predicación del Evangelio. Así fue él, un apasionado por Jesucristo, porque tuvo un corazón enamorado, vivo y despierto, donde no había lugar para la apatía o la abulia, sino exclusiva y excluyentemente la entrega total, generosa y de buen grado a quien tanto amó y en Él a sus hermanos. Tuvo la radicalidad que debe darse en el corazón de todo discípulo del Señor, pues al Dios que ha sido absolutamente generoso y misericordioso al darle a su propio Hijo, y hacerlo su sacerdote, no pudo ni quiso corresponder mezquinamente, a medias tintas.
Su hermano Jaime Loring, también jesuita, subrayó esta faceta principal en la homilía de su funeral: “Jorge ha sido un predicador incansable por todas partes. No paraba de comunicarse, superándose, incorporando las nuevas tecnologías e Internet. Me decía: ‘Tengo 600 correos por contestar’. Y los contestaba a todos. Tenía pasión por comunicar la fe”.
Aquí mismo, en ésta su Iglesia de Santiago Apóstol, -en la ciudad que fue su lugar en el mundo y que le hizo su “hijo adoptivo” porque le había reconocido como su padre- el Obispo de Cádiz y Ceuta, Don Rafael Zornoza Boy, en el funeral que presidió, nos reveló su gran secreto: “El secreto del padre Loring no hay que profundizar mucho para descubrirlo, porque está muy a la vista. El secreto es que ha sido un hombre de Dios. Yo diría era un perfecto jesuita, inspirado en san Ignacio de Loyola y en la misma historia evangelizadora de la Compañía de Jesús. Con la experiencia hecha vida, interiorizada, saboreada, gustada interiormente de quien busca en todas las cosas la mayor gloria de Dios: ‘Ad maiorem Dei gloriam’.”
El padre Fernando Marrero, SJ, su último superior, nos decía al término del funeral: “En esta Iglesia se lo despide, aunque las personas se mueren cuando nadie las recuerda, y yo creo que entonces, esto es imposible, el padre Loring no se va a morir nunca, no!”
¡EL HOMBRE QUE NUNCA VA A MORIR! Creo, y estoy convencido, que con el paso de los meses esta tierna expresión de un hermano en la fe se ha ido convirtiendo en una CERTERA PROFECÍA. Y la voy a certificar con una sola historia, porque el tiempo no permite más. Carlos Díaz Rodríguez, mexicano, bloguero del portal católico en español más visitado “Religión en Libertad”, expresaba el pasado 10 de octubre en su blog “¡Duc in altum!”:
He aquí una anécdota de cómo el P. Loring, desde el cielo, continúa ampliando los horizontes y acercando la fe a las personas. Tenía que hablarle a un grupo de jóvenes en un lapso de 40 a 50 minutos. ¡Todo un reto para los que trabajamos en esta “frontera”! Entonces, decidí dar mi tema y regalarle al P. Loring diez minutos, proyectando uno de sus famosos videos sobre el ateísmo. Los jóvenes de unos 16-17 años, estaban impactados en el buen sentido. Ver a aquel jesuita “danzar” por el escenario con esa voz sarcástica y convincente, les llamó poderosamente la atención. Al terminar, hicimos una lluvia de ideas y todos demostraron haber entendido perfectamente algo tan profundo que les fue explicado en pocos minutos. Ciertamente, el P. Loring ya se fue. ¿Qué significa esto? Simple y sencillamente, que ahora nos toca tomar la estafeta y seguir adelante para dar “razones de nuestra esperanza” (1 Pe 3,15).”
En estos días he tratado de encontrar un versículo de las Sagradas Escrituras que defina su actitud de vida desde sus comienzos vocacionales hasta su último aliento, y creo que puede ser el siguiente, es de II Timoteo, 4, 7:“He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe”. FIDELIDAD: ésta es la palabra que le define y marca la impronta de su santidad sacerdotal. Decía el padre Loring en una entrevista en el 2011: “Me ordené a los 33 años, he cumplido los 90 y no me he arrepentido ni un minuto. Elegí bien. Si volviera a nacer elegiría lo mismo”.
Quiero terminar contándoles un secreto. Cuando le conocí aquí en esta Iglesia un día le propuse grabarle una entrevista para el día de mañana, como una especie de testamento espiritual. Me la concedió. Está inédita y verá la luz siendo el epílogo de un libro que se llamará “Padre Jorge Loring: el hombre que nunca va a morir” y que editará su buen amigo, e hijo espiritual, D. Álex Rosal.
La última pregunta de la entrevista fue esta: ¿Cómo le gustaría que lo recuerden el día de mañana? A lo que me contestó: “Como evangelizador, que es lo que quiero ser, para eso me he hecho jesuita para evangelizar, sí que digan que he sido un buen evangelizador. Pues sí, eso es lo que me interesa, lo único que deseo es servir a Dios, ganarle almas, salvar almas para eso me hecho yo sacerdote, salvar almas, es decir evangelizar, hacerlo bien, hacerlo lo mejor que pueda, evangelizar, con eso me basta. Si quedo en el recuerdo de las personas como un buen evangelizador me contento, no deseo otra cosa”.
Padre Jorge, lo has logrado, descansa en paz, como el servidor bueno y fiel. Amén.
*Director espiritual del Seminario San Bartolomé

martes, 30 de diciembre de 2014

Asia es una de las grandes fronteras de la Iglesia para Francisco' 30122014

Asia es una de las grandes fronteras de la Iglesia para Francisco'

El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede hace balance de la actividad del Papa en 2014. Destaca la apuesta del Santo Padre por la cultura del encuentro

Ciudad del Vaticano,  (Zenit.orgRedacción | 166 hits

El padre Federico Lombardi, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, ha hecho balance de la actividad del papa Francisco en 2014. En declaraciones a Radio Vaticano, el padre Lombardi ha valorado los cinco viajes internacionales del Pontífice argentino a Tierra Santa, Corea, Albania, Estrasburgo y Turquía.
En primer lugar, el portavoz del Vaticano ha recordado una de las claves de la visita del Santo Padre a Tierra Santa: “Siempre es un poco volver a las raíces de nuestra fe, las raíces del cristianismo, a los lugares de la Historia de la Salvación, y esto tiene un poder simbólico y espiritual formidable. Recuerdo los momentos en los que el Papa, conmovido, en las orillas del Jordán, en los lugares del bautismo, naturalmente en el Santo Sepulcro, y así sucesivamente. Por lo tanto, son cosas fundamentales para nuestra fe y es justo que el Papa pueda también, en nombre de todos nosotros, regresar a aquellos lugares para recordarnos de dónde venimos, el misterio del encuentro de Cristo con la humanidad”.
También ha destacado la importancia del aspecto ecuménico de alguno de estos viajes: “Tanto la reunión en Jerusalén, como el encuentro luego en Constantinopla con el Patriarca Bartolomé habla de cuán intensa es esta amistad, la relación personal que Francisco ha establecido con el primero de los Patriarcas de la ortodoxia, y cómo esto es un signo de esperanza para nuestro futuro camino ecuménico”.  
Haciendo referencia a las visitas del Pontífice en Asia (a Corea y en las próximas semanas a Sri Lanka y Filipinas), el padre Lombardi ha subrayado cómo este continente constituya una de las grandes fronteras de la Iglesia de nuestro tiempo: “Estos grandes viajes de Francisco hablan de una atención renovada de la Iglesia hacia esta parte importante de la humanidad de hoy y mañana, desde un punto de vista también demográfico, de presencia humana impresionante desde el punto de vista de sus dimensiones y de su dinámica y, para la Iglesia, una tierra sin fronteras de evangelización, de anuncio del Evangelio en situaciones culturales, sociales, políticas, muy diferentes, a menudo muy difíciles. Por lo tanto, es una de las grandes fronteras de la Iglesia de nuestro tiempo, y el Papa Francisco nos la indica con estos entusiastas viajes suyos”.
Además, el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha señalado que, en Europa, “hubo un viaje muy breve a Albania, pero significativo por el hecho de que el Papa quiere partir tal vez más de las periferias para llegar al corazón de un continente”. El viaje en Estrasburgo --ha proseguido-- sigue siendo “un punto de referencia para muchas otras intervenciones” que podrá hacer el Papa en muchas situaciones que tienen que ver con el continente. “Viaje corto pero importante, porque dio --quisiera decir finalmente, tal vez-- la ocasión al Papa de hacer un discurso para Europa, para los países europeos y para el continente, un discurso amplio, articulado, completo de tantas perspectivas, que de alguna manera --para el Papa que viene de fuera de Europa-- era muy esperado. Y ahora sigue siendo un punto de referencia para muchas otras intervenciones que el podrá hacer para determinados pueblos o en muchas situaciones que tienen que ver con nuestro continente”.
En Turquía, y en otras ocasiones, el diálogo interreligioso ha tenido un gran peso: “El Papa es muy consciente también de la situación del Islam en el mundo moderno y trata de encontrar los caminos para una relación constructiva, también en el diálogo, en cuanto sea posible por supuesto, naturalmente evitando los excesos y condenando todos los excesos, como el uso violento de la religión”.
Un pequeño detalle que quisiera recordar de estos viajes es la dimensión del martirio, ha concluido el padre Lombardi: “Tanto en Corea, donde la historia de la Iglesia se caracteriza por el martirio, en Albania, donde el martirio en tiempos recientes, bajo el comunismo ha sido muy fuerte, como en Oriente Medio, donde el martirio es también la realidad actual para los muchos problemas que ocurren allí, el Papa encuentra esta realidad y nos recuerda la importancia de esta dimensión en la vida de la Iglesia de todos los tiempos y también en el nuestro”.