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lunes, 4 de noviembre de 2019

San Félix de Valois, fundador (4 de noviembre)


San Félix de Valois, fundador

fecha: 4 de noviembre
fecha en el calendario anterior: 20 de noviembre
n.: 1127 - †: 1212 - país: Francia
canonización: 
Conf. Culto: Alejandro VII 21 oct 1666
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En Cerfroid, en el territorio de Meaux, en Francia, san Félix de Valois, a quien, después de una larga vida de ermitaño, se le considera compañero de san Juan de Mata en la fundación de la Orden de la Santísima Trinidad, para la redención de los cautivos.
refieren a este santo: San Juan de Mata

Algunos escritores de la Orden de la Santísima Trinidad afirman que san Félix llevaba el apellido de Valois, porque pertenecía a la familia real de Francia, pero en realidad el nombre proviene de la provincia de Valois, donde habitó originalmente. Según se dice, vivía como ermitaño en el bosque de Gandelu, en la diócesis de Soissons, en un sitio llamado Cerfroid. Tenía el propósito de pasar su vida en la oscuridad; pero Dios lo dispuso de otro modo. En efecto, san Juan de Mata, discípulo de san Félix, le propuso que fundase una orden para el rescate de los cautivos. Aunque Félix tenía ya setenta años, se ofreció a hacer y sufrir cuanto Dios quisiera por un fin tan noble. Así pues, los dos santos partieron juntos a Roma en el invierno de 1197, para solicitar la aprobación de la Santa Sede.
La vida de san Félix de Valois está tan oscurecida por la leyenda como la de san Juan de Mata, y como la historia primitiva de la orden de la Santísima Trinidad. En nuestro artículo sobre san Juan de Mata hablamos ya de esto. Según la tradición, en tanto que san Juan trabajaba en favor de los esclavos cristianos en España y el norte de África, san Félix propagaba la nueva orden en Italia y Francia. En París fundó el convento de San Maturino. Cuando San Juan volvió a Roma, san Félix, a pesar de su avanzada edad, administró la provincia francesa y la casa madre de la orden en Cerfroid. Allí murió, a los ochenta y seis años de edad, el 4 de noviembre de 1212. Alban Butler hace notar que, según la tradición de los trinitarios, los dos santos fueron canonizados por Urbano IV en 1262, pero «no se ha logrado encontrar la bula». Alejandro VII confirmó el culto de los dos fundadores en 1666. Veintiocho años más tarde, la fiesta de san Félix de Valois fue extendida a toda la Iglesia de Occidente.
Prácticamente no hay documentos sobre la vida de san Félix. A pesar de ello, el P. Calixte-de-]a-Providence escribió una Vie de St Félix de Valois, cuya tercera edición data de 1878. Véase nuestro artículo sobre San Juan de Mata; Mann, History ol the Popes, vol. XII, pp. 84 y 272; y cf. Baudot y Chaussin, Vies des saints, vol. XI (1954), pp. 669-670.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
accedida 2966 veces
ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: https://www.eltestigofiel.org/index.php?idu=sn_4038

domingo, 16 de diciembre de 2018

San Juan de Mata, presbítero y fundador (17 de diciembre)


San Juan de Mata, presbítero y fundador

fecha: 17 de diciembre
fecha en el calendario anterior: 8 de febrero
n.: c. 1160 - †: 1213 - país: Italia
otras formas del nombre: Jean de Matha
canonización: Conf. Culto: Alejandro VII 1665
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: En Roma, en el monte Celio, san Juan de Mata, presbítero, que, francés de origen, fundó la Orden de la Santísima Trinidad, para la redención de los cautivos.

San Juan nació en Fauçon, en los límites de la Provenza. Siendo joven fue enviado a Aix, donde aprendió gramática, el uso de las armas, equitación y otros ejercicios adecuados a su posición. Su principal interés, sin embargo, estaba en las obras de misericordia y en la oración. Al regresar a su casa, se retiró a una pequeña ermita no lejos de Fauçon, con la intención de vivir alejado del mundo, unido a Dios por la penitencia y la contemplación. Sin embargo, su soledad era turbada con tanta frecuencia, que obtuvo permiso de su padre para estudiar teología en París, donde se graduó de doctor y se ordenó sacerdote. Durante su primera misa resolvió, por especial inspiración de Dios, dedicarse a la tarea de rescatar esclavos cristianos de los musulmanes; obra que le gustaba en especial por ser una de las más caritativas, puesto que beneficiaba tanto las almas como los cuerpos. No obstante, antes de embarcarse en tan importante empresa, pensó que era conveniente pasar algún tiempo en el retiro y la oración. Así pues, habiendo oído hablar del santo ermitaño san Félix de Valois, fue a verlo a Cerfroid y le rogó que le admitiera en su soledad y lo instruyera en el camino de la perfección.
Un día, sentados juntos a orillas de un arroyo, Juan le contó a Félix su plan de rescatar cristianos que estuvieran cautivos de los musulmanes, y habló con tanta elocuencia, que Félix se ofreció para unírsele en la empresa. Salieron para Roma en pleno invierno (era a fines del año 1197) para obtener la bendición del papa Inocencio III, quien, convencido de que estos dos hombres estaban guiados por el Espíritu Santo, dio su consentimiento para la fundación de una nueva orden religiosa, y nombró a san Juan el primer superior general. Fue consagrado obispo de París y se señaló al abad de san Víctor para que formulara la regla, que el Papa aprobó después por una bula, en 1198. Les indicó a los religiosos que usaran un hábito blanco con una cruz roja y azul sobre el pecho y que tomaran el nombre de Orden de la Santísima Trinidad. Los dos fundadores volvieron a Francia y se presentaron al rey Felipe Augusto, quien autorizó el establecimiento de la orden en sus dominios, mientras que Gaucher III, señor de Chatillon, les cedió Cerfroid, que se convirtió en el centro de operaciones de la Orden.
En los años que siguieron, los dos santos fundaron otros conventos en Francia y enviaron a varios de sus religiosos a acompañar a los condes de Flandes y Blois y otros señores a las Cruzadas. En 1201, san Juan envió a Marruecos a dos miembros de la orden para que rescataran ciento ochenta y seis esclavos cristianos. Al año siguiente, el mismo Juan fue a Túnez, donde compró la libertad de ciento diez cautivos más. Regresó a Provenza, donde recibió regalos que llevó a España para rescatar a un buen número de prisioneros que los invasores tenían cautivos. En un segundo viaje a Túnez sufrió mucho de parte de los infieles, que estaban encolerizados por su celo y su éxito para exhortar a los pobres esclavos a ser constantes en su fe. Cuando volvía con ciento veinte cristianos que había rescatado, los musulmanes destruyeron el timón de su barco y rasgaron las velas. Los musulmanes estaban ciertos de que el navío y su cargamento humano perecerían en el mar, pero el santo, lleno de confianza en Dios, suplicó que Él fuera su piloto, y después de haber colocado las capas de sus compañeros en lugar de las velas utilizadas, se puso a rezar su salterio, arrodillado sobre cubierta con un crucifijo en las manos. Tuvieron un viaje próspero y desembarcaron sanos y salvos en Ostia. Ya para entonces se había propagado la orden en Italia, gracias a los cuidados de Félix, y se había obtenido para ella una fundación en París, en el sitio de una capilla de San Mathurin, de donde en Francia los religiosos toman el nombre de Maturinos. San Juan vivió dos años más en Roma, y murió allí. Su culto fue aprobado en 1666.
El relato anterior, tomado de Alban Butler, resume lo que puede encontrarse en las biografías tradicionales, y por así decirlo, oficiales, acerca de san Juan de Mata. Hay todavía más detalles: en los Petits Bollandistes y en las vidas escritas por Gil González de Avila y el P. Calixte, se nos narra una misión a Dalmacia adonde se supone que fue enviado el santo por el papa Inocencio III, en 1199, como legado. El hecho es, como ha señalado Paul Deslandres en su admirable obra «L'Ordre des Trinitaires pour le rachat des captifs» (1903), que los religiosos en cuestión no habían tenido el cuidado de conservar ningún archivo. Prácticamente los religiosos no sabían nada de la historia de su fundador, y en los siglos quince y dieciséis, sintiéndose menos por esta ignorancia y aguijoneados por la rivalidad con los mercedarios, hospitalarios y otros de carisma semejante, ciertos escritores de su orden deliberadamente compilaron un registro ficticio, al que pretendían darle valor documental. Este proceder es mucho más de lamentar, porque no tuvo lugar en la época de la Edad Media, sino en tiempos relativamente modernos. Parece claro que unos cuantos individuos, con el pretexto de edificar, no tuvieron escrúpulo en inventar una crónica de hazañas gloriosas, recamadas a cada paso con supuestos milagros y revelaciones sobrenaturales, y ponerla en manos de sus cándidos lectores, como una historia de los comienzos de la Orden. Penoso como es este hecho, merece recordarse porque justifica la actitud en extremo crítica y severa de los hagiógrafos científicos de la actualidad. Además, cabe hacer notar que una vez que se ha entrado por la vereda de la falsificación histórica, se desvanece todo escrúpulo y el hábito crece aceleradamente. A la crónica falsa de Gil González de Ávila siguieron las aún más extravagantes de Figueras y Domingo López. Tenemos a mano un ejemplo convincente:
Para el español o provenzal del siglo diecisiete, la Gran Bretaña era una «Última Thule» sobre la cual era probable que nadie supiera mucho. Se escogió este sitio, que ofrecía todas las características para elaborar el romancero, pues los detalles ficticios no serían fácilmente descubiertos. Así pues, tenemos un volumen infolio de 600 páginas, «Noticias históricas de las tres provincias del Orden de la SS. Trinidad en Inglaterra, Escocia y Hibernia»(Madrid 1714), en el cual Fray López trata de las casas trinitarias en Inglaterra en tiempos del rey Enrique VIII. De acuerdo con López, había cuarenta y cuatro casas trinitarias en las Islas Británicas cuando comenzó la persecución de Enrique; eran ricas y prósperas y contaban con unos 300 a 400 religiosos, cada uno de los cuales entregó su vida por la fe. No es necesario subrayar el hecho de que los trinitarios era una de las órdenes menos notables en las Islas Británicas. Solamente tenía diez casas, la mayoría en condiciones precarias, y no hay razón fundada para pensar que uno solo de los religiosos fuera martirizado.
Sin lugar a dudas, las declaraciones hechas por López, sea cual fuere la fuente de donde las sacó, son un tejido de fábulas. Al examinar la lista detallada de referencias con nombres, fechas, títulos, etc., se prueba que todo es una mera farsa; aunque algunos nombres de personas y sitios relacionados con los trinitarios son auténticos, se han mezclado unas cosas propias con otras ajenas. Desgraciadamente, está claro que la biografía tradicional de san Juan de Mata es una obra de otra índole, no se puede dudar de que tal persona existió, que vino de Provenza, que era un hombre excepcionalmente santo y celoso, que fundó la Orden Trinitaria para la redención de cautivos, que obtuvo la aprobación de su regla del Papa Inocencio III, y que murió en Roma el 17 de diciembre de 1213. Pero fuera de esto sabemos muy poco.
La obra ya citada de Paul Deslandres parece haber dicho la última palabra sobre todos estos asuntos. Para información sobre el punto de vista Trinitario, el lector puede consultar a Antonino de la Asunción, en Monumenta Ordinis Excalceatorum SS Trinitatis Redemptionis captivorum ad provinciam S.P.N. Joanis de Matha spectantia (1915) y su Les origines de L'Ordre de la T.S. Trinité d'après les documents (1925) en esta última cf. la Analecta Bolandiana, vol. XLVI (1928), pp. 419-420. El libro de D. López mencionado arriba, fue objeto de un artículo por el P. J . H. Pollen en The Month (junio 1895) titulado Spurious Record of Tudor Martyrs.
Imagen: San Juan de Mata y san Félix de Valois obtienen la aprobación pontificia de la Orden, cuadro en la iglesia de Santo Tomás en Formis.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: https://www.eltestigofiel.org/index.php?idu=sn_4549

domingo, 4 de noviembre de 2018

San Félix de Valois, fundador (4 de noviembre)


San Félix de Valois, fundador

fecha: 4 de noviembre
fecha en el calendario anterior: 20 de noviembre
n.: 1127 - †: 1212 - país: Francia
canonización: 
Conf. Culto: Alejandro VII 21 oct 1666
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Elogio: En Cerfroid, en el territorio de Meaux, en Francia, san Félix de Valois, a quien, después de una larga vida de ermitaño, se le considera compañero de san Juan de Mata en la fundación de la Orden de la Santísima Trinidad, para la redención de los cautivos.
refieren a este santo: San Juan de Mata

Algunos escritores de la Orden de la Santísima Trinidad afirman que san Félix llevaba el apellido de Valois, porque pertenecía a la familia real de Francia, pero en realidad el nombre proviene de la provincia de Valois, donde habitó originalmente. Según se dice, vivía como ermitaño en el bosque de Gandelu, en la diócesis de Soissons, en un sitio llamado Cerfroid. Tenía el propósito de pasar su vida en la oscuridad; pero Dios lo dispuso de otro modo. En efecto, san Juan de Mata, discípulo de san Félix, le propuso que fundase una orden para el rescate de los cautivos. Aunque Félix tenía ya setenta años, se ofreció a hacer y sufrir cuanto Dios quisiera por un fin tan noble. Así pues, los dos santos partieron juntos a Roma en el invierno de 1197, para solicitar la aprobación de la Santa Sede.
La vida de san Félix de Valois está tan oscurecida por la leyenda como la de san Juan de Mata, y como la historia primitiva de la orden de la Santísima Trinidad. En nuestro artículo sobre san Juan de Mata hablamos ya de esto. Según la tradición, en tanto que san Juan trabajaba en favor de los esclavos cristianos en España y el norte de África, san Félix propagaba la nueva orden en Italia y Francia. En París fundó el convento de San Maturino. Cuando San Juan volvió a Roma, san Félix, a pesar de su avanzada edad, administró la provincia francesa y la casa madre de la orden en Cerfroid. Allí murió, a los ochenta y seis años de edad, el 4 de noviembre de 1212. Alban Butler hace notar que, según la tradición de los trinitarios, los dos santos fueron canonizados por Urbano IV en 1262, pero «no se ha logrado encontrar la bula». Alejandro VII confirmó el culto de los dos fundadores en 1666. Veintiocho años más tarde, la fiesta de san Félix de Valois fue extendida a toda la Iglesia de Occidente.
Prácticamente no hay documentos sobre la vida de san Félix. A pesar de ello, el P. Calixte-de-]a-Providence escribió una Vie de St Félix de Valois, cuya tercera edición data de 1878. Véase nuestro artículo sobre San Juan de Mata; Mann, History ol the Popes, vol. XII, pp. 84 y 272; y cf. Baudot y Chaussin, Vies des saints, vol. XI (1954), pp. 669-670.
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Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: https://www.eltestigofiel.org/index.php?idu=sn_4038

sábado, 4 de noviembre de 2017

San Félix de Valois, fundador (4 de noviembre)

San Félix de Valois, fundador

fecha: 4 de noviembre
fecha en el calendario anterior: 20 de noviembre
n.: 1127 - †: 1212 - país: Francia
canonización: 
Conf. Culto: Alejandro VII 21 oct 1666
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Elogio: En Cerfroid, en el territorio de Meaux, en Francia, san Félix de Valois, a quien, después de una larga vida de ermitaño, se le considera compañero de san Juan de Mata en la fundación de la Orden de la Santísima Trinidad, para la redención de los cautivos.
refieren a este santo: San Juan de Mata

Algunos escritores de la Orden de la Santísima Trinidad afirman que san Félix llevaba el apellido de Valois, porque pertenecía a la familia real de Francia, pero en realidad el nombre proviene de la provincia de Valois, donde habitó originalmente. Según se dice, vivía como ermitaño en el bosque de Gandelu, en la diócesis de Soissons, en un sitio llamado Cerfroid. Tenía el propósito de pasar su vida en la oscuridad; pero Dios lo dispuso de otro modo. En efecto, san Juan de Mata, discípulo de san Félix, le propuso que fundase una orden para el rescate de los cautivos. Aunque Félix tenía ya setenta años, se ofreció a hacer y sufrir cuanto Dios quisiera por un fin tan noble. Así pues, los dos santos partieron juntos a Roma en el invierno de 1197, para solicitar la aprobación de la Santa Sede.
La vida de san Félix de Valois está tan oscurecida por la leyenda como la de san Juan de Mata, y como la historia primitiva de la orden de la Santísima Trinidad. En nuestro artículo sobre san Juan de Mata hablamos ya de esto. Según la tradición, en tanto que san Juan trabajaba en favor de los esclavos cristianos en España y el norte de África, san Félix propagaba la nueva orden en Italia y Francia. En París fundó el convento de San Maturino. Cuando San Juan volvió a Roma, san Félix, a pesar de su avanzada edad, administró la provincia francesa y la casa madre de la orden en Cerfroid. Allí murió, a los ochenta y seis años de edad, el 4 de noviembre de 1212. Alban Butler hace notar que, según la tradición de los trinitarios, los dos santos fueron canonizados por Urbano IV en 1262, pero «no se ha logrado encontrar la bula». Alejandro VII confirmó el culto de los dos fundadores en 1666. Veintiocho años más tarde, la fiesta de san Félix de Valois fue extendida a toda la Iglesia de Occidente.
Prácticamente no hay documentos sobre la vida de san Félix. A pesar de ello, el P. Calixte-de-]a-Providence escribió una Vie de St Félix de Valois, cuya tercera edición data de 1878. Véase nuestro artículo sobre San Juan de Mata; Mann, History ol the Popes, vol. XII, pp. 84 y 272; y cf. Baudot y Chaussin, Vies des saints, vol. XI (1954), pp. 669-670.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012

Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_4038