viernes, 30 de septiembre de 2016

San Simón de Crèpy, eremita - Beato Juan Nicolás Cordier, presbítero y mártir (64 mártires de la Revolución Francesa en Rochefort) 30 de septiembre

San Simón de Crèpy, eremita

fecha: 30 de septiembre
n.: c. 1048 - †: 1082 - país: Italia
canonización: culto local
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Elogio: En Roma, san Simón, monje, antes conde de Crèpy, en Francia, que, renunciando a la patria, al matrimonio y a todo, eligió la vida monástica y después la eremítica en las montañas del Jura, y, reclamado muchas veces como legado de paz para conciliación entre príncipes, murió finalmente en Roma y fue sepultado en la basílica de San Pedro.

Simón, conde de Crépy, en la región de Valois, estaba emparentado con Matilde, la esposa de Guillermo el Conquistador, y se educó en la corte de ese rey. Gozaba de la confianza y los favores de Guillermo, quien le llevó consigo a las campañas contra Felipe I de Francia para arrojarlo de las tierras de Normandía. Se dice que al término de aquella guerra, el padre de Simón murió en la localidad de Montdidier y éste se propuso transportar el cadáver hasta las tierras de Crépy para sepultarlo; y sucedió que en el largo trayecto el cuerpo del conde entró en descomposición y su hijo, después de velarlo toda la noche en solitaria meditación sobre lo transitorio de esta vida, sepultó los restos en el campo y regresó a la corte decidido a hacerse monje. Asimismo se afirma que acabó por convencer a su prometida, la hija de Hildeberto, conde de Auvernia, para que ingresara a un convento y así, un buen día, los dos novios huyeron juntos de la corte, pero no para casarse, como lo pensaban todos los cortesanos, sino para entregarse a la vida del claustro. La joven quedó a buen resguardo con las monjas, pero cuando Simón se dirigía a otro monasterio para hacer lo propio, fue alcanzado por los enviados del rey, quienes le llevaron de nuevo a la corte. Allí Guillermo el Conquistador le reveló al noble joven que deseaba casarlo con su propia hija Adela. Simón no se atrevió a rechazar directamente los ofrecimientos de su real benefactor, pero trató de demorar la boda y partió en viaje a Roma con el pretexto de averiguar en la Santa Sede si su proyectado matrimonio era legal en vista de que la hija del rey era su pariente. Pero ni siquiera llegó a la mitad del camino, porque a su arribo a la ciudad de Condal, en el Jura, se hospedó en la abadía de Saint-Claud, allí tomó el hábito y no lo abandonó jamás.
Lo mismo que a muchos otros monjes pertenecientes a la nobleza, los superiores y los familiares de Simón insistieron para que emplease su influencia en arreglar discordias y restablecer los derechos. San Hugo de Cluny le envió ante el rey de Francia para que recuperase unas tierras que habían sido quitadas al monasterio y, asimismo, intervino activamente para obtener la reconciliación entre Guillermo el Conquistador y sus hijos. Cuando el papa san Gregorio VII, en conflicto con el emperador, decidió concertar un acuerdo con Roberto Guiscard y sus normandos, que ocupaban parte del territorio de Italia, mandó llamar a san Simón para que le ayudase en las negociaciones. Estas concluyeron felizmente en la ciudad de Aquino, en 1080 y, desde entonces, el Papa conservó a su lado a Simón. Éste murió en Roma y recibió los últimos sacramentos de manos del propio san Gregorio.
Varios contemporáneos de Simón escribieron sobre él en tono laudatorio. El papa Urbano II compuso un elogioso epitafio para su tumba y Guibert de Nogent, quien tan acerbamente denunció las corrupciones de su época, escribió entusiasmado sobre el buen ejemplo que dio Simón. Este y muchos otros testimonios fueron coleccionados en Acta Sanctorum, sept. vol. VIII, junto con una biografía anónima, pero que seguramente fue escrita poco tiempo después de la muerte del personaje. Ver también a G. Corblet, en Hagiographie d´Amiens, vol. III, pp. 491-519.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012

Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.orgindex.php?idu=sn_3566




Beato Juan Nicolás Cordier, presbítero y mártir

fecha: 30 de septiembre
n.: 1710 - †: 1794 - país: Francia
canonización: 
B: Juan Pablo II 1 oct 1995
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003

Elogio: En el litoral de Francia, frente a Rochefort, beato Juan Nicolás Cordier, presbítero y mártir, que, suprimida la Orden de la Compañía de Jesús, siguió ejerciendo el ministerio sacerdotal en la región de Verdún, hasta que, en la recrudecida Revolución Francesa, por su condición de sacerdote fue encarcelado en una nave anclada en el mar, donde murió de enfermedad e inanición.

Ver más información en:

Nace en Saint-André, cerca de Souilly, en La Meuse, el 3 de diciembre de 1710, hijo de un carpintero. Con 18 años decide su vocación religiosa e ingresa en el noviciado de la Compañía de Jesús, de Nancy (28 de septiembre de 1728). Estudia en la Universidad de Pont-á-Mousson. Estuvo destinado en el colegio de Nancy, en el de Dijon y también en Auxerre y en Autun, y ya doctor en teología, es profesor en Laon. Hace su profesión religiosa el 2 de febrero de 1746 y seguidamente enseña en Estrasburgo, Pont-á-Mousson y Reims. Ya sacerdote, estaba de superior en la residencia de Saint-Mihiel cuando es suprimida la Compañía de Jesús. Entonces se queda en la dicha ciudad como capellán de las Anunciaras hasta 1790. Luego vive con un amigo canónigo en Verdun. Opuesto con toda claridad a la constitución civil del clero, pese a su ancianidad y enfermedades es arrestado el 28 de octubre de 1793, encarcelado en Bar y enviado a la deportación en abril del año siguiente. Llegado a Rochefort y embarcado en el Washington, su salud no resistió tantas privaciones y miserias y murió el 30 de septiembre de 1794, en una de las tiendas del hospital de isla Madame, tras padecer no pocos maltratos, soportados por él con admirable paciencia cristiana. Fue beatificado el 1 de octubre de 1995.
fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
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