jueves, 3 de abril de 2014

ASIA/PAKISTAN - Amenazan al abogado que defiende a los cristianos acusados de blasfemia 03042014

ASIA/PAKISTAN - Amenazan al abogado que defiende a los cristianos acusados de blasfemia

Lahore – El activista cristiano y abogado que está siguiendo de cerca procesos como el de Asia Bibi y Sawan Masih, cristianos acusados y condenados a muerte por blasfemia, se llama Sardar Mushtaq Gill, es el director de la ONG “Lead” y ha sido amenazado e intimidado, como una forma de presión, con retirarle la licencia para ejercer la abogacía
Gill explica a Fides: “El 2 de abril, un desconocido llegó al Tribunal de Lahore y me advirtió que yo podría ser atacado o implicado en algunos casos penales falsos o incluso asesinado”. El abogado parece estar en la 'lista negra' de los grupos terroristas y extremistas que no tratan amablemente a los defensores de los derechos humanos y de los cristianos. También ha llegado información trasversal al abogado diciéndole que podría ser expulsado de la Orden de los abogados, lo que no le permitiría ejercer más la profesión. Gill continua diciendo a Fides: “¿Qué se supone que tengo que hacer, dejar de defendedlos? El Salmo 118 dice: 'El Señor está conmigo, nada temo. ¿Qué puede hacerme el hombre? Yo y mis otros colegas hemos sido amenazados y atacados varias veces por desconocidos debido a nuestro trabajo por los derechos humanos en Pakistán. Pero no tenemos miedo. Sabemos que podríamos ser asesinados porque apoyamos la campaña para la abolición de la ley sobre la blasfemia. Pero esto no va a cerrarnos la boca y no nos detendrá en nuestro trabajo en materia de derechos humanos. El Señor nos dice que tengamos coraje”.
En los últimos días, Gill, en declaraciones a la Agencia Fides, había definido la sentencia de muerte de Sawan Masih como “la muerte de la justicia en Pakistán”.

La periferia americana recuerda a los que murieron buscando una vida mejor 01042014

La periferia americana recuerda a los que murieron buscando una vida mejor

2014-04-01 Radio Vaticana
(RV).- (audio) La tarde del martes se celebró, en la frontera de México con Estados Unidos, una misa en memoria de los 6.000 inmigrantes que han muerto en el desierto de Arizona desde 1998, intentando comenzar una vida nueva dejando su país de origen. “El Santo Padre nos anima para ir a las periferia: aquí estamos. Tenemos que descubrir nuestra propia identidad como de Dios para estar con nuestro hermano”, son palabras del Cardenal Sean O' Malley, Arzobispo de Boston, quien también recordó en su homilía que EEUU es una nación de inmigrantes, y que gracias a ellos no se gana sólo a nivel económico sino también en valores, cultura, talento, juventud....”.
Además de la celebración litúrgica se realizó una caminata simbólica para resaltar el sufrimiento humano causado por un sistema migratorio fallido, un aspecto del debate nacional sobre inmigración que es frecuentemente pasado por desapercibido. Escuchemos parte de la ceremonia y de la homilía. (MZ-RV)

«LA MISERICORDIA DE DIOS PARA CON LOS PENITENTES» (san Máximo Confesor) 03042014


Reflexión Espiritual

De las cartas de san Máximo Confesor, abad
«LA MISERICORDIA DE DIOS PARA CON LOS PENITENTES»

Nada hay tan querido ni tan estimado de Dios como el que los hombres, con una verdadera penitencia, se conviertan a él. Y, para manifestarlo de una manera más propia de Dios que todas las otras cosas, la Palabra divina de Dios Padre, el primero y único reflejo insigne de la bondad infinita, sin que haya palabras que puedan explicar su humillación y descenso hasta nuestra realidad, se dignó, mediante su encarnación, convivir con nosotros; y llevó a cabo, padeció y habló todo aquello que parecía conveniente para reconciliarnos con Dios Padre, a nosotros, que éramos sus enemigos. [...]

Pues no sólo sanó nuestras enfermedades con la fuerza de los milagros, sino que, habiendo aceptado las debilidades de nuestras pasiones y el suplicio de la muerte —como si él mismo fuera culpable, siendo así que se hallaba inmune de toda culpa—, nos liberó, mediante el pago de nuestra deuda, de muchos y tremendos delitos y, en fin, nos aconsejó, con múltiples enseñanzas, que nos hiciéramos semejantes a él, imitándolo con una condescendiente benignidad y una caridad más perfecta hacia los demás.

Por ello clamaba: No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan. Y también: No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Por ello añadió que había venido a buscar la oveja que se había perdido, y que, precisamente, había sido enviado a las ovejas que habían perecido de la casa de Israel. [...] Por la misma razón, después de haber encontrado la ovejilla alejada de las cien ovejas divinas, que erraba por montes y collados, no volvió a conducirla al redil con empujones y amenazas, ni de malas maneras, sino que, lleno de misericordia, la puso sobre sus hombros y la volvió, incólume, junto a las otras.

Por ello dijo también: Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Y también: Cargad con mi yugo; es decir, llama «yugo» a los mandamientos, o sea, a la vida de acuerdo con el Evangelio; y llama «carga» a la penitencia, que puede parecer a veces algo más pesado y molesto: Porque mi yugo es llevadero —dice— y mi carga ligera.

ASIA/TIERRA SANTA - Los Obispos católicos: un cierto modo de hablar de la persecución de los cristianos sigue el juego de los extremistas 02042014

ASIA/TIERRA SANTA - Los Obispos católicos: un cierto modo de hablar de la persecución de los cristianos sigue el juego de los extremistas

Jerusalén – La forma y el tono instrumental y engañoso con el que ciertos círculos occidentales arrojan alarmas continuas sobre la persecución sufrida por los cristianos en Oriente Medio responde a cálculos políticos y termina por seguir el juego de los extremistas”. Lo explican los obispos de la Asamblea de los Ordinarios Católicos de Tierra Santa, en un documento publicado el 2 de abril por la Comisión de Justicia et Pax que pertenece a este organismo episcopal regional. “¡Persecución! En muchas partes de Occidente”, señalan los obispos “esta palabra está en la boca de la gente. Se dice que hoy los cristianos están siendo perseguidos en Oriente Medio. Pero, ¿qué está pasando en realidad? ¿Cómo debemos hablar con verdad y sin censura, como cristianos y como Iglesia, del sufrimiento y la violencia que continúan en la región?”.
No hay duda - reconocen los obispos católicos de Tierra Santa en el texto enviado a la Agencia Fides - que los recientes levantamientos en Oriente Medio, definidos al principio como “Primavera Árabe”, han allanado el camino a fuerzas y grupos extremistas que “en el nombre de una interpretación política del Islam están creando estragos en muchos países, particularmente en Iraq, Egipto y Siria. No hay duda de que muchos de estos extremistas consideran a los cristianos como infieles, como enemigos y como agentes de las fuerzas extranjeras hostiles, o simplemente como un blanco fácil para la extorsión”. Sin embargo, según los autores del documento, hay que tener en cuenta que los cristianos no son las únicas víctimas de esta violencia y brutalidad. También lo pagan muchos musulmanes que no son fanáticos, llamados “herejes”. Por no mencionar que en las zonas donde prevalecen los extremistas sunitas, son atacados y asesinados los musulmanes chiítas, y viceversa. Los cristianos “a veces son perseguidos por ser cristianos”, pero otras veces son víctimas de la misma violencia que afecta a todos los demás. Con la caída de los regímenes autoritarios que garantizaban la “ley y el orden” - así continúa el análisis de la situación de Oriente Medio que expone el documento - se derrumbó también el orden que habían impuesto los métodos de coerción de la policía y los militares. Los cristianos han vivido en relativa seguridad bajo regímenes dictatoriales. Y ahora algunos de ellos temen que, por su caída, el caos prevalecerá al igual que la violencia desatada por los grupos extremistas. Por otro lado – se lee en un pasaje auto-crítico del documento - la fidelidad a su fe y preocupación por el bien de su país, habrían tenido que empujar a los cristianos a “hablar antes”, a pedir las reformas necesarias. Ante los escenarios actuales, en algunos países de Oriente Medio parece que el único consuelo que queda es el repetir las palabras de Cristo: “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos”. Sin embargo - dice el documento en un pasaje clave , “la repetición de la palabra 'persecución' en diferentes círculos - por lo general se refiere sólo a lo que sufren los cristianos por parte de delincuentes definidos como 'musulmanes' – sigue el juego de los extremistas, en la patria y fuera de ella, con el propósito de sembrar el odio y el prejuicio y la contraposición entre sus pueblos y religiones”. Los obispos católicos de Tierra Santa sugieren el no proporcionar pretextos a los que persiguen estos diseños. En su opinión, los cristianos y los musulmanes deben permanecer unidos contra el nuevo extremismo y las fuerzas de destrucción, tratando de crear una sociedad “despojada de cristianos y donde solo unos pocos musulmanes, se sentirían en casa”. También porque “todos nosotros, cristianos y musulmanes”, advierte el documento aprobado por el organismo de los Obispos, “debemos ser conscientes de que el mundo exterior no hará ningún movimiento para protegernos a nosotros. Las potencias internacionales y regionales persiguen sólo sus propios intereses”.

“Responsables de la paz y el destino democrático de Venezuela” 03042014

“Responsables de la paz y el destino democrático de Venezuela”




(RV).- (Con audio) Este miércoles, la Conferencia Episcopal Venezolana emitió un comunicado sobre la situación del país, posterior al encuentro sostenido con representantes de la Unasur, la Unión de Naciones Sudamericanas. En el comunicado, leído por Mons. Diego Padrón, Arzobispo de Cumaná y Presidente de la Conferencia Episcopal de este país, lo prelados hacen un llamado a todos los venezolanos y, especialmente a sus gobernantes, a considerar la grave situación por la cual atraviesa el país, exhortándolos al diálogo y a realizar un esfuerzo para crear nuevas bases que eviten el desmoronamiento del país y que conduzcan a la reconciliación y a la democracia. (CM-RV)

Sobre el comunicado de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana escuchemos al p. David Gutiérrez del departamento de prensa de la CEV
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Comunicado de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana:
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“Responsables de la paz y el destino democrático de Venezuela”

1. La crisis que desde el pasado 12 de Febrero vive Venezuela es sumamente grave tanto por su magnitud, ya que abarca dimensiones diversas de la vida nacional, como por su duración, violencia y nefastas consecuencias para nuestro presente y nuestro futuro. Por tal motivo, los Obispos de la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana queremos dirigirnos de nuevo a todos los venezolanos, cualquiera sea su simpatía política.

2. Causa fundamental de la actual crisis es la pretensión del partido oficial y autoridades de la República de implantar el llamado "Plan de la Patria", detrás del cual se esconde la promoción de un sistema de gobierno de corte totalitario, que pone en duda su perfil democrático; las restricciones a las libertades ciudadanas, en particular, la de información y opinión; la falta de políticas públicas adecuadas para enfrentar la inseguridad jurídica y ciudadana; los ataques a la producción nacional, que ha conducido a que en nuestro país hoy se haga necesaria la importación de toda clase de productos; la brutal represión de la disidencia política; el intento de "pacificación" o apaciguamiento por medio de la amenaza, la violencia verbal y la represión física.


3. Los estudiantes y otros manifestantes pacíficos, ejercen su legítimo derecho, previsto en la Constitución, y merecen, por tanto, todo respeto. Las manifestaciones se han visto a veces empañadas por actos de violencia que han dejado muertos, heridos y destrozos en instituciones y propiedades. Es difícil señalar el origen de todos ellos, pero es evidente que muchas acciones delictivas son originadas por personas o grupos infiltrados con el objeto de tergiversar o desacreditar las protestas y provocar su condena. El empleo de barricadas y el ataque hacia personas e instituciones, así como la quema de vehículos particulares y de servicio público, crean una situación que no se debe aceptar ni aplaudir.

4. Reiteramos nuestra firme exigencia de que el Gobierno desarme a los grupos civiles armados. Su actuación coordinada, siguiendo unos patrones determinados, demuestra que no se trata de grupos aislados o espontáneos, sino entrenados para intervenir violentamente. En muchos casos han actuado impunemente bajo la mirada indiferente de las fuerzas del orden público, por lo cual la actuación de éstas ha quedado seriamente cuestionada.

5. Lamentamos los asesinatos de civiles y de Guardias Nacionales ocurridos en las manifestaciones. Queremos recordar que el valor de la vida es absoluto y Dios lo protege con el quinto mandamiento. De igual modo rechazamos la criminalización de la protesta ciudadana y la negación práctica de los derechos humanos en el trato a los manifestantes. Denunciamos la abusiva y desmedida represión contra ellos, las torturas de que han sido objeto muchas de las personas detenidas y la persecución judicial a los Alcaldes y Diputados contrarios al oficialismo.

6. La restricción de la información tanto en la prensa como en los medios radioeléctricos atenta contra el derecho del pueblo a estar bien informado y también contra la posibilidad de que se conozca la verdad de los hechos y se sancione a los culpables. Sin determinar la verdad será imposible lograr la paz. Una "Comisión de la Verdad" que sea plural y que genere confianza en los ciudadanos, puede ser una gran ayuda.

7. El desabastecimiento, la carestía de la vida, la inseguridad y las restricciones en la venta de gasolina, más notables en el interior del país y en las zonas fronterizas, se traduce en angustia y malestar creciente de la población. A esto se añade que no pocas personas inescrupulosas, amparados en la crisis que atraviesa la nación, se han dedicado a especular con los bienes y servicios, que han subido a precios exorbitantes. Si no se toman los necesarios correctivos a estas situaciones, ellas serán una chispa que seguirá encendiendo la violencia.

8. El Gobierno se equivoca al querer resolver la crisis por la fuerza. La represión no es el camino. Con ella no ha podido evitar las manifestaciones de protesta ni dar respuesta al descontento y la rebeldía de la gente. La salida de la crisis es clara: el diálogo sincero del Gobierno con todos los sectores del país, con una agenda previa y condiciones de igualdad, y con gestos concretos, evaluables en el tiempo, como señales de la necesaria rectificación. Consideramos oportuna y de gran valor la participación de la Santa Sede en el diálogo entre el Gobierno y la oposición. El pueblo venezolano apreciará en sumo grado dicha participación y sabrá reconocer el valioso aporte de la Iglesia.

9. Hacemos un llamado a todos los venezolanos, especialmente a los dirigentes del Gobierno y de la oposición, a considerar la extrema gravedad del momento presente, y a evitar que el país se siga desangrando y se derrumbe por la violencia. Más aún, los exhortamos al dialogo y a poner todo su esfuerzo por construir nuevas relaciones basadas en el mutuo reconocimiento, la reconciliación y la búsqueda de la normalización de la situación nacional.

10. La fe cristiana bien entendida nos exige a todos los creyentes responsabilizarnos del destino del país, no permanecer indiferentes sino más bien involucrarnos en la defensa de la vida, de los derechos humanos, de la libertad y la democracia. Nadie que viva en Venezuela debe decir que no le interesa o preocupa la violencia y las muertes que están aconteciendo en ciudades y pueblos. Todos, sin excepción, somos responsables de la libertad, la paz y el destino democrático de nuestra Patria.

11. Inspirados en la Palabra de Dios, todos los creyentes en Cristo tenemos que asumir decididamente el servicio de la reconciliación. Aprovechando la Cuaresma y la próxima Semana Santa, los sacerdotes, religiosas, laicos comprometidos en acciones pastorales y los Obispos contribuiremos a edificar la paz desde la verdad y la caridad, pues a la Iglesia le corresponde ser el ámbito de la comunión donde todos podremos encontrarnos asumiendo razonablemente nuestras diferencias. Como enseña San Pablo, nos toca derribar todo muro de división. Cristo es nuestra paz (Ef 2,14)

12. Nos solidarizamos con la población de las ciudades que más han sufrido la violencia y los efectos de la militarización. Particularmente con los habitantes de San Cristóbal. Invitamos a todos los católicos a ofrecer a Dios el AYUNO del próximo VIERNES SANTO EN SOLIDARIDAD con todas las familias que lloran a sus seres queridos, pidiendo para ellas consuelo, esperanza y fortaleza espiritual.

13. Invitamos a todos los ciudadanos, independientemente de su simpatía política, a unirnos como venezolanos, a superar el odio y la violencia, a evitar falsos rumores e informaciones que producen zozobra en la población y a comprometernos con Dios a resolver nuestros conflictos de manera pacífica. Ponemos estas intenciones en las manos amorosas de Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela.


Caracas, 2 de abril de 2014

+Emmo. Sr. Cardenal

Jorge Urosa Savino

Arzobispo de Caracas

Presidente de Honor de la CEV


+ Diego Rafael Padrón Sánchez

Arzobispo de Cumaná

Presidente de la CEV


+ José Luis Azuaje Ayala

Obispo de Barinas


1 Vicepresidente de la CEV


+ Mario Moronta Rodríguez

Obispo de San Cristóbal

2 Vicepresidente de la CEV


+ Jesús González de Zárate

Obispo Auxiliar de Caracas

Secretario General de la CEV

El jesuita José Anchieta es Santo 03042014

El jesuita José Anchieta es Santo




(RV).- (se actualizó con voz) El Papa Francisco inscribió en el catálogo de los Santos y extendió a la Iglesia universal el culto del jesuita José de Anchieta, «Apóstol del Brasil», nacido en España; de María de la Encarnación, llamada «Madre de la Iglesia católica en Canadá» y Francisco de Montmorency-Laval, obispo, animado él también por el carisma misionero en tierra canadiense, elevados al honor de los altares por el Beato Juan Pablo II, en la Basílica de San Pedro, el 22 de junio de 1980. Y lo hizo este jueves, 3 de abril, de 2014, recibiendo en audiencia al Cardenal Angelo Amato, SDB, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.

Destacando la figura de estos futuros santos, el día de su beatificación, el Papa Wojtyla, manifestó la alegría de la Iglesia «al presentarlos a la imitación de los fieles» y «a la admiración del mundo». En particular, sobre José de Anchieta, incansable y genial misionero de la Compañía de Jesús, puso de relieve su apostolado en tierra brasileña, su devoción mariana y su fuerza sobrehumana, especialmente al defender a los indígenas contra las injusticias de los colonizadores:

«Un incansable y genial misionero es José de Anchieta, que a los 17 años, ante la imagen de la Santísima Virgen María, en la catedral de Coimbra, hace voto de virginidad perpetua y decide dedicarse al servicio de Dios. Habiendo ingresado en la Compañía de Jesús, parte, el año 1553, para el Brasil, donde, en la misión de Piratininga, emprende múltiples actividades pastorales con el fin de acercar y ganar para Cristo a los indios de las selvas vírgenes. Ama con inmenso afecto a sus hermanos «brasís», comparte con ellos su vida, estudia profundamente sus costumbres y comprende que su conversión a la fe cristiana debe ser preparada, ayudada y consolidada por un apropiado trabajo de civilización, para su promoción humana. Su celo ardiente le mueve a realizar innumerables viajes, cubriendo distancias inmensas, en medio de grandes peligros. Pero la oración continua, la mortificación constante, la caridad ferviente, la bondad paternal, la unión íntima con Dios, la devoción filial a la Virgen Santísima —a quien dedica un largo poema de elegantes versos latinos— dan a este gran hijo de San Ignacio una fuerza sobrehumana, especialmente cuando debe defender contra las injusticias de los colonizadores a sus hermanos los indígenas. Para ellos compone un catecismo, adaptado a su mentalidad, que contribuye grandemente a su cristianización. Por todo ello, bien merece el título de «Apóstol del Brasil».

San José de Anchieta nace en 1534 en San Cristóbal de la Laguna (Tenerife, Islas Canarias). Entrado en la Compañía de Jesús, parte el año 1553 para el Brasil, que evangeliza con una actividad incansable. Muere en 1597, a los 63 años y merece el título de «Apóstol del Brasil».

Santa María de la Encarnación (Guyart) nace en Tours de Francia, en 1599. Al quedar viuda, entra en el monasterio de las ursulinas y en 1639 se va como misionera al Canadá. En su larga vida demuestra que no existe contraste entre la búsqueda y contemplación de Dios y la actividad apostólica más decidida; por el contrario, ésta resulta estimulada, fecundada y animada por aquella. María de la Encarnación muere en 1672 a los 73 años.

San Francisco de Montmorency-Laval nace en 1623. Nombrado vicario apostólico de «Nueva Francia», desarrolla un incansable y fecundo apostolado en aquella zona que comprendía los inmensos territorios de dominio francés; es decir, casi la mitad del continente norteamericano. Muere, cargado de méritos, en 1708, a los 85 años.

Recordamos que se trata de una canonización llamada "equivalente" según la cual el Papa, por la autoridad que le compete, extiende a la Iglesia universal el culto y la celebración litúrgica de un santo, una vez que se comprueban ciertas condiciones precisadas por el Papa Benedicto XIV (1675-1758). Esta praxis ya ha sido utilizada por el Papa Francisco para la canonización de la beata Ángela de Foligno el 9 de octubre de 2013, y para San Pedro Fabro, el 17 de diciembre del mismo año, así como por su predecesores Benedicto XVI, Juan Pablo II, Juan XXIII y otros
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miércoles, 2 de abril de 2014

«CRISTO ES EL CAMINO HACIA LA LUZ, LA VERDAD Y LA VIDA» San Agustín 01042014


Reflexión Espiritual

De los tratados de san Agustín, obispo, sobre el evangelio de san Juan
«CRISTO ES EL CAMINO HACIA LA LUZ, LA VERDAD Y LA VIDA»

El Señor dijo concisamente: Yo soy la luz del mundo: el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Con estas palabras nos mandó una cosa y nos prometió otra. Hagamos lo que nos mandó y, de esta forma, no desearemos de manera insolente lo que nos prometió; no sea que tenga que decirnos el día del juicio: «¿Hiciste lo que mandé, para poder pedirme ahora lo que prometí?» «¿Qué es lo que mandaste, Señor, Dios nuestro?» Te dice: «Que me siguieras.» [...]

El Señor abre los ojos al ciego. Quedaremos iluminados, hermanos, si tenemos el colirio de la fe. Porque fue necesaria la saliva de Cristo mezclada con tierra para ungir al ciego de nacimiento. También nosotros hemos nacido ciegos por causa de Adán, y necesitamos que el Señor nos ilumine. Mezcló saliva con tierra; por ello está escrito: La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros. Mezcló saliva con tierra, pues estaba también anunciado: La verdad brota de la tierra. [...]

Si lo amas, síguelo. «Yo lo amo —me dices—, pero ¿por qué camino lo sigo?» [...] Oye que el Señor dice primero: Yo soy el camino. [...] Primero dijo por donde tenías que ir, y luego a donde. Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Permaneciendo junto al Padre, es la verdad y la vida; al vestirse de carne, se hace camino.

No se te dice: «Trabaja por dar con el camino, para que llegues a la verdad y a la vida»; no se te ordena esto. Perezoso, ¡levántate! El mismo camino viene hacia ti y te despierta del sueño en que estabas dormido, si es que en verdad te despierta; levántate, pues, y anda. [...] La Palabra de Dios sanó también a los cojos. «Tengo los pies sanos —dices—, pero no puedo ver el camino.»
Piensa que también iluminó a los ciegos.