jueves, 1 de enero de 2015

Amistad que transforma (Virtudes y Valores)

Amistad que transforma
La amistad es el amor humano más puro. La verdadera amistad nos conduce al bien y a la verdad, desea lo mejor para nosotros y los mejor de nosotros.


Por: Óscar David Jiménez | Fuente: Virtudes y valores






El amor humano fundamenta este afecto personal y desinteresado. La amistad muestra que tendemos naturalmente a relacionarnos con los demás.

Hay personas que nos eclipsan, o que al verlas son ya de nuestro “club”, porque coinciden con nuestro modo de pensar o de ser. Sin embargo, hay otras que nos resultan no tan simpáticas o agradables a la primera vez, quizá porque tenemos prejuicios o porque no las juzgamos “dignas” de nuestra amistad. Aquí recae la necesidad de saber valorar a las personas por lo que son: hijos de Dios, y no por lo que tienen, o infundadamente nos parecen. Los prejuicios se acaban cuando conocemos, aceptamos y tratamos de auxiliar a los demás.

La amistad es el amor humano más puro, pues el mismo Agustín de Hipona afirmaba: "Aborrecí todas las meras cosas materiales, porque en ninguna encontré la amistad". Esto quiere decir que nuestro corazón está hecho, principalmente, para amar a personas humanas, como nosotros, pero que tiene su culminación en el amor sobrenatural.

Los amigos surgen en la medida que recorremos la vida. El amigo verdadero es quien nos conduce al bien y a la verdad. El amigo desea lo mejor de nosotros. No concibe la vida sin amor. Sabe disculpar. Permanece a nuestro lado cuando todos se han ido. Se alegra en los triunfos. En definitiva: un amigo es un gran tesoro.

La amistad se va perfilando y llevando a una mayor madurez progresivamente. No es lo mismo poseer amistades cuando tenemos seis años que cuarenta o sesenta. La auténtica amistad se purifica en el crisol del tiempo, de las dificultades, de la disponibilidad, del perdón, del interés sincero por cada amigo…

Para un cristiano la fuerza de la amistad es singularísima y del todo superior. Nuestro amigo más fiel y distinguido es Cristo, que nos quiso mostrar el camino más seguro y completo para ser amados.

La atracción portentosa de su amistad arrastra corazones hacia la verdad y hacia el bien. Cristo no oculta a sus amigos la exigencia de su amistad. ¡Cuántos de nuestros hermanos cristianos se entregaron completamente por el Amigo! Miles de mártires-amigos atestiguan que su amistad no es cualquier cosa.

El amor cristiano sobrenatural es mucho más fuerte que la vida y que la muerte. ¡Qué honra para tal Amigo así preferido! No sólo los mártires le han resaltado como el más digno y fiel, sino también los cristianos "de calle", ésos que día a día desgastan su vida con amor y esperanza en un Dios que les aguarda en el cielo para toda la eternidad.

Es imposible olvidar el testimonio del P. Andrea Santoro, sacerdote italiano misionero en Turquía, que fue asesinado el 5 de febrero, mientras rezaba en la iglesia en la que era párroco en Trabzon, ciudad del Mar Negro. Nuevamente podemos reencontrar en el mundo esos amigos que dan todo por un Cristo cercano. El P. Andrea era la referencia del amor cristiano aún no conocido por muchos.

Si queremos ser amigos en verdad de Cristo y de nuestros semejantes, hemos de actuar como nos lo pide el Amigo. Cristo no pide imposibles. La misma amistad implica un "sí" al Amigo e implica un "no" a lo que no es compatible con esta amistad, que es incompatible con la vida de la familia de Dios, con la vida verdadera en Cristo.

Así apuntan sabiamente algunas palabras de nuestro querido Papa Benedicto XVI: «Cuando decimos un "no" a la cultura de la muerte, ampliamente dominante, una "anticultura" que se manifiesta, por ejemplo, en la droga, en la huida de lo real hacia lo ilusorio, hacia una felicidad falsa que se expresa en la mentira, en el fraude, en la injusticia, en el desprecio del otro, de la solidaridad, de la responsabilidad con respecto a los pobres y los que sufren; que se expresa en una sexualidad que se convierte en pura diversión sin responsabilidad, que se transforma en "cosificación", pues no se le considera persona, digno de un amor personal, que exige fidelidad, sino que se convierte en una mera mercancía.

Cuando decimos "sí" a su amistad, todo este contenido se expresa en los diez mandamientos, que no son un paquete de prohibiciones, de "no", sino que presentan en realidad una gran visión de vida. Son un "sí" a un Dios Amigo que da sentido al vivir (los tres primeros mandamientos); un "sí" a la familia (cuarto); un "sí" a la vida (quinto); un "sí" al amor responsable (sexto mandamiento); un "sí" a la solidaridad, a la responsabilidad social, a la justicia (séptimo); un "sí" a la verdad (octavo); un "sí" al respeto del otro y de lo que pertenece (noveno y décimo). Todo esto es lo que hace feliz la vida y lo que nos hace poseer una auténtica amistad».

Ahora más que nunca ha de resonar esa invitación del Vicario de Cristo: "quien deja entrar a Cristo (en la propia vida) no pierde nada, nada – absolutamente nada – de lo que hace la vida libre, bella y grande. ¡No! Sólo con esta amistad se abren las puertas de la vida. Sólo con esta amistad se abren realmente las grandes potencialidades de la condición humana. Sólo con esta amistad experimentamos lo que es bello y lo que nos libera".

El secreto de la amistad está en actuar por principios, con valentía y amor, si realizamos esto, Cristo nos dirá: "vosotros sois mis amigos".
 
¡Vence el mal con el bien!



El servicio es gratuito




Si quiere comunicarse con el autor, envíe un mensaje a: virtudesyvalores@arcol.org

Las riquezas baratas (Temas actuales)

Las riquezas baratas
Me pregunto si unos ciertos grados de estrechez no serán un don para el mundo...


Por: José Luis Martín Descalzo | Fuente: Razones para la Alegría



Supongo que a estas alturas ya nadie duda de que vamos hacia un mundo de estrecheces. Las vacas gordas pasaron a la historia y parece que para todos llegó el tiempo de apretarse el cinturón (aunque los pobres se quedaron sin agujeros que apretar hace mucho tiempo). Primero le llegó el agua al cuello a las clases medias; hoy, hasta los más derrochones se ven obligados a mirar la peseta.

¿Es esto una desgracia? Lo es, desde luego, para cuantos pasan hambre. Pero yo me pregunto si unos ciertos grados de estrechez no serán un don para el mundo y no nos empujarán a descubrir todas esas otras fortunas baratísimas que hoy tenemos medio olvidadas.

Porque -aunque de esto apenas se hable- hay riquezas carísimas y riquezas baratas. Y sería dramático que mientras la gente se pasa la vida llorando por no poder alcanzar los bienes caros, se dejasen de cultivador los que tenemos al alcance de la mano.

La más grande y barata de las riquezas es, por ejemplo, la amistad. Un buen amigo vale más que una mina de oro. Sentirte comprendido y acompañado es mayor capital que dar la vuelta al mundo. Un corazón abierto es espectáculo más apasionante que las cataratas del Niágara. Alguien que nos ayude a sonreír cuando estamos tristes es más sólido que mil acciones en bolsa. ¡Y qué barato es tener un buen amigo! Cuesta menos que una caña de cerveza, menos que una barra de pan. ¡Y es más sabroso! Lo pueden tener los pobres y los ricos y casi les es más fácil a los primeros. Hay amigos en todas partes, de todas las edades, de mil ideologías, de muy diversos niveles culturales. Quién sabe si cuando todos vayamos siendo pobres descubriremos mejor esa propiedad milagrosa de la amistad con la que no contábamos.

También se puede ser gratuitamente millonarios de sol, de aire limpio, de paisajes. Hace falta dinero para hacer un safari por Africa Central, pero no hace falta una sola moneda para acariciar la cabeza de un perro y ver cómo levanta hacia nosotros sus ojos agradecidos. ¿Recuerdan a aquel grupo de pobres que en "Milagro en Milán" se sentaban cada tarde a disfrutar del maravilloso y baratísimo espectáculo de una puesta de sol? Jamás compañía teatral alguna alcanzó mayor belleza, nunca pintor alguno mezcló mejor los colores. ¿Y quién podría asegurar que una cena de gala en el Waldorf Astoria produce mayor gozo que una tarde de primavera bajo la sombra de un sauce?

Y el placer milagroso y baratísimo de la música. Lo que más agradezco yo a nuestra civilización es esta posibilidad de que un pequeño aparato de poco más de medio kilo de peso te conceda algo que hubiera enloquecido a Beethoven: poder disfrutar de todas las orquestas del mundo con sólo ir movimiento suavemente el mando de una aguja. Lo que en el siglo XVIII no podían permitirse ni los emperadores lo tengo yo ahora a diario. ¿Y qué mina de diamantes me haría tan fabulosamente rico como el poder tener en mi oído y en mi alma el concierto de violoncello de Schuman o las vísperas de Monteverdi? No cambiaría yo, verdaderamente, un pequeño transistor por un palacio en Arabia. Porque aun cuando la charlatanería está invadiendo a no pocas emisoras, aún queda casi siempre la posibilidad de encontrar entre ellas la mina de diamantes de una buena música.

Y ahora pido a mis lectores que griten unánimes un ¡ooooh! larguísimo porque aquí llega el superpremio baratísimo de la noche: su majestad el libro, con cuarenta caballos, carrocería en oro vivo, acelerador del alma, ruedas irrompibles, cristales de aumento para entender la vida motor multiplicador de la existencia. Yo me imagino a veces a mi buen amigo Ibáñez Serrador poniendo entre sus premios media docena de libros de poesía para ver con qué ¡uf! se sentían liberados los concursantes que de tal nimiedad se librasen. Y, sin embargo, ¿desde cuándo un coche, un apartamento, una vuelta al mundo, un abrigo de visón pueden producir la centésima de placer verdaderamente humano que aportaría un solo buen poema?

Nos han engañado, amigos. Nos han estafado acostumbrándonos a creer que es el estiércol del dinero y del lujo la verdadera moneda de la felicidad. Nos han empobrecido diciéndonos que el mundo sería menos mundo cuando estuvieran más flacas nuestras cuentas en el banco. Nos han conducido a equivocarnos de piso, a dejar en las arcas del olvido las riquezas de primera, creyendo que existen sólo las riquezas digestibles. Hay tesoros baratos y casi nadie lo sabe.

Hay multimillonarios que gastan la vida en llorar por creerse pobres. Y yo me pregunto si un poco de estrechez no serviría para abrirnos los ojos. Y, la verdad, no me preocuparía que en el mundo que viene tuviéramos que apretarnos un poco el cinto a cambio de que aprendiéramos a estirar el alma.

El primer día del año...para María, Madre de Dios (Meditación para hoy) 01012015

El primer día del año...para María, Madre de Dios
Reflexiones María
Pongamos hoy nuestra vida en manos de María Santísima. Ella pondrá el año que termina en manos del Padre Misericordioso, y el que comienza en manos del Hijo Providente.


Por: P Juan Pablo Esquivel | Fuente: Catholic.net




Hoy celebramos una fiesta que hace referencia al título más sorprendente que puede tener una criatura humana: Madre Dios... Lo cual significa que el Salvador del mundo no sólo nació "en" ella, sino "de" ella. El Hijo formado de sus entrañas es el mismísimo Hijo Dios, nacido en la carne.

El Evangelio nos narra los acontecimientos de la Navidad, remarcando la imposición del nombre, dado por el ángel antes de la Concepción: JESÚS (que significa YHWH [nombre sagrado e inefable de Dios en el A.T.] salva); nombre puesto por orden divina... misterioso, cargado de significado salvífico [con todo y por todo lo que significa el "nombre" para los semitas] (ver a este respecto lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica al explicar el II mandamiento...).

La invocación de ese nombre trae la salvación. Nosotros tenemos el nombre del Señor sobre nosotros: somos cristianos... ¡No lo digamos con tanta ligereza!

Así, se abre el año con esa fórmula que pide la bendición y el favor de Dios. Él nunca se la ha negado la humanidad; pero con Cristo esta Bendición es irrevocable.

Comienza el año civil; y se lo celebra de diversos modos:
1. En estas fiestas, se suele hacer mucho ruido (bailes, fuegos artificiales, pirotecnia,...) mucho ruido ¿Y "pocas nueces"...?
2. Para muchos, las fiestas están cargadas de melancolía (paso de los años; "los que ya se han ido"; nostalgias; recuerdos...). Muchos desean "que las fiestas pasen pronto"...
3. Para los pobres (que no son pocos), el dolor de no poder participar de las alegrías festivas... o de hacerlo con muchas limitaciones.
Pensemos cómo vivimos interiormente las fiestas. Sin interioridad, todo lo otro es vacío, pura exterioridad e hipocresía: festejamos... nada.
¿Cuál es el motivo para alegramos por las fiestas? El Amor de Dios, experimentado en estos días como una fuerza que quiere renovarnos incesantemente. Navidad es el comienzo de una nueva creación (Dios a hecho con el hombre una Alianza Eterna: Cristo).

Todo comienzo de algo (también el del año civil) debe remitirnos a este comienzo: al de la Alianza Nueva y Eterna... (la que no pasará jamás, y por ende radicalmente diversa de lo que no permanece, lo que es pasajero, transitorio (tiempo; apariencias; exterioridades)... Éste es el fundamento de nuestra Paz, cuya Jornada mundial cada año celebramos precisamente hoy.

Volvamos a mirar las cosas que nos rodean, pero con esta perspectiva: pensemos en las cosas que se fueron con el año y los años que pasaron... y pongámoslas en manos Dios. Pero sepamos que todo lo que hayamos hecho con amor, y por amor tiene un valor que permanece, y está "eternizado" en la presencia del Señor.

Todo lo hecho por amor, aunque pequeño, aunque los demás no lo noten, ha sido tomado en cuenta por Dios, y lo encontraremos renovado en Él.
También las personas que se han ido... Y así, nuestros lazos de amor, lejos de perderse, serán renovados y glorificados en la Resurrección.

"Nada se pierde, todo se transforma..." también en el orden espiritual.

Frente al año viejo, y al nuevo, tengamos una mirada de Fe: evaluemos desde el amor que hemos puesto y hemos de poner para hacer las cosas.
El tiempo pasa, pero el amor permanece; y allí debemos encontrar el motivo de nuestra alegría: en el amor vivido y en el "por vivir".

"En el atardecer de la vida e juzgará el Amor”, nos recuerda San Juan de la Cruz.

Un nuevo año ha "atardecido"...
Un año más de vida... y un año menos para llegar al cielo.
Un año con sus alegrías... y sus amarguras.
En vista a los acontecimientos de la vida de cada uno de ustedes, quiero hoy recordarles nuevamente que con todos sus engaños, trampas y sueños rotos, éste sigue siendo mundo hermoso, que vale la pena vivir como camino al cielo.

En este valle de lágrimas, la alegría que da el Espíritu Santo es más fuerte que cualquier pena... Esa alegría profunda, serena, misteriosa, radiante... (quien la conoce, entiende lo que estoy diciendo... y a quien no la conoce, le repito con el salmo 33: "prueben y vean qué bueno es el Señor...").

Pongamos hoy nuevamente nuestra vida en manos de María Santísima. Ella pondrá el año que termina en manos del Padre Misericordioso, y la en el que comienza en manos del Hijo Providente... ella que es Soberana de los Ángeles, pero mucho más aún es nuestra: sangre y dolor de nuestra raza humana.
Amén.

María guardaba todo en su corazón (Evangelio meditado) 01012015

María guardaba todo en su corazón
Navidad
Lucas 2, 16-21. Solemnidad de Santa María, Madre de Dios. María es también madre tuya, a lo largo de los días y los meses del año. 


Por: P Juan Pablo Menéndez | Fuente: Catholic.,net



Del santo Evangelio según san Lucas 2, 16-21
Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel niño; y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les decían. María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón. Los pastores se volvieron glorificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho. Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidarle, se le dio el nombre de Jesús, el que le dio el ángel antes de ser concebido en el seno.

Oración introductoria
Gracias, Señor, por permitir que inicie este año buscando tener un momento de intimidad contigo en la oración. Invoco a tu santísima Madre para que me ayude a contemplar su ejemplo y virtudes. Ruego al Espíritu Santo que infunda en mí su luz y fortaleza para crecer en la humildad de los pastores.

Petición
Señor, ayúdame a incrementar mi amor por María.

Meditación del Papa Francisco
Ocho días atrás resonó el anuncio angélico: “Gloria a Dios y paz a los hombres”. Hoy lo acogemos nuevamente de la madre de Jesús que “custodiaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón”, para hacer de esto nuestro empeño en el curso del año que se abre. […] El Espíritu Santo actúe en los corazones, derrita lo que está cerrado y las durezas y nos conceda volvernos tiernos delante de la debilidad del Niño Jesús. La paz de hecho, necesita de la fuerza de la mansedumbre, la fuerza no violenta de la verdad y del amor. En las manos de María, Madre del Redentor, ponemos con confianza filial todas nuestras esperanzas.
A ella que extiende su maternidad a todos los hombres, le confiamos el grito de paz de las poblaciones oprimidas por la guerra y la violencia, para que el coraje del diálogo y de la reconciliación prevalga sobre las tentaciones de la venganza, de la prepotencia, y de la corrupción. A ella le pedimos que el evangelio de la fraternidad, anunciado y testimoniado por la Iglesia, pueda hablar a cada conciencia y abatir las murallas que impiden a los enemigos reconocerse como hermanos.» (S.S. Francisco, 1 de enero de 2014).
Reflexión
Empezamos el año festejando a la Virgen. Es una oportunidad de oro para ponernos en sus manos desde el primer respiro del año.

Los hombres, al igual que hace más de dos mil años, siguen necesitando de Cristo. Pero pocos le reciben y le aceptan, porque se olvidan del ejemplo que nos dan María y los pastorcillos. El Evangelio nos dice que los pastores después de escuchar el mensaje del ángel "fueron a toda prisa".. Porque los “sencillos de corazón verán a Dios”. Es decir, pusieron en práctica lo que les pedía Dios: caminar hacia Belén, donde encontrarían al Salvador. Y es precisamente esto lo que necesitamos. Sabemos que para tener a Cristo hay que decidirse a dejar los "rebaños" del egoísmo, de la comodidad, el placer y la vanidad, pues no existe un Cristo a nuestra medida, sino el único Cristo que encontraron los pastorcillos "un niño envuelto en pañales recostado en un pesebre".

Para llegar a Él hace falta ser humildes, pues la entrada de la cueva es pequeña y exige agacharse. Es Dios mismo quien nos enseña, desde ese pesebre, que su seguimiento exige cruz, dolor, humildad, pureza y pobreza de corazón, y obediencia a la voluntad de Dios. Y es esto lo que da la paz y la felicidad en el corazón. María, la Madre de Dios, nos enseña que para llegar a Cristo hace falta también la oración. Ella "guardaba todas la cosas y las meditaba en su corazón".

Para ser Madre de Dios, María no tuvo que renunciar o dejar al margen nada de su feminidad, al contrario, la tuvo que realizar en nobleza y plenitud, santificada como fue por la acción del Espíritu Santo.

Al nacer de una mujer Dios ha enaltecido y llevado a perfección "el genio femenino" y la dignidad de la mujer y de la madre. La Iglesia, al celebrar el uno de enero la maternidad divina de María, reconoce gozosa que María es también madre suya, que a lo largo de los días y los meses del año engendra nuevos hijos para Dios.

Madre, bendición y memoria. En el designio de Dios, que es fuente de la maternidad, ésta es siempre una bendición: como a María, se puede decir a toda madre: "Bendito el fruto de tu vientre".

Una bendición primeramente para la misma mujer, que mediante la generación da cumplimiento a la aspiración más fuerte y más noble de su constitución, de su psicología y de su intimidad.

Bendición para el matrimonio, en el que el hijo favorece la unidad, la entrega, la felicidad.

Bendición para la Iglesia, que ve acrecentar el número de sus hijos y la familia de Dios.

Bendición para la sociedad, que se verá enriquecida con la aportación de nuevos ciudadanos al servicio del bien común.

La maternidad es también memoria. María hacía "memoria" de todas esas cosas en su corazón. Memoria no tanto de sí misma, cuanto del hijo, sobre todo de los primeros años de su vida en que dependía totalmente de ella. Memoria que agradece a Dios el don inapreciable del hijo. Memoria que reflexiona y medita las mil y variadas peripecias de la existencia de sus hijos. Memoria que hace sufrir y llorar, que consuela, alegra y enternece. Memoria serena y luminosa, que recupera retazos significativos del pasado para bendecir a Dios y cantar, como María, un "magnificat",

Propósito
Si queremos salir de estas Navidades "glorificando y alabando a Dios por todo lo que hemos visto y oído" y de habernos encontrado con Cristo niño, hace falta desprendimiento de nosotros mismos, humildad y oración. Y así, todos los que nos escuchen se maravillarán de las cosas que les decimos.

Diálogo con Cristo 
Gracias, Señor, porque hoy me muestras la fe de la Virgen, que meditaba todos los acontecimientos en su corazón. Y los pastores, qué gran lección de humildad y de amor. No preguntan, no cuestionan, con sencillez aceptan el anuncio y salen maravillados después de contemplar a Jesús. Permite, Señor, que en este nuevo año sepa cultivar la unión contigo en la oración, para que pueda verte en todos los acontecimientos. Para ello sé que se necesita más que el deseo o la buena intención, tengo que hacer una opción radical por la oración, que me lleve a dedicarte lo mejor de mi tiempo.

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El primer día del año lo dedicamos a María, Madre de Dios 

LA IGLESIA CATÓLICA, ÚNICA VERDADERA

LA IGLESIA CATÓLICA, ÚNICA VERDADERA 


Santa Bernardette¿Hace cuánto murió esta persona? ¿3 horas o 130 años? ¡Pues más de 130 años!

¿Sabía que no está momificada y que conserva todos los órganos intactos, a pesar de que los ojos, el cerebro y los intestinos se descomponen en pocos días? (para los egipcios era imposible momificar sin extraer antes dichos órganos y aún así, compare una momia egipcia
con este cuerpo).

Esto no son teorías: la puede visitar cuando quiera en Francia y verla con sus propios ojos.

¿Sabía que esta persona se llama Santa Bernardita? ¿Y que ella fue elegida por la Virgen María en Lourdes para transmitir sus mensajes y abrir una fuente que curó miles de enfermedades incurables para la medicina, como por ejemplo el cáncer?

¿Sabía que los cuerpos y órganos incorruptos son milagros que sólo se producen en la Iglesia Católica?

¿Sabía que la única religión que puede mostrar milagros científicamente comprobables es la Católica?

¿Sabía que los Católicos creemos que Jesús está presente realmente, en Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, bajo las apariencias de pan y vino en la Eucaristía?

¿Sabía que decenas de Hostias consagradas (Eucaristía) han sangrado todas con el grupo AB (el mismo grupo presente en el Santo Sudario y otros paños históricos con la imagen de Jesús)?

¿Sabía que no se puede decir que es una falsificación porque hace mil años ni se conocía la existencia de grupos sanguíneos y porque la sangre es fresca ya que contiene glóbulos blancos que no debieran durar más que unas horas... a pesar de mil años?

¿Sabía que muchas Hostias se han convertido en carne? ¿Qué esa carne es de corazón humano... de la MISMA PERSONA, a pesar de haber una diferencia de mil años entre el milagro de Lanciano y el de Buenos Aires?

¿Sabía que una Hostia debiera ser polvo en menos de 9 años? ¿Sabía que las Hostias consagradas con milagros Eucarísticos se conservan incluso superando los mil años?

Consulte esta pequeña muestra de milagros Eucarísticos (hay muchísimos más en todo el mundo, incluso en Corea):

http://webcatolicodejavier.org/meucaristicos.html

¿Sabía que la Iglesia Católica es la única que puede mostrar historias clínicas de curaciones milagrosas (incluso de hospitales de países islámicos o de países comunistas y ateos)? ¿Sabía que para canonizar a un Beato o Santo (y son miles) se exige un milagro documentado científica y objetivamente (incluso por profesionales de otras religiones y ateos)? Miles de milagros asombrosos se han logrado por la intercesión de los Santos...

Dios puede hacer milagros que den testimonio público sólo en favor de su Iglesia. Si lo hiciera en otras, estaría avalando el error, ya que sólo la Iglesia Católica tiene la plenitud de los medios de salvación (los medios de las otras, por ejemplo el Bautismo, son válidos sólo en la medida en que coinciden con lo prescrito por la Iglesia Católica).

¿Acaso no leyó los testimonios de Santos que nos cuentan cómo vieron el Cielo, el Purgatorio y el infierno? ¿No creería en ellos? ¿No cree en la vida después de la muerte física? ¿Piensa que nadie puede saber lo que nos espera después? ¿Creería sólo si una persona se lo contase personalmente después de muerta?

Hay miles de testimonios de personas clínicamente muertas reanimadas por la medicina. Hay casos donde aún estando inconcientes o en coma, describen luego todo lo que les pasó sin que nadie les haya contado y reconociendo a médicos y enfermeras.

Luego de haber reflexionado, no queda más que el propósito firme de confesarse y comulgar lo más frecuentemente posible.

En la Confesión nos espera Jesús Misericordioso para lavar nuestras inmundicias con el Agua purificadora y la Sangre vivificadora, que brotaron de su costado al atravesarlo la lanza en la Cruz. El sacerdote sólo presta su cuerpo a Jesús. Jesús es quien te escucha y quien
te habla de Corazón a corazón.

En la Comunión, uniremos nuestro corazón al fuego del Sagrado Corazón como cera fundida que se vuelca en cera fundida para tranformarnos en "otros Cristos" por los dones de la Gracia Santificante.

Aún si no puede hacer eso, conságrese a María, ella logra lo imposible. Diga DE CORAZÓN algo así con sus propias palabras:

"Santísima y siempre Virgen María, consagro de por vida mi corazón a tu Inmaculado Corazón. También te consagro mi familia. Bendícenos y, a la hora de la muerte, llévanos al Cielo. Te pido perdón por lastimar a tu hijo Jesús, Nuestro Señor, con cada pecado mío y por lastimar tu corazón tan lleno de amor maternal. Ayúdame a no hacerlo!" 

EL CAMBIO COMO AVARICIA (¡DESPIERTA! Charlas sobre la espiritualidad) Anthony de Mello

EL CAMBIO COMO AVARICIA

Eso todavía nos deja una gran pregunta: ¿Hago algo para cambiarme a mí mismo?
¡Le tengo una gran sorpresa, muchas buenas noticias!
Usted no tiene que hacer nada. Cuanto más haga, peor será. Todo lo que tiene que hacer es comprender.

Piense en alguien con quien vive o con quien trabaja y que no le parece agradable, que le causa sentimientos negativos. Veamos lo que sucede. Lo primero que usted necesita comprender es que el sentimiento negativo está en usted. Usted es el responsable del sentimiento negativo, no la otra persona. Otra persona en su lugar estaría completamente calmada y a sus anchas en presencia de esa persona; no se afectaría. Usted si. Ahora comprenda otra cosa: usted está haciendo una exigencia. Usted espera algo de esta persona ¿entiende? Entonces dígale a esa persona. "Yo no tengo el derecho de exigirle nada a usted". Al decir eso, descartará su expectativa. "Yo no tengo derecho a exigirle nada a usted. Claro que me protegeré de las consecuencias de sus acciones o de su mal humor o de lo que sea, pero puede seguir adelante y ser lo que quiera ser. No tengo derecho a hacerle ninguna exigencia".

Mire lo que le sucede a usted cuando hace esto. Si encuentra resistencia para decirlo, cuánto va a descubrir sobre usted mismo. Permita que el dictador que hay en usted salga a la luz. Usted pensaba que era un cordero, ¿verdad? Pero yo soy un tirano y usted es un tirano. Una pequeña variación de "yo soy un asno, usted es un asno". Yo soy un dictador, usted es un dictador. Yo quiero organizarle su vida; quiero decirle exactamente cómo se espera que sea y cómo se espera que se comporte, y es mejor que usted se comporte como yo he decidido o me castigaré a mí mismo con sentimientos negativos. Recuerde lo que les dije: todos somos locos.

Una mujer me contó que su hijo había obtenido un premio en la escuela secundaria. Lo había ganado por excelencia deportiva y académica. Ella se alegraba, pero casi tenía la tentación de decirle: "No te confíes en ese premio porque está preparándote para cuando no lo puedas hacer tan bien". Ella estaba en un dilema: cómo prevenir su futura desilusión sin desilusionarlo ahora.

Esperamos que él aprenda a medida que ella crezca en sabiduría. No se trata de lo que ella diga. es algo que ella llegará a ser. Entonces comprenderá. entonces sabrá qué decir y cuándo decirlo. ese premio fue el resultado de la competición, la cual puede ser cruel si se basa en el odio a uno mismo y a los demás. La gente se siente bien sobre la base de que otros se sientan mal; usted gana derrotando a otro. ¿No es terrible? ¡Aceptado como obvio en un manicomio!

Un médico norteamericano escribió sobre el efecto de la competición en su vida. Él asistió a una escuela de medicina en Suiza, en la cual había un grupo grande de norteamericanos. Cuenta que algunos de los estudiantes se conmocionaron cuando se dieron cuenta que no había calificaciones, no había premios, no había cuadro de honor, no había un primer o segundo puesto en la escuela. El estudiante aprobaba o no aprobaba. Dijo: "Algunos no podíamos aceptarlo. Nos volvimos casi paranoicos. creíamos que tenía que haber algún truco". De manera que algunos se fueron para otra escuela. Los que se quedaron descubrieron algo extraño que nunca habían encontrado en las universidades norteamericanas: Los estudiantes brillantes les ayudaban a los otros a aprobar, compartiendo con ellos sus apuntes. El hijo de este médico asiste a la escuela de medicina de los Estados Unidos y le cuenta que en el laboratorio, la gente frecuentemente altera el microscopio de manera que el siguiente estudiante demore tres o cuatro minutos en ajustarlo. Competición. Tienen que tener éxito, tienen que ser perfectos. Y relata una bella historia, la cual dice él que es verdadera, pero que podría ser una hermosa parábola. Había una aldea en los Estados Unidos en donde la gente se reunía por la tarde a a escuchar música. Tenían un saxofonista, un tamborero y un violinista, la mayoría de ellos, personas de edad. se reunían para estar juntos y para gozar de la música, aunque no la ejecutaban muy bien. De manera que se divertían, gozaban, hasta que un día decidieron conseguir un nuevo director que tenía mucha ambición y mucha energía.

El nuevo director les dijo: "Amigos, tenemos que dar un concierto; tenemos que preparar un concierto para la aldea". Luego, gradualmente, fue descartando a algunas de las personas que no tocaban muy bien, contrató algunos músicos profesionales, organizó la orquesta, y los nombres de todos aparecieron en el periódico. ¿No era maravilloso? De manera que decidieron mudarse a la gran ciudad y tocar allí. Pero algunos de los ancianos con lágrimas en los ojos, dijeron: "Era tan maravilloso en aquellos tiempos cuando hacíamos mal las cosas y gozábamos con ellas". De manera que la crueldad entró a su vida, pero nadie la reconoció como crueldad. ¡Miren cuán loca se ha vuelto la gente!

Algunos de ustedes me preguntan qué quería decir cuando expresé: "Usted sea usted mismo, eso está bien, pero yo me protegeré , yo seré yo mismo". En otras palabras no permitiré que usted me manipule. Yo viviré mi propia vida; iré por mi propio camino; permaneceré libre para pensar mis pensamientos, para seguir mis inclinaciones y mis gustos. Y a usted le diré que no. Si siento que no quiero estar en su compañía, no será por ningún sentimiento negativo que usted provoque en mí. Porque ya no lo provoca. Usted ya no tiene poder sobre mí. Sencillamente, quizá prefiera la compañía de otras personas. De manera que cuando usted me diga: "¿Vamos al cine esta noche?" yo diré: "Lo siento, quiero ir con otra persona; me gusta la compañía de ella, más que la suya". Y eso está bien. decirle que no a la gente - es maravilloso; es parte del despertar. Parte del despertar es que usted vive su vida como le parece. Y compréndalo; eso no es egoísmo. Lo egoísta es exigir que otro viva su vida de acuerdo con los gustos de usted. O con su orgullo, o con su ganancia, o con su placer. Eso sí es egoísmo. de modo que me protegeré. No me sentiré obligado a estar con usted; no me sentiré obligado a decirle que sí. Si su compañía me parece agradable, la disfrutaré sin aferrarme a ella. Pero ya no lo evito a usted a causa de algún sentimiento negativo que usted produce en mí. Usted ya no tiene ese poder.

El despertar debe ser una sorpresa. Cuando usted no espera que algo suceda, y sucede, usted se sorprende. Cuando la esposa de Webster lo encontró besando a la empleada doméstica, le dijo que estaba muy sorprendida. Webster era escrupuloso en el uso preciso de las palabras (lo cual es comprensible, puesto que escribió un diccionario), de manera que le dijo: "No, querida, el sorprendido fui yo. ¡Tú estás atónita!".

Algunas personas hacen del despertar una meta. Están decididas a lograrlo; dicen: "Me niego a ser feliz hasta que haya despertado". En ese caso, es mejor que usted sea como es; sencillamente ser consciente de su manera de ser. La simple consciencia es felicidad, comparada con el esfuerzo de reaccionar siempre. La gente reacciona tan rápido porque no es consciente. Pero a medida que se desarrolla la consciencia, usted reacciona menos y actúa más. Realmente no importa.

Cuentan que un discípulo le dijo a su gurú que se iba para un sitio lejano a meditar con la esperanza de lograr despertar. de manera que cada seis meses le enviaba a su gurú una nota para informarlo acerca de su progreso. El primer informe decía: "Ahora comprendo lo que significa perderse a sí mismo". El gurú rompió la nota y la tiró al recipiente de la basura. A los seis meses, recibió otro informe que decía: "Ahora he logrado ser sensible a todos los seres". También la rompió. Un tercer informe decía: "Ahora comprendo el secreto de lo uno y de lo múltiple". También lo rompió. Y así siguió durante años, hasta que no llegaron más informes. después de un tiempo, al gurú le dio curiosidad, y un día se encontró con un viajero que iba a ese sitio lejano. el gurú le dijo: "¿Por qué no averigua qué le pasó a ese hombre? Finalmente recibió una nota de su discípulo. Decía: "¿Qué importa? Y cuando el gurú la leyó dijo: "¡Lo logró! ¡Lo logró! ¡Finalmente lo logró!".

Y tenemos la historia de un soldado que estaba en el campo de batalla y que, sencillamente, dejaba su rifle en el suelo, recogía un pedazo de papel que había por ahí y lo miraba. Luego lo dejaba caer al piso. Después se dirigía a otra parte y hacía lo mismo. Los demás decían: "Ese hombre se está exponiendo a la muerte. Necesita ayuda". De manera que lo hospitalizaron y consiguieron al mejor siquiatra para que lo tratara. Pero eso no parecía producir ningún efecto. el soldado andaba por los pabellones recogiendo pedazos de papel, los miraba distraídamente y los dejaba caer al suelo. Finalmente dijeron: "Tenemos que licenciar a este hombre". De manera que lo llamaron y le dieron un certificado de licenciamiento; él lo tomó distraídamente, lo miró y gritó: "¿Éste es? ¿Es este?. Finalmente lo logró.

De manera que empiecen por ser conscientes de su situación actual, cualquiera que ella sea. Deje de ser un dictador. Deje de tratar de forzarse a algo. Entonces, algún día comprenderá que sencillamente, por la consciencia usted logró lo que estaba tratando de conseguir.


Santa Madre de Dios 01012015

jueves 01 Enero 2015

Santa Madre de Dios





Es el mejor de los comienzos posibles para el santoral. Abrir el año con la solemnidad de la Maternidad divina de María es el mejor principio como es también el mejor colofón. Ella está a la cabeza de todos los santos, es la mayor, la llena de Gracia por la bondad, sabiduría, amor y poder de Dios; ella es la cumbre de toda posible fidelidad a Dios, amor humano en plenitud. No extraña el calificativo superlativo de "santísima" del pueblo entero cristiano y es que no hay en la lengua mayor potencia de expresión. Madre de Dios y también nuestra... y siempre atendida su oración.

Los evangelios hablan de ella una quincena de veces, depende del cómputo que se haga dentro de un mismo pasaje, señalando una vez o más.

El resumen de su vida entre nosotros es breve y humilde: vive en Nazaret, allá en Galilea, donde concibió por obra del Espíritu Santo a Jesús y se desposó con José.

Visita a su parienta Isabel, la madre del futuro Precursor, cuando está embarazada de modo imprevisto y milagroso de seis meses; con ella convive, ayudando, e intercambiando diálogos místicos agradecidos la temporada que va hasta el nacimiento de Juan.

Por el edicto del César, se traslada a Belén la cuna de los mayores, para empadronarse y estar incluida en el censo junto con su esposo. La Providencia hizo que en ese entonces naciera el Salvador, dándolo a luz a las afueras del pueblo en la soledad, pobreza, y desconocimiento de los hombres. Su hijo es el Verbo encarnado, la Segunda Persona de Dios que ha tomado carne y alma humana.

Después vino la Presentación y la Purificación en el Templo.
También la huída a Egipto para buscar refugio, porque Herodes pretendía matar al Niño después de la visita de los magos.

Vuelta la normalidad con la muerte de Herodes, se produce el regreso; la familia se instala en Nazaret donde ya no hay nada extraordinario, excepción hecha de la peregrinación a Jerusalén en la que se pierde Jesús, cuando tenía doce años, hasta que José y María le encontraron entre los doctores, al cabo de tres días de angustiosa búsqueda.
Ya, en la etapa de la "vida pública" de Jesús, María aparece siguiendo los movimientos de su hijo con frecuencia: en Caná, saca el primer milagro; alguna vez no se le puede aproximar por la muchedumbre o gentío.

En el Calvario, al llegar la hora impresionante de la redención por medio del cruentísimo sufrimiento, está presente junto a la cruz donde padece, se entrega y muere el universal salvador que es su hijo y su Dios.

Finalmente, está con sus nuevos hijos _que estuvieron presentes en la Ascensión_ en el "piso de arriba" donde se hizo presente el Espíritu Santo enviado, el Paráclito prometido, en la fiesta de Pentecostés.

Con la lógica desprendida del evangelio y avalada por la tradición, vivió luego con Juan, el discípulo más joven, hasta que murió o no murió, en Éfeso o en Jerusalén, y pasó al Cielo de modo perfecto, definitivo y cabal por el querer justo de Dios que quiso glorificarla.

Dio a su hijo lo que cualquier madre da: el cuerpo, que en su caso era por concepción milagrosa y virginal. El alma humana, espiritual e inmortal, la crea y da Dios en cada concepción para que el hombre engendrado sea distinto y más que el animal. La divinidad, lógico, no nace por su eternidad.

Al tiempo que es Dios, es hombre. Alta teología clasifica lo irrepetible de su ser, afirmando dos naturalezas en única personalidad. El Dios infinito, invisible, inmenso, omnipotente en su naturaleza es ahora pequeño, visible, tan limitado que necesita atención. Lo invisible de Dios se hace visible en Jesús, lo eterno de Dios entra con Jesús en la temporalidad, lo inaccesible de Dios es ya próximo en la humanidad, la infinitud de Dios se hace limitación en la pequeñez, la sabiduría sin límite de Dios es torpeza en el gemido humano del bebé Jesús y la omnipotencia es ahora necesidad.

María es madre, amor, servicio, fidelidad, alegría, santidad, pureza. La Madre de Dios contempla en sus brazos la belleza, la bondad, la verdad con gozoso asombro y en la certeza del impenetrable misterio.





Himno



Lucero del alba,
Aurora estremecida,
Luz de mi alma,
Santa María.

Hija del Padre,
Doncella en gracia concebida,
Virgen y madre,
Santa María.

Flor del Espíritu,
Ave, blancura, caricia,
Madre del Hijo,
Santa María.

Llena de ternura,
Bendita entre las benditas,
Madre de todos los hombres,
Santa María.  Amén 


Señor Dios, que por la maternidad virginal de María, has dado a los hombres los tesoros de la salvación, haz que sintamos la intercesión de la Virgen Madre, de quién hemos recibido al autor de la vida, Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro. Que vive y reina contigo.



Postrada a vuestros pies, gran reina del cielo, yo os venero con el más p


rofundo respeto y confieso que sois Hija de Dios Padre, Madre del Verbo Divino, Esposa del Espíritu Santo. Sois la tesorera y la distribuidora de las divinas misericord

ias. Por eso os llamamos Madre de la divina Piedad. Yo me encuentro en la aflicción

y la angustia. Dignaos mostrarme que me amáis de verdad. Os pido igualmente que roguéis con fervor a la Santísima Trinidad para que nos conceda la gracia de vencer siempre al demonio, al mundo y las malas pasiones; gracia eficaz que santifica a los justos, convierte a l

os pecadores, destruye las herejías, ilumina a los infieles y conduce los judíos a la verdadera fe. Obtenednos que el mundo entero forme un solo pueblo y una sola Iglesia.


Nota:
1 de enero (Santa María Madre de Dios): "Jornada por la Paz": Jornada mundial (pontificia).

FIN DE LA OCTAVA DE NAVIDAD

En Occidente el 1 de enero es un día para felicitarse: es el inicio
del año civil. Los fieles están envueltos en el clima festivo del comienzo
del año y se intercambian, con todos, los deseos de "feliz año".

Sin embargo, deben saber dar a esta costumbre un sentido cristiano
y hacer de ella casi una expresión de piedad. Los fieles saben que "el
año nuevo" está bajo el señorío de Cristo y por eso, al intercambiarse
las felicitaciones y deseos, lo ponen, inplícita o explícitamente, bajo el
dominio de Cristo, a quien pertenecen los días y los siglos eternos
(cf. Ap 1,8; 22,13).
(Directorio, n. 116)

En algunos lugares, sobre todo en comunidades monásticas y
en asociaciones laicales marcadamente eucarísticas, la noche del
31 de diciembre tiene lugar una vigilia de oración que se suele concluir
con la celebración de la Eucaristía.

Se debe alentar esta vigilia,
y su celebración tiene que estar en armonía con los contenidos
litúrgicos de la octava de la Navidad, vivida no sólo como una reacción
justificada ante la despreocupación y disipación con la que la
sociedad vive el paso de un año a otro, sino como ofrenda vigilante
al Señor de las primicias del nuevo año.
(Directorio, n. 114)