martes, 1 de marzo de 2016

San Rosendo de Celanova, abad y obispo.(1 de Marzo)

Inicio / El Santo de hoy

San Rosendo de Celanova, abad y obispo.

Desde Galicia hasta Cuba, desde el monasterio a la sede.

Añadir a Facebook Añadir a Twitter Añadir a Goglle+ Añadir a Linkedin
1 marzo 2016
San Rosendo de Celanova, abad y obispo.
San Rosendo, Cuba.
San Rosendo (o Rudesindo) de Celanova, abad y obispo. 1 de marzo.

Orígenes y nacimiento.
Fue Rosendo hijo de Don Gutierre Menéndez, de ascendencia regia, pues era pariente de los reyes Ramiro II de León y Alfonso IV de León, Sancho de Galicia, y del conde San Osorio Gutiérrez (31 y último domingo de agosto). Nació el 26 de noviembre de 907 y tuvos varios hermanos y hermanas, bien situados entre la nobleza y la Iglesia. Su madre, Santa Ilduara (20 de diciembre), al enviudar, fundó un monasterio de Santa María de Vilanova dos Infantes, donde fue abadesa. Una leyenda quiere que su nacimiento fue anunciado por San Miguel Arcárgel(29 de septiembre; 8 de mayo, aparición en Monte Gargano; 25 de abril, aparición en Roma; 17 de junio y 20 de noviembre, Iglesia Copta; 8 de noviembre, Iglesia oriental; 6 de septiembre, Iglesia oriental, las "maravillas de San Miguel"; 19 de septiembre, milagro de San Miguel en Colosas; 16 de octubre, aparición en Mont Saint-Michel; 26 de marzo, Iglesia Oriental, la synaxis de los arcángeles, 25 de abril, milagro en Tlaxcala) a su madre, que lloraba porque todos sus hijos morían al nacer. Le dijo el arcángel: "Alégrate, Ilduara, que tu oración ha sido atendida. He aquí que concebirás y darás a luz un hijo que será grande delante de Dios y de los hombres".

Otra leyenda dice que su madre le quiso bautizar en la iglesia de San Salvador, pero como no había pila bautismal, hubo de trasladarse junto al sacerdote a una colina cercana. Yendo de camino, el carro se descompuso, perdió una rueda y siguió con una sola, pero sus ocupantes ni cuenta se dieron hasta llegar a la cima. Otra versión quiere que el arcángel San Miguel llevara la pila hasta la iglesia, mientras que en villa de San Tirso, que se proclama cuna del santo, la iglesia de San Miguel do Couto, exhibe la pila bautismal del santo. A saber...

Servicio a la Iglesia y al reino.

Estudió Rosendo en Dumium (actual zona de Mondoñedo), junto a su tío el obispo Savarico, se formó en latín, filosofía, teología, retórica y música. Las "vitae" tradicionales le quieren estudiando y tomando el hábito en los monasterios de Santa Cruz de Puertomarín o San Salvador, donde le sorprendería el nombramiento, por sus influencias familiares y sus virtudes, para suceder a su tío Savarico en la mitra, con solo 18 años. Como obispo emprendió una reconstrucción de iglesias y monasterios, de arbitraje entre partes enfrentadas. Se enfrentó al drama de siervos esclavizados, y comenzó una "cruzada" por su liberación, empezando por los del palacio episcopal y sus territorios.

Entre 930 y 935 tuvo una revelación de fundar un monasterio donde se diera culto y gloria a Dios. En 945 lo terminaba, e inaguraba, el monasterio de Celanova, nombrando abad a San Franquila (29 de septiembre). Aquí acudió al poco tiempo, renunciando al obispado para ser un monje más. Leyendas le quieren asistido por su ángel de la guarda en la oración, predicación o milagros, como si fuera poco ser santo en medio de tanta componenda política, militar o eclesiástica. Poco duró ahí, pues fue mandado por el rey Ordoño III a ocupar el gobierno de Galicia como virrey, con lo que le tocó dedicarse al gobierno civil y a las armas. Costoso le fue, sin duda, pero fue hábil estratega en las luchas contra los normandos y los sarracenos, que invadían Galicia de vez en cuando, unos desde el norte y otros desde el sur. En 968, lograda la paz, se retiró de nuevo a Celanova, donde ya era abad San Manila. Otra vez fue requerido por un rey, esta vez fue Sancho I de León, que le mandó tomar, como comisionado o administrador, y reformar la iglesia de Iria-Flavia (primitiva sede de Compostela). Reformó la iglesia local, restauró templos, promovió la moral del clero, asistió junto a San Pedro de Mezonzo (10 de septiembre), que sería abad de Antealtares y obispo de Santiago, a un concilio en León.

Finalmente, en 974, luego del asesinato del rey Sancho, regresó a su monasterio de Celanova a vivir como un monje más. Tres años vivió en oración, penitencia y caridad, dando ejemplo a los demás monjes. Murió la noche del 1 de marzo de 977. Muy pronto fue considerado santo por el pueblo gallego, la orden benedictina, y la corona leonesa, antes de su beatificación y canonización oficiales, que llegaron como confirmación del culto establecido ya. Fue beatificado por el legado pontificio de Clemente III, Jacinto Bovone, y canonizado por el mismo personaje, pero ya papa con el nombre de Celestino III. Sus reliquias principales están en Celanova desde el día de su muerte, aunque se han llevado algunas a Roma, Ourense, el Escorial, Santiago o Mondoñedo.

Su culto está ceñido a zonas del norte de España y cruzando el Atlántico, en Cuba, donde es patrono de la provincia y diócesis más occidental, Pinar del Río. Fue elegido por la gran emigración gallega en esas tierras, fundándose una pequeña ermita en su honor en 1710. El santo obispo Diego Avelino de Compostela la erigió en parroquia en 1688. En 1833 se erige la actual iglesia, que León XIII la designó como catedral al crear la diócesis en 1903. Es una sobria catedral neoclásica en la que se venera una imagen muy antigua, "de candelero" pero lamentablemente revestida en yeso, probablemente a inicios del siglo XX en que se puso de moda hacer esos cambios.
ReL te regala todos los días un trozo de Cielo… pero necesitamos tú ayuda para seguir haciéndolo

Opción Tierra (Leonardo Boff)

Opción Tierra

2007-03-02


  La marca registrada de la Iglesia de la liberación, y de su correspondiente reflexión, consiste en la opción preferencial por los pobres, contra la pobreza y en favor de la vida. En los últimos años empezó a percibirse que la misma lógica que explota a las personas, a otros países y a la naturaleza, explota también a la Tierra como un todo, a causa del consumo y de la acumulación a nivel planetario. De ahí la urgencia de incluir en la opción por los pobres al gran pobre que es la Tierra. Hoy lo más importante no es la opción por el desarrollo –ni aunque fuera sostenible-, ni por los ecosistemas en sí, sino por la Tierra. Ella es la condición previa para cualquier otra realidad. Hay que salvar la Tierra.
El informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) que involucró a 2500 científicos de 130 países, reveló dos datos aterradores. Primero, que el calentamiento planetario es irreversible y que ya estamos dentro de él; la Tierra está buscando un nuevo equilibrio. Segundo, que el calentamiento es un fenómeno natural, pero que se aceleró enormemente después de la revolución industrial debido a las actividades humanas, hasta el punto de que la Tierra ya no consigue autorregularse.
Según James Lovelock, en La venganza de Gaia (2007), anualmente se lanzan a la atmósfera cerca de 27 mil millones de toneladas de dióxido de carbono, que, condensadas, equivaldrían a una montaña de un kilómetro y medio de altura con una base de 19 kilómetros de extensión. Es la causa del efecto invernadero que, según el Grupo, puede elevar todavía la temperatura planetaria en este siglo entre 1,8 y 6,4 grados centígrados. Con las medidas que tal vez se lleguen a tomar, es posible que el aumento se quede en 3 grados, pero no menos de eso. Las consecuencias serán incontrolables: los océanos subirán de 18 a 59 cm., inundando ciudades costeras, como Rio de Janeiro; habrá una devastación fantástica de la biodiversidad y millones de personas correrán peligro de desaparecer.
Jacques Chirac, presidente de Francia, a la vista de estos datos ha dicho con acierto: «Ha llegado la hora de una revolución en el verdadero sentido de la palabra: una revolución de las conciencias, de la economía y de la acción política». Efectivamente, como no podemos detener la marcha del calentamiento, podemos por lo menos desacelerarlo mediante dos estrategias básicas: adaptarnos a los cambios -quien no lo haga, correrá el peligro de morir-; disminuir las consecuencias letales, permitiendo la supervivencia para Gaia, para los organismos vivos, y, especialmente, para los humanos.
A las tres famosas erres (reducir, reutilizar y reciclar) hay que añadir una cuarta:rearborizar todo el planeta, ya que son las plantas quienes capturan el dióxido de carbono y reducen considerablemente el calentamiento global.
Esta cuarta erre es fundamental para la conservación de la Amazonia. Sus selvas húmedas son las grandes reguladoras del clima terrestre. El desafío es cómo combinar el desarrollo con el mantenimiento de la selva en pie. No podemos deforestar al nivel en que lo estábamos haciendo. Pero no somos ni de lejos los campeones de la deforestación, como recientemente ha revelado E.E. Moraes en su libro Cuando el Amazonas desembocaba en el Pacífico (2007): África mantiene sólo el 7,8% de su cobertura forestal, Asia, el 5,6%, América Central el 9,7%, y Europa, que es la que más nos acusa, apenas el 0,3%. Brasil aún conserva el 69,4% de sus selvas primitivas y el 80% de la selva amazónica.
Esto no disculpa nuestros niveles de deforestación ni es motivo de orgullo, es un desafío a nuestra responsabilidad mundial para el bien del clima en todo el Planeta.

Laboriosidad (Virtudes y Valores)

Laboriosidad
El trabajo más que un valor, es una bendición.


Fuente: encuentra.com 



Trabajar es solo el primer paso, hacerlo bien y con cuidado en los pequeños detalles es cuando se convierte en un valor.
Alguna vez un cómico dijo "Tan terrible es el trabajo que hasta pagan por hacerlo", sin embargo el trabajo es un valor fundamental.
Cuando alguien se refiere a nosotros por “ser muy trabajadores” nos sentimos distinguidos y halagados: los demás ven en nosotros la capacidad de estar horas y horas en la escuela, en la casa o en la oficina haciendo “muchas cosas importantes”. Efectivamente esa puede ser la razón, pero existe la posibilidad de carecer de un sistema de trabajo que nos lleva a “trabajar” más tiempo de lo previsto. Esto se identifica con claridad cuando iniciamos varias tareas y sólo terminamos algunas, generalmente las menos importantes (las que más nos gustan o se nos facilitan), además de ir acumulando labores que después se convertirán en urgentes.

¿Qué significa la laboriosidad?


La laboriosidad significa hacer con cuidado y esmero las tareas, labores y deberes que son propios de nuestras circunstancias. El estudiante va a la escuela, el ama de casa se preocupa por los miles de detalles que implican que un hogar sea acogedor, los profesionistas dirigen su actividad a los servicios que prestan. Pero laboriosidad no significa únicamente "cumplir" nuestro trabajo. También implica el ayudar a quienes nos rodean en el trabajo, la escuela, e incluso durante nuestro tiempo de descanso; los padres velan por el bienestar de toda la familia y el cuidado material de sus bienes; los hijos además del estudio proporcionan ayuda en los quehaceres domésticos.
Podemos, fácilmente, dar una apariencia de laboriosidad cuando adquirimos demasiadas obligaciones para quedar bien, aún sabiendo que no podremos cumplir oportunamente; también puede tomarse como pretexto el pasar demasiado tiempo en la oficina o la escuela para dejar de hacer otras cosas, como evitar llegar temprano a casa y así no ayudar a la esposa o a los padres.
Al crear una imagen de mucha actividad pero con pocos resultados se le llama activismo, popularmente expresado con un “mucho ruido y pocas nueces”. Es entonces cuando se hace necesario analizar con valentía los verdaderos motivos por los que actuamos, para no engañarnos, ni pretender engañar a los demás cubriendo nuestra falta de responsabilidad.
La pereza es la manera común de entender la falta de laboriosidad; las máquinas cuando no se usan pueden quedar inservibles o funcionar de manera inadecuada, de igual forma sucede con las personas: quien con el pretexto de descansar de su intensa actividad -cualquier día y a cualquier hora- pasa demasiado tiempo en el sofá o en la cama viendo televisión “hasta que el cuerpo reclame movimiento”, poco a poco perderá su capacidad de esfuerzo hasta ser incapaz de permanecer mucho tiempo trabajando o estudiando en lo que no le gusta o no le llama la atención.

¿Qué se necesita para ser laborioso?
Para ser laborioso se necesita estar activo, hacer cosas que traigan un beneficio a nuestra persona, o mejor aún, a quienes nos rodean: dedicar tiempo a buena lectura, pintar, hacer pequeños arreglos en casa, ayudar a los hijos con sus deberes, ofrecerse a cortar el pasto… No hace falta pensar en grandes trabajos “extras”, sobre todo para los fines de semana, pues el descanso es necesario para reponer fuerzas y trabajar más y mejor. El descanso no significa “no hacer nada”, sino dedicarse a actividades que requieren menor esfuerzo y diferentes a las que usualmente realizamos.

Podemos establecer pequeñas acciones que poco a poco y con constancia, nos ayudarán a trabajar mejor y a cultivar el valor de la laboriosidad:
- Comenzar y terminar de trabajar en las horas previstas. Generalmente cuesta mucho trabajo, pero nos garantiza orden para poder cubrir más actividades.
- Establecer un horario y una agenda de actividades para casa, en donde se contempla el estudio, el descanso, el tiempo para cultivar las aficiones, el tiempo familiar y el de cumplir las obligaciones domésticas o encargos.
- Terminar en orden y de acuerdo a su importancia todo lo empezado: encargos, trabajos, reparaciones, etc.
- Cumplir con todos nuestros deberes, aunque no nos gusten o impliquen un poco más de esfuerzo.
- Tener ordenado y dispuesto nuestro material y equipo de trabajo antes de iniciar cualquier actividad. Evitando así poner pretextos para buscar lo necesario y la consabida pérdida de tiempo e interés.
- Esmerarnos por presentar nuestro trabajo limpio y ordenado.
Cuando nos decidimos a vivir el valor de la laboriosidad adquirimos la capacidad de esfuerzo, tan necesaria en estos tiempos para contrarrestar la idea ficticia de que la felicidad sólo es posible alcanzarla por el placer y comodidad, logrando trabajar mejor poniendo empeño en todo lo que se haga.
El trabajo es mucho más que un valor: es una bendición.

Perdona no sólo siete veces, sino setenta veces siete (Evangelio meditado) 01032016

Perdona no sólo siete veces, sino setenta veces siete
Cuaresma y Semana Santa

Mateo 18, 21-35. Cuaresma. Contar con un corazón que sepa amar y perdonar a pesar de las grandes o pequeñas dificultades. 


Por: Michael Hemm | Fuente: Catholic.net 



Del santo Evangelio según san Mateo 18, 21-35
En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó: Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces? Jesús le dijo: No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.Y les propuso esta parábola: el Reino de los Cielos es semejante a un rey que quiso ajustar cuentas con sus siervos. Al empezar a ajustarlas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, ordenó el señor que fuese vendido él, su mujer y sus hijos y todo cuanto tenía, y que se le pagase. Entonces el siervo se echó a sus pies, y postrado le decía: "Ten paciencia conmigo, que todo te lo pagaré." Movido a compasión el señor de aquel siervo, le dejó en libertad y le perdonó la deuda. Al salir de allí aquel siervo se encontró con uno de sus compañeros, que le debía cien denarios; le agarró y, ahogándole, le decía: "Paga lo que debes." Su compañero, cayendo a sus pies, le suplicaba: "Ten paciencia conmigo, que ya te pagaré." Pero él no quiso, sino que fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase lo que debía. Al ver sus compañeros lo ocurrido, se entristecieron mucho, y fueron a contar a su señor todo lo sucedido. Su señor entonces le mandó llamar y le dijo: "Siervo malvado, yo te perdoné a ti toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también compadecerte de tu compañero, del mismo modo que yo me compadecí de ti?" Y encolerizado su señor, le entregó a los verdugos hasta que pagase todo lo que le debía. Esto mismo hará con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón cada uno a vuestro hermano.

Oración introductoria
Señor, yo necesito de tu perdón y tu misericordia. Sé que puedo acudir a ti con todos mis defectos y pecados. Tú me quieres perdonar. Me esperas con tu corazón de Padre para que yo llegue y acepte tu amor. Tú reinas y gobiernas con misericordia, y nada te agrada más que poder perdonar.

Petición
Señor Jesús, Tú moriste por mí en la cruz para librarme de mis pecados. ¡Ayúdame a reconocerlos y a pedirte perdón con un corazón humilde! ¡Dame la gracia de perdonar a los demás como Tú me perdonaste a mí!

Meditación del Papa Francisco
¿Por qué nos deberíamos convertir? La conversión concierne a quien de ateo se vuelve creyente, de pecador se hace justo, pero nosotros no tenemos necesidad, ¡ya somos cristianos! Entonces estamos bien». Pensando así, no nos damos cuenta de que es precisamente de esta presunción que debemos convertirnos —que somos cristianos, todos buenos, que estamos bien—: de la suposición de que, en general, va bien así y no necesitamos ningún tipo de conversión. Pero preguntémonos: ¿es realmente cierto que en diversas situaciones y circunstancias de la vida tenemos en nosotros los mismos sentimientos de Jesús? ¿Es verdad que sentimos como Él lo hace? Por ejemplo, cuando sufrimos algún mal o alguna afrenta, ¿logramos reaccionar sin animosidad y perdonar de corazón a los que piden disculpas? ¡Qué difícil es perdonar! ¡Cómo es difícil! “Me las pagarás”: esta frase viene de dentro. Cuando estamos llamados a compartir alegrías y tristezas, ¿lloramos sinceramente con los que lloran y nos regocijamos con quienes se alegran? Cuando expresamos nuestra fe, ¿lo hacemos con valentía y sencillez, sin avergonzarnos del Evangelio? Y así podemos hacernos muchas preguntas. No estamos bien, siempre tenemos que convertirnos, tener los sentimientos que Jesús tenía. (S.S. Francisco, Ángelus, 6 de diciembre de 2015).

Reflexión 
Dios nos muestra su amor perdonándonos nuestros pecados, deudas infinitas que tenemos con Él. Nos ofrece su misericordia para que también nosotros podamos ser misericordiosos con los demás. El perdón es una característica del amor perfecto de Dios a los hombres. Pero Él necesita de nosotros para que su misericordia llegue a la gente. Quiere que nosotros seamos instrumentos de su perdón. Quiere mostrarles a los hombres su perdón a través de nosotros. Cuando nos invita a amar como Él mismo nos ama, también se refiere al perdón. El perdón es la perfección de la caridad. Nos cuesta mucho porque requiere que venzamos nuestro orgullo y que seamos humildes. Pero solamente así podemos ser sus apóstoles y llevar su amor al mundo. Dios nos necesita y nos llama a esta misión maravillosa: ser instrumentos de su amor y de su perdón.

Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar? Con esta respuesta Jesús no nos dice que perdonar sea fácil, sino que es un requisito absolutamente indispensable para nuestra vida. Podríamos decir que es un mandamiento, porque nos dice ¡perdona! De otra forma el corazón se encuentra como una ciudad asediada por el enemigo, la caridad rodeada por el odio y el progreso espiritual sumergido en un pozo profundo.

Por otro lado, no debemos preocuparnos por la correspondencia del otro si hemos hecho lo que estaba de nuestra parte. Cada uno es diverso y, por lo tanto, cada uno dará cuentas a Dios de lo que ha hecho con su vida y con sus acciones.

Nuestro corazón deber ser un castillo donde sólo reine Dios. Él es amor, como dice san Juan en su primera epístola, y como tal aborrece el odio. Si, por el contrario, permitimos entrar al odio en nuestro corazón, Cristo abandonará el sitio que estaba ocupando dentro de nosotros porque no puede ser amigo de quien odia. Por este motivo debemos trabajar en amar en lugar de odiar, comprender en lugar de pensar mal, perdonar en lugar de buscar la venganza.

Odiando, matamos nuestra alma. El deseo de venganza significa que se quiere superar al otro en hacer el mal y esto en vez de sanar la situación la empeora. Pidamos a Cristo la gracia de contar con un corazón como el suyo que sepa amar y perdonar a pesar de las grandes o pequeñas dificultades de la vida.

Propósito
Hoy perdonaré de todo corazón a aquella persona que no he sabido perdonar o a quien hoy me pueda dar un disgusto.

Diálogo con Cristo
Jesús, hoy te ofrezco mis pecados y mi debilidad, porque soy tu deudor. Sé que me quieres perdonar. Por eso vengo con una gran confianza. Confío en tus méritos y en tu muerte. Yo quiero ser el instrumento de tu perdón. Dame esta gracia. Yo sé que perdonar es la solución de muchos de mis problemas. Ayúdame a ser humilde y a aceptar mis propios defectos y los de las personas a mi lado. ¡Ayúdame a ser un apóstol de tu perdón!

"Señor, toma este corazón de piedra, y dame un corazón de hombre: un corazón que te ame, un corazón que se alegre en ti, que te imite y que te complazca." (San Ambrosio)

 

Las verdaderas razones por las que Omella prefirió evitar la polémica del Padrenuestro blasfemo 29022016

En el Ayuntamiento de Barcelona

Las verdaderas razones por las que Omella prefirió evitar la polémica del Padrenuestro blasfemo

Las verdaderas razones por las que Omella prefirió evitar la polémica del Padrenuestro blasfemo
Juan José Omella, Arzobispo de Barcelona

Añadir a Facebook Añadir a Twitter Añadir a Goglle+ Añadir a Linkedin
29 febrero 2016
Y las explica el propio Arzobispo de Barcelona. Lo sorprendente es que los servicios de prensa de la diócesis no facilitarán esa argumentación de forma íntegra, lo que podría haber ahorrado no pocos quebraderos de cabeza al propio monseñor Omella, dejando más argumentada su actuación sobre la polémica sobre el Padrenuestro blasfemo.

Explicación ante los jóvenes católicos de Barcelona 
Fue el domingo 21 de febrero de 2016 durante una jornada del Café Youcat, que organiza cada mes la Delegación de la Juventud del arzobispado de Barcelona.

La polémica del Padrenuestro blasfemo estaba reciente, y uno de los jóvenes le preguntó al nuevo arzobispod e Barcelona sobre este asunto: “¿Qué actitud tener frente a los ataques hacia nuestra Fe, por ejemplo el Padrenuestro blasfemo?”.

La transcripción completa de la respuesta de monseñor Juan José Omella, Arzobispo de Barcelona, fue esta:

"Ataques burdos y violentos contra la Iglesia"
“Bueno, a mí me da pena cuando realizan estos ataques tan burdos, tan violentos contra la Iglesia Católica o contra la Fe; y no se atreven a hacerlo con otros… los musulmanes. Da pena. Da pena porque no están fundamentados en nada, es una amargura que uno tiene; la suelta. ¿Qué hacer delante de esto? Una respuesta es el silencio: callar y no entrar al trapo. Y no hay mayor, perdonad por la expresión, lo digo porque lo dice así el refrán: “no hay mayor desprecio que el no aprecio”. Y esto los pone más nerviosos porque buscan muchos la fama insultando y viendo que los demás les contestan, y que los sacan durante unos días en el periódico. Esta es una manera de contestar, una respuesta: el silencio administrativo. Y el otro dice, “-¿no se enfada nunca usted?”. Y “- ¿Por qué está tan gordo? - Porque no me pongo nunca nervioso. Dice - no será por eso; - pues no será por eso”.

"Contestar, pero nunca con violencia, nunca con insultos"
“Esta es una actitud. ¿Es siempre la mejor? Pues no lo sé.  Benedicto XVI decía que hay momentos de silencio, y hay momentos de palabra; hay que saber regular cuál es el mejor momento. Unas veces aciertas y otras, no; pero es una respuesta, esta del silencio.Callemos y dejémoslos estar. Y la segunda manera es contestar, pero nunca con violencia, nunca con insultos; tenemos un ejemplo en Jesús: cuando lo critican, Él calla. Le dice a la pecadora: “¿nadie te ha condenado? Pues yo tampoco te condeno”. O cuando está delante de Pilato y este le pregunta, “bueno tú que contestas, ¿qué es la verdad?” y Jesús calla. Pero cuando le pega ese soldado le dice Jesús “si te he ofendido dime en qué, pero sino, ¿por qué me pegas?” Jesús contesta, pero no agresivamente, sino razonando. Pues también se puede contestar diciendo “escucha, esto lo hacéis mal”.

Pilar Rahola le aconsejo que no entrara en la polémica
“El artículo que escribió Pilar Rahola en “La Vanguardia”  después sobre el Padrenuestrome gustó mucho; hablé con ella para felicitarla y quedamos que “casi mejor que usted Sr Obispo no diga nada, porque buscan al jerarca de la iglesia”. Probablemente lo mejor es que lo digan los laicos pero sin insultar, razonando. Dos maneras. Yo pienso que esta actitud es buena y aquí los laicos tenéis que hacer más, sobre todo los que estáis en la universidad, los que tienen estudios, los que son periodistas: saben escribir bien, y cómo decir las cosas. Nosotros a sufrir y rezar: rezar por ellos. Y a veces es mejor el silencio pero otras veces hay que hablar.

“Yo siempre me digo a mí mismo qué será lo que conviene en cada momento, me lo pregunto. A algunos no les gusta que yo calle y me insultan “porque no ha dicho nada el obispo”. Y otros dicen: “muy bien, lo ha hecho muy bien”. Y lo que hicimos nosotros en el obispado es que escribimos en la página web el Padrenuestro;  ya está; ya lo han entendido. Un Padrenuestro: no insultas pero puedes leer el Padrenuestro. Y la gente dice: “¡qué manera tan inteligente de responder!".

Una carta pastoral sobre el Padrenuestro blasfemo
Hasta aquí la explicación de monseñor Omella a los jóvenes que participaron en el Café Youcat. Sin embargo, el pasado domingo 28 de febrero, el nuevo arzobispo de Barcelona publicó una carta pastoral que titulaba "Respeto por la fe religiosa", que fue reproducida por algunos medios de comunicación del Principado, entre los que destaca La Vanguardia.

En el escrito, el obispo Omella señala que "me gustaría romper el silencio que estos días he mantenido para no alimentar una controversia política".

"El padrenuestro es una plegaria que nos emociona y nos interpela -subraya el nuevo arzobispo de Barcelona-. Todas las plegarias pueden hacerse desde el grito y el dolor, pero siempre tendrían que ser expresadas con las palabras adecuadas a Aquel a quien nos dirigimos".

Silencio ante el despropósito...
"Responder a la provocación con el silencio en una forma de tomar distancia delante del despropósito".

"También es incuestionable el derecho a crear una obra artística. Ahora bien, ética y moralmente puede ser cuestionable el hecho de que una obra artística que resulta ofensiva para un colectivo de personas sea incluida en el programa de un acto oficial organizado por un Consistorio que representa a todo el mundo".

"La defensa de la libertad de expresión tiene que ser compatible con el respeto por la fe religiosa de las personas".

 "Sólo pedimos nuestros representantes políticos preserven la libertad religiosa como un activo que nos pertenece a todos y que nos corresponde a todos preservar", dice Omella en su carta pastoral.

A continuación, reproducimos íntegramente el artículo que monseñor Omella aborda con profundidad la controversia por el llamado Padrenuestro blasfemo.

Respeto por la fe religiosa
"Ahora que ya han pasado unos días de la lectura del poema Mare nostra en el Saló de Cent de nuestra ciudad, me gustaría romper el silencio que estos días he mantenido para no alimentar una controversia política que, de rebote, hiciera mayor la herida que ha producido a miles de barceloneses el hecho de que se programara en un acto público, organizado por el consistorio, la lectura de un poema que parafrasea con poca fortuna la plegaria central de los católicos.

"Tal como lo expresaba Simone Weil en su escrito sobre el padrenuestro, “esta plegaria contiene todas las peticiones posibles”. Nos hace andar por un camino de progreso que nos autorrealiza ya que es imposible pronunciarla una vez sin que un cambio quizás infinitesimal pero real ocurra en el alma”. El padrenuestro nos hace levantar los ojos de Aquel que Jesús nos ha enseñado a que es nuestro Padre. ¡Es poner la mirada en el cielo! El padrenuestro es la plegaria de los sencillos, de aquellos que ponen su corazón confiado en el Padre en el Cielo. Es la plegaria de los limpios de corazón, de los que buscan la justicia, de los que aceptan las propias limitaciones y depositan sus esperanzas con una dependencia amorosa del Dios que nos ama. Nos hace ser agradecidos y corresponsables también en el servicio misericordioso al prójimo. Es una plegaria al Padre que incluye en su infinitud al Dios que es padre y madre, tal como nos enseñó el papa Juan Pablo I en aquella bonita expresión “Dio è papa anche mama”, por lo tanto, nos ponemos en manos de este padre/madre que nunca deja de serlo y trascendiendo la masculinidad y la feminidad. Como decía Romano Guardini, “lo más importante ante esta plegaria es la busca del rostro de Dios”. Toda otra desfiguración del padrenuestro no es ni responde a la plegaria que nos enseñó Jesús.

"El padrenuestro es una plegaria que nos emociona y nos interpela. Todas las plegarias pueden hacerse desde el grito y el dolor, pero siempre tendrían que ser expresadas con las palabras adecuadas a Aquel a quien nos dirigimos.

"Ante los hechos ocurridos estos días ya manifesté que “a veces callar es la mejor respuesta”, el mismo silencio que Jesús manifestó ante el Sanedrín. Responder a la provocación con el silencio en una forma de tomar distancia delante del despropósito. Tomada esta distancia, hay que recordar que el respeto por la libertad de expresión y creación es un valor incontrovertible de nuestra sociedad, reconocido en el artículo 20 de la Constitución. También es incuestionable el derecho a crear una obra artística. Ahora bien, ética y moralmente puede ser cuestionable el hecho de que una obra artística que resulta ofensiva para un colectivo de personas sea incluida en el programa de un acto oficial organizado por un Consistorio que representa a todo el mundo.

"La defensa de la libertad de expresión tiene que ser compatible con el respeto por la fe religiosa de las personas. La libertad religiosa empezó con aquellas lapidarias palabras de Jesús para dar a César lo que es de César y dar a Dios lo que es de Dios. Ahora más que nunca, la libertad religiosa es un aspecto fundamental que pulsa el grado de civilización de nuestras sociedades plurales. La Iglesia no es ni quiere ser un agente político pero tiene un profundo interés por el bien de la comunidad política, cuya alma es la justicia. La Iglesia sigue ofreciendo a la sociedad, con generosidad y constancia, el compromiso por el bien común que, cuando está inspirado en el testimonio de la caridad, tiene un valor superior al compromiso meramente secular y político.

"En definitiva, sólo pedimos nuestros representantes políticos preserven la libertad religiosa como un activo que nos pertenece a todos y que nos corresponde a todos preservar".

Religión en Libertad ha publicado diversos reportajes y noticias sobre el tema:

Leen una versión blasfema del Padrenuestro en un acto institucional presidido por Ada Colau

Rahola, Caram, obispo Saiz y E-Cristians protestan a la alcaldesa Colau por el padrenuestro blasfemo

70.000 ciudadanos piden a la alcaldesa de Barcelona que se disculpe por el padrenuestro blasfemo

Sostres a Colau: Te atreves a atacar a los cristianos y no al Corán ya que sabes que perdonamos

Abogados Cristianos denuncia a Ada Colau y la artista Dolors Miquel por el padrenuestro blasfemo

El padrenuestro de Colau «evidencia la quiebra moral que padecemos», afirma el cardenal Cañizares

Omella cree que ante la ofensa del Padrenuestro blasfemo: «A veces callar es la mejor respuesta»
Religión en Libertad necesita de tu ayuda para seguir transmitiendo la ternura de Dios