viernes, 1 de abril de 2016

Hoy el reto del amor es dar gracias por todas las personas que han hecho posible que este libro 01042016

Hoy el reto del amor es dar gracias por todas las personas que han hecho posible que este libro

Hoy el reto del amor es dar gracias por todas las personas que han hecho posible que este libro
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1 abril 2016
Año del Señor 2016
Lerma, 1 de abril 
 
Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.      
  
¡YA TENEMOS EL LIBRO ENTRE LAS MANOS!
 
Ayer por la mañana nos llamaron del torno para decirnos que bajásemos a la portería, que había un montón de cajas para nosotras. No nos lo podíamos creer: ¡era el libro! Cuando abrimos las cajas y lo vimos, nos parecía un sueño. 
 
"Si no puedes perdonar, esto es para ti". En este proyecto de libro con Cd de música, hemos estado trabajando 21 personas; es un libro que ha salido gracias a todos. Cada uno ha puesto sus dones al común, hemos tenido días muy duros, pero siempre el Señor salía por nosotros y nos daba signos claros de que Él quería este libro. En sus páginas vas a descubrir el don del perdón, pues lo único que quiere trasmitir es que, si no puedes perdonar, no tienes que culpabilizarte, lo que tienes que hacer es ir a Cristo y pedirle que cure tu corazón para que saque el rencor y el odio, y vuelva a entrar el amor. 
 
Pero todo no acaba con la publicación del libro. El Señor ha querido mover el corazón de muchas más personas, para ahora hacer posible unas presentaciones. Nosotras somos monjas de clausura y, por tanto, no vamos a las presentaciones: nuestra misión es orar por todos los que vais a ir y por los que leeréis este libro. Pero estas personas se convierten en nuestras manos y, gracias a su entrega, podrás disfrutar de una presentación. 
 
En todos los lugares en que se realizarán tendrán la misma estructura: presentación del libro, testimonio de uno de los protagonistas y Adoración, en la que cantarán los chicos que nos han ayudado a sacar adelante el Cd que acompaña el libro. La Adoración es fundamental, es lo más importante, porque Él es el que te va a regalar el don del perdón. 
 
Te comparto fechas y lugares por si quieres participar en alguna:
 
Madrid (Parroquia de Santa María de Caná, 7 de Abril a las 20:45h; Parroquia San Juan Crisóstomo, 8 de Abril a las 20:30 h.) 
 
Burgos (Parroquia San José Obrero, 9 de Abril a las 20:00 h.) 
 
Valencia (Parroquia San Valero y San Vicente Mártir, 16 de Abril a las 17:00 h.)
 
Toledo (Parroquia San Juan de la Cruz, 6 de Mayo a las 21:00 h.)
 
La venta al público en librerías y on-line comenzará el 12 de abril. Mientras tanto, puedes adquirirlo en las presentaciones.
 
También puedes reservarlo en nuestro monasterio, mandando un correo electrónico a 
 
libroperdondominicaslerma@gmail.com
 
indicando tu nombre, apellidos, dirección postal (calle, número, piso, letra y código postal) y tu teléfono. Nos pondremos en contacto contigo para mandártelo. Como te decía antes, nosotras no estaremos en las presentaciones, pero oraremos por cada uno de vosotros. Y por ello, si quieres te dediquemos tu ejemplar, sólo tienes que decirlo.
 
Hoy el reto del amor es dar gracias por todas las personas que han hecho posible que este libro esté en tus manos, y por todas las personas que nos ayudan a llevarlo adelante. No tengas miedo a trabajar en común: es una gozada descubrir a los hermanos. 
 
VIVE DE CRISTO 
http://dominicaslerma.es/                 
 
©Producciones es El- Vive de Cristo (Dominicas Lerma)
Prohibido cualquier reproducción para uso comercial. Solo se permite un uso para actividades de evangelización siempre que se publiquen sin ningún tipo de modificación.
 
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Jesucristo, muestra de la misericordia del Padre (Meditación para hoy) 01042016

Jesucristo, muestra de la misericordia del Padre
Reflexiones Pascua

No te preguntes ya, oh hombre, por qué tienes que sufrir tú; pregúntate más bien por qué sufrió él.


Por: De los sermones de San Bernardo | Fuente: www.la-oracion.com 



Dios, nuestro Salvador; hizo aparecer su misericordia y su amor por los hombres. Demos gracias a Dios, pues por él abunda nuestro consuelo en esta nuestra peregrinación, en éste nuestro destierro, en ésta vida tan llena aún de miserias.
Antes de que apareciera la humanidad de nuestro Salvador, la misericordia de Dios estaba oculta; existía ya, sin duda, desde el principio, pues la misericordia del Señor es eterna, pero al hombre le era imposible conocer su magnitud. Ya había sido prometida, pero el mundo aún no la había experimentado y por eso eran muchos los que no creían en ella. Dios había hablado, ciertamente, de muchas maneras por ministerio de los profetas. Y había dicho: Sé muy bien lo que pienso hacer con ustedes: designios de paz y no de aflicción. Pero, con todo, ¿qué podía responder el hombre, que únicamente experimentaba la aflicción y no la paz? "¿Hasta cuándo - pensaba- irán anunciando: «Paz, paz», cuando no hay paz?" Por ello los mismos mensajeros de paz lloraban amargamente, diciendo: Señor, ¿quién ha dado fe a nuestra predicación? Pero ahora, en cambio, los hombres pueden creer, por lo menos, lo que ya contemplan sus ojos; ahora los testimonios de Dios se han hecho sobremanera dignos de fe, pues, para que este testimonio fuera visible, incluso a los que tienen la vista enferma, el Señor le ha puesto su tienda al sol.
Ahora, por tanto, nuestra paz no es prometida, sino enviada; no es retrasada, sino concedida; no es profetizada, sino realizada: el Padre ha enviado a la tierra algo así como un saco lleno de misericordia; un saco, diría, que se romperá en la pasión, para que se derrame aquel precio de nuestro rescate, que él contiene; un saco que, si bien es pequeño, está totalmente lleno. En efecto, un niño se nos ha dado, pero en este niño habita toda la plenitud de la divinidad. Esta plenitud de la divinidad se nos dio después que hubo llegado la plenitud de los tiempos. Vino en la carne para mostrarse a los que eran de carne y, de este modo, bajo los velos de la humanidad, fue conocida la misericordia divina; pues, cuando fue conocida la humanidad de Dios, ya no pudo quedar oculta su misericordia. ¿En qué podía manifestar mejor el Señor su amor a los hombres sino asumiendo nuestra propia carne? Pues fue precisamente nuestra carne la que asumió, y no aquella carne de Adán que antes de la culpa era inocente.
¿Qué cosa manifiesta tanto la misericordia de Dios como el hecho de haber asumido nuestra miseria? ¿Qué amor puede ser más grande que el del Verbo de Dios, que por nosotros se ha hecho como la hierba débil del campo? Señor, ¿qué es el hombre para que le des importancia, para que te ocupes de él? Que comprenda, pues, el hombre hasta qué punto Dios cuida de él; que reflexione sobre lo que Dios piensa y siente de él.
No te preguntes ya, oh hombre, por qué tienes que sufrir tú; pregúntate más bien por qué sufrió él. De lo que quiso sufrir por ti puedes concluir lo mucho que te estima; a través de su humanidad se te manifiesta el gran amor que tiene para contigo. Cuanto menor se hizo en su humanidad, tanto mayor se mostró en el amor que te tiene, cuanto más se abajó por nosotros, tanto más digno es de nuestro amor. Dios, nuestro Salvador -dice el Apóstol-, hizo aparecer su misericordia y su amor por los hombres. ¡Qué grande y qué manifiesta es esta misericordia y este amor de Dios a los hombres! Nos ha dado una grande prueba de su amor al querer que el nombre de Dios fuera añadido al título de hombre.



Novena a la Divina Misericordia (Santa Faustina Kowalska) (Octavo día) 01042016

Novena a la Divina Misericordia
El Viernes Santo del año 1937, Jesús le pidió a Santa Faustina que rezara una novena especial antes de la Fiesta de la Misericordia


Por: Santa Faustina Kowalska | Fuente: Catholic.net 




El Viernes Santo del año 1937, Jesús le pidió a Santa Faustina que rezara una novena especial antes de la Fiesta de la Misericordia, desde el Viernes Santo. Él mismo le dictó las intenciones para cada día. Por medio de una oración específica, ella traería a su Corazón a diferentes grupos de almas cada día y las sumergería en el mar de su misericordia. Entonces, suplicaría al Padre, por el poder de la Pasión de Jesús, que les concediera gracias a estas almas.


Celebración de la Fiesta de la Misericordia

Para observar la Fiesta de la Misericordia, debemos:

1.- Celebrar la Fiesta el domingo después de la Pascua de Resurrección.

2.- Arrepentirnos sinceramente de todos nuestros pecados.

3.- Confiar por completo en Jesús.

4.- Confesarnos preferiblemente antes de ese domingo.

5.- Recibir la Santa Comunión el día de la Fiesta.

6.- Venerar (hacer un acto o demostración de profundo respeto religioso hacia ella por la persona a quien representa, en este caso a nuestro Señor Jesucristo) la Imágen de la Divina Misericordia.

7.- Ser misericordioso con los demás a través de nuestras acciones, palabras y oraciones a nombre de ellos.


Deseo

Dijo el Señor a Sor Faustina: Durante esos nueve días lleva a las almas a la fuente de mi misericordia para que saquen fuerzas, alivio y toda gracia que necesiten para afrontar las dificultades de la vida y especialmente en la hora de la muerte. Cada día traerás a mi Corazón a un grupo diferente de almas y las sumergirás en este mar de mi misericordia. Y a todas estas almas yo las introduciré en la casa de mi Padre (…) Cada día pedirás a mi Padre las gracias para estas almas por mi amarga pasión.


NOVENA A LA DIVINA MISERICORDIA

Se recomienda que se recen las siguientes intenciones y oraciones de la novena junto con la Coronilla de La Divina Misericordia, ya que Nuestro Señor pidió específicamente una novena de Coronillas, especialmente antes de la Fiesta de la Misericordia.

Cómo rezar la Coronilla a la Divina Misericordia (en un rosario común)

1.- Un Padre nuestro.

2.- Un Ave María.

3.- Un Credo de los Apóstoles.

4.- En la cuenta grande antes de cada decena:

Padre Eterno,
te ofrezco
el Cuerpo y la Sangre,
el Alma y la Divinidad
de tu Amadísimo Hijo,
nuestro Señor Jesucristo.
para el perdón de nuestros pecados
y los del mundo entero.

5.- En las diez cuentas pequeñas de cada decena:

Por su dolorosa Pasión,
ten misericordia de nosotros
y del mundo entero.

6.- Al final después de las cinco decenas:

Santo Dios
Santo Fuerte
Santo Inmortal,
ten piedad de nosotros
y del mundo entero.
(tres veces)




OCTAVO DÍA 

Hoy, tráeme a las almas que están detenidas en el purgatorio y sumérgelas en el abismo de mi misericordia. Que los torrentes de mi Sangre refresquen el ardor del Purgatorio. Todas estas almas son muy amadas por mí. Ellas cumplen con el justo castigo que se debe a mi Justicia. Está en tu poder llevarles el alivio. Haz uso de todas las indulgencias del tesoro de mi Iglesia y ofrécelas en su nombre. Oh, si conocieras los tormentos que ellas sufren ofrecerías continuamente por ellas las limosnas del espíritu y saldarías las deudas que tienen con mi Justicia.

Jesús Misericordiosísimo, tú mismo has dicho que deseas la misericordia, he aquí que yo llevo a la morada de tu Compasivísimo Corazón a las almas del Purgatorio, almas que te son muy queridas, pero que deben pagar su culpa adecuada a tu Justicia. Que los torrentes de Sangre y Agua que brotaron de tu Corazón, apaguen el fuego del Purgatorio para que también allí sea glorificado el poder de tu misericordia.

Padre Eterno, mira con misericordia a las almas que sufren en el Purgatorio y que están encerradas en el Compasivísimo Corazón de Jesús. Te suplico por la dolorosa Pasión de Jesús, tu Hijo, y por toda la amargura con la cual su Sacratísima Alma fue inundada, muestra tu misericordia a las almas que están bajo tu justo escrutinio. No las mires sino a través de las heridas de Jesús, tu amadísimo Hijo, ya que creemos que tu bondad y tu compasión no tienen límites. Amén.

Coronilla de la Divina Misericordia

Viernes de la Octava de Pascua 01042016

Viernes de la Octava de Pascua



Viernes de la Octava de Pascua
Hch 4, 1-12
Sl 117
Jn 21, 1-14
Oración colecta
"Dios todopoderoso y eterno, que por el misterio pascual has restaurado tu alianza con los hombres, concédenos realizar en la vida cuanto celebramos en la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén."
Por el Misterio pascual, Dios ha restaurado su alianza con los hombres. Pidámosle que nos conceda realizar en nuestras vidas todo lo que celebramos en la Fe.
Hoy, que el Señor nos invita a crecer en nuestra fe, y a echar las redes para pescar.  En el pasaje de la pesca milagrosa, las palabras del Señor Jesús resuenan en las fibras más profundas del corazón de los Apóstoles, disipando toda preocupación y temor existente en sus corazones, y  permaneciendo con ellos en un fraternal compartir.
De las Catequesis de Jerusal én
La unción del Espíritu Santo
Bautizados en Cristo y habiéndoos revestido de Cristo, habéis adquirido una condición semejante a la del Hijo de Dios. Pues Dios, que nos predestinó a la adopción de hijos suyos, nos hizo conformes al cuerpo glorioso de Cristo. Por esto, hechos partícipes de Cristo (que significa Ungido), no sin razón sois llamados ungidos; y refiriéndose a vosotros dijo el Señor: No toquéis a mis ungidos.
Fuisteis hechos cristos (o ungidos) cuando recibisteis el signo del Espíritu Santo, todo se realizó en vosotros en imagen, ya que sois imagen de Cristo. Él, en efecto, al ser bautizado en el río Jordán, salió del agua, después de haberle comunicado a ella el efluvio fragante de su divinidad, y entonces bajó sobre él el Espíritu Santo en persona, y se posó sobre él como sobre su semejante.
De manera similar vosotros, después que subisteis de la piscina bautismal, recibisteis el crisma, símbolo del Espíritu Santo con que fue ungido Cristo. Respecto a lo cual, Isaías, en una profecía relativa a sí mismo, pero en cuanto que representaba al Señor, dice: El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido; me ha enviado para dar la buena noticia a los pobres.
Cristo no fue ungido por los hombres con aceite o ungüento material, sino que el Padre, al señalarlo como salvador de todo el mundo, lo ungió con el Espíritu Santo. Como dice Pedro: Dios ungió a Jesús de Nazaret con poder del Espíritu Santo; y en los salmos de David hallamos estas palabras: Tu trono, joh Dios!, permanece para siempre; cetro de rectitud es tu cetro real; has amado la justicia y odiado la impiedad: por eso el Señor, tu Dios, te ha ungido con aceite de júbilo entre todos tus compañeros.
El Señor fue ungido con un aceite de júbilo espiritual, esto es, con el Espíritu Santo, el cual es llamado aceite de júbilo porque es el autor del júbilo espiritual; pero vosotros, al ser ungidos materialmente, habéis sido hechos partícipes de la naturaleza de Cristo.
Por lo demás, no pienses que es éste un ungüento común y corriente. Pues, del mismo modo que el pan eucarístico, después de la invocación del Espíritu Santo, no es pan corriente, sino el cuerpo de Cristo, así también este santo ungüento, después de la invocación, ya no es un ungüento simple o común, sino el don de Cristo y del Espíritu Santo, ya que realiza, por la presencia de la divinidad, aquello que significa. Tu frente y los sentidos de tu cuerpo son ungidos simbólicamente y, por esta unción visible de tu cuerpo, el alma es santificada por el Espíritu Santo, dador de vida.

Santos del día 1 de abril

Santos del día 1 de abril
Kalendis aprilis
En Roma, conmemoración de los santos mártires Venancio, obispo, y compañeros de Dalmacia y de Istria, a saber, Anastasio, Mauro, Pauliniano, Telio, Asterio, Septimio, Antioquiano y Gayano, que la Iglesia se complace en honrar juntamente.
En Tesalónica, ciudad de Macedonia, santas Agape y Quionia, vírgenes y mártires, que en la persecución bajo el emperador Diocleciano, por negarse a comer carne sacrificada a los ídolos, fueron entregadas al prefecto Dulcecio, quien las condenó a ser quemadas vivas.
En Palestina, santa María Egipcíaca, célebre pecadora de Alejandría, que por la intercesión de la Bienaventurada Virgen se convirtió a Dios en la Ciudad Santa, y llevó una vida penitente y solitaria a la otra orilla del Jordán.
En Lauconne, cerca de Amiens, en la Galia, san Valerico o Valerio, presbítero, que atrajo a no pocos compañeros hacia la vida eremítica.
En el lugar llamado Ardpatrick, en la región de Munster, en Irlanda, san Celso, obispo de Armagh, que promovió intensamente la restauración de la Iglesia.
En Grenoble, ciudad de Burgundia, san Hugo, obispo, que trabajó denodadamente en la reforma de las costumbres del clero y del pueblo, y, amante de la soledad, durante su episcopado ofreció a san Bruno, maestro suyo en otro tiempo, y a sus compañeros, el lugar de la Cartuja, que presidió como primer abad, rigiendo durante cuarenta años esta Iglesia con esmerado ejemplo de caridad.
En el monasterio cisterciense de Bonnevaux, en el Delfinado, en Francia, beato Hugo, abad, cuya caridad y prudencia lograron la armonía entre el papa Alejandro III y el emperador Federico I.
En Caithness, en Escocia, san Gilberto, obispo, que erigió la iglesia catedral en Dornoch y dispuso hospederías para los pobres, y al morir recomendó lo que él mismo había observado durante su vida, a saber, no hacer daño a ningún ser, llevar con paciencia las correcciones divinas y a nadie dar ocasión de tropiezo.
En Lisboa, de Portugal, san Nuno Alvarez Pereira, que primero fue puesto al frente de la defensa del reino y más tarde recibido entre los hermanos oblatos en la Orden Carmelitana, donde llevó una vida pobre y escondida en Cristo.
En York, en Inglaterra, beato Juan Bretton, mártir, que, siendo padre de familia, mostró una gran constancia en la fe de la Iglesia Romana durante el reinado de Isabel I y, amenazado varias veces, se mantuvo firme, por lo que al fin, bajo la falsa acusación de sedición, murió estrangulado.
En Cracovia, Polonia, beata Sofia Czeska-Maciejowska, viuda, fundadora de la Congregación de las Hermanas de la Presentación de la Bienaventurada Virgen María.
En Brescia, en la región de Lombardía, en Italia, beato Luis Pavoni, presbítero, que se entregó con ánimo decidido a la formación de los jóvenes pobres y se interesó sobre todo en su educación religiosa y artesana, para lo cual fundó la Congregación de Hijos de María Inmaculada.
En la Isla de Madeira (Portugal), beato Carlos de Austria, rey.
En Guadalajara, México, beatos laicos José Anacleto González Flores, José Dionisio Luis Padilla Gómez, Jorge Ramón Vargas González y Ramón Vicente Vargas González, mártires.
En el campo de concentración de Dachau, en Alemania, beato José Girotti, sacerdote profeso de la Orden de Predicadores y mártir.

Monseñor Osoro: «Los religiosos sois verdaderos escaparates de la misericordia» 31032016

Monseñor Osoro: «Los religiosos sois verdaderos escaparates de la misericordia»

Monseñor Osoro: «Los religiosos sois verdaderos escaparates de la misericordia»
Más de 800 religiosos se han dado cita este jueves en la inauguración de la 45 Semana Nacional para Institutos de Vida Consagrada que el Instituto Teológico de Vida Religiosa (ITVR) celebra en la archidiócesis de Madrid. Una inauguración es la que intervino, en calidad de anfitrión diocesano, el arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Carlos Osoro, que fue calificado de «verdadero padre, hermano y amigo para los religiosos» por parte del director del ITVR, el claretiano Carlos Martínez Oliveras.
En su intervención, monseñor Osoro recordó que «son las vidas y las obras las que manifiestan la vida del Señor, y en pocos sitios como en la vida consagrada hay tantas realidades que expresen la misericordia del Señor». «Vosotros sois verdaderos escaparates de la vida del Señor, aun con todas las dificultades y limitaciones», dijo dirigiéndose a los asistentes.
La espiritualidad del encuentro
Monseñor Osoro recordó a los religiosos la necesidad de vivir «la espiritualidad del encuentro con Jesucristo» para poder después ejercer «la misericordia de Dios como eje de la vida de la Iglesia», a través de las distintas obras a las que se dedican los religiosos y religiosas. «Para nosotros es esencial el encuentro o reencuentro con Jesucristo, que supone una especie de rescate que el Papa define de forma muy bella: liberación de la conciencia aislada y liberación de la autorreferencialidad», afirmó.
itvr2
Criterio de reforma eclesial
El vicepresidente de la Conferencia Episcopal señaló que «la misericordia es un criterio de reforma eclesial». Monseñor Osoro explicó que «así la presenta el Papa, porque la misericordia de Dios tiene un potencial reformador que es preciso incorporar a nuestras comunidades». Y apoyó su afirmación en una cita de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, que en opinión del prelado matritense «tiene una grandísima actualidad»: «Santo Tomás de Aquino destacaba que los preceptos dados por Cristo y los Apóstoles al Pueblo de Dios “son poquísimos”. Citando a san Agustín, advertía que los preceptos añadidos por la Iglesia posteriormente deben exigirse con moderación “para no hacer pesada la vida a los fieles” y convertir nuestra religión en una esclavitud, cuando “la misericordia de Dios quiso que fuera libre”. Esta advertencia, hecha varios siglos atrás, tiene una tremenda actualidad. Debería ser uno de los criterios a considerar a la hora de pensar una reforma de la Iglesia y de su predicación que permita realmente llegar a todos», dijo monseñor Osoro utilizando literalmente las palabras del Papa.
«La misericordia es el eje fundamental para la reforma de la Iglesia. Tenemos que tener el lenguaje directo de la ternura de Dios. La renovación de la comunidad cristiana tiene que tener este eje fundamental: la misericordia, que no es la virtud de los débiles, sino que denota fortaleza de ánimo y verdadera apertura al otro», concluyó monseñor Osoro.
Tres trasplantes
Siguiendo su costumbre pedagógica de resumir sus mensajes en trípodes, el arzobispo matritense señaló que «para que la misericordia sea de verdad la viga maestra en la vida de la Iglesia necesitamos tres trasplantes»: un trasplante de ojos, «para ver en este momento histórico con los ojos de Dios»; un trasplante de corazón, «porque el kerigma, el anuncio del Evangelio, tiene un contenido ineludiblemente social que no se puede dejar fuera, y en el corazón mismo del Evangelio está el compromiso por los otros y la promoción humana»; y un trasplante o cambio «de moneda y de banco, en el que la moneda es nuestra propia vida y el banquero, nuestro Señor Jesucristo, para meternos con pasión en todas las circunstancias vitales de nuestro pueblo, conocer la situación de las gentes, sus condicionantes personales y sociales, sus problemas familiares y laborales...».
El pecador es el preferido
El arzobispo animó a los religiosos a aplicar este deseo de vivir la misericordia de Dios en acciones concretas de acogida, porque «las experiencias más cercanas de Iglesia nuestras gentes las tienen en comunidades concretas. Y si en nuestras comunidades se sienten queridas y valoradas» se propicia «el encuentro con Cristo». De este modo, la Iglesia se convierte en «una madre de corazón abierto y de puertas siempre abiertas», en la que «la Eucaristía no es un premio para los perfectos, sino un generoso remedio para los que somos débiles» y en la que «el pecador es el preferido».
Para más información, puede visitarse la web del ITVR.
Infomadrid / J.A. Méndez