sábado, 1 de abril de 2017

Cristo es redentor porque es Hijo de Dios (Meditación para hoy) 01042017

Cristo es redentor porque es Hijo de Dios
Meditaciones para toda la Cuaresma

Sábado cuarta semana de Cuaresma. Cristo es, por encima de todo, el Hijo de Dios, enviado al mundo para salvarnos.


Por: P. Cipriano Sánchez LC | Fuente: Catholic.net 



La liturgia de estos días nos va hablando de cómo Jesús se va encontrando cada vez más ante un juicio. Un juicio que Él hace sobre el mundo y, al mismo tiempo, un juicio que el mundo hace sobre Él. El juicio que el mundo hace sobre Él se define en la fe, y por eso dirá: "Si no creen que Yo soy". Ese juicio, que se define en la fe, es el juicio del hombre que tiene que acabar por aceptar la presencia de Dios tal y como Él la quiere poner en su vida, porque mientras el hombre no acepte esto, Jesucristo no podrá verdaderamente salvarlo.

Cristo es acusado, y por eso dirá: "Cuando hayan levantado al Hijo del Hombre conocerán lo que Yo soy". Pero, al mismo tiempo es juez, y es Él mismo el que realiza el veredicto definitivo sobre nuestro pecado.

El juicio que nosotros hacemos sobre Cristo se resume en la cruz. Dios envía a su Hijo, y el mundo lo crucifica; Dios realiza la obra de la redención a través del juicio que el mundo hace de su Hijo, es decir de la cruz.

Esto es para nosotros un motivo de seria reflexión. El darnos cuenta de que nuestro juicio sobre Cristo es un juicio condenatorio, porque lo llevan a la cruz.

Nuestros pecados, nuestras debilidades, nuestras miserias, reconocidas o no, son las que juzgan a Cristo. Y lo juzgan haciéndolo que tenga que ser levantado y muerto por nosotros. Ésa es nuestra palabra sobre Cristo; pero, al mismo tiempo, tenemos que ver cuál es la palabra de Cristo sobre nosotros. Jesús dirá: "Cuando hayan levantado al Hijo del Hombre, entonces conocerán que Yo soy". Ese "Yo soy", no es simplemente un pronombre y un verbo, "Yo soy" es el nombre de Dios. Cuando Cristo está diciendo "Yo soy", está diciendo Yo soy Dios.

La cruz es la que nos revela, en ese misterio tan profundo, la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, porque la cruz es el camino que Dios elige, que Dios busca, que Dios escoge para hacer que nuestro juicio sobre Él de ser condena, se transforme en redención. Ésa es la moneda con la que Dios regresa el comportamiento del hombre con su Hijo.

Hay situaciones en las que, por nuestros pecados y por nuestras debilidades, vivimos en la obscuridad y en la amargura. Parecería que la expulsión de la comunión con Dios, que produce todo pecado, sería la auténtica respuesta de Dios al hombre, y, sin embargo, no es así. La auténtica respuesta de Dios al hombre es la redención. Mientras que el hombre responde a Dios juzgando, condenando y crucificando a su Hijo, Dios responde al hombre con un juicio diferente: la redención, el perdón. Pero para eso nosotros necesitamos ponernos en manos de Dios nuestro Señor.

Cristo constantemente nos está diciendo que Él es redentor porque es Hijo de Dios. Es decir, Él es el redentor porque es igual al Padre. "Yo soy", no me ha dejado solo, yo hago siempre lo que a Él le agrada. Ése es Cristo. Por eso es nuestro redentor. Cristo no es solamente alguien que se solidariza con nosotros, con nuestros pecados, con nuestras debilidades; Cristo es, por encima de todo, el Hijo de Dios, enviado al mundo para salvarnos.

Tenemos urgencia de descubrir esto para hacer de Cristo el primero. Único y fundamental punto de referencia; criterio, centro y modelo de toda nuestra vida cristiana, apostólica, espiritual y familiar, para que verdaderamente Él pueda redimir nuestra vida personal, para que Él pueda redimir la vida conyugal de los esposos cristianos, para que Él pueda redimir la vida familiar, para que Él pueda redimir la vida social de los seglares cristianos, porque si Cristo no se convierte en punto de referencia, no podrá redimirnos.

Se acerca la Semana Santa, que son momentos en los que podríamos quedarnos simplemente en una contemplación sentimental de los misterios de la pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor, cuando lo que está sucediendo en la Semana Santa es que Cristo se convierte en el juez y Señor de la historia, en el único que puede vencer a lo que destruye a la historia, que es la muerte. Cristo, vencedor de la muerte, se convierte así en el Señor de toda la historia y de toda la humanidad; en juez de toda la historia de la humanidad, y lo hace a través de la cruz, por lo que se transforma de condena en redención.

Seamos capaces de ir cristianizando cada vez más nuestros criterios, de ir cristianizando cada vez más nuestros comportamientos y de ir haciendo de nuestro Señor el punto de referencia de nuestra existencia. Que nuestra fe, nuestra adhesión, nuestro ponernos totalmente del lado de Cristo se conviertan en la garantía de que nosotros no muramos en nuestros pecados, sino que hagamos de la condena que sobre ellos tendría que cernirse, redención; y del castigo que sobre ellos tendría que caer en justicia, hagamos misericordia en nuestros corazones.
Preguntas o comentarios al autor P. Cipriano Sánchez LC
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¿Quién eres en mi vida, Señor? (Evangelio meditado) 01042017

¿Quién eres en mi vida, Señor?
San Juan 7, 40-53. IV Sábado de Cuaresma


Por: H. Balam Loza, L.C. | Fuente: missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
"¡Bendito el Señor, Dios de Israel, el único que hace maravillas! ¡Bendito su nombre glorioso por siempre, la tierra toda se llene de su gloria!" (Salmo 73) Al contemplar tus maravillas, Señor, me postro ante Ti y te doy gracias. ¡Cuántas veces me acostumbro a recibir tus innumerables dones!, y sin embargo, al pararme por un momento a contemplar la naturaleza, el sonido del río, el canto del pájaro, mi historia…, veo que Tú has estado presente y tu amor se ha manifestado a cada paso, en cada instante. Por eso vengo hoy a tus pies, para contemplar tus maravillas y tu amor.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Juan 7, 40-53
En aquel tiempo, algunos de los que habían escuchado a Jesús comenzaron a decir: "Éste es verdaderamente el profeta". Otros afirmaban: "Éste es el Mesías". Otros, en cambio, decían: "¿Acaso el Mesías va a venir de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá de la familia de David, y de Belén, el pueblo de David?". Así surgió entre la gente una división por causa de Jesús. Algunos querían apoderarse de Él, pero nadie le puso la mano encima.
Los guardias del templo, que habían sido enviados para apresar a Jesús, volvieron a donde estaban los sumos sacerdotes y los fariseos, y éstos les dijeron: "¿Por qué no lo han traído?". Ellos respondieron: "Nadie ha hablado nunca como ese hombre". Los fariseos les replicaron: "¿Acaso también ustedes se han dejado embaucar por él? ¿Acaso ha creído en él alguno de los jefes o de los fariseos? La chusma ésa, que no entiende la ley, está maldita".
Nicodemo, aquel que había ido en otro tiempo a ver a Jesús, y que era fariseo, les dijo: "¿Acaso nuestra ley condena a un hombre sin oírlo primero y sin averiguar lo que ha hecho?". Ellos le replicaron: "¿También tú eres galileo? Estudia las Escrituras y verás que de Galilea no ha salido ningún profeta". Y después de esto, cada uno de ellos se fue a su propia casa.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
¿Quién eres en mi vida, Señor? Así como en tu tiempo, hoy Tú tienes un lugar central en la vida de las personas y eres un continuo interrogante para muchos. Para unos eres una voz que habla y que llama a la conversión pero que, poco a poco, es callada o evitada. Eres una persona incómoda pues pides un cambio de vida, de estilos, de comodidades. Eres una presencia embarazosa que está fuera, tocando a las puertas de los corazones, y al que se responde desde dentro "mañana le abriremos". Así, imitamos a los fariseos a los cuales llamabas y tocabas a su puerta, pero a quienes resultabas incómodo sin ni siquiera haberte escuchado.
Para otros en cambio puedes ser aquel hombre intrigante y ejemplar. Tal vez eres como una "figura de porcelana" que tenemos en algún lugar importante de nuestro corazón y que al verla nos deja una agradable sensación. Y, sin embargo, sólo eres una figura que está ahí, que nos dice algo, pero que en el fondo nos cambia poco. No dejamos que te muevas, te tenemos bien controlado y cuidamos que no te rompas. Podemos decir que nos mantenemos en un terreno neutro; estás en nuestro corazón, pero en la zona de las visitas y te tenemos ahí, impidiendo que entres realmente en el fondo de nuestro corazón. Eres eso, una visita y no un miembro de la familia. Y tal vez, somos como los soldados que sí, te admiramos, te reconocemos como alguien importante, pero nos quedamos como meros admiradores.
Finalmente, podemos hacer realmente la experiencia de ser amigos tuyos, de poder escucharte y que tus palabras nos toquen. No seremos perfectos, pienso que los apóstoles no eran perfectos, pero sí eran tus amigos. Eres el amigo a quien se dan las llaves de casa para que entre a la hora que quiera sin pedir permiso; quien nos conoce perfectamente y que sabe lo que necesitamos; con quien podemos llorar o pasar lo mejores momentos.
"Amigos, Jesús es el Señor del riesgo, es el Señor del siempre "más allá". Jesús no es el Señor del confort, de la seguridad y de la comodidad. Para seguir a Jesús, hay que tener una cuota de valentía, hay que animarse a cambiar el sofá por un par de zapatos que te ayuden a caminar por caminos nunca soñados y menos pensados, por caminos que abran nuevos horizontes, capaces de contagiar alegría, esa alegría que nace del amor de Dios, la alegría que deja en tu corazón cada gesto, cada actitud de misericordia."
(Discurso de S.S. Francisco, 30 de julio de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy, Señor, voy a dedicar un momento para estar delante del Sagrario preguntándome quién eres en mi vida.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Santas Agape, Quionia e Irene. hermanas vírgenes y mártires (1 de abril)

Santas Agape, Quionia e Irene. hermanas vírgenes y mártires

 
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Las Santas Agape, Quionia e Irene, durante la persecución de los cristianos, se negaron a hacer sacrificio a ídolos paganos

 
Las santas Agape, Qionia e Irene (que en griego significan amor, pureza y paz), fueron tres hermanas virgenes nacidas en Tesalónicaque, quienes según la tradición cristiana, fueron martirizadas por su fe en el año 304 DC, debido a que se negaron a adorar ídolos paganos.

Fiesta: 01 de Abril

Martirologio romano: En Tesalónica, Macedonia, ahora Grecia, Santas Agape y Quionia, vírgenes y mártires que, durante la persecución de los cristianos bajo mandatos del emperador Diocleciano, se negaron a comer la carne de los animales que había sido sacrificada a los ídolos, fueron entregadas al gobernador Dulcecio y condenado a morir quemadas vivas.

Biografía de las Santas Agape y Quionia e Irene

El emperador Diocleciano comenzó una de las más duras persecuciones efectuadas sobre la Iglesia Cristiana. Comenzó con una proclamación el 31 de Marzo del año 297 d.C. que si bien era contra los maniqueos, colocaba las bases para la persecución cristiana al afirmar "Es criminal poner en duda la validez de lo establecido desde tiempos antiguos".
A partir del 23 de febrero del año 303 d.C hasta el febrero del 304 d.C. promulgó cuatro edictos sucesivos.
El primero prohibía el culto cristiano, se confiscan los libros religiosos y se destruyen las iglesias, el cristiano es excluido de cualquier función pública y sometido a limitaciones jurídicas.
El segundo edicto va todavía más allá ordenando el arresto de los líderes de las iglesias, seguido de inmediato por el tercer edicto que permitía la liberación de estos encarcelados si consentían hacer libaciones y sacrificios a los dioses paganos.
A pesar de esto la Iglesia permaneció firme y se negó a apostatar de la fe, por lo que vino el cuarto edicto: Todos los habitantes son obligados a sacrificar a dioses paganos bajo amenaza de las más terribles torturas, la muerte, condenas a trabajos forzados en las minas.
En aquella época vivían en Tesalónica de Macedonia tres hermanas cristianas, Agape, Quionia e Irene, hijas de padres paganos, y que tenían en su poder varios libros de la Sagrada Escritura
El martirio de estas tres jóvenes hermanas se cuenta en un documento que es una versión un poco amplia de testimonio auténtico.
Las mujeres fueron apresadas y llevadas ante el gobernador de Macedonia, Dulcicius, acusado de negarse a comer la comida que se ofreció en sacrificio a los dioses.

Se produjo el siguiente diálogo entre el gobernador y las mártires:

  • ¿Están locas? ¿Cómo se les ha metido en la cabeza desobedecer al mandato del emperador?, dijo el gobernador. Después, volviéndose hacia Agatón, le preguntó:
  • ¿Por qué te niegas a comer la carne ofrecida a los dioses, como lo hacen los otros súbditos del emperador?
  • Porque soy cristiano, replicó Agatón.
  • ¿Estás decidido a seguir siéndolo?, le preguntó el gobernador
  • Sí. 

    Entonces, el gobernador interrogó a Agape sobre sus convicciones religiosas. Su respuesta fue la siguiente:
  • - Creo en Dios y no estoy dispuesta a renunciar al mérito de mi vida pasada, cometiendo una mala acción.
  • Y tú, Quionia, ¿qué respondes?, le preguntó el gobernador
  • - Que creo en Dios y por consiguiente no puedo obedecer al emperador, respondió
  • A la pregunta de por qué no obedecía al edicto imperial, Irene respondió: "Porque no quiero ofender a Dios".
  • ¿Y tú, Casia?, preguntó el gobernador nuevamente
  • - Porque deseo salvar mi alma.
  • ¿De modo que no estás dispuesta a comer la carne ofrecida a los dioses?
  • - ¡No!
Felipa declaró que estaba dispuesta a morir antes que obedecer. Lo mismo dijo Eutiquia, una viuda que pronto iba a ser madre. Por esta razón, el juez mandó que la condujesen de nuevo a la prisión y siguió interrogando a sus compañeros:
  • Agape, ¿has cambiado de decisión? ¿Estás dispuesta a hacer lo que hacemos quienes obedecemos al emperador?
  • - No tengo derecho a obedecer al demonio, replicó la mártir; todo lo que digas no me hará cambiar.
  • ¿Cuál es tu última decisión, Quionia?, prosiguió el gobernador.
  • - La misma de antes.
  • ¿No poseéis ningún libro o escrito referente a vuestra impía religión?
  • - No.El emperador nos los ha arrebatado todos".
A la pregunta del juez de quién las había convertido al cristianismo, Quionia respondió simplemente y con tono firme: "Nuestro Señor Jesucristo".
Cuando el gobernador les preguntó que de donde habían aprendido estas ideas tan extrañas, Quionia respondió: "Fue por nuestro Señor Jesucristo", a lo que entonces fue dictada la sentencia de que fuesen quemadas vivos.
El Gobernador además ordenó que Irene fuese desnudada y expuesta en un burdel, pero nadie abusó de ella, por lo que se le dio una última oportunidad de rendirse y renegar de su fe, cosa que jamás sucedió, así que luego fue sentenciada a muerte. Incluso los libros, las Sagradas Escrituras, fueron quemados públicamente.
Las otras mujeres y el hombre llamado Agatón, que fueron juzgados junto con estos mártires; fueron condenados a permanecer prisioneros. Jamás se supo lo que les sucedió después.
 
Redacción : PildorasdeFe.net | Biografía de Santos y Beatos

Oración de Sanación y Vídeo reflexión para hoy 01042017

Oración de Sanación

Amado Señor, tus Palabras son fuente de Sabiduría y de Verdad. Siempre llegan a estremecer y sacudir mi alma buscando enderezarla por el único camino que me ofreces para alcanzar la felicidad
Hasta los que te querían capturar, cuando te oían hablar decían: "nadie jamás ha hablado como este hombre", porque tu Palabra es fuerza, en ella se imprime la verdad, el amor y la compasión del Padre.
Tu Palabra es sanación y bendición, tiene poder de liberar y proteger de los perversos planes del enemigo. Quiero moverme a través de ella y no dejarme lleva según la dirección que sople el viento.
Dame la capacidad de mirar al mundo a través de tus ojos, de hablarles a mis hermanos con la sorpresa y bondad de tus palabras, sin insultos ni agravios ni ninguna forma de agresión
Toma mis manos y prepárala para las luchas del mañana, toma mi boca, mis oídos y mis ojos y úngelos con tu Santo Espíritu de tal modo que nada ni nadie pueda dañarme ni obstaculizar mi camino hacia Ti.
Que no tenga el miedo de actuar y de luchar, de proclamarte que eres mi Señor y mi Salvador, el Mesías, el Hijo del Dios vivo, el que siempre viene en mi rescate y me da nuevas oportunidades
Oh mi buen Dios, quiero que hoy mi corazón y mis labios canten de gozo y te alaben al saberte como la fuente verdadera de la felicidad.
Gracias por todas las bendiciones que me das y porque cada día, con el poder de tu Palabra, avivas mi corazón y haces de mí una mejor persona. Amén.

Propósito para hoy

“Hoy, tomaré un tiempo a solas y lo dedicaré a conocer más a fondo acerca de la historia de los primeros cristianos y del Papado".

Frase de reflexión

"Los santos son personas que pertenecen totalmente a Dios. No tienen miedo a ser despreciados, incomprendidos o marginados". Papa Francisco

Vídeo reflexión para hoy


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Diálogo introductorio con Jesús 01042017

Diálogo introductorio con Jesús
Amado Señor, Tú que eres la fuente de todo bien, de quien nos vienen las bendiciones y gracias, te pido que en este día vengas y entres ami casa y revélame todo lo que necesito saber para amarte y seguirte fiel a tus mandatos. Sé, que entre muchos, Tú te has fijado en mí, me conoces y me acompañas a lo largo de mi camino de vida. Quiero que grabes en lo profundo de mi alma, el gran sacrificio de la Alianza eterna de amor que has sellado con tu sangre y que me compromete a darte glorias y alabanzas con mis acciones y palabras. Enséñame a descubrir en los demás, lo mejor de ellos y verlos siempre con ojos de misericordia. Amén

San Ludovico Pavoni – 1 de abril

San Ludovico Pavoni – 1 de abril

«Conocido como el cura de los chicos pobres les ayudó espiritualmente y les propocionó una digna salida laboral con un interesante abanico de profesiones. Es el fundador de la Congregación de los Hijos de María Inmaculada»
San Ludovico Pavoni - Wikipedia

(ZENIT – Madrid).- Pío XII calificó a Ludovico como «otro Felipe Neri… precursor de san Juan Bosco… perfecto emulador de san José Cottolengo». Nació en Brescia, Italia, el 11 de septiembre de 1784. Su ilustre familia, los Poncarali, pertenecía a la nobleza. Eran dueños de grandes posesiones. Pero los utópicos ideales de la Revolución Francesa, portando aires triunfales, penetraron en la ciudad y arrasaron los derechos de muchos ciudadanos. En 1797 miembros del ejército tomaron bajo su mando el palacio Poncarali y firmaron el manifiesto «Juramos vivir libres o morir».
Sin darse ínfulas de nada, ni comprometerse con idílicos principios, únicamente con la sencillez de la verdad por bandera, Ludovico se había adentrado en el drama de los pobres. Ya conocía el asfixiante ambiente de las fábricas y lo que cuesta el aserto bíblico de ganarse el pan con el sudor de la frente. Había sido el primogénito de cinco hermanos, y todos los ojos estaban puestos en él, sin adivinar entonces lo que iba a depararle la vida. A lo largo de los años, otras personas tendrían en cuenta sus cualidades y virtudes al punto de encomendarle altas misiones eclesiásticas. En esa época abastecía su alma cada mañana en la iglesia de San Lorenzo con el más excelente manjar: la Eucaristía. Mientras tanto, los que proclamaron la libertad esclavizaron al pueblo. Les privaron de bienes gratuitos que movimientos eclesiales proporcionaban a los desamparados, suprimieron escuelas, centros benéficos e incluso el seminario.
En una de las posesiones familiares Ludovico realizaba obras de misericordia. Compartía los conocimientos que tenía con los chavales de su edad que no pudieron costearse estudios. Además, les enseñaba el catecismo. Su sensibilidad por estos jóvenes desamparados fue aumentando y, con ella, su amor al sacerdocio. En 1805 perdió a su padre, que falleció profundamente apenado por las desavenencias con uno de los hijos. Cuando Ludovico ofició su primera misa en 1807 percibió con aflicción la ausencia de este díscolo hermano, que estaba casado. La lectura de un libro hizo que Ludovico tomase el sendero que guiaría el resto de su existencia: Sobre las influencias morales escrito por Schedoni. Fue providencial. Con lucidez su autor ponía de relieve lo ya conocido: si a los chicos se les deja a su aire, no se les exige la escolarización, y se ponen a su alcance puertas abiertas a la indisciplina y a la inmoralidad, el camino hacia el delito está en marcha. Lo dice el refrán: «quien siembra vientos, cosecha tempestades». Así que Ludovico tomó la resolución de implicarse por completo en la tarea de restaurarlos.
En noviembre de 1809 murió su madre dejándole gran pesar. Sin tiempo que perder, impulsó un centro parroquial para los muchachos del entorno. A otros los rescató de las calles conquistándolos con una simple limosna y el gozo reflejado en su semblante. Les allanó el camino disponiendo un hogar donde acogerlos, un «Oratorio». Los pilares de su capacitación en prácticos oficios (carpintería e imprenta) comenzaron en Brescia. Su iniciativa fue bendecida por el prelado Gabrio María Nava, que tenía gran debilidad por este colectivo marginal. Conocía la trayectoria del beato, que ya era popularmente denominado «el cura de los chicos pobres». En 1812 lo designó secretario suyo. Seis años más tarde le nombró canónigo confiándole la rectoría de la Basílica de San Bernabé. Además, le encargó la fundación del «Instituto privado de beneficencia». Era una «Escuela de Oficios» de carácter gratuito. En 1821 recibió el nombre de «Pío Instituto de San Bernabé». Sus destinatarios eran jóvenes sin hogar ni recursos que, desde el punto de vista profesional, saldrían de sus aulas bien preparados para entrar en el mundo laboral. Y, desde la perspectiva espiritual, listos para lidiar con un ambiente poco sano y, por tanto, no cristiano.
Otra de las obras emprendidas por Ludovico fue la «Escuela Tipográfica», una novedad en Italia al tratarse de la primera escuela gráfica que se abría, convertida después en editorial. Fue ampliada en 1841 para otro grupo de sordomudos. Y como su entusiasmo y creatividad no tenían fronteras, en diez años logró que los jóvenes pudieran elegir entre un interesante abanico de profesiones: tipografía, encuadernación de libros, papelería, etc. Los oficios a los que podrían aspirar serían igualmente extensos: plateros, cerrajeros, carpinteros, torneros, zapateros… Era un gran logro por el cual en 1844 fue condecorado por el emperador de Austria, quien le concedió el título de Caballero de la Corona de Hierro. Su destino fue un cajón; hubiera preferido ayuda para sus chicos.
Para que subsistiera esta formidable labor caritativo-social precisaba personas generosas, entregadas, con empuje. Sobre todo, que tuviesen entre sus objetivos altos ideales espirituales. Ludovico pensaba en esa opción cuando eligió entre los muchachos a los que juzgaba cumplían esos requisitos, y fundó con ellos la Congregación de los Hijos de María Inmaculada, erigida canónicamente en 1847. Comenzaban a verse los frutos de su religioso tesón: «debemos sembrar con confianza; no importa si los frutos no se ven». Ese mismo año emitió los votos perpetuos. Su incesante entrega prosiguió hasta el fin de sus días. Aunque sus chicos le sugerían que descansase alguna vez, su invariable respuesta era «descansaremos en el cielo». Ese momento le sorprendió en Saiano, lugar cercano a Brescia. A pesar de su delicado estado de salud había acudido allí para liberar a sus muchachos de los atropellos provocados por los austriacos insurrectos que integraban la revuelta «de los Diez Días». Llegó el 24 de marzo de 1849 y murió el 1 de abril diciendo: «Queridos míos… adiós». Era Domingo de Ramos. Poco antes pudo transmitirles esta consigna: «Tened fe, no os desaniméis. Dios, desde el cielo, rige y dispone el destino de los hombres. Haced siempre el bien a todos y amad a Jesús y a nuestra Madre, la Virgen Inmaculada». Juan Pablo II lo beatificó el 14 de abril de 2002. El papa Francisco lo canonizó el 16 de octubre de 2016.

San Hugo de Grenoble, obispo - Beato José Girotti, presbítero y mártir (1 de abril)

San Hugo de Grenoble

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San Hugo de Grenoble, obispo
San Hugo, (significa "el inteligente"), obispo, nació en Francia en el año 1052.
Gregorio VII ordenó de obispo a Hugo cuándo sólo tenía 28 años,  lo envió a dirigir la diócesis de Grenoble, en Francia. Allá estará de obispo por 50 años, aunque intentará renunciar al cargo ante 5 Pontífices, pero ninguno se la aceptará.
El dedicaba largas horas a la oración y a la meditación y recorría su diócesis de parroquia en parroquia corrigiendo abusos y enseñando cómo obrar el bien. Creyéndose un inepto y un inútil para este cargo, se fue a un convento a rezar y a hacer penitencia.    Pero el Sumo Pontífice Gregorio VII, que lo necesitaba muchísimo para que le ayudara a volver más fervorosa a la gente, lo llamó paternalmente y lo hizo retornar otra vez a su diócesis a seguir siendo obispo.
Un día llegó San Bruno con 6 amigos a pedirle a San Hugo que les concediera un sitio donde fundar un convento de gran rigidez, para los que quisieran hacerse santos basado en oración, silencio, ayunos, estudio y meditación. El santo obispo les dio un sitio llamado Cartuja, fue fundada la Orden de los Cartujos, donde el silencio es perpetuo (hablan el domingo de Pascua) y donde el ayuno, la mortificación y la oración llevan a sus religiosos a una gran santidad.    Para San Hugo sus días en la Cartuja eran como un oasis en medio del desierto de este mundo corrompido y corruptor, pero cuando ya llevaba varios días allí, su director San Bruno le avisaba que Dios lo quería al frente de su diócesis, y tenía que volverse otra vez a su ciudad.
Los sacerdotes más fervorosos y el pueblo humilde aceptaban con muy buena voluntad las órdenes y consejos del Santo obispo.    Varias veces fue a Roma a visitar al Papa y a rogarle que le quitara aquel oficio de obispo porque no se creía digno. Pero ni Gregorio VII, ni Urbano II, ni Pascual II, ni Inocencio II, quisieron aceptarle su renuncia porque sabían que era un gran apóstol.    Cuando ya muy anciano le pidió al Papa Honorio II que lo librara de aquel cargo porque estaba muy viejo, débil y enfermo, el Sumo Pontífice le respondió: "Prefiero de obispo a Hugo, viejo, débil y enfermo, antes que a otro que esté lleno de juventud y de salud".    Era un gran orador, y como rezaba mucho antes de predicar, sus sermones conmovían profundamente a sus oyentes.
Era muy frecuente que en medio de sus sermones, grandes pecadores empezaran a llorar a grito entero y a suplicar a grandes voces que el Señor Dios les perdonara sus pecados. Sus sermones obtenían numerosas conversiones.
Al final de su vida la artritis le producía dolores inmensos y continuos pero nadie se daba cuenta de que estaba sufriendo, porque sabía colocar una muralla de sonrisas para que nadie supiera los dolores que estaba padeciendo por amor a Dios y salvación de las almas. Un día al verlo llorar por sus pecados le dijo un hombre: "- Padre, ¿por qué llora, si jamás ha cometido un pecado deliberado y plenamente aceptado?- ". Y él le respondió: "El Señor Dios encuentra manchas hasta en sus propios ángeles. Y yo quiero decirle con el salmista: "Señor, perdóname aun de aquellos pecados de los cuales yo no me he dado cuenta y no recuerdo".  Murió a los 80 años, el 1 de abril de 1132. El Papa Inocencio II lo declaró santo, dos años después de su muerte.







Oremos

Señor, tú que colocaste a San Hugo en el número de los santos pastores y lo hiciste brillar por el ardor de la caridad y de aquella fe que vence al mundo, haz que también nosotros, por su intercesión, perseveremos firmes en la fe y arraigados en el amor y merezcamos así participar de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.



Calendario  de Fiestas Marianas: Nuestra Señora de las Lágrimas, Sicilia (1953)




Beato José Girotti

image Saber más cosas a propósito de los Santos del día


Beato José Girotti, presbítero y mártir
En el campo de concentración de Dachau, en Alemania, beato José Girotti, sacerdote profeso de la Orden de Predicadores y mártir.
José Girotti nació en Alba (Cuneo), cuna de tantas figuras venerables y fundadores, el 19 de julio de 1905, de una humilde y estimada familia. A los 13 años entró en el seminario dominico de Chieri (Turín), para realizar su vocación religiosa, y en 1930 fue ordenado sacerdote. Al año siguiente se licenció en Teología en Turín.
Hizo la especialidad en la célebre «Ecole Biblique» de Jerusalén, y luego se dedicó a la enseñanza de la Sagrada Escritura en el seminario teológico dominico de Santa María de las Rosas, de Turín, y al mismo tiempo en el Colegio de Misioneros de la Consolata.
En 1937 -continuando el Comentario a la Sagrada Biblia iniciado por el padre Marco Sales, OP, muerto en 1936- publicó el VI volumen del Antiguo Testamento, dedicado a los libros de Sabiduría. En 1942 publicó el VII volumen sobre el libro de Isaías. En los dos volúmenes volcó toda la profundidad de sus estudios, expuestos con apreciada claridad.
Estimado por su vasta cultura, amaba ejercitar el ministerio sacerdotal también entre los pobres, especialmente en el Hospicio de «Viejos Pobres», vecino a su convento.
Extendió su práctica de la caridad cristiana a los judíos, durante la persecución antisemita de la Segunda Guerra Mundial. En el campo religioso y político era un rebelde, fue incluso alcanzado por la suspensión del permiso de enseñanza, y supervisado por el régimen fascista.
Por sus obras a favor de los judíos, el 29 de agosto de 1944 fue capturado y deportado a Alemania al campo de concentración de Dachau, después de estar detenido en los centros «Le Nuove», de Turín, «S. Vittore», de Milán, y en Bolonia. En aquel campo, en la periferia de Munich, estuvo seis meses, sometido a los malostratos típicos de esos campos, soportados con humildad, paciencia y mansedumbre, vivificados por la oración y por el estudio de la Palabra de Dios.
Por esto fue admirado por otros religiosos, y por ministros de otras confesiones religiosas, prisioneros como él; las penurias y violencia padecidas le llevaron a la muerte a los casi 40 años, en el propio campo de Dachau, el día 1 de abril de 1945, día de Pascua, entre los lamentos y la veneración de todos los deportados, que lo consideraron inmediatamente santo.
En 1988 la curia de Turín comenzó el proceso indagatario sobre el martirio. Este proceso culminó con la beatificación el 26 de abril de 2014, en la Catedral de San Lorenzo, en Alba, Cuneo, en una ceremonia presidida por el Cardenal Severino Poletti. 

fuente: Santi e Beati