lunes, 1 de enero de 2018

Contemplar con el corazón (Evangelio meditado para Solemnidades y Fiestas) 01012018

Contemplar con el corazón
Santo Evangelio según San Lucas 2, 16-21. Solemnidad de Santa María Madre de Dios


Por: H. Cristian Gutiérrez, L.C. | Fuente: missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
María, tú eres mi madre y quiero junto a ti, iniciar este año. Quiero de tu mano hacer este rato de oración y dejarme siempre guiar por tu maternal cuidado. Te entrego desde ahora este año que hoy comenzamos y te pido intercedas por mí ante Dios para que sea un año lleno de bendiciones, en el que pueda conocer y amar un poco más a Jesús.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 2, 16-21
En aquel tiempo, los pastores fueron a toda prisa hacia Belén y encontraron a María, a José y al niño, acostado en el pesebre. Después de verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño y cuantos los oían quedaban maravillados. María, por su parte, guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón.
Los pastores se volvieron a sus campos, alabando y glorificando a Dios por todo cuanto habían visto y oído, según lo que se les había anunciado.
Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, aquel mismo que había dicho el ángel, antes de que el niño fuera concebido.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
En este rato de oración puedo detenerme a contemplar la escena que me presenta el Evangelio de hoy. Los pastores que corren apresurados después de la visión de los ángeles. Apenas les daría tiempo para tomar los regalos que llevarían al niño: alguna de sus mejores ovejas, un poco de leche, lana, o queso. ¡Con cuánta emoción correrían al encuentro de su Salvador! ¿Y yo corro, me emociono siempre que voy a encontrarme con Dios, o lo considero una rutina?
Contemplar a los pastores entrando en la cueva quienes sorprendidos, ven la pobreza en la que el Hijo de Dios se ha dignado nacer. Un niño débil, dormido, tierno, que tal vez tiembla un poco por el frío, con las manitas juntas y apretadas sobre el pecho, era el Dios de Israel, el salvador de la humanidad. Contemplar a ese Niñito que baja del cielo por amor a mí, para hacerse cercano, para dejarse alzar, tocar, alimentar.
María conservaba todo esto en su corazón: la llegada de los pastores, los regalos que le traían al niño, los sucesos desde la partida de Nazaret, la anunciación del ángel, el nacimiento en un pesebre… Recordaría al pastorcillo, que temeroso, se acercó a pedirle le dejara alzar en sus brazos al Niño Dios; las lágrimas de emoción que tal vez corrieron por la mejilla de alguna mujer al contemplar milagro tan sublime, el esfuerzo de José por darle lo mejor que podía a ella y al recién nacido, las narraciones de los pastores que vieron a los ángeles… Todo lo conservaba en su corazón, porque en ello sabía ver la mano de Dios que desde ya actuaba en su vida y en la de los demás.
Contemplar a María y a José… Mirar a José, que después de haber pensado en abandonar a María, ahora tiene en sus brazos al mismo Dios. ¡Con cuánta ternura le habrá dado el primer beso de un padre terrenal al Hijo del Altísimo! La barba molestaría al niño, que rascaría su cara para alejar aquello que le incomodaba.
¿Cómo serían las primeras horas de María con el Niño? No dejaría de observarlo. Seguir contemplando aquella realidad del Dios hecho carne por amor a mí.
Así como los pastores, contemplan el icono del Niño en brazos de su Madre, sentimos crecer en nuestro corazón un sentido de inmenso agradecimiento hacia quien ha dado al mundo al Salvador. Por ello, en el primer día de un año nuevo, le decimos:
Gracias, oh Santa Madre del Hijo de Dios, Jesús, ¡Santa Madre de Dios!
Gracias por tu humildad que ha atraído la mirada de Dios;
gracias por la fe con la cual has acogido su Palabra;
gracias por la valentía con la cual has dicho “aquí estoy”,
olvidada de si misma, fascinada por el Amor Santo, convertida en una única cosa junto con su esperanza.
Gracias, ¡oh Santa Madre de Dios!
Reza por nosotros, peregrinos del tiempo; ayúdanos a caminar por la vía de la paz. Amén."
(Angelus de S.S. Francisco, 1 de enero de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy contemplaré a la Sagrada Familia y ofreceré un misterio del rosario por la paz en el mundo.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.






El primer día del año...para María, Madre de Dios (Meditación para hoy) 01012018

El primer día del año...para María, Madre de Dios
Reflexiones María

Pongamos hoy nuestra vida en manos de María Santísima. Ella pondrá el año que termina en manos del Padre Misericordioso, y el que comienza en manos del Hijo Providente.


Por: P Juan Pablo Esquivel | Fuente: Catholic.net 



Hoy celebramos una fiesta que hace referencia al título más sorprendente que puede tener una criatura humana: Madre Dios... Lo cual significa que el Salvador del mundo no sólo nació "en" ella, sino "de" ella. El Hijo formado de sus entrañas es el mismísimo Hijo Dios, nacido en la carne.

El Evangelio nos narra los acontecimientos de la Navidad, remarcando la imposición del nombre, dado por el ángel antes de la Concepción: JESÚS (que significa YHWH [nombre sagrado e inefable de Dios en el A.T.] salva); nombre puesto por orden divina... misterioso, cargado de significado salvífico [con todo y por todo lo que significa el "nombre" para los semitas] (ver a este respecto lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica al explicar el II mandamiento...).

La invocación de ese nombre trae la salvación. Nosotros tenemos el nombre del Señor sobre nosotros: somos cristianos... ¡No lo digamos con tanta ligereza!

Así, se abre el año con esa fórmula que pide la bendición y el favor de Dios. Él nunca se la ha negado la humanidad; pero con Cristo esta Bendición es irrevocable.

Comienza el año civil; y se lo celebra de diversos modos:
1. En estas fiestas, se suele hacer mucho ruido (bailes, fuegos artificiales, pirotecnia,...) mucho ruido ¿Y "pocas nueces"...?
2. Para muchos, las fiestas están cargadas de melancolía (paso de los años; "los que ya se han ido"; nostalgias; recuerdos...). Muchos desean "que las fiestas pasen pronto"...
3. Para los pobres (que no son pocos), el dolor de no poder participar de las alegrías festivas... o de hacerlo con muchas limitaciones.
Pensemos cómo vivimos interiormente las fiestas. Sin interioridad, todo lo otro es vacío, pura exterioridad e hipocresía: festejamos... nada.
¿Cuál es el motivo para alegramos por las fiestas? El Amor de Dios, experimentado en estos días como una fuerza que quiere renovarnos incesantemente. Navidad es el comienzo de una nueva creación (Dios a hecho con el hombre una Alianza Eterna: Cristo).

Todo comienzo de algo (también el del año civil) debe remitirnos a este comienzo: al de la Alianza Nueva y Eterna... (la que no pasará jamás, y por ende radicalmente diversa de lo que no permanece, lo que es pasajero, transitorio (tiempo; apariencias; exterioridades)... Éste es el fundamento de nuestra Paz, cuya Jornada mundial cada año celebramos precisamente hoy.

Volvamos a mirar las cosas que nos rodean, pero con esta perspectiva: pensemos en las cosas que se fueron con el año y los años que pasaron... y pongámoslas en manos Dios. Pero sepamos que todo lo que hayamos hecho con amor, y por amor tiene un valor que permanece, y está "eternizado" en la presencia del Señor.

Todo lo hecho por amor, aunque pequeño, aunque los demás no lo noten, ha sido tomado en cuenta por Dios, y lo encontraremos renovado en Él.
También las personas que se han ido... Y así, nuestros lazos de amor, lejos de perderse, serán renovados y glorificados en la Resurrección.

"Nada se pierde, todo se transforma..." también en el orden espiritual.

Frente al año viejo, y al nuevo, tengamos una mirada de Fe: evaluemos desde el amor que hemos puesto y hemos de poner para hacer las cosas.
El tiempo pasa, pero el amor permanece; y allí debemos encontrar el motivo de nuestra alegría: en el amor vivido y en el "por vivir".

"En el atardecer de la vida e juzgará el Amor”, nos recuerda San Juan de la Cruz.

Un nuevo año ha "atardecido"...
Un año más de vida... y un año menos para llegar al cielo.
Un año con sus alegrías... y sus amarguras.
En vista a los acontecimientos de la vida de cada uno de ustedes, quiero hoy recordarles nuevamente que con todos sus engaños, trampas y sueños rotos, éste sigue siendo mundo hermoso, que vale la pena vivir como camino al cielo.

En este valle de lágrimas, la alegría que da el Espíritu Santo es más fuerte que cualquier pena... Esa alegría profunda, serena, misteriosa, radiante... (quien la conoce, entiende lo que estoy diciendo... y a quien no la conoce, le repito con el salmo 33: "prueben y vean qué bueno es el Señor...").

Pongamos hoy nuevamente nuestra vida en manos de María Santísima. Ella pondrá el año que termina en manos del Padre Misericordioso, y la en el que comienza en manos del Hijo Providente... ella que es Soberana de los Ángeles, pero mucho más aún es nuestra: sangre y dolor de nuestra raza humana.
Amén.

San Oyend de Condat, abad.(1 de enero)

San Oyend de Condat, abad.

Taumaturgo y favorecido del cielo.

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1 enero 2018
San Oyend de Condat, abad.
San Oyend sana a los enfermos.
San Oyend de Condat, abad. 1 de enero.

Su "vita" fue escrita por un monje de Condat en el siglo VI, y aunque el autor casi fue contemporáneo del santo, tiene más de leyenda que de historia. Gran parte de esta "vita" pretende explicar los ritos del "Óleo de San Oyend", un aceite bendecido que el monasterio ofertó durante siglos a los devotos del santo. Igualmente explica la presencia de algunas reliquias en el monasterio, para darles autenticidad.Según este escrito, Oyend (Eugend, Agend, Yan, Eugendo) nació en Franconia, a finales del siglo V y fue hijo de un presbítero. Siendo aún un niño pequeño tuvo una visión en la cual veía a dos religiosos que le tomaban y le llevaban consigo a una alta montaña, desde la cual oyó una voz, como el Patriarca Abraham, que le decía "Tu descendencia será tanta como estas estrellas". Y aparecían cientos, miles de monjes que confirmaban aquellas palabras. Además, se vio el niño Oyend en el cielo, donde los ángeles entonaban salmos y cánticos ante el trono del Altísimo. Cuando terminó la visión, la refirió a su padre, el cual lo confió a los Santos abades Román y Lupicinio (28 y 29 de febrero), que recién habían fundado un monasterio en Condat.
Así, a los siete años entró al monasterio. Pronto aprendió a leer, escribir y cantar. Apenas tuvo la edad requerida, tomó el hábito monástico allí mismo. Fue penitente y orante como pocos, y se dice siempre llevó una áspera camisa de pelo bajo el hábito y unos zapatos de madera, toscos y sin refinar por dentro. Dormía sobre un saco de paja, sumamente incómodo. Su oración era prolongada, y salía de ella transfigurado, con una luz sobrenatural emanando de su rostro. No comía sino una sola vez al día, a la hora de Sexta, y solo comía otra vez si la obediencia se lo imponía.
Estudió las Escrituras y los Padres de la Iglesia, destacando por su recta comprensión de la doctrina católica. Su obispo quiso ordenarle presbítero para que pudiera predicar el Evangelio, pero Oyend nunca quiso, sino que prefería ser un simple monje sin honores. Fue un gran auxilio para su abad, el cual descargaba con confianza numerosos encargos y acciones de gobierno, teniéndole por vicario fiel. Destacó sobre todo como director de la escuela del monasterio, en la que él mismo se había formado. Poco tiempo después tuvo una visión en la cual los santos fundadores Román y Lupicinio le cedían su cayado y su cíngulo, en signo de que le elegían para que fuera abad del monasterio cuando los monjes lo decidieran.
Y efectivamente, al poco tiempo, en 490, murió su abad y Oyend fue elegido por unanimidad como abad de Condat. Fue prelado piadoso, noble y recto al mismo tiempo. Aun así, a veces recibía críticas de sus monjes, a las cuales respondía con humildad y redoblando sus penitencias para ser mejor. Tuvo el don de milagros, y los dones de conciencias y de sanación. Incluso por medio de sus cartas hacía milagros, lo cual fue aprovechado, según la leyenda, por varios prelados y presbíteros, para escribirle y obtener respuesta suya, y así, por medio de estas cartas "milagrosas", aliviar las penas de los enfermos. Otro sacramental muy usado por el santo fue el aceite bendito, que sus visitantes se llevaban del monasterio para ungir a enfermos, obrándose portentos.
También eran efectivas su acción y oración contra el demonio. Cuéntase que una joven de Secundiac cayó bajo el dominio de un demonio, que llegó a enloquecerla hasta el punto de tener que ser atada con cadenas. Conjurado el demonio a que dejara a la muchacha en paz, el diablo dijo que sólo podría contra él sino el Oyend, el abad de Condat. Fueron a rogarle al santo que viajara a exorcizar a la joven, mas Oyend se negó a salir del monasterio, aunque firmó una nota en la cual ordenaba al diablo, en el Nombre de Cristo, a salir de la joven. Todavía no habían llegado a la mitad del camino cuando el diablo, sintiendo cerca la presencia del santo abad, salió del cuerpo de la poseída.
Nuestro santo tuvo, por iluminación divina, el conocimiento previo de las cosas, como la pronta muerte de algunos de sus monjes, a los cuales avisaba para que se prepararan para el encuentro definitivo con Cristo. También predecía la llegada de los prelados o personajes ilustres, esmerándose en que todo estuviera listo. También tuvo el especial don de conocer las virtudes o vicios de los que rodeaban sintiendo un agradable perfume o espantoso hedor, según el caso. Algo que también leemos de Santa Cristina la Admirable (24 de julio).
Uno de los "hechos" más conocidos y representados en la iconografía de San Oyend es una visión que tuvo: Se le aparecieron los apóstoles San Pedro, San Pablo y San Andrés un día que descansaba bajo un árbol. Luego de saludarles y preguntarles de donde venían, los tres santos le revelaron quienes eran. Oyend, luego de besar sus pies inquirió que hacían los santos por aquellos parajes, siendo que sus cuerpos se veneraban en Roma y de Patras. Entonces San Pedro le contestó: – "Eso es verdad, nosotros estamos donde tú aseguras, mas hemos venido aquí, donde también queremos habitar ahora". Y desaparecieron. En ese momento vio el santo abad se acercaban dos monjes que años atrás habían salido en peregrinación, quienes traían un arca con reliquias los santos Pedro, Pablo y Andrés. Las reliquias fueron llevadas al monasterio solemnemente y veneradas durante siglos en el altar.
También gozó nuestro santo de la protección del gran San Martín de Tours (11 de noviembre, sepultura; 4 de julio, ordenación episcopal; 5 de octubre, Iglesia Oriental; 12 de octubre, Iglesia bizantina; 12 de mayo, invención de las reliquias; 1 y 13 de diciembre, traslaciones), el cual socorrió a varios de sus monjes en una ocasión en que Oyend les había enviado a comerciar con sal. Sucedió que a los dos meses aún no habían regresado los monjes y Oyend entristeció sobremanera, pensando no les habría enviado a la muerte. Entonces, estando en oración en su lecho, se le apareció San Martín, quien le aseguró que estaba a salvo por su protección, aunciándole el día y hora en que llegarían al monasterio. Oyend lo comunicó a sus monjes al día siguiente, y así mismo ocurrió, pues el día y hora anunciados aparecieron los monjes. Además experimentó la protección de San Martín cuando el monasterio de Condat sufrió un incendio y milagrosamente se salvaron numerosos bienes, pudiendo reconstruirse el monasterio en poco tiempo. Además, el aceite bendito, siendo lo más inflamable, quedó intacto en medio de las cenizas el recinto.
Luego de la Navidad de 509, Oyend se sintió desfallecer y pidió le fuera impartido el sacramento de la Extremaunción, pues sabía no le quedaban sino pocos días de vida. Consoló a sus monjes, que estaban tristes por perderle, y les animó a elegir un abad mejor que él mismo. Tuvo una visión en la cual los santos Román y Lupicinio entraban con un ataúd y alegres le mostraban el cielo. Pidió a sus monjes no retrasaran su muerte con oraciones, sino que pidieran mejor para que alcanzara pronto el cielo. Y así, el primer día de año de 510, teniendo 60 años, el santo abad entró a la gloria eterna.
Fuentes:
-"Dix mille saints: dictionnaire hagiographique". A. SIGIER. 1991.
-"Les vies de tous les Saints de France". Tomo V. M. CH. BARTHELEMY. Versalles 1864.

A 1 de enero además se celebra a
San Demet de Plozevet, eremita.
San Concordio, presbítero y mártir.

Abre tu vida al Dulce huésped del alma (Los cinco minutos del Espíritu Santo) 01012018

Los cinco minutos del Espíritu Santo

Abre tu vida al Dulce huésped del alma

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1 enero 2018
Abre tu vida al  Dulce huésped del alma
El Espirítu Santo me ha ungido.
En esta página encontrarás cada día alguna meditación o una oración dedicada al Espíritu Santo. Te propongo que, después de leer, te quedes unos minutos en la presencia del Señor para que él trabaje en tu interior. Así, día tras día, podrás intentar abrirle el corazón al "dulce huésped del alma".

Si cada día tratas de darle un lugar en tu vida, darás tu pequeña colaboración al Espíritu Santo para que tu vida se vaya transformando. Así, en tus oscuridades entrará la luz, en tu frío se encenderá un poco más el fuego, y renacerá la alegría.

Te sugiero que hagas ahora mismo un breve momento de oración para ofrecerle al Espíritu Santo este año que comienza, de manera que cada día de este año esté iluminado por su presencia santa.

Santos del día 1 de enero


Santos del día 1 de enero

Santa María, Madre de Dios

Solemnidad litúrgica
Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, en la octava de la Natividad del Señor y en el día de su Circuncisión. Los Padres del Concilio de Efeso la aclamaron como Theotokos, porque en ella la Palabra se hizo carne, y acampó entre los hombres el Hijo de Dios, príncipe de la paz, cuyo nombre está por encima de todo otro nombre. [...leer más]

San Basilio Magno, obispo

calendario anterior: 14 de junio
patronazgo: patrono de los niños y de los monjes orientales; protector de los navegantes.
país: Turquía - n.: c. 329 - †: 379
En Cesarea de Capadocia, muerte de san Basilio, obispo, cuya memoria se celebra mañana. [...leer más]

San Justino de Chieti, obispo

país: Italia - †: s. IV
En la Campania y en los Abruzos, conmemoración de san Justino, que fue obispo ilustre por su celo y defensa de los cristianos.

San Almaquio, mártir

país: Italia - †: c. 391
formas del nombre: Telémaco
En Roma, san Almaquio, que, habiéndose opuesto a las luchas de gladiadores, por orden de Alipio, prefecto de la ciudad, fue muerto por ellos y contado entre los mártires vencedores. [...leer más]

San Eugendo, abad

país: Francia - n.: c. 455 - †: c. 516
formas del nombre: Augendo, Oyan, Oyand, Oyend
En los montes del Jura, en la Galia Lugdunense, conmemoración de san Eugendo, abad de Condat, que desde su adolescencia vivió en este monasterio, donde promovió la vida en común de los monjes. [...leer más]

San Fulgencio de Ruspe, obispo y confesor

país: África Septentrional - n.: 467 - †: 532
En Ruspe, ciudad de Bizacena, san Fulgencio, obispo, quien, después de haber sido procurador de ese lugar, abrazó la vida monástica y fue constituido obispo. En la persecución desencadenada por los vándalos, sufrió mucho a causa de los arrianos y, exiliado a Cerdeña por el rey Trasamundo, pudo al fin regresar a Ruspe, donde dedicó el resto de su vida a alimentar a sus fieles con palabras de gracia y de verdad. [...leer más]

San Claro, abad

patronazgo: patrono de los sastres, protector contra enfermedades oculares.
país: Francia - †: 660/670
formas del nombre: Clair de Vienne
En Vienne, de Burgundia, san Claro, abad del monasterio de San Marcelo, que dejó a sus monjes un ejemplo de perfección religiosa. [...leer más]

San Frodoberto, abad

calendario anterior: 8 de enero
país: Francia - n.: c. 600 - †: c. 667
En Troyes, ciudad de Neustria, san Frodoberto, fundador y primer abad del monasterio de Celle.

San Guillermo de Dijon, abad

país: Francia - n.: 962 - †: 1031
En el monasterio de Fécamp, en Normandía, muerte de san Guillermo, abad de San Benigno de Dijon, que al final de su vida dirigió con firmeza y prudencia a muchos monjes, distribuidos en cuarenta monasterios.

San Odilón de Cluny, abad

país: Francia - n.: c. 962 - †: 1049
En Souvigny, de Burgundia, muerte de san Odilón, abad de Cluny, que fue severo consigo mismo, pero dulce y misericordioso con los demás. Estableció treguas entre quienes estaban en lucha, y en tiempo de hambre ayudó a los necesitados con todas sus fuerzas. Fue el primero en establecer en sus monasterios la Conmemoración de todos los fieles difuntos, fijándola para el día siguiente a la solemnidad de Todos los Santos. [...leer más]

Santa Zdislava, madre de familia

país: República Checa - n.: c. 1215 - †: c. 1252
formas del nombre: Zdislava Berka
En Gablonné, en Bohemia, santa Zdislava, madre de familia, que prestó consuelo a los afligidos.

Beato Hugolino de Gualdo Cattaneo, eremita

país: Italia - n.: c. 1200 - †: 1260
En Gualdo Cattaneo, de la Umbría, beato Hugolino, que vivió como anacoreta. [...leer más]

San José María Tomasi, religioso presbítero

patronazgo: Patrono de la liturgia
país: Italia - n.: 1649 - †: 1713
En Roma, san José María Tomasi, presbítero de la Orden de Clérigos Regulares Teatinos y cardenal, quien, deseando ardientemente la renovación del culto divino, se dedicó con tesón a la investigación y publicación de los textos y documentos litúrgicos más antiguos, así como a la catequesis de niños. [...leer más]

Beatos Juan y Renato Lego, presbíteros y mártires

país: Francia - †: 1794
En Avrillé, en las cercanías de Angers, en Francia, beatos Juan y Renato Lego, presbíteros y mártires, que fueron degollados durante la Revolución Francesa por haberse negado a pronunciar el execrable juramento impuesto al clero.

San Vicente María Strambi, religioso y obispo

calendario anterior: 25 de septiembre
país: Italia - n.: 1745 - †: 1824
En Roma, san Vicente María Strambi, obispo de Macerata y Tolentino, de la Congregación de la Pasión, que gobernó santamente las diócesis que tenía encomendadas y por su fidelidad hacia el Romano Pontífice fue desterrado. [...leer más]

Beato Valentín Paquay, religioso presbítero

país: Bélgica - n.: 1828 - †: 1905
En la ciudad de Hasselt, cerca de Maastricht, en Bélgica, beato Valentín Paquay, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, quien se distinguió, por el admirable ejemplo de su caridad cristiana, en la predicación, en el ministerio de la reconciliación y en fomentar la devoción al Rosario, alcanzando, en su espíritu de humildad, una sublime santidad.

San Segismundo Gorazdowski, presbítero y fundador

país: Ucrania - n.: 1845 - †: 1920
En Lvov, ciudad de Ucrania, san Segismundo Gorazdowski, presbítero, originario de Polonia, que se distinguió por su amor al prójimo, por ser precursor en el empeño de proteger la vida y por fundar el Instituto de Hermanas de San José, dedicado a la atención de los pobres y abandonados. [...leer más]

Beato Andrés Gómez Sáez, presbítero y mártir

país: España - n.: 1894 - †: 1937
En el acantilado de Santander, España, beato Andrés Gómez Sáez, presbítero salesiano y mártir, arrojado al mar a causa de su fe. [...leer más]

Beato Mariano Konopinski, presbítero y mártir

país: Alemania - n.: 1907 - †: 1943
En el campo de concentración de Dachau, cercano a Munich, en Alemania, beato Mariano Konopinski, presbítero y mártir, el cual, polaco de origen, falleció en la paz de Cristo a causa de las atrocidades que le infligieron los médicos de aquel lugar.

Beato Luis Grozde, mártir

país: Eslovenia - n.: 1923 - †: 1943
formas del nombre: Lojze Grozde
En Mirna, en la actual Eslovenia, beato Luis Grozde, mártir.

99 mártires de Angers en la Revolución Francesa (1794)

Grupo
Hombres y mujeres, consagrados y laicos, mártires de la Revolución Francesa en la diócesis de Angers en 1794, elevados a los altares por el Papa Juan Pablo II el 19 de febrero de 1984. [...leer más]

Mártires de la persecución en Inglaterra (1535 - 1681)

Grupo
Se llama así a los católicos que murieron en Inglaterra en defensa de su fe y de la primacía del Papa, entre 1535 y 1681, durante las persecuciones bajo Enrique VIII, Isabel 1, Jacobo 1, Carlos I, la República de Cromwell y Carlos II. [...leer más]

8 mártires de la evangelización de Canadá (1642-1649)

Grupo
Santos mártires Juan de Brébeuf, Isaac Jogues, Juan de la Lande, Renato Goupil, Gabriel Lalemant, Antonio Daniel, Carlos Garnier y Natal Chabanel, que en distintas fechas, entre 1642 y 1649, pero siempre en el contexto de la evangelización del Canadá, murieron por el nombre de Jesús. El 29 de junio de 1930 fueron solemnemente canonizados. [...leer más]

117 mártires de la persecución en Vietnam (1740 a 1883)

Grupo
Ciento diecisiete mártires de las regiones asiáticas de Tonquín, Annam y de la Cochinchina, con distintas fechas de martirio, entre los años 1740 a 1883. Fueron canonizados por SS. Juan Pablo II el 19 de junio de 1988, en la Plaza de San Pedro. El 24 de noviembre está inscripta la memoria litúrgica, encabezada por san Andrés Dung Lac. [...leer más]

188 mártires de la evangelización del Japón, 1603-1639

Grupo
Beatificación de 188 mártires, cuyo testimonio ocurrió en distintas partes de Japón, entre los años 1603 y 1639, realizada en Nagasaki el 24 de noviembre de 2008. [...leer más]

Los 14 santos auxiliadores

Grupo
En Alemania existe esta hermosa devoción a los 14 «santos auxiliadores», grupo de defensores celestiales a los que acudir en las situaciones más comunes, pero también en muchos casos más angustiosas, de la vida. [...leer más]