jueves, 31 de marzo de 2016

CURSO “EL HOMBRE NUEVO” ( EL QUE DISTINGUE ENTRE LO LAICO Y LO SAGRADO, NO ES CRISTIANO) (HN-13)

EL QUE DISTINGUE ENTRE LO LAICO Y LO SAGRADO,  NO ES CRISTIANO  (HN-13)


Hemos dicho en el resumen anterior, que cuando pensamos bien una cosa la amamos. Que las cosas no quedan satisfechas solo con ser pensadas, sino que necesitan además ser amadas; pues se puede pensar en una cosa solo para destrozarla, y entonces sufre la cosa y sufro yo. En cambio si yo pienso en un pino y lo pienso bien, resulta que lo pensaré siempre como hermano y lo respetaré. Siendo precisamente esto lo que nos enseñó Cristo: toda la creación es hermana. Y puesto que el hombre es el hermano más evolucionado, deberá esforzarse durante toda su vida en llegar a ser el pensamiento y el amor de todo lo creado. Deberás preguntarte: ¿cómo me las ingenio yo para realizar esto? O sea, yo, como ser creado más evolucionado de la Creación, ¿cómo me las ingeniaré para hacerla crecer y para salvarla dentro de mí, llegando a sentir su resonar en mi interior al amarla? 


Pues para esto no hace falta hacer cosas raras, no tengo que hacer nada específico ni raro, sino tratar de llegar a ser el que tengo que ser en la creación: tengo que pensar, usar y amar bien, las cosas y las personas; sin hacer distinciones entre sagrado y profano. Y en el caso de Cristo, nos podemos preguntar: ¿es religioso? ¿es sacerdote? Sacerdote no lo es, en cuanto profesión; en cuanto a hacer las cosas que corresponden a la clase sacerdotal. Ahora bien, si para nosotros sacerdote significa saber despertar en la gente la capacidad de sentir las maravillas de la creación –sentir la sacramentalidad de todos sus componentes– hacer que la sientan como una sinfonía que les vibra por dentro, entonces el único sacerdote es Cristo; quien además, y desde otros puntos de vista, podría parecernos un laico total. No hay un terreno de lo laico y otro de lo sagrado, y el que haga esta distinción no es cristiano. El cristiano sabe que Dios está en todo, y por tanto ¿cómo puede decir que hay algo profano? Si Dios está en el pino y es el alma del pino, el pino no es profano. Si la mariposa es ser de Dios, el hombre que vaya pisando “sin sentido” mariposas por la vida estará profanando la creación. Fíjense que decimos “sin sentido/abusando/usando mal”, porque “las cosas pueden ser pensadas y amadas mal”. Pero, ¿y por cortar un árbol...? Está claro que la leña es buena para calentar la casa, y está bien cortar un árbol para superar el frío en una cabaña, ¡pero siempre que ese árbol sea previamente pensado y amado dentro de mí! De la misma forma también vale dar una bofetada a un niño si hace falta, ¡pero sólo cuando el niño sea pensado y amado previamente!; si no es así, no se puede dar esa bofetada. 

También se puede dar un disgusto a una persona: a veces puedes y debes darle un disgusto a alguien, pero solo cuando le quieras bien; pues no puedes hacérselo si no lo quieres.    

Cuando nosotros forzamos ciertas situaciones –cortando, abofeteando o disgustando– fruto de nuestro buen pensar y amar al otro, a este le ocurre algo similar a cuando capta una frecuencia –una música– con la que entra en resonancia y se pone a vibrar: hay una sintonía con el fondo de lo que está ocurriendo. El otro capta perfectamente la frecuencia amorosa del que le está forzando; y esto significa la unión de ambos en el cogollo, la unión en la base común sacramental. Recordemos también que, cuando nosotros forzamos situaciones con otros no les estamos enseñando algo que no tengan ya dentro ellos; lo único que hacemos es intentar despertar lo que tienen dormido dentro. 

Cuando las cosas suenan y gustan, no es porque se digan bien desde fuera sino porque despiertan bien lo de dentro. Y como Dios está en toda la Creación, sería insensato decir: te he enseñado un matiz de Dios que no llevabas todavía dentro. Pues con esto estaría diciendo que el otro tiene un rincón donde Dios no está: le estaría insultando, pues Dios está dentro de cada uno y en todos tus rincones. Lo que pasa es que no lo percibimos: estamos como dormidos, atontados y sin conciencia de lo que tenemos dentro, y necesitamos bofetadas que nos despierten. Pero al despertarnos de golpe, decimos: ¡qué maravilla! Y lo decimos, maravillados, porque nos resuena dentro la maravilla que en ese momento estamos percibiendo fuera: así de sencillo. Es lo mismo que si me pregunto: ¿por qué me gusta la música buena? Simplemente porque hay sintonía dentro de mí para poder captarla, y por tanto la buena música exterior hace vibrar mi interior. Si estamos bien despiertos al caminar por la vida, sentiremos cómo Dios (que es la sintonía total y perfecta dentro de nosotros), nos permite ir resonando con todo lo creado –y no solo con lo mal llamado sagrado– según vamos captando sus melodías. Pero, para que podamos captar esto, para estar bien despiertos y poder vibrar con el resto de lo creado en nuestro proceso de salvación, se requiere que hagamos caso a Cristo cuando nos dice: para salvaros, “esforzáos por entrar por la puerta estrecha”.  O sea la salvación la hacemos nosotros, pero con Dios dentro. Dios, que está en el corazón de la creación y en mi corazón, va creciéndome dentro; a esto llamamos salvación. En este proceso salvífico, el sujeto grande va creciendo dentro del sujeto pequeño (yo); pero lo asombroso de este proceso, es que el único que tiene libertad para poder limitarlo soy yo: limitando mi “esfuerzo por...”.

Beata Natalia Tulasiewicz, mártir (108 Mártires polacos durante la ocupación nazi (1939 - 1945)) 31 de marzo

Beata Natalia Tulasiewicz, mártir
fecha: 31 de marzo
n.: 1906 - †: 1945 - país: Alemania
canonización: 
B: Juan Pablo II 13 jun 1999
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
En la aldea de Ravensbrück, en Alemania, beata Natalia Tulasiewicz, mártir, que, al ser ocupada militarmente Polonia, su patria, por un régimen contrario a Dios y a la dignidad humana, fue recluida en un campo de concentración, donde, en una cámara de gas, entregó su alma al Señor.
Nació en Rzeszów (Polonia) el 9 de abril de 1906. En 1921 se trasladó con su familia a Poznam y estudió en el liceo de las hermanas ursulinas, pasando con posterioridad a la universidad en la que se licenció en letras. De 1933 a 1937 fue profesora de la escuela de San Casimiro de Poznam y desde ese año pasó a enseñar en el liceo de las ursulinas. En 1939 se dictó contra ella orden de extrañamiento y se la obligó a vivir primero en Ostrowiec Kielecki y luego en Cracovia, a donde se fue con ella el resto de su familia. Dejó entonces la enseñanza abierta y pasó a trabajar en la enseñanza superior clandestina.
En 1943 se ofreció voluntariamente a trabajar en Alemania como obrera de fábrica. La suya era una intención apostólica: quería ayudar a sus compañeras a conservar la fe y la espiritualidad. Trabajó en Hannover en la fábrica Günther-Wagner, alojada con otras muchas mujeres, entre ellas trescientas polacas. Su trabajo religioso no pasó inadvertido, siendo arrestada en abril de 1944 por la Gestapo y llevada a la cárcel de Colonia donde fue torturada. El 26 de septiembre de aquel año pasó al campo de exterminio de Ravensbruck, en cuya cámara de gas halló la muerte el sábado santo 31 de marzo de 1945, en vísperas de la entrada de las tropas aliadas. Fue beatificada el 13 de junio de 1999.
fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012

Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace:http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=1062

Beato Cristóbal Robinson, presbítero y mártir (Mártires de la persecución en Inglaterra (1535 - 1681)) 31 de marzo

Beato Cristóbal Robinson, presbítero y mártir
fecha: 31 de marzo
n.: c. 1568 - †: 1597 - país: Reino Unido (UK)
canonización: 
B: Juan Pablo II 22 nov 1987
hagiografía: Abel Della Costa
En Carlisle, en Inglaterra, conmemoración del beato Cristóbal Robinson, presbítero y mártir, que fue testigo del martirio de san Juan Boste y, finalmente, bajo el reinado de Isabel I, en día no precisado, sólo por el hecho de ser sacerdote, también fue ajusticiado, recibiendo de esta forma la palma de la gloria.
refieren a este santo: San Juan Boste
Cristóbal Robinson nació en Wooodside, Cumberlad. No sabemos sobre él más que unos pocos datos elementales, a pesar de que poseemos de su propia autoría el relato muy vívido del martirio de san Juan Boste, que Cristóbal presenció y describió (ese texto se publicó en el primer volumen de las publicaciones de la Catholic Record Society, en 1905).
Fue admitido en el Colegio Inglés de Reims en 1589, por lo que, atendiendo a la edad habitual de los postulantes (pero es sólo conjetura), pudo haber nacido poco antes del 1570. Fue ordenado y enviado a la misión inglesa en 1592.
Fue en 1594, mientras desarrollaba su tarea de misionero, que presenció y narró el martirio mencionado. Con posterioridad a ese año fue prendido y puesto en la cárcel. Tuvo allí conversaciones con el obispo protestante Robinson -su mismo apellido, pero se desconoce si estaban emparentados- quien intentó, como solía hacerse en estos casos, con explicaciones, amenazas y halagos hacerlo abrazar el protestantismo. El mártir no se dejó seducir, y fue finalmente condenado a muerte por violación del Estatudo de la Reina, en el punto de ordenación en el extranjero y ejercicio clandestino del ministerio, lo que se consideraba alta traición.
Fue colgado, arrastrado y descuartizado, como era costumbre, y su muerte atrajo múltiples espectadores, lo que sucitó también numerosas conversiones que evocaban su constancia y mansedumbre, así como la dulzura de sus palabras. Lamentablemente no ha quedado un registro fiable de su fecha de muerte, que se suele situar en el 1597 o 98. tampoco el día y el mes son conocidos; la fecha actual, 31 de marzo, es la elegida por el Martirologio Romano actual para inscribirlo, aunque se mencionan también el 19 de agosto o el 7 de abril.
Ver artículo en Catholic Encyclopedia, y Challoner, Memoris of Missionary Priests, I, pág 216. En la imagen: memorial de Christopher Robinson en la iglesia católica de Nuestra Señora y San José, en Carlisle.
Abel Della Costa
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ingreso o última modificación relevante: 28-3-2013

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Beata Juana de Toulouse, virgen - Beato Buenaventura de Forli, religioso presbítero (31 de marzo)

Beata Juana de Toulouse, virgen

fecha: 31 de marzo
†: c. 1286 o s.XIV-XV - país: Francia
canonización: 
Conf. Culto: León XIII 29 ene 1895
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

En Toulouse, en Francia, beata Juana, virgen, de la Orden de las Carmelitas.
A principios del año 1240, los Hermanos Carmelitas de Palestina se establecieron en Toulouse. Veinticinco años después, cuando san Simón Stock cruzó Toulouse camino de Burdeos, se le aproximó una mujer llamada Juana, que le suplicó que la admitiera en su orden. El prior Juan la admitió, la cubrió con el hábito carmelita y le permitió hacer el voto de perpetua castidad. En lo que fue posible, Juana observó estrictamente la regla de san Alberto de Jerusalén y fue venerada, no sólo como la primera terciaria carmelita, sino como la fundadora de las terciarias. Diariamente frecuentaba la iglesia de los padres y combinaba la penitencia con el amor, privándose casi de las cosas necesarias de la vida para ayudar a los pobres y enfermos. Acostumbraba también dirigir a los jóvenes en las prácticas de la santidad para prepararlos a entrar en la orden carmelita. Solía llevar consigo una imagen del Redentor crucificado, que ella estudiaba como si hubiese sido un libro.
La beata Juana fue sepultada en la iglesia de los carmelitas de Toulouse y a su tumba acudían en gran número todos aquellos que buscaban su intercesión. Fue venerada durante 600 años y su cuerpo fue varias veces custodiado como reliquia, especialmente en 1805, cuando un pequeño libro de oraciones manuscrito fue encontrado a su lado.
Lo anterior es un resumen de la historia de la beata Juana, cuyo culto fue confirmado en 1895, según se relata en las lecciones de su fiesta, en el suplemento carmelita del breviario romano, pero ha habido aparentemente considerable confusión, en especial con la época en que vivió. Es verdad que para el siglo XV el culto de la beata ya estaba difundido, y hubo un traslado de reliquias hacia el 1450, lo que permite mantener para su vida la fecha tradicional del siglo XIII; sin embargo, en la lista de santos carmelitas de la provincia de Toulouse redactada por Juan Grassi, que murió en 1437, la beata no aparece, lo que ayuda a pensar que, o el culto no había surgido aun, o simplemente no había vivido todavía. La crítica actual se inclina por dar por cierta la vida en finales del siglo XIV, e incluso comienzos del XV, más que en finales del siglo XIII, de donde, naturalmente, no pudo haber tenido contacto con san Simón Stock. Parece que tampoco fue terciaria, sino enclaustrada.
Ver las lecciones del breviario referentes a lo anterior, y Fr. Bonifatius, Die sel. Johanna van Toulouse, (1897); Fr. B. Zimmerman Monumenta historica Carmelitana p. 369, y Les Saints déserts des Carmes dechaussés (1927), pp. 17-18, donde el problema se examina. Acta de beatificación (con las fechas tradicionales), en Acta Sanctae Sedis 27 (1895), pág. 510. Artículo del Butler ligeramente reformado.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012

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Beato Buenaventura de Forli, religioso presbítero

fecha: 31 de marzo
n.: 1411 - †: 1491 - país: Italia
otras formas del nombre: Buenaventura Tornielli
canonización: 
Conf. Culto: Pío XI 5 sep 1911
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

En Udine, en el territorio de Venecia, beato Buenaventura de Forli, presbítero de la Orden de los Siervos de María, que con su predicación por diversas regiones de Italia movió al pueblo a la penitencia. Falleció ya octogenario, mientras predicaba un sermón cuaresmal.
El Beato Buenaventura Tornielli, nació en Forli, y perteneció a una familia acomodada. Parece que no ingresó a la Orden de los Servitas sino hasta 1448, cuando tenía treinta y siete años de edad, pero su fervor y austeridad de vida pronto le permitieron recuperar el tiempo perdido. Después de su ordenación, se preparó para el trabajo apostólico con un año de retiro y pronto empezó a predicar con maravillosa elocuencia y mucho éxito. Fue comisionado especialmente por el Papa Sixto IV, para emprender esta misión apostólica y sus sermones produjeron una notable reforma de vida en todos los Estados papales y en las provincias de Toscana y Venecia. Hacia fines de 1488, fue elegido vicario general de su orden, oficio en el que dio muestras de sus grandes cualidades administrativas y de su caridad. Él, sin embargo, continuó aún su trabajo misionero y apenas había terminado su predicación de Cuaresma en Udine, cuando el Jueves Santo de 1491, fue llamado por Dios, agotado por la edad y las penalidades de la vida que había llevado. Sus reliquias fueron finalmente llevadas a Venecia, donde su culto se acrecentó a causa de las muchas curaciones milagrosas. Este culto fue confirmado en 1911.
Ver el decreto de confirmación publicado en el Acta Apostolicae Sedis, vol. III (1911), pp. 659-660; y F. Cornebus, Ecclesiae Venetae, vol. II, pp. 34-51.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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San Agilolfo de Colonia, obispo - San Guido, abad (31 de marzo)

San Agilolfo de Colonia, obispo

fecha: 31 de marzo
†: 751 - país: Alemania
otras formas del nombre: Agilof
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa

En Colonia, ciudad de Austrasia, san Agilolfo, obispo, ilustre por la austeridad de su vida y por la predicación.
Debemos reconocer que es muy poco lo que se sabe acerca de este santo, ya que en el siglo XI fue confundido con otro personaje del mismo nombre que murió en Colonia asesinado en relación a la sucesión de Carlos Martel, es decir, poco antes de los años en que aparece el santo que hoy conmemoramos. Por esa confusión posterior, este obispo de Colonia pasó a la hagiografía como mártir, y las dos historias se fueron entremezclando y complicando, como suele ocurrir cuando es necesario armonizar datos discordantes de personas distintas. Todavía en época de los Bolandistas, en el tomo de julio II de Acta sanctorum (editado en 1721) se presenta a san Agilolfo como mártir, y se reproduce su «passio», pero hoy ya la confusión está por completo superada, y se distingue bien al santo, el obispo, que no fue mártir, y al personaje homónimo, que murió violentamente, pero no como mártir, ni recibe culto.
El obispo Agilolfo fue primero monje en la abadía benedictina de Stavelot-Malmedy (actualmente en Bélgica), fundada hacia el 650, de la que llegó a ser abad, antes del año 745. Posiblemente en ese año o poco después fue consagrado obispo, para suceder a Regenfrido (aunque un episcopologio del siglo XI lo coloca antes de ese obispo, al parecer equivocadamente). En el interregno de Regenfrido a Agilolfo un concilio local decidió pasar la sede de episcopal a archiepiscopal, cabeza de los obispos de Austrasia, pero no parece que esta decisión haya tenido efecto en época de Agilolfo.
La única fecha completamente cierta de su ministerio es el 748, en el que su nombre aparece mencionado como obispo de Colonia (no arzobispo) por el papa Zacarías, en la que lo recomienda por su ortodoxia. Fue sucedido por Hildegario, hacia el 753. Su «Vita» (confundida con el Agilolfo asesinado que mencionábamos al inicio) fue escrita por un monje de Malmedy, aunque es escasamente utilizable. Los restos de san Agilolfo fueron inhumados en la abadía de Malmedy, y se realizó una traslación (equivalente antiguo de la canonización) a la catedral el 9 de julio de 1063; por eso su fiesta local es en esa fecha.
Ver Acta Sanctorum, julio II, pág. 714ss. El artículo de Catholic Encyclopedia, de 1907, todavía depende de esa noticia. Ver Duchesne, Fastes Episcopaux, III, pág. 180. Hay también un breve artículo con buenas referencias en Ökumenisches Heiligenlexikon.
Abel Della Costa
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ingreso o última modificación relevante: 28-3-2013

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San Guido, abad

fecha: 31 de marzo
n.: 970 - †: 1046 - país: Italia
otras formas del nombre: Wido
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

En Borgo San Domnino, en las cercanías de Parma, san Guido, abad del monasterio de Pomposa, en donde recibió a muchos discípulos y restauró los edificios. Se preocupó de modo especial por la oración, la contemplación y el culto divino, y buscó vivir en la soledad, atento sólo a Dios.
San Guido nació cerca de Ravena y sus padres estaban orgullosos de él. Principalmente para agradarlos, fue muy cuidadoso en su aspecto exterior y en su vestimenta. Sin embargo, una vez fue severamente castigado por esta forma de vanidad. Fue a Ravena, donde se celebraba la fiesta patronal de san Apolinar, y, despojándose de sus finas ropas, las dio a los pobres y se vistió las más andrajosas que pudo encontrar. Para vergüenza de sus padres, partió hacia Roma con esta indumentaria y, durante su permanencia allí, recibió la tonsura. Por inspiración divina se puso bajo la dirección de un ermitaño llamado Martín, que vivía en una islita en el río Po. Durante tres años permanecieron juntos y después, el solitario lo envió a la abadía de Pomposa, cerca de Ferrara, para que aprendiera la vida monástica en una gran comunidad. Ese monasterio y el de San Severo, en Ravena, estaban en realidad bajo la dirección del ermitaño, que decidía el nombramiento de los superiores.
Los sobresalientes méritos de Guido fueron tales, que mereció altos cargos, y llegó a ser abad, primero de San Severo y después de Pomposa, por nombramiento de Martín, confirmado por la votación de los monjes. Su reputación arrastró a muchos (incluyendo a su padre y a su hermano) a unirse a la comunidad, de suerte que el número de monjes fue duplicado y se hizo necesario que Guido construyera otro monasterio para acomodarlos a todos. Después de un tiempo, delegó a otros la parte administrativa de su oficio y se concentró en el aspecto puramente espiritual, especialmente en la dirección de las almas. En ciertas épocas del año, acostumbraba retirarse a una celda, distante aproximadamente cinco kilómetros de la abadía, donde llevaba una vida de tan intensa devoción e inquebrantable abstinencia, que parecía sostenerse con el ayuno y la oración. Especialmente durante la Cuaresma, trataba su cuerpo con tal severidad, que sus torturas podrían difícilmente superarse y aún así, era extraordinariamente tierno con los monjes, que le tenían gran devoción. San Pedro Damián, que a petición suya, dio lecciones de Sagrada Escritura en la abadía de Pomposa durante dos años, dedicó a san Guido su libro «De Perfectione Monacorum».
A pesar de haber sido un santo, Guido no escapó a la persecución. Por alguna razón, Heriberto, arzobispo de Ravena, concibió un odio acerbo contra él y se decidió en verdad a destruir su monasterio. Advertido del ataque que se aproximaba, la única medida de defensa del abad fue un ayuno de tres días en compañía de toda su comunidad. Cuando el arzobispo y sus soldados llegaron a las puertas de la abadía, Guido salió a recibirlos, y con el mayor respeto y humildad, los condujo a la iglesia. El corazón de Heriberto se conmovió: pidió perdón al abad, y prometió protegerlo de allí en adelante. Al final de su vida, san Guido se retiró a la soledad, pero fue llamado a Piacenza por el emperador Enrique III, que había llegado a Italia y deseaba consultar al abad, de cuya santidad y sabiduría tenía grandes referencias. El anciano obedeció muy a su pesar y se despidió tiernamente de sus hermanos, diciéndoles que nunca más vería sus rostros. Había llegado a Borgo San Domnino, cerca de Parma, cuando fue atacado repentinamente por una enfermedad, de la que murió al tercer día. Se originó una disputa por la custodia de su cuerpo entre Pomposa y Parma. El emperador dirimió la cuestión, haciendo llevar las reliquias a la iglesia de San Juan Evangelista, en Speyer, que más tarde fue rebautizada con el nombre de San Guido-Stift.
Existe una breve vida en latín que ha sido publicada tanto por los bolandistas, Acta Sanctorum, marzo, vol. III, como por Mabillon.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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San Benjamín, diácono y mártir - Santa Balbina, virgen (31 de marzo)

San Benjamín, diácono y mártir

fecha: 31 de marzo
n.: c. 400 - †: c. 420 - país: Irak-Irán
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

En el lugar de Argol, en Persia, san Benjamín, diácono, que, por predicar insistentemente la palabra de Dios, consumó su martirio con cañas puntiagudas clavadas bajo las uñas, en tiempo del rey Vararane V.
El rey Yezdigerd, hijo de Sapor II, puso fin a la cruel persecución de los cristianos que había sido llevada al cabo en Persia durante el reinado de su padre, de modo que la Iglesia había gozado de la paz por doce años, cuando un obispo llamado Abdas, con un celo mal entendido, incendió el Píreo, o templo del fuego, principal objeto del culto de los persas. El rey amenazó con destruir todas las iglesias de los cristianos, a menos que Abdas reconstruyera el templo. Este se rehusó a hacerlo; el rey lo mandó matar e inició una persecución general que se intensificó bajo el reinado de su hijo Varanes y que duró cuarenta años. Teodoreto, que en ese tiempo vivía en las cercanías, hace un espantoso relato de las crueldades practicadas.
Uno de los primeros mártires fue un diácono llamado Benjamín. Después de que éste fue golpeado, estuvo encarcelado durante un año, pero un embajador del emperador en Constantinopla obtuvo su libertad, prometiendo bajo su responsabilidad que el santo se abstendría de hablar acerca de su religión. Benjamín, sin embargo, declaró que él no podía cumplir tal condición y, de hecho, no perdió oportunidad de predicar el Evangelio. Fue de nuevo aprehendido y llevado ante el rey. En el juicio, su única respuesta a la acusación fue preguntar al monarca qué pensaría de un súbdito que faltase a su fidelidad y se levantara en armas contra él. El tirano ordenó que se le encajaran cañas entre uña y carne y en las partes sensibles de su cuerpo y que posteriormente se las sacaran. Después de haber repetido esta tortura varias veces, le atravesaron las entrañas con una estaca nudosa, con el fin de rasgarlo y despedazarlo. El mártir expiró en medio de la más terrible agonía.
Además de Teodoreto (Historia Eclesiástica, vol. I, c. 38), cuya fuente está reproducida en el Acta Sanctorum, marzo, vol. III, un relato de esos mártires ha sido conservado tanto entre los sirios como entre los armenios. Ver Peeters en la Analecta Bollandiana, vol. XXVIII (1909), pp. 399-415, que arroja una gran luz sobre ciertas incongruencias en la narración y que muestra que Teodoreto había probablemente usado un original sirio. Cf. también el Historisches Jahrbuch vol. XXXIV (1913), pp. 94 ss.; y Labourt Le Christianisme dans l´Empire pérse, pp. 105-112.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?ids=1055




Santa Balbina, virgen

fecha: 31 de marzo
†: a. 595 - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

En Roma, conmemoración de santa Balbina, cuyo título erigido en el Aventino muestra la veneración que se tributó a su nombre.
patronazgo: protectora contra el bocio y el dolor de cuello.
refieren a este santo: San Quirino de la Vía Apia
En el Martirologio Romano anterior a la última reforma se leía: «En Roma, Santa Balbina, virgen, hija de san Quirino, mártir, que fue bautizada por el papa Alejandro y escogió a Cristo como su esposo en santa virginidad; después de terminar su curso en este mundo, fue sepultada en la Vía Apia, cerca de su padre.» Este relato, el tradicional de la santa, desgraciadamente depende de la inserción completamente gratuita del martirologista Adón, quien tomó ciertos detalles de las «Actas del papa Alejandro», que Beda prudentemente pasó por alto, y usó los nombres de Quirino, Teodora y Balbina para llenar tres nombres dejados en blanco en el mes de marzo. Las así llamadas «Actas de Balbina» son meramente un tardío plagio de las actas de Alejandro.
Todo lo que sabemos es que a mitad del camino entre la Vía Apia y la Vía Ardeatina, hubo un monasterio de Balbina, probablemente llamado así, porque fue construido en las propiedades de una dama cristiana, llamada Balbina. Por otra parte, parece que hubo una Balbina, llamada hija de Quirino, pero no puede haber sido la misma, ya que la primera vivió en época muy anterior y fue sepultada en la catacumba de Pretéxtato. Balbina fue honrada en una pequeña iglesia del siglo IV, en el Aventino, que llevó su nombre, pero es difícil determinar de cuál Balbina se trataba. La fecha que le asigna el Martirologio (anterior al 595) proviene de que esa pequeña iglesia es el único dato cierto que tenemos.
La fabulosa historia de Santa Balbina está publicada en el Acta Sanctorum, marzo, vol. III, pero está sacada de las Actas de Alejandro, en una versión en la que Balbina es presentada como mártir. Ver también Dom Quentin, Les martyrologes historiques, especialmente pp. 113 y 490; Leclercq en Dictionnaire d'Archéologie chrétienne et de Liturgie, vol. II, pp. 137-157; y J. P. Kirsch, Die Römischen Titelkirchen im Altertum, pp. 94-96..
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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La frase del día 31 de marzo (Benedicto XVI)

                   La  frase del día 31 de marzo

“Tener esperanza no es ser ingenuo, sino hacer un acto de fe en Dios, Señor del tiempo y Señor también de nuestro futuro” (Benedicto XVI).