miércoles, 29 de enero de 2020

Kobe Bryant y su hija Gianna fueron a misa de 7 de la mañana y comulgaron justo antes de morir 29012020

«Se sentaba en la parte trasera para no distraer a los feligreses de la presencia de Cristo»

Kobe Bryant y su hija Gianna fueron a misa de 7 de la mañana y comulgaron justo antes de morir

Kobe y su hija Gianna iban a un partido que la pequeña iba a disputar. Como era domingo, antes habían ido juntos a misa.
Kobe y su hija Gianna iban a un partido que la pequeña iba a disputar. Como era domingo, antes habían ido juntos a misa.
Todavía el mundo está conmocionado por el fallecimiento el pasado domingo en un accidente de helicóptero del legendario jugador de baloncesto Kobe Bryant, su hija Gianna de 13 años y otras cinco personas.
Bryant, jugador durante toda su carrera de Los Ángeles Lakers, fue criado como católico por su familia, fe que se alimentó durante su infancia en Italia, donde su padre jugó también al baloncesto. Y precisamente fue a esta fe a la que se agarró Kobe en el peor momento de su vida: cuando fue acusado de una violación, y aunque era inocente, sí reconoció haber sido infiel a su esposa.
Fue un sacerdote el que ayudó a Kobe Bryant a salvar su matrimonio, que finalmente salió fortalecido y con cuya esposa, Vanessa, tuvo otros dos hijos a lo que se sumaba los dos que ya tenía la pareja. Desde entonces, la fe católica fue un elemento central en esta familia.
Domingo de partido... y de acudir pronto a misa
Se van conociendo más detalles sobre este triste suceso como que Kobe Bryant y su hija se dirigían a un partido de Gianna. Y como era domingo, para no faltar al precepto dominical, ambos habían acudido a misa de siete de la mañana en la iglesia de Nuestra Señora Reina de Los Ángeles del condado de Orange. Los testigos confirman además que ambos comulgaron.
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Kobe Bryant y su familia eran feligreses de la parroquia de Nuestra Señora Reina de los Ángeles en el condado de Orange
Una vez acabada la celebración religiosa salieron de la iglesia y poco después se subirían en el helicóptero que se acabaría estrellando. Ambos murieron poco después de haber escuchado misa y comulgado.
Salió por detrás para no molestar a otros feligreses
La portavoz de la parroquia Nuestra Señora Reina de Los Ángeles, Julie Hermes, ha confirmado que “la leyenda del baloncesto salió (de la misa) por la parte posterior… y se fue pronto para evitar molestar a otros feligreses".
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“Asistió a la misa de 7 de la mañana antes de ir al aeropuerto John Wayne del Condado de Orange. Me imagino que fue directo al aeropuerto, porque la misa fue de 7 a 8 de la mañana. Fue muy discreto. Él entraba y se quedaba atrás, y su familia también, y luego solía irse un poco antes del final de la celebración”, recalcaba esta portavoz parroquial.
"Muy querido en la iglesia y muy devoto"
Y por último, Hermes recalcó que Kobe “era muy querido en la iglesia y muy devoto, muy dedicado a su fe”. De hecho, ella misma acudió en la parroquia a la primera misa que hubo ese mismo domingo después de que se conociera el accidente. Muchos de los asistentes conocían a la familia y estaban profundamente conmocionados.
Kobe Bryant, junto a su hermana, el día de su Primera Comunión en Italia
“Fui a la misa de 12, que fue ofrecida por él. Desde entonces, cada misa se ha ofrecido a Kobe y a las familias de todas las víctimas. Todos estaban atónitos, en silencio, en shock (…) Nuestros feligreses lo conocían no sólo de la iglesia sino de la comunidad, porque Kobe era una parte importante de esta comunidad. Así es como le conocía yo también. Vivo muy cerca de él en Newport Coast. Era una persona normal, no sabrías que era una celebridad, salía solo sin guardaespaldas”.
"Frecuentemente asistía a misa"
Por su parte, monseñor Timothy Freyer, obispo de Orange, diócesis a la que pertenecía la familia Bryant publicó un emotivo mensaje en las redes sociales desde Roma, donde se encontraba de visita al Papa, indicó que “Kobe fue un icono que nos inspiró a través de sus palabras y acciones para alcanzar nuestras metas, trabajar duro y alcanzar nuestros sueños”.
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Kobe Bryant estaba casado, logró salvar el matrimonio casi destruido, y tenía cuatro hijos. La más pequeña tiene sólo siete meses (no aparece en la imagen)
Sobre su feligrés afirmaba: “Era un católico comprometido que amaba a su familia y amaba su fe. Residente del condado de Orange y feligrés de nuestra diócesis, Kobe frecuentemente asistía a misa, y se sentaba en la parte trasera de la iglesia para que no distraer a la gente de la presencia de Cristo”.
También iba a la iglesia entre semana
A raíz de la muerte de la estrella de la NBA, la cantante Cristina Ballestero relató en Instagram un encuentro con Kobe un día entre semana en misa, en la catedral de la Sagrada Familia de Orange. Se sentó detrás de ellas y al ir a comulgar lo hizo inmediatamente después: "Fue una experiencia genial comulgar antes que él y verle en misa entre semana".
Vanessa y Kobe consagraban mucho tiempo a su fundación, dedicada "a mejorar la vida de jóvenes y familias necesitadas", en particular de personas sin techo.

Beata Boleslava María Lament, virgen y fundadora (29 de enero)


Beata Boleslava María Lament, virgen y fundadora

fecha: 29 de enero
n.: 1862 - †: 1946 - país: Polonia
canonización: 
B: Juan Pablo II 5 jun 1991
hagiografía: Directorio Franciscano
Elogio: En Bialystok, lugar de Polonia, beata Boleslava María Lament, virgen, quien, en un difícil período de cambios políticos, fundó la Congregación de Religiosas Misioneras de la Sagrada Familia, para fomentar la unión de los cristianos, ayudar a los marginados y educar cristianamente a las jóvenes.
Nació en Lowicz (Polonia) en 1862. De joven marchó a Varsovia y empezó a cuidar a los pobres y sin hogar. Al poco de llegar a la capital polaca, ingresó en la Tercera Orden seglar de San Francisco y tomó como confesor y director espiritual al beato Honorato Kozminski, capuchino. Aconsejada por este, marchó a Bielorrusia, donde fundó, en 1905, la congregación de las Hermanas Misioneras de la Sagrada Familia para trabajar por la unidad de las Iglesias ortodoxa y católica, educar a la juventud y atender a los pobres.
Ella y su fundación tuvieron que pasar por circunstancias sociales y políticas muy adversas (Revolución Bolchevique, Segunda Guerra Mundial, etc.) en Rusia, Finlandia, Países Bálticos, Polonia, sin perder nunca el aliento ni abandonar el apostolado. Estuvo paralítica los cinco últimos años de su vida. Murió en Bialystok (Polonia) el 29 de enero de 1946, y fue beatificada por Juan Pablo II en Polonia el 5 de junio de 1991.
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Beato Bronislao Markiewicz, presbítero y fundador (29 de enero)


Beato Bronislao Markiewicz, presbítero y fundador

fecha: 29 de enero
n.: 1842 - †: 1912 - país: Polonia
canonización: 
B: Benedicto XVI 19 jun 2005
hagiografía: Vaticano
Elogio: En Pawlikowice, Polonia, beato Bronislao Markiewicz, presbítero, fundador de la Congregación de San Miguel Arcángel.
Bronislao Markiewicz nació el 13 de julio de 1842 en Pruchnik, Polonia, en la actual archidiócesis de Przemysl de la Iglesia latina, sexto de once hijos de Juan Markiewicz, burgomaestre de la ciudad, y Marianna Gryziecka. Recibío en su familia una sólida formación religiosa. Más tarde, durante sus estudios clásicos en Przemysl, experimentó una cierta vacilación en la fe debido, en gran parte, al ambiente fuertemente antirreligioso que reinaba en la escuela. Logró, sin embargo, superarla pronto recobrando serenidad y paz interior.
El joven Bronislao, conseguido el diploma de licenciatura y sintiéndose llamado por Dios al sacerdocio, en 1863, entró en el Seminario Mayor de Przemysl. Al acabar los estudios, fue ordenado sacerdote el 15 de septiembre de 1867. Después de seis años de trabajo pastoral, en calidad de vicario, en la parroquia de Harta y en la Catedral de Przemysl, con el deseo de prepararse aún más para trabajar con la juventud, estudió durante dos años pedagogía, filosofía e historia en la Universidad de Leópolis y de Cracovia. En 1875 fue nombrado párroco en Gac y en 1877 en Blazowa. En 1882 le fue confiada la enseñanza de teología pastoral en el Seminario Mayor de Przemysl.
Sintiéndose llamado también a la vida religiosa, en el mes de noviembre de 1885, partió hacia Italia y entró en los Salesianos, donde tuvo la alegría de encontrar a San Juan Bosco, en cuyas manos hizo los votos religiosos el 25 de marzo de 1887. Como salesiano desarrolló diversos encargos confiados por sus Superiores y trató de realizarlos con dedicación y celo. Debido a la austeridad de vida y a la diversidad del clima, en 1889 P. Bronislao enfermó gravemente de tisis, estando al borde de la muerte. Recuperado de la enfermedad, transcurrió la convalecencia, siempre en Italia, hasta que, el 23 de marzo de 1892, con el permiso de sus Superiores, regresó a Polonia donde asume el encargo de párroco de Miejsce Piastowe, en la diócesis de origen Przemysl.
Además de la actividad parroquial ordinaria, Padre Bronislao Markiewicz se dedicó, en el espíritu de San Juan Bosco, a la formación de la juventud pobre y huérfana. Para ella abrió en Miejsce Piastowe un Instituto, en el que ofrecía a sus educandos tanto ayuda material como espiritual, preparándolos para la vida con la formación profesional en las escuelas abiertas en el mismo Instituto. En 1897 decide fundar, con tal objetivo, dos nuevas Congregaciones religiosas basadas en la espiritualidad de San Juan Bosco, adaptando sus reglas a lo específico del propio carisma. Recibido nuevamente entre el clero de la diócesis de Przemysl Padre Markiewicz continuó la actividad de párroco y de director del Instituto (Sociedad) al que puso por nombre Templanza y trabajo (erigido en 1898), tratando de obtener su aprobación como Congregación religiosa, bajo la protección de San Miguel Arcángel, con una rama masculina y otra femenina. La aprobación fue concedida sólo algún año después de su muerte: en 1921 a la rama masculina y en 1928 a la femenina.
Padre Bronislao continuó, siempre con la aprobación y la bendición del Obispo, san José Sebastián Pelczar, su actividad de formador de los jóvenes y de muchachos huérfanos y abandonados, sirviéndose de la ayuda de colaboradores a cuya preparación y formación contribuyó él mismo constantemente. Ya en Miejsce Piastowe había ofrecido casa y formación a centenares de muchachos dándose a ellos enteramente. Deseoso de hacer aún más en su favor, en el mes de agosto de 1903, P. Markiewicz abrió una nueva casa en Pawlikowice, cerca de Cracovia, donde encontraron casa y posibilidades de formación espiritual y profesional más de 400 huérfanos.
La dedicación total a los muchachos, la abnegación heroica de sí mismo, el trabajo enorme por realizar, llegaron a consumir bien pronto las fuerzas de Padre Markiewicz minando su salud, ya muy comprometida por las molestias sufridas en Italia. Todo ello le condujo rápidamente al final de su peregrinación terrena, acaecida el 29 de enero de 1912. Antes y después de su muerte, fue considerado un hombre fuera de lo común. Creciendo cada vez más la fama de santidad de padre Bronislao, los Superiores de los dos Institutos religiosos de San Miquel Arcángel, fundados por él, pidieron al Obispo de Przemysl formalizar el proceso de beatificación de su Fundador que tuvo inicio en 1958. Fue beatificado el 19 de junio de 2005 por el Card. Jozef Glemp en nombre de SS Benedicto XVI.
fuente: Vaticano
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San Gildas «el Sabio», abad (29 de enero)


San Gildas «el Sabio», abad

fecha: 29 de enero
†: 570 - país: Francia
otras formas del nombre: Gildas de Rhuys, Badonicus
canonización: culto local
hagiografía: Santi e Beati
Elogio: En la Bretaña Menor, san Gildas, llamado «Sabio», abad, que escribió sobre la ruina de Bretaña, deplorando las calamidades de su pueblo e increpando a la maldad de príncipes y clérigos. Fundó el monasterio de Rhuys, junto al mar, y murió en la isla de Houat.
refieren a este santo: San BrendánSan Finiano de ClonardSan Iltuto

Fue alrededor del 1060 cuando Vital, abad del monasterio de Rhuys, situado a orillas del mar en la región de Vannes, escribió la «Vita» del fundador del monasterio, san Gildas. El propio autor asegura haberse inspirado en antiguos documentos y tradiciones, pero al mismo tiempo amplió su relato con episodios y datos edificantes o folclóricos, según la tendencia de los hagiógrafos de su tiempo, de tal modo que hoy es imposible distinguir entre la parte histórica y la legendaria.
Gildas nació a fines del siglo V en Gran Bretaña, a orillas del río Clyde, río escosés, de una familia de príncipes. Tras la primera infancia, fue confiado al santo abad Iltuto, fundador del monasterio de Llaniltud Fawr, en Gales, célebre centro cultural con multitud de discípulos, en el que tuvo como compañeros a los santos celtas Sansón de DolPablo de León y Lunario.
Hacia los 20 años, Gildas se trasladó a Gales "para recoger la doctrina de otros estudiosos de la filosofía y las divinas letras"; fue ordenado sacerdote en el 518 y decidió hacer obra misionera, y a través de su predicación reconducir al cristianismo casi desaparecido las regiones septentrionales de Gran Bretaña.
Poco más tarde fue llamado por santa Brígida de Kildar († 525 c.) a Irlanda, para revitalizar la iglesia local, que después de la muerte del obispo evangelizador san Patricio († 461 c.), estaba en plena decadencia. Gildas restableció la disciplina en los monasterios, y con otros fundó la célebre escuela de Armagh, provocando numerosas conversiones.
Vuelto a Inglaterra, junto a dos estudiosos bretones, David y Cadoc, compuso una «Misa nueva» para la iglesia celta, después se retiró al sur del territorio francés de la Armórica (antiguo nombre de la Península de la Bretaña, llamada Britania por los bretones que se refugiaron allí en el siglo V), viviendo en soledad en el islote de Houat, en pleno océano. Pero su presencia orante, si bien oculta y aislada, bien pronto fue notoria para los pescadores de la región, y la noticia se difundió, tanto que numerosos discípulos se le acercaron. Por esto Gildas consideró necesario fundar un monasterio para acogerlos, edificio que fue construido en el lugar de una antigua fortaleza romana, en la vecina península de Rhuys, estrecho de tierra de la Francia septentrional, frente a la isla de Houat.
Después de cierto tiempo, sin embargo, volvió a emprender la vida solitaria junto a Bieuzy, otro santo eremita bretón, en la ribera del Blavet, a los pies del pico de Castennec. En este lugar habría escrito el «De excidio et conquestu Britanniae» («Ruina y conquista de Britania»), que le procuró el nombre de «sabio», y, siempre cerca de este lugar, habría resucitado a Trífida, madre de Trémoro, que había sido asesinada por su marido, el tirano de Conomer.
Seguidamente recorrió la Cornovala armoricana, siempre predicando, provocando conversiones y fundando monasterios, y luego, llamado por el rey Ainmir, retornó a Irlanda. Al fin se trasladó de nuevo a Rhuys, pero en uno de sus retiros de soledad en la isla de Houat, murió el 29 de enero del 570 (aprox). Por su expreso deseo, su cuerpo, puesto en una barca, fue dejado en el mar, ritual muy utilizado por las poblaciones costeras del norte. Pero la barca fue luego encontrada encallada en la arena en la costa de Rhuys, el 11 de mayo siguiente, y el cuerpo fue entonces inhumado en la iglesia del monasterio.
Hacia el 919, por temor a las correrías normandas, los monjes de Rhuys trasladaron el cuerpo de su fundador san Gildas a Bourg-Dieu, junto a Chateauroux (Indre), en el interior de la Bretaña, donde fue edificada una iglesia en su honor; la abadía de Rhuys a inicios del siglo XI fue revalorizada por san Félix, y llegó a ser el centro de la espiritualidad de toda la región, tumba de numerosos descendientes de los duques de Bretaña, y conservada intacta hasta la Revolución Francesa.
Hoy el monasterio esta ocupado por las Hermanas de la Caridad de San Luis, y en el coro románico de la iglesia abacial, en la actualidad parroquia, se venera junto al altar mayor la tumba y algunas reliquias de san Gildas.
Traducido para ETF de un artículo de Antonio Borrelli en Santi e Beati.

fuente: Santi e Beati
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Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: https://www.eltestigofiel.org/index.php?idu=sn_361

martes, 28 de enero de 2020

Santa Marta: La Iglesia “solo irá adelante con evangelizadores alegres” 28012020

Misa en Santa Marta, 28 enero 2020 © Vatican Media
Misa En Santa Marta, 28 Enero 2020 © Vatican Media

Santa Marta: La Iglesia “solo irá adelante con evangelizadores alegres”

Relato del baile del rey David
(zenit – 28 enero 2020).- “La Iglesia no irá adelante. El Evangelio no irá adelante con evangelizadores aburridos y amargados. No. Sólo ira adelante con evangelizadores alegres, llenos de vida”.
El Santo Padre ha reflexionado este martes, 28 de enero de 2020, sobre la primera lectura de hoy, tomada del Segundo Libro de Samuel, que habla de David y de todo el pueblo de Israel celebrando el regreso del Arca de la Alianza a Jerusalén.
Este regreso supone “una gran alegría para el pueblo», ha expresado el Papa. “La gente siente que Dios está cerca de ellos y lo celebran. Y el rey David está con él, se pone a la cabeza de la procesión, hace un sacrificio inmolando un novillo y un carnero gordo. Con el pueblo entonces grita, canta y baila con todas sus fuerzas».
El texto del profeta Samuel continúa describiendo el regreso de David a su hogar donde encuentra a una de sus esposas, Mical, la hija de Saúl. Ella lo recibe con desprecio, ha relatado el Papa. Al ver al rey danzando se avergüenza de él y le reprocha diciendo: “¿Pero te avergonzaste de bailar como un vulgar, como uno del pueblo?”.
“Es el desprecio de la religiosidad exquisita hacia la espontaneidad de la alegría con el Señor”, ha continuado Francisco. Y David le explica: “Pero mira, esto era motivo de alegría. ¡La alegría en el Señor, porque hemos traído el arca a casa!”. Ella desprecia. Y dice en la Biblia que esta señora –se llamaba Mical– no tuvo hijos por esto. El Señor la ha castigado. Cuando falta la alegría en un cristiano, ese cristiano no es fecundo; cuando falta la alegría en nuestro corazón, no hay fecundidad”.
Francisco indicado que sentimos alegría «cuando estamos con el Señor» y, tal vez en la parroquia o en los pueblos, la gente celebra. Aunque ha advertido: «Es verdad, a veces el peligro de la alegría es ir más allá y creer que esto es todo. No: este es el aire de la celebración».
El Papa ha señalado entonces que la fiesta no sólo se expresa espiritualmente, sino que se convierte en un compartir. En este contexto, recuerda que David, ese día, después de la bendición, había distribuido «un pan para todos, una porción de carne asada y un puré de pasas», para que todos pudieran celebrar en su propia casa. «La Palabra de Dios no se avergüenza de la fiesta», dijo el Pontífice.

Santos del día 29 de enero

Santos del día 29 de enero
Quarto Kalendas februarii
En la ciudad de Edesa, en Osroene, santos mártires Sarbelio, presbítero, y Bebaia, su hermana, los cuales, bautizados por el santo obispo Barsimeo, padecieron el martirio por su fe en Cristo.
En Roma, en el cementerio Mayor de la vía Nomentana, santos mártires Papías y Mauro, soldados.
En la ciudad de Perugia, en la Umbría, san Constancio, obispo.
En Antioquía de Siria, santos Juventino y Maximino, mártires, que fueron coronados con el martirio en tiempo del emperador Juliano el Apóstata.
En Tréveris, ciudad de la Galia Bélgica, san Valerio, segundo obispo que gobernó esta sede.
   San Afraates, eremita (2 coms.)   
Cerca de Antioquía de Siria, san Afraates, anacoreta, el cual, nacido y formado entre los persas, siguió las huellas de los magos y se convirtió al Señor en Belén. Se retiró a Edesa, donde vivió en una pequeña casa fuera de las murallas, y, más tarde, con su predicación y sus escritos defendió la fe católica contra los arrianos.
En la Bretaña Menor, san Gildas, llamado «Sabio», abad, que escribió sobre la ruina de Bretaña, deplorando las calamidades de su pueblo e increpando a la maldad de príncipes y clérigos. Fundó el monasterio de Rhuys, junto al mar, y murió en la isla de Houat.
En la ciudad de Bourges, en Aquitania, san Sulpicio Severo, obispo, de familia de senadores de las Galias, cuya sabiduría, ministerio pastoral y empeño en restaurar la disciplina ensalzó san Gregorio de Tours.
En Florencia, de la Toscana, beata Villana de Bottis, madre de familia, la cual, tras abandonar la vida mundana que llevaba, vistió el hábito de las Hermanas de la Orden de Penitencia de Santo Domingo y se distinguió por su asidua meditación de Cristo crucificado, por su austeridad de vida y por solicitar limosna en las calles a favor de los pobres.
En Pawlikowice, Polonia, beato Bronislao Markiewicz, presbítero, fundador de la Congregación de San Miguel Arcángel.
En Bialystok, lugar de Polonia, beata Boleslava María Lament, virgen, quien, en un difícil período de cambios políticos, fundó la Congregación de Religiosas Misioneras de la Sagrada Familia, para fomentar la unión de los cristianos, ayudar a los marginados y educar cristianamente a las jóvenes.

lunes, 27 de enero de 2020

Santo Tomás de Aquino, presbítero y doctor de la Iglesia (28 de enero)


Santo Tomás de Aquino, presbítero y doctor de la Iglesia

fecha: 28 de enero
n.: c. 1225 - †: 1274 - país: Italia
canonización: 
C: Juan XXII 18 jul 1323
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Elogio: Memoria de santo Tomás de Aquino, presbítero de la Orden de Predicadores y doctor de la Iglesia, que, dotado de gran inteligencia, con sus discursos y escritos comunicó a los demás una extraordinaria sabiduría. Llamado a participar en el II Concilio Ecuménico de Lyon por el papa beato Gregorio X, falleció durante el viaje en el monasterio de Fossanova, en el Lacio, el día siete de marzo, fecha en la que, años después, se trasladaron sus restos a la ciudad de Toulouse, en Francia.
Patronazgos: patrono de los intelectuales católicos, de las escuelas y universidades católicas, de los teólogos, filósofos, estudiantes, libreros y los fabricantes de lápices, protector contra los rayos, el tiempo severo y las tormentas, para pedir por la castidad y la pureza.

Oración: Creador inefable, que de los tesoros de tu sabiduría formaste tres jerarquías de ángeles y con maravilloso orden las colocaste sobre el cielo empíreo, y distribuiste las partes del universo con suma elengancia.
Tú que eres la verdadera fuente de luz y sabiduría, y el soberano principio, dígnate infundir sobre las tinieblas de mi entendimiento un rayo de tu claridad, apartando de mí la doble oscuridad en que he nacido: el pecado y la ignorancia.
Tú, que haces elocuentes las lenguas de los niños, instruye mi lengua e infunde en mis labios la gracia de tu bendición.
Dame agudeza para entender, capacidad para retener, método y facilidad para aprender, sutileza para interpretar, y gracia copiosa para hablar.
Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al acabar.
Amén.
(Oración DE santo Tomás para antes de estudiar)
La familia de los condes de Aquino descendía en línea directa de los lombardos. Landulfo, el padre de Tomás, era caballero; su madre, Teodora, era de ascendencia normanda. Por su físico, Tomás era más nórdico que meridional: estatura imponente, anchas espaldas y tez clara. No conocemos con exactitud el año de su nacimiento (debió ser hacia 1225), en el castillo de Rocca Secca, cuyas ruinas dominan todavía, desde un alto acantilado, la llanura de Campania Felice y el pueblecito de Aquino. Tomás era el más joven de los cuatro hijos. Tenía también algunas hermanas, la más joven de las cuales murió fulminada por un rayo en la misma habitación que ocupaba el santo; éste escapó ileso. Se dice que tuvo durante toda su vida mucho miedo a las lempestades y que acostumbraba refugiarse en alguna iglesia cuando caían rayos. De ahí nació la costumbre popular de venerar a santo Tomás como abogado contra las tempestades y la muerte repentina.
A unos cuantos kilómetros al sur de Rocca Secca, se yergue sobre una llanura, la abadía de Monte Cassino, cuna de la vida monástica y uno de los sitios más venerables de Europa. Allí estuvo santo Tomás como oblato, desde los cinco hasta los doce años (cf. cap. LIX de la Regla de San Benito), cuando era abad un pariente suyo, Landulfo Sinbaldo, y allí recibió la primera instrucción. Sus padres le sacaron de la abadía, probablemente debido a la turbulencia del momento, y le enviaron a la Universidad de Nápoles, donde estudió durante cinco años e hizo sus primeros discípulos. En Nápoles se sintió atraído por la Orden de Predicadores, a cuya iglesia iba con frecuencia. Sus amigos, los frailes, le vieron con frecuencia absorto en oración, con el rostro resplandeciente; uno de ellos, el P. de San Julián, exclamó en cierta ocasión: «El Señor te tiene reservado para nuestra orden». Santo Tomás confió al prior que tenía ardientes deseos de ingresar en el convento. Teniendo en cuenta la oposición de su familia, el prior le aconsejó que cultivase su vocación y esperase tres años. El tiempo no hizo más que confirmar la vocación de Tomás, quien tomó el hábito de Santo Domingo hacia los diecinueve años de edad.
La noticia causó gran indignación en Rocca Secca. Su madre no se habría opuesto a que entrase en la Orden de San Benito, pues probablemente le imaginaba ya abad de Monte Cassino, pero no podía aceptar que hubiese abrazado una orden de mendicantes. Así pues, partió hacia Nápoles con la intención de disuadir a su hijo, pero los frailes enviaron rápidamente a Tomás al convento de Santa Sabina de Roma y, cuando Teodora llegó, ya no encontró allí a su hijo. El superior general de la orden decidió que Tomás le acompañase a Bolonia junto con otros religiosos, pero Teodora no estaba dispuesta a verse burlada de ese modo y avisó a sus hijos mayores, que servían en el ejército del emperador en Toscana, para que impidieran la partida de Tomás. Cuando el joven religioso se hallaba descansando a la vera del camino de Aquapendente, cerca de Siena, sus hermanos se presentaron con un pelotón de soldados. En vano intentaron arrancarle el hábito, pero sí lo llevaron prisionero a Rocca Secca y después al castillo de Monte San Giovanni, a cuatro kilómetros de distancia, donde le encerraron, sin permitir más visitas que las de su hermana Marotta, que no era precisamente devota. Al principio, trataron de hacerle cambiar de ideas por todos los medios de convicción posibles; después, empezaron a mitigar poco a poco la severidad de la prisión. Santo Tomás aprovechó el cautiverio para estudiar las «Sentencias» de Pedro Lombardo y aprender de memoria gran parte de la Sagrada Escritura. Se dice que fue entonces cuando escribió un tratado sobre los sofismas de Aristóteles. Al ver fracasados todos sus intentos, los hermanos de Tomás concibieron el infame proyecto de introducir en su habitación a una mujer de mala vida. Pero el santo tomó una tea ardiente para echarla fuera. Se dice que inmediatamente después, se durmió y tuvo un sueño en el que vio a dos ángeles que le ciñeron el pecho con una cuerda que simbolizaba la castidad.
El cautiverio duró dos años, hasta 1245, cuando pudo volver al convento. Sus superiores determinaron enviarle a estudiar bajo la dirección de san Alberto Magno. Tomás partió con el superior general, Juan el Teutón, que iba a París y de ahí prosiguió el viaje a Colonia. Las universidades estaban entonces llenas de clérigos jóvenes, ansiosos de aprender y discutir. Ni los profesores, ni los otros estudiantes apreciaron al principio, en su justo valor, al humilde y tímido religioso. Su silencio en las discusiones y su gigantesca estatura, le valieron el apodo de «el buey silencioso». Un compañero bien intencionado, compadecido de la aparente estulticia de Tomás, le ofreció preparar con él las lecciones de cada día, lo que el santo aceptó con humildad y agradecimiento; pero, cuando se toparon con un pasaje difícil que el condiscípulo de Tomás no entendía, éste se lo explicó con una claridad que lo dejó atónito. Poco después, otro condiscípulo de Tomás mostró al maestro una hoja de los apuntes del santo y aquél no pudo menos de admirar su profundidad. Al día siguiente, San Alberto examinó públicamente a Santo Tomás y al fin exclamó: «Hasta ahora hemos llamado al hermano Tomás 'el buey silencioso'; pues bien, yo os aseguro que sus mugidos se oirán en todo el mundo». Pero todavía más grande que su ciencia era su piedad. La ordenación sacerdotal no hizo sino aumentar su unión con Dios. Su discípulo y biógrafo, Guillermo de Tocco, nos dice que pasaba horas enteras en oración, de día y de noche. «Al llegar en la misa al momento de la consagración, observó que Tomás, absorto en los divinos misterios y alimentado con sus frutos, se deshacía en lágrimas».
Es bastante incierta la cronología de la vida de santo Tomás en esta época. Sólo se sabe positivamente que en 1252, cuando no era todavía más que bachiller, enseñaba en la Universidad de París, a instancias de san Alberto y del cardenal Hugo de Saintcher. Se hace notar que el sistema de los grados académicos no era entonces el mismo que ahora; generalmente se conferían según los méritos alcanzados en la enseñanza. Santo Tomás comentó en París la Sagrada Escritura y el Líber Sententiarum de Pedro Lombardo. A este propósito escribió sus comentarios sobre el «Libro de las Sentencias», sobre Isaías y sobre el Evangelio de San Mateo. Cuatro años más tarde, se le confió la cátedra de doctor, encargado de enseñar, discutir y predicar. Hacia el fin de este período, empezó a escribir la Summa contra Gentiles. De 1259 a 1268, el santo, que era ya el profesor más popular de París, estuvo en Italia, donde se le nombró predicador general y profesor de la escuela de la corte pontifical para alumnos selectos. Santo Tomás recorrió toda Italia y tuvo ocasión de enseñar y predicar en muchas ciudades. Hacia 1266, empezó a escribir la más famosa de sus obras: la «Summa Theologiae» (Suma Teológica).
En 1269 volvió a París. San Luis de Francia le profesaba tanta estima, que le consultaba todos los asuntos de importancia. Pero nada puede darnos una idea más precisa de la fama del santo, que la decisión de la Universidad de atenerse a su opinión, sobre una cuestión muy debatida hasta entonces: si en el Santísimo Sacramento los accidentes permanecían realmente o sólo en apariencia. Santo Tomás, tras una ferviente oración, escribió su respuesta en forma de tratado y lo depositó sobre el altar, antes de darlo a la luz pública. La Universidad aceptó su decisión, que la Iglesia adoptó más tarde, y el tratado se conserva todavía. A lo que sabemos, ésta fue la primera ocasión en que el Señor manifestó sensiblemente a santo Tomás su aprobación por lo que había escrito, diciéndole en una aparición: «Has hablado bien del Sacramento de mi Cuerpo». Al oír esto, el santo entró en un éxtasis tan largo, que los frailes tuvieron tiempo de reunirse para verlo elevado sobre el suelo. Entonces se oyó una voz que venía del crucifijo y repetía: «Has hablado bien de mí, Tomás. ¿Qué quieres en premio de ello?» El santo respondió: «No quiero ningún otro premio fuera de Ti, Señor». Se cuenta también una historia muy diferente acaecida un día en que el santo fue invitado a comer con el rey san Luis. Durante la comida tuvo una inspiración repentina acerca de una cuestión sobre la que estaba escribiendo y, dando un puñetazo sobre la mesa, exclamó en voz alta: «¡Este es el fin de la herejía maniquea!» Al ver al santo absorto, el prior le tiró de la capa y le recordó que estaba comiendo con el rey; Tomás volvió en sí de su distracción y pidió perdón al monarca.
Durante los dos períodos de su enseñanza en París, la Universidad estuvo sacudida por diversas agitaciones. En 1272, estalló una especie de «huelga general» en las facultades. Justamente en ese momento, santo Tomás fue llamado a Italia y nombrado rector de la casa de estudios de Nápoles. Ese fue el último cargo que ocupó. Al año siguiente, cuando celebraba la misa de la fiesta de san Nicolás, tuvo una visión que le afectó tan profundamente, que cesó de escribir y enseñar, sin acabar siquiera la Summa Theologiae. A los ruegos del hermano Reginaldo, replicó el santo: «Ya no es tiempo de escribir. Todo lo que he escrito me parece que no es sino paja, en comparación de lo que se me ha revelado». Se hallaba ya enfermo cuando el papa Gregorio X le pidió que asistiese al Concilio ecuménico de Lyon para la reunión de las Iglesias griega y latina y que llevase consigo su tratado «Contra los errores de los griegos». Su enfermedad se agravó tanto durante el viaje, que sus acompañantes le transladaron a la abadía cisterciense de Fossa Nuova, cerca de Terracina, donde el abad le cedió su propia celda y los monjes se pusieron a su servicio. Cediendo a los ruegos de los religiosos, el santo empezó a explicarles el «Cantar de los Cantares», pero la muerte le sorprendió antes de terminar. Hizo la última confesión con el P. Reginaldo de Priverno y, al recibir de manos del abad el Santo Viático, pronunció las famosas palabras: «Ahora voy a recibirte a Ti, que eres el precio de la redención de mi alma. Todos mis estudios, vigilias y trabajos han sido por tu amor. He enseñado y escrito mucho sobre el Sagrado Cuerpo de Jesucristo. Todas las enseñanzas que escribí manifiestan mi fe en Jesucristo y en la Santa Iglesia Católica, a cuyo juicio las ofrezco y someto todas». Dos días después entregó el alma a Dios, en la madrugada del 7 de marzo de 1274, cuando no tenía más de cincuenta y cinco años de edad. A san Alberto, que se hallaba en Colonia en ese momento, se le saltaron las lágrimas ante toda la comunidad y dijo: «El hermano Tomás de Aquino, mi hijo en Cristo, la lumbrera de la Iglesia, ha muerto. Dios me lo ha revelado».
Santo Tomás fue canonizado en 1323, pero su cuerpo no volvió a poder de los frailes de Santo Domingo, sino hasta 1368. Fue trasladado con gran pompa a la catedral de Toulouse, donde descansa hasta hoy, aunque hubo un nuevo traslado de reliquias, dentro mismo de Toulouse, el 22 de octubre de 1974. San Pío V confirió a santo Tomás el título de Doctor de la Iglesia en 1567, y en 1880 León XIII le declaró patrono de las universidades, colegios y escuelas. No podemos hablar aquí, en detalle, de los escritos filosóficos y teológicos del santo, que comprenden veinte gruesos volúmenes. Gran parte de su obra está formada por los comentarios de Aristóteles, de cuyos escritos se valió para construir una síntesis cristiana de la filosofía. Se ha dicho que su método consistía en aplicar la geometría a la teología, ya que primero expone el problema o teorema y después las dificultades. Abundan en sus escritos las citas de pasajes de la Sagrada Escritura, de la Tradición de la Iglesia, de las principales obras teológicas y la conclusión consiste siempre en una respuesta categórica a cada una de las objeciones enunciadas al principio. Santo Tomás escribió también disertaciones sobre el Padrenuestro, el Ave María y el Símbolo de los Apóstoles, además de los comentarios sobre numerosos libros de la Sagrada Escritura y de los tratados sobre las cuestiones que se le consultaban. La más importante de sus obras es la Summa Theologiae, que es una exposición muy completa de la doctrina teológica de su tiempo. Se trata indudablemente de uno de los monumentos teológicos más grandes de su época. De las tres obras que había sobre la mesa en el Concilio de Trento, una era la «Summa» de santo Tomás y las otras dos, la Biblia y los Decretos de los Papas. El tiempo que ha pasado hace muy difícil comprender la influencia que santo Tomás ejerció sobre la mentalidad teológica de sus contemporáneos y sus sucesores inmediatos. Por lo demás, los trabajos del santo no se limitaron solamente al dogma, la apologética y la filosofía. Cuando el papa Urbano IV decidió establecer la fiesta de Corpus Christi, movido por las visiones de la beata Juliana de Lieja, pidió a Santo Tomás que compusiera el oficio litúrgico y la misa del día. En ellos muestra el santo su extraordinario dominio de la lengua, no menos que su exactitud doctrinal y su ternura de sentimientos. Casi todos los católicos conocen los himnos «Verbum Supernum» y «Pange lingua» con sus estrofas finales, «0 Salutaris» y «Tantum ergo», que se cantan durante la bendición con el Santísimo Sacramento. También otros himnos del santo, particularmente el «Lauda Sion» y el «Adoro te devote», son muy conocidos.
Entre las cualidades sobresalientes de santo Tomás hay que mencionar el espíritu de oración y la humildad. Como él lo afirmaba constantemente, había aprendido más al pie del crucifijo que estudiando en los libros. El hermano Reginaldo escribe: «Su maravillosa ciencia provenía menos de su genio que de la eficacia de sus oraciones. Tomás oraba con muchas lágrimas para obtener de Dios la luz sobre Sus misterios y el Señor se la daba a raudales». La modestia con que santo Tomás consideraba su genio era extraordinaria. En cierta ocasión en que le preguntaron si tenía tentaciones de orgullo y vanagloria, replicó: «no». En seguida añadió que, las raras veces en que le venían tales pensamientos, el sentido común le demostraba inmediatamente cuán vanos eran. Por lo demás, tenía tendencia a considerar que los otros eran mejores que él. Exponía sus opiniones con increíble modestia; jamás se dejó llevar por la cólera en las discusiones, por mucho que le provocasen y nunca se le oyó decir alguna cosa que hubiese podido herir a un tercero.
No poseemos sobre la vida de santo Tomás una información tan completa como seria de desear, sobre todo acerca de sus primeros años. Sin embargo, existe una buena cantidad de documentos contemporáneos. Guillermo da Tocco, el autor de la biografía que se halla en Acta Sanctorum, fue discípulo suyo; también lo fue Ptolomeo de Lucca, quien le consagró muchas páginas de su Historia Eclesiástica. Se conservan y han sido publicados por los bolandistas, muchos de los testimonios recogidos con miras a la canonización. En las cartas y crónicas de la época, así como en la gran obra de Denifle, Chartularium Universitatis Parisiensis, se encuentran muchas informaciones complementarias. Ver G. K. Chesterton, Saint Thomas Aquinas (1933); A. Sertillanges, St. Thomas Aquinas and his Work (1933). La obra más equilibrada, en la que la unción se une con la erudición crítica, es la de Angelo Walz, St. Thomas Aquinas (1945). Otro relato de la vida del santo, junto con artículos a él referidos, y algunas de sus obras, en Mercabá. También la Catholic Encyclopedia tiene un extenso e interesante artículo (aquí la versión castellana, pero no parece completa). En la Biblioteca de ETF hay también material de y sobre el Aquinate, basta poner «Aquino» en el buscador interno. Una breve pero excelente introducción a su obra está incluida en «La Filosofía en la Edad Media», de E. Gilson (en la Biblioteca de ETF hay versión en portugués, en la cual ocupa las páginas 652 a 671). Hay muchas ediciones en línea de la obra de santo Tomás, la que parece mejor de la Suma Teológica en castellano es la de el sitio de Hernán.
Cuadros:
-Stefano di Giovanni Sassetta: Tomás ante la cruz, 1423, Museos Vaticanos, Roma.
-Vittore Carpaccio: Santo Tomás en el cielo, entre san Marcos y Luis de Toulouse, 1507, Galería Estatal, Stuttgart, Alemania.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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