84
El deseo en la
práctica puede ser un amigo o un enemigo. Como amigo, hace que tengamos ganas
de practicar, de comprender, de terminar con el sufrimiento. Pero estar siempre
deseando algo que no ha surgido aún, querer que las cosas sean de otra manera,
solamente causa más sufrimiento, y éste es el caso cuando el deseo puede ser un
adversario. Al final, debemos aprender a deshacernos de todos nuestros deseos,
aún del deseo de alcanzar la iluminación. Sólo entonces podemos ser libres.
85
Una vez alguien
le preguntó a Ajahn Chah sobre su manera de enseñar meditación: "¿Usa
usted el método de entrevistas diarias para examinar el estado de la mente de
una persona?" Ajahn Chah respondió diciendo: "Aquí yo enseño a mis
discípulos a examinar sus propios estados mentales, a entrevistarse a sí
mismos. Tal vez un monje hoy está enojado, o quizás tiene un deseo en mente. Yo
no sé nada sobre eso pero él debería. No tiene que venir y preguntarme por
ello, ¿no es así?
86
Nuestra vida es
un conjunto de elementos. Usamos convenciones para describir cosas, pero nos
apegamos a las convenciones y las tomamos por algo real. Por ejemplo, las
personas y las cosas tienen nombres propios. Podríamos retornar a los
comienzos, antes de que las personas y las cosas recibieran un nombre y llamar
a los hombres "mujeres" y a las mujeres "hombres", ¿cuál
sería la diferencia? Pero nos aferramos a los nombres y a los conceptos, y así
tenemos la guerra de los sexos y otras guerras también. La meditación es para
ver a través de todo esto. Sólo así podemos alcanzar lo incondicionado y estar
en paz, no en guerra.
87
Algunas personas
entran al monacato a través de la fe, pero después transitan a lo largo y a lo
ancho de todo lo que el Buda enseñó. Saben más, pero se niegan a practicar como
se debe. De hecho, hoy día no hay muchos que realmente practiquen.
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