Beata María de San José Alvarado, virgen y fundadora
fecha: 2 de abril
n.: 1875 - †: 1967 - país: Venezuela
canonización: B: Juan Pablo II 17 may 1995
hagiografía: Vaticano
n.: 1875 - †: 1967 - país: Venezuela
canonización: B: Juan Pablo II 17 may 1995
hagiografía: Vaticano
En Maracay, población de Venezuela,
beata María de San José (Laura) Alvarado, virgen, que fundó la Congregación de
Hermanas Agustinas Recoletas del Sagrado Corazón de Jesús, siempre solícita en
su caridad a favor de las jóvenes huérfanas, de los ancianos y de los pobres
abandonados.
Fragmentos de la homilía de SS Juan Pablo
II el 7 de mayo de 1995 (Domingo del Buen Pastor), en la beatificación de la
Hna. María de San José, junto con otros cuatro nuevos beatos. La homilía
completa puede leerse, en italiano, en el sitio del
Vaticano; la presente versión está tomada del web de las Hermanas
Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, donde puede
conseguirse también una detallada biografía de la beata, junto con variados
textos sobre su espiritualidad.

"Yo les doy la vida eterna" (Jn.
10,28). Las palabras de Cristo, buen Pastor, que hemos escuchado en el pasaje
evangélico de hoy, constituyen una introducción maravillosa a la solemne
liturgia que la Iglesia celebra hoy en Roma, en la Plaza de San Pedro: la
beatificación de cinco siervos de Dios, hijos de diversos países y continentes
(...)
Un saludo del todo especial va al presidente de la república y a los representantes del Episcopado y de la iglesia en Venezuela. La Beata María de San José, en el siglo Laura Alvarado Cardozo, que hoy viene elevada al honor de los altares, es en efecto, la primera beata de ese gran país, que se enorgullece de tener una larga tradición católica.
Este acontecimiento de enorme importancia, representa casi un nuevo comienzo en la vida de esa Iglesia particular. En cierto sentido, los santos y los beatos confirman la madurez de la comunidad cristiana. En ellos la Iglesia se expresa de modo definitivo como Pueblo de Dios unido por el amor del padre, del Hijo y del Espíritu santo. precisamente, este amor trinitario se manifiesta portador de frutos en la santidad del hombre...
La liturgia de este cuarto domingo de Pascua ilustra precisamente el misterio de la redención mediante la imagen del Buen Pastor (Jn 10,27-30). En el marco de esa espléndida síntesis de la verdad revelada, nos detenemos ahora para reflexionar sobre la espiritualidad de los siervos de Dios que hoy son proclamados beatos.
La beata María de san José Alvarado cardozo, descubrió desde muy niña el amor a la Eucaristía en la que encontró el carisma distintivo de su espiritualidad. Pasaba largas horas del día y de la noche ante el sagrario. Durante toda su vida elaboró con sus propias manos miles de formas para distribuirlas gratuitamente a los sacerdotes. Este ejemplo es seguido aún por sus hijas, que ofrecen hoy las formas para esta santa misa.
Su amor ilimitado a Cristo eucaristía la llevó a entregarse al servicio de los demás necesitados, en quienes veía a Jesús sufriente. Para ello fundó en Maracay la congregación de Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, dedicada a la asistencia de los ancianos y de los niños huérfanos y abandonados. La caridad, virtud en la que más se distinguió la Madre María de san José, la movía a repetir continuamente a sus hijas: "Los desechados de todos son los nuestros; los que nadie quiere recibir, esos son los nuestros". Su sólida piedad anclada en la Eucaristía y en la oración , estaba enriquecida por una tierna devoción a la Virgen María cuyo nombre tomó y a quien emulaba diciendo: "Desearía vivir y morir cantando el magníficat".
El testimonio de esta mujer sencilla de nuestro tiempo invita a todos y en particular a los amados hijos e hijas de Venezuela, a vivir fielmente el Evangelio (...)
Un saludo del todo especial va al presidente de la república y a los representantes del Episcopado y de la iglesia en Venezuela. La Beata María de San José, en el siglo Laura Alvarado Cardozo, que hoy viene elevada al honor de los altares, es en efecto, la primera beata de ese gran país, que se enorgullece de tener una larga tradición católica.
Este acontecimiento de enorme importancia, representa casi un nuevo comienzo en la vida de esa Iglesia particular. En cierto sentido, los santos y los beatos confirman la madurez de la comunidad cristiana. En ellos la Iglesia se expresa de modo definitivo como Pueblo de Dios unido por el amor del padre, del Hijo y del Espíritu santo. precisamente, este amor trinitario se manifiesta portador de frutos en la santidad del hombre...
La liturgia de este cuarto domingo de Pascua ilustra precisamente el misterio de la redención mediante la imagen del Buen Pastor (Jn 10,27-30). En el marco de esa espléndida síntesis de la verdad revelada, nos detenemos ahora para reflexionar sobre la espiritualidad de los siervos de Dios que hoy son proclamados beatos.
La beata María de san José Alvarado cardozo, descubrió desde muy niña el amor a la Eucaristía en la que encontró el carisma distintivo de su espiritualidad. Pasaba largas horas del día y de la noche ante el sagrario. Durante toda su vida elaboró con sus propias manos miles de formas para distribuirlas gratuitamente a los sacerdotes. Este ejemplo es seguido aún por sus hijas, que ofrecen hoy las formas para esta santa misa.
Su amor ilimitado a Cristo eucaristía la llevó a entregarse al servicio de los demás necesitados, en quienes veía a Jesús sufriente. Para ello fundó en Maracay la congregación de Agustinas Recoletas del Corazón de Jesús, dedicada a la asistencia de los ancianos y de los niños huérfanos y abandonados. La caridad, virtud en la que más se distinguió la Madre María de san José, la movía a repetir continuamente a sus hijas: "Los desechados de todos son los nuestros; los que nadie quiere recibir, esos son los nuestros". Su sólida piedad anclada en la Eucaristía y en la oración , estaba enriquecida por una tierna devoción a la Virgen María cuyo nombre tomó y a quien emulaba diciendo: "Desearía vivir y morir cantando el magníficat".
El testimonio de esta mujer sencilla de nuestro tiempo invita a todos y en particular a los amados hijos e hijas de Venezuela, a vivir fielmente el Evangelio (...)
"Entrad por sus puertas con acción de
gracias, por sus atrios con himnos (...). El Señor es bueno, su misericordia es
eterna (Salmo 100,4). Esta exhortación se dirige a todos nosotros. De modo
particular parece referirse a quienes, a partir de hoy, la Iglesia llama
beatos: Agustín Roscelli, María de San José Alvarado Cardozo, María Elena
Stollenwrk, María Dominga Brun Barbantini y Josefina Gabriela Bonino (...)
La herencia de los beatos es la felicidad eterna, dado que están definitivamente unidos a Cristo en la gloria. El Cordero (Jesús) está delante del trono en la gloria del Padre, y aquellos a quienes conduce hacia fuentes de aguas vivas, participan en la gloria inefable de Dios, que es vida y amor. Amén.
La herencia de los beatos es la felicidad eterna, dado que están definitivamente unidos a Cristo en la gloria. El Cordero (Jesús) está delante del trono en la gloria del Padre, y aquellos a quienes conduce hacia fuentes de aguas vivas, participan en la gloria inefable de Dios, que es vida y amor. Amén.
fuente: Vaticano
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El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=1088
San Juan Pablo II, papa
fecha: 2 de abril
n.: 1920 - †: 2005 - país: Italia
otras formas del nombre: Karol Wojtyła
canonización: B: Benedicto XVI 1 may 2011 - C: Francisco 27 abr 2014
hagiografía: Vaticano
n.: 1920 - †: 2005 - país: Italia
otras formas del nombre: Karol Wojtyła
canonización: B: Benedicto XVI 1 may 2011 - C: Francisco 27 abr 2014
hagiografía: Vaticano
En Roma, en la basílica de San Pedro,
san Juan Pablo II, papa, que gobernó la Iglesia por veintisiete años, llevando
su presencia misionera a todos los puntos de la tierra, alimentando la doctrina
con abundantes y esclarecidos documentos, y convocando a todos los hombres de
nuestra época a abrir sus puertas al Redentor.
oración:
Oh Dios, rico en
misericordia, que has querido que san Juan Pablo II, papa, guiara toda tu
Iglesia, te pedimos que, instruidos por sus enseñanzas, nos concedas abrir
confiadamente nuestros corazones a la gracia salvadora de Cristo, único
redentor del hombre. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu
Santo. Amén (oración litúrgica).

Karol Józef Wojtyla, conocido como Juan
Pablo II desde su elección al papado en octubre de 1978, nació en Wadowice, una
pequeña ciudad a 50 kms. de Cracovia, el 18 de mayo de 1920. Era el más pequeño
de los tres hijos de Karol Wojtyla y Emilia Kaczorowska. Su madre falleció en
1929. Su hermano mayor Edmund (médico) murió en 1932 y su padre (suboficial del
ejército) en 1941. Su hermana Olga murió antes de que naciera él. Fue bautizado
por el sacerdote Franciszek Zak el 20 de junio de 1920 en la Iglesia parroquial
de Wadowice; a los 9 años hizo la Primera Comunión, y a los 18 recibió la
Confirmación. Terminados los estudios de enseñanza media en la escuela Marcin
Wadowita de Wadowice, se matriculó en 1938 en la Universidad Jagellónica de
Cracovia y en una escuela de teatro.
Cuando las fuerzas de ocupación nazi
cerraron la Universidad, en 1939, el joven Karol tuvo que trabajar en una
cantera y luego en una fábrica química (Solvay), para ganarse la vida y evitar
la deportación a Alemania. A partir de 1942, al sentir la vocación al
sacerdocio, siguió las clases de formación del seminario clandestino de
Cracovia, dirigido por el Arzobispo de Cracovia, Cardenal Adam Stefan Sapieha.
Al mismo tiempo, fue uno de los promotores del «Teatro Rapsódico», también
clandestino. Tras la segunda guerra mundial, continuó sus estudios en el
seminario mayor de Cracovia, nuevamente abierto, y en la Facultad de Teología
de la Universidad Jagellónica, hasta su ordenación sacerdotal en Cracovia el 1
de noviembre de 1946 de manos del Arzobispo Sapieha.
Seguidamente fue enviado a Roma, donde,
bajo la dirección del dominico francés Garrigou-Lagrange, se doctoró en 1948 en
teología, con una tesis sobre el tema de la fe en las obras de San Juan de la
Cruz (Doctrina de fide apud Sanctum Ioannem a Cruce). En aquel período
aprovechó sus vacaciones para ejercer el ministerio pastoral entre los
emigrantes polacos de Francia, Bélgica y Holanda. En 1948 volvió a Polonia, y
fue vicario en diversas parroquias de Cracovia y capellán de los universitarios
hasta 1951, cuando reanudó sus estudios filosóficos y teológicos. En 1953 presentó
en la Universidad Católica de Lublin una tesis titulada «Valoración de la
posibilidad de fundar una ética católica sobre la base del sistema ético de Max
Scheler». Después pasó a ser profesor de Teología Moral y Etica Social en el
seminario mayor de Cracovia y en la facultad de Teología de Lublin.
El 4 de julio de 1958 fue nombrado por Pío
XII Obispo titular de Olmi y Auxiliar de Cracovia. Recibió la ordenación
episcopal el 28 de septiembre de 1958 en la catedral del Wawel (Cracovia), de
manos del Arzobispo Eugeniusz Baziak. El 13 de enero de 1964 fue nombrado
Arzobispo de Cracovia por Pablo VI, quien le hizo cardenal el 26 de junio de
1967, con el título de San Cesareo en Palatio, Diaconía elevada pro illa vice a
título presbiteral. Además de participar en el Concilio Vaticano II
(1962-1965), con una contribución importante en la elaboración de la
constitución Gaudium et spes, el Cardenal Wojtyla tomó parte en las cinco
asambleas del Sínodo de los Obispos anteriores a su pontificado.
Los cardenales reunidos en Cónclave le
eligieron Papa el 16 de octubre de 1978. Tomó el nombre de Juan Pablo II y el
22 de octubre comenzó solemnemente su ministerio petrino como 263 sucesor del
Apóstol Pedro. Su pontificado ha sido uno de los más largos de la historia de
la Iglesia y ha durado casi 27 años. Juan Pablo II ejerció su ministerio
petrino con incansable espíritu misionero, dedicando todas sus energías, movido
por la «sollicitudo omnium Ecclesiarum» (solicitud por todas las iglesias) y
por la caridad abierta a toda la humanidad. Realizó 104 viajes apostólicos
fuera de Italia, y 146 por el interior de este país. Además, como Obispo de
Roma, visitó 317 de las 333 parroquias romanas.

Más que todos sus predecesores se encontró
con el pueblo de Dios y con los responsables de las naciones: más de 17.600.000
peregrinos participaron en las 1166 Audiencias Generales que se celebran los
miércoles. Ese numero no incluye las otras audiencias especiales y las
ceremonias religiosas [más de 8 millones de peregrinos durante el Gran Jubileo
del año 2000] y los millones de fieles que el Papa encontró durante las visitas
pastorales efectuadas en Italia y en el resto del mundo. Hay que recordar
también las numerosas personalidades de gobierno con las que se entrevistó
durante las 38 visitas oficiales y las 738 audiencias o encuentros con jefes de
Estado y 246 audiencias y encuentros con Primeros Ministros.
Su amor a los jóvenes le impulsó a iniciar
en 1985 las Jornadas Mundiales de la Juventud. En las 19 ediciones de la JMJ
celebradas a lo largo de su pontificado se reunieron millones de jóvenes de
todo el mundo. Además, su atención hacia la familia se puso de manifiesto con
los encuentros mundiales de las familias, inaugurados por él en 1994. Juan
Pablo II promovió el diálogo con los judíos y con los representantes de las
demás religiones, convocándolos en varias ocasiones a encuentros de oración por
la paz, especialmente en Asís.
Bajo su guía, la Iglesia se acercó al
tercer milenio y celebró el Gran Jubileo del año 2000, según las líneas
indicadas por él en la carta apostólica Tertio millennio adveniente; y se asomó
después a la nueva época, recibiendo sus indicaciones en la carta apostólica
Novo millennio ineunte, en la que mostraba a los fieles el camino del tiempo
futuro. Con el Año de la Redención, el Año Mariano y el Año de la Eucaristía,
promovió la renovación espiritual de la Iglesia. Realizó numerosas canonizaciones
y beatificaciones para mostrar innumerables ejemplos de santidad de hoy, que
sirvieran de estímulo a los hombres de nuestro tiempo: celebró 147 ceremonias
de beatificación -en las que proclamó 1338 beatos- y 51 canonizaciones, con un
total de 482 santos. Proclamó a santa Teresa del Niño Jesús Doctora de la
Iglesia. Amplió notablemente el Colegio cardenalicio, creando 231 cardenales
(más uno "in pectore", cuyo nombre no se hizo público antes de su
muerte) en 9 consistorios. Además, convocó 6 reuniones plenarias del colegio
cardenalicio. Presidió 15 Asambleas del Sínodo de los obispos: 6 generales
ordinarias (1980, 1983, 1987, 1990, 1994 y 2001), 1 general extraordinaria
(1985) y 8 especiales (1980, 1991, 1994, 1995, 1997, 1998 (2) y 1999).
Entre sus documentos principales se
incluyen: 14 Encíclicas, 15 Exhortaciones apostólicas, 11 Constituciones
apostólicas y 45 Cartas apostólicas. Promulgó el Catecismo de la Iglesia
Católica, a la luz de la Revelación, autorizadamente interpretada por el
Concilio Vaticano II. Reformó el Código de Derecho Canónico y el Código de
Cánones de las Iglesias Orientales; y reorganizó la Curia Romana. Publicó
también cinco libros como doctor privado: «Cruzando el umbral de la esperanza»
(octubre de 1994); «Don y misterio: en el quincuagésimo aniversario de mi
ordenación sacerdotal» (noviembre de 1996); «Tríptico romano - Meditaciones»:
«libro de poesías» (marzo de 2003); «¡Levantaos! ¡Vamos!» (mayo de 2004) y
«Memoria e identidad» (febrero de 2005).
Juan Pablo II falleció el 2 de abril de
2005, a las 21.37, mientras concluía el sábado, y ya habíamos entrado en la
octava de Pascua y domingo de la Misericordia Divina. Desde aquella noche hasta
el 8 de abril, día en que se celebraron las exequias del difunto pontífice, más
de tres millones de peregrinos rindieron homenaje a Juan Pablo II, haciendo
incluso 24 horas de cola para poder acceder a la basílica de San Pedro. El 28
de abril, el Santo Padre Benedicto XVI dispensó del tiempo de cinco años de
espera tras la muerte para iniciar la causa de beatificación y canonización de
Juan Pablo II. La causa la abrió oficialmente el cardenal Camillo Ruini,
vicario general para la diócesis de Roma, el 28 de junio de 2005, fue
beatificado el 1 de mayo de 2011, y canonizado por el papa Francisco el 27 de
abril de 2014, en una ceremonia conjunta con la canonización de san Juan XXIII.
Apuntes biográficos tomados del sitio del
Vaticano, donde hay además dos detalladas cronologías: una de antes del
pontificado y otra del propio pontificado.
Puede leerse aquí la homilía de SS
Benedicto XVI en la misa de beatificación. Se puede acceder
desde la Biblioteca a los documentos de
Juan Pablo II.
fuente: Vaticano
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Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=4900
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