San José de Tesalónica, obispo y mártir
fecha: 15 de julio
†: 832 - país: Grecia
otras formas del nombre: José Studita
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
†: 832 - país: Grecia
otras formas del nombre: José Studita
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
En Tesalia, tránsito de san José, obispo
de Tesalónica, hermano de san Teodoro Studita, que durante su vida de monje
compuso numerosos himnos y, promovido después al episcopado, pronto tuvo que
sufrir muchas y ásperas dificultades por defender la disciplina eclesiástica y
el culto de las sagradas imágenes, tras lo cual fue relegado al exilio en
Tesalia, donde murió de hambre.
José nace en Constantinopla en una familia
muy cristiana y en la que un tío materno, san Platón,
abad, daba un ejemplo admirable de santidad. Movidos por este ejemplo los
miembros de la familia profesaron la vida religiosa: su madre y su hermana se
hicieron monjas en Constantinopla y él mismo con sus hermanos y su padre se
retiró a sus tierras de Sacudion donde fundaron un monasterio. La familia hubo
de correr la suerte de Platón. Cuando éste se enfrentó al emperador Constantino
VI a cuentas de su matrimonio adulterino, el monasterio de Sacudion fue cerrado
y los monjes tuvieron que dispersarse. Volvieron en 797, pero los ataques
árabes hicieron al lugar tan inseguro que los monjes se trasladaron al
monasterio de San Juan Bautista de Constantinopla, conocido como Studion, y a
sus monjes como estuditas. Superior de este monasterio fue san Teodoro
Studita, hermano de nuestro santo.
El año 806 José fue designado obispo de
Tesalónica y tres años más tarde tuvo problemas con el nuevo patriarca de
Constantinopla, san Nicéforo,
cuya designación consideró ilegal porque el designado no estaba todavía
ordenado. Y como, además, su hermano y él se negaron a la comunión litúrgica
con el sacerdote que había bendecido el citado matrimonio de Constantino VI,
san Nicéforo convocó un concilio en el que fueron ellos, san Platón y otros
monjes, primero llevados a prisión y luego desterrados a las islas de los
Príncipes en el mar de Mármara. Desposeído de su sede, se le nombró un sucesor.
Dejado libre, volvió a estar desterrado entre el año 815 y el 821 a causa de su
negativa a aceptar la doctrina iconoclasta a la que se opuso con toda firmeza.
Relegado a Tesalia, vino a morir de hambre el 15 de julio del 832 y es tenido
por mártir. Se conservan de él himnos y homilías.
fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=2395
San Atanasio de Nápoles, obispo y confesor
fecha: 15 de julio
n.: c. 830 - †: 872 - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
n.: c. 830 - †: 872 - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Nápoles, ciudad de la Campania, san
Atanasio, obispo, quien, después de haber sufrido mucho por las insidias de su
impío sobrino Sergio, fue expulsado de su sede episcopal y, sumido en las
tribulaciones, voló al cielo en Véroli, país de los hérnicos.
Atanasio fue elegido obispo de Nápoles
hacia el año 850, antes de cumplir los veinte años. Era nativo de la misma
ciudad, en la que su padre había sido «Dux». Atanasio se preocupó del progreso
moral y material de Nápoles: reparó o reconstruyó los edificios destruidos por
los sarracenos, edificó un hospital para peregrinos y ancianos, y organizó el
rescate de los cristianos capturados por los mahometanos. El año 863, tomó
parte en el Concilio de Letrán, que había sido reunido por el papa san Nicolás
I; dicho Concilio declaró a san Ignacio patriarca legítimo de Constantinopla.
Después de ayudar en esa forma al Padre de la Cristiandad a reivindicar los
derechos de un obispo oprimido por el poder civil, San Atanasio fue víctima de
una presión semejante.
El ducado de Nápoles había caído en manos
de Sergio II, tirano, turbulento y ambicioso cuya vida privada era tan poco escrupulosa
como su política. Sergio consideraba a san Atanasio como un enemigo, tanto más
cuanto que éste era tío suyo y tenía, por consiguiente, derecho oficial y
personal a reprender a su sobrino. El santo cumplió con su deber y reprochó a
su sobrino ciertos tratos simoníacos y otros desórdenes. Entonces Sergio,
instigado por su esposa, encarceló a Atanasio en Sorrento. La indignación del
pueblo de Nápoles le obligó a ponerle en libertad; pero siguió molestando al
obispo y obstaculizando su trabajo en todas las formas posibles, de suerte que,
el año 871, san Atanasio salió de Nápoles y fue a instalarse en la isla del
Salvador, cerca de la costa.
Sergio le prometió entonces la paz y la
libertad total, con tal de que renunciase a su sede. Como Atanasio se negase a
ello, el tirano envió a un destacamento a traerle por la fuerza. Pero el
emperador Luis II intervino y ordenó al duque de Amalfi que pusiese a salvo al
santo obispo en Benevento. La venganza de Sergio consistió en apoderarse del
tesoro episcopal en Nápoles y atacar violentamente a los partidarios de su tío,
de suerte que el papa acabó por excomulgarle. Por su parte, el emperador
decidió tomar por su cuenta la causa del obispo y estaba ya a punto de
restablecerle por la fuerza en su sede, cuando la muerte sorprendió al santo en
Véroli, cerca de Monte Cassino, el 15 de julio de 872.
En Acta Sanctorum, julio, vol. V, se
hallan la mayoría de los documentos de importancia. E. Gaspar, en su monografía
sobre las falsificaciones llevadas a cabo por Pedro, el diácono de Monte
Cassino, afirma que la biografía más extensa de San Atanasio (Biblioteca
Hagiográfica Latina, 736) es una de ellas; pero tal opinión parece infundada:
cf. Analecta Bollandiana, vol. XXIX (1910), p. 169.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
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