lunes, 31 de octubre de 2016

Beato Timoteu de Palafrugell, presbítero y mártir (26 mártires capuchinos en Cataluña, grupo de Federico de Berga) 31 de octubre


can.: B: Francisco 21 nov 2015
país: España - n.: 1897 - †: 1936

En Olot, Girona, beato Timoteu de Palafrugell (Jesús Miquel Girbau), presbítero, capuchino mártir en la persecución religiosa durante la Guerra Civil.

26 mártires capuchinos en Cataluña, grupo de Federico de Berga

El grupo comprende 25 frailes capuchinos que dieron testimonio de la fe en Cataluña entre julio de 1936 y febrero de 1937.
En este grupo:
Carta circular del General de los Capuchinos, Fr. Mauro Jöhri, con vistas a la beatificación del grupo de capuchinos
Queridos hermanos y hermanas:
Nos llegan casi cotidianamente noticias de cristianos asesinados, especialmente en el Medio Oriente, únicamente por motivo de su pertenencia a la religión cristiana. Son hechos que nos causan horror. Nos preguntamos ¿cómo es posible que esto suceda todavía en nuestros días? Se trata realmente de hechos inaceptables, pero olvidamos quizá demasiado fácilmente que cosas semejantes sucedieron por ejemplo en España hace menos de cien años y que entre las victimas de aquella persecución figuran también muchos hermanos capuchinos.
2. La Orden se une muy estrechamente a los hermanos de la Provincia capuchina de Cataluña en la celebración de la beatificación de 26 de sus hijos, asesinados en odio a la fe durante la guerra civil (1936-1939). El próximo 21 de noviembre en la catedral de Barcelona a las 11.30, la Iglesia proclamará beatos a fr. Frederic de Berga y 25 compañeros de martirio. ¡Alegrémonos y demos gracias al Señor!
El contexto histórico
3. La Provincia de Cataluña tuvo el Capítulo provincial del 13 al 16 de julio de 1936. Ya durante aquel Capítulo se habló de la posibilidad de que estallase algún tipo de revuelta, con incendios de iglesias y asesinatos de sacerdotes, como había sucedido ya en otros lugares. Se buscó el modo de poner a salvo en casa de amigos los enseres más preciosos y los paramentos sagrados. Cada convento, además, tenía una lista de personas cercanas a los frailes, dispuestas a acogerlos. De manera que, al iniciarse la persecución, inmediatamente después del estallido de la Guerra Civil, los hermanos se dispersaron y fueron acogidos por los familiares y por los amigos. Los lugares donde los hermanos encontraron refugio, podían dar seguridad por algunos días o a lo más por alguna semana; eso se pensaba que pudiera durar la turbulencia, y no ciertamente por dos años y medio, que era cuanto iba a durar la clandestinidad y la persecución y la caza a quien fuera sacerdote o religioso.
4. No fueron las autoridades de la República quienes persiguieron a los religiosos. En aquellos primeros meses de guerra, la retaguardia republicana permaneció bajo el poder de los comités revolucionarios anárquicos, que se hicieron dueños de la calle sin que nadie se lo impidiese. Nuestros hermanos, en general, habían mantenido siempre una actitud dialogante con la República. Además, en Cataluña eran particularmente amados por su sintonía con "la Renaixença", el movimiento de redescubrimiento y revalorización de la identidad catalana de fines del s. XIX y principios del s. XX. Sin embargo, precisamente esto constituyó un agravante para algunos revolucionarios, los cuales consideraban la misma República y el amor a la propia tierra y cultura como características burgueses que debían ser erradicadas como la religión.
5. La persecución no fue simplemente obra de personas no controladas. Había instrucciones bien precisas para buscar y suprimir a los religiosos. Se hicieron pesquisas en muchas casas privadas. Algunos de estos mártires tuvieron que huir de una a otra casa, sin poder hallar un refugio seguro. En el caso de fr. Martín de Barcelona, historiador que había estudiado en Lovaina y era autor de estudios sobre san Francisco y Raimundo Lulio, los revolucionarios detuvieron a toda su familia y, bajo amenaza de muerte, obtuvieron que los familiares revelaran donde se encontraba. Otros, como fr. Vicenç de Besalú, tuvieron que dormir al raso durante muchos días.
6. He aquí el elenco de los hermanos capuchinos de los cuales se ha reconocido el martirio y serán beatificados:
P. Frederic de Berga (Martí Tarrés Puigpelat)
P. Modest de Mieres (Joan Bover Teixidó)
P. Zacaries de Llorenç del Penedés (Sebastiá Sonet Romeu)
P. Remigi del Papiol (Esteve Santacana Armengol)
P. Anselm d'Olot (Laurentí Basil Matas)
P. Benigne de Canet de Mar (Miquel Sagré Fornaguera)
P. Josep de Calella de la Costa (Joan Vila Colomé)
P. Martí de Barcelona (Jaume Boguñá Casanova)
P. Rafael Maria de Mataró (Francesc de Paula Soteras Culla)
P. Agustí de Montclar de Donzell (Josep Alsina Casas)
P. Doroteu de Vilalba dels Arcs (Jordi Sampé Tarragó)
P. Alexandre de Barcelona (Jaume Nájera Gherna)
P. Tarsici de Miralcamp (Josep Vilalta Saumell)
P. Vincenç de Besalú (Julià Gebrat Marcé)
P. Timoteu de Palafrugell (Jesús Miquel Girbau)
Fr. Miquel de Bianya (Pelai Ayats Vergés)
Fr. Jordi de Santa Pau (Manuel Collellmir Senties)
Fr. Bonaventura de Arroyo Cerezo (Tomás Díaz Díaz)
Fr. Marçal del Penedès (Carles Canyes Santacana)
Fr. Eudald d'Igualada (Lluís Estruch Vives). El más joven, tenía sólo dieciocho años
Fr. Paciá Maria de Barcelona (Francesc Maria Colomer Presas)
Fr. Ángel de Ferreries (Josep Coll Martí)
Fr. Cebrià de Terrassa (Ramon Gros Ballvé)
Fr. Eloi de Bianya (Joan Ayats Plantalech)
Fr. Prudenci de Pomar de Cinca (Gregori Charlez Ribera)
Fr. Félix de Tortosa (Joan Bonavida Dellà).
Conozcamos más de cerca a algunos de estos hermanos.
7. Fr. Frederic de Berga, que es el primero en la lista, había sido guardián, misionero en América Central y Provincial por un trienio. El Obispo de Vic había dicho de él que era el predicador más apostólico que había en su diócesis. Al principio de la revolución era guardián en el convento de Arenys. Después de esconderse algunos días por los montes, llegó a Barcelona y participó activamente en la red clandestina de la Iglesia que se estaba formando. Poco antes de la muerte, en febrero de 1937, calculaba haber distribuido, siempre con peligro de la vida, cerca de 1200 comuniones. Celebraba la Eucaristía en casas privadas, donde se reunían pequeños grupos de fieles, haciendo uso del permiso dado por la Santa Sede de celebrar sin ornamentos ni vasos sagrados. Fue descubierto durante una pesquisa en la casa donde había sido acogido.
8. Fr. Eloy de Bianya es quizá la figura más amada de todo el grupo de los mártires. Era hermano portero del convento de Sarriá. El padre de un fraile actual, que lo conoció, había dicho de él que era "el hombre que me ha hablado menos y me ha comunicado más". Estuvo acogido en la casa del señor Maurici Serrahima, vecino al convento, el cual en sus memorias ha dejado esta bellísima descripción: "Mucho se ha hablado de fr. Eloy, y con razón. (…) Tenía en el rostro una sonrisa buena y al mismo tiempo dulcemente irónica. (…) Era una figura de hombre agradable de ver y de tener cercano. Las simpatías que había despertado en la portería del convento eran inmensas, y todos lo conocían. Sonreía y sabía gastar una broma cuando era oportuna. Pero en él debía haber una vida interior muy intensa, de la cual tenía que provenir el equilibrio en todo. No molestaba y no hacía ruido. No hablaba si no le hablaban. Y cuando hablaba, lo hacía con una suavidad que deseaba ser solo discreta y muchas veces resultaba impresionante. No una palabra de lamento ni de protesta. Durante su permanencia en nuestra casa, nunca habló de venganza, incluso tampoco de hacer justicia. 'Estos hombres (decía, refiriéndose a aquellos que se habían lanzado a la locura de los incendios y de los asesinatos) son buena gente. Han sufrido mucho, han pasado por estrecheces y humillaciones. Estoy seguro de que han sido fieles a su mujer, han luchado por su familia. Lo que están haciendo ahora es la primera maldad que cometen. Y lo hacen porque están convencidos de que así mejorarán el destino de los pobres. Los encontraremos en el cielo…'. No aseguro que haya dicho literalmente estas palabras. Pero que era esto lo que significaban cuando me hablaba". Fr. Eloy fue arrestado en la estación del tren junto a otros tres frailes cuando pretendía dirigirse a su país natal.
9. Entre los jóvenes estudiantes asesinados se puede destacar a fr. Marçal de Villafranca, el más joven de cuatro hermanos frailes. Tenía 19 años. Después de dos pesquisas de los revolucionarios que estaban buscando a sus hermanos mayores, la familia decidió trasladarse a otro barrio, pero una vecina los siguió y los denunció al comité de zona y lo arrestaron. Saludando a su madre, dijo: "Mama, no sufrir por lo que me pueda pasar. Mi conciencia está en paz con Dios".
10. Fr. Modest de Mieres y fr. Ángel de Ferrieres eran un anciano teólogo y un joven hermano laico que se refugiaron en la casa de otro hermano, cercana al convento de Sarriá. La casa fue sometida a varias pesquisas, durante las cuales ellos se hicieron pasar como parientes de la familia. Fr. Ángel habría podido escapar, pero no quiso abandonar a fr. Modest y a otro hermano, enfermo en cama. Fr. Modest compuso una oración que recitaban juntos todos los días: "En este momento y ciertamente en la hora de la muerte, si no me encontrara en circunstancias convenientes, con la ayuda de la divina gracia que humildemente confío que me concederéis, acepto, oh Dios mío, voluntariamente, con todo el placer, humildemente y de todo corazón, aquella muerte que queráis enviarme. Cualquiera que ella sea, uno mi muerte a la muerte santísima de nuestro Señor Jesucristo, que en este momento se está renovando en el santo sacrificio de la Misa, y así unida os la ofrezco, oh Dios mío, suplicándoos humildemente que os dignéis aceptarla benignamente, no obstante mi bajeza y miseria, en unión con la muerte de nuestro Señor Jesucristo, para la remisión de todas mis culpas y pecados, y de las culpas y pecados de todos los hombres". Finalmente, denunciados por algunos vecinos, fueron arrestados y asesinados en las cercanías del convento.
11. Algunos de los nuevos mártires fueron misioneros: fr. Anselm d'Olot y fr. Benigne de Canet habían estado en el Caquetá (Colombia); fr. Zacaries de Llorenç terminó sus estudios en Pasto (Colombia) y fue ordenado sacerdote en Bogotá; fr. Remigi de Papiol estuvo en Manila (Filipinas), en el vicariato de Bluefields (Nicaragua) y en Costa Rica; y fr. Frederic de Berga estuvo en Costa Rica.
12. De los 26 que son beatificados en esta ocasión, 17 murieron entre julio y agosto. Luego la persecución comenzó a perder intensidad. El último en morir fue fr. Frederic de Berga el 16 de febrero de 1937. En mayo de 1937 el gobierno de la República tomó el control de la situación de Barcelona y prácticamente cesaron los asesinatos. No obstante, la Iglesia continuó viviendo en la clandestinidad hasta el fin de la guerra en 1939.
El papel de familiares y amigos
13. Juntamente con el heroísmo de los mártires, hay que resaltar el de las familias que acogieron en sus casas, con peligro de la propia vida, a ellos y a otros que sobrevivieron a la persecución. Hubo casos de personas asesinadas por haber acogido en sus casas a un sacerdote o a un religioso, sin embargo no sucedió esto entre aquellos que acogieron a nuestros hermanos. En algunos casos ciertamente fueron arrestados algunas horas o días miembros de las familias que los habían acogido, pero al fin fueron siempre liberados. En un primer momento, estas familias fueron de personas muy cercanas a los conventos. Pero en seguida se debió recurrir a otros amigos o amigos de amigos, los cuales también generosamente se prestaron a dar acogida, por amor a los hermanos y a la Iglesia, conscientes también del riesgo que ello comportaba. A veces en las familias se enseñó a los niños de la casa a llamar al fraile "abuelo" o "tío" cada vez que entraba algún desconocido. Se dio un caso en que un dirigente anárquico tomó bajo su protección a un fraile que había sido arrestado por el simple hecho de estar rezando discretamente el rosario en un lugar público.
Dispuestos a donarse hasta el fondo
14. Estos nuestros hermanos eran conscientes de lo que podía sucederles. Buscaron protección aquí y allá, recordando cuanto afirma Jesús en el Evangelio de Mateo (10,23): "Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra", pero cuando el momento de la prueba se presentó de modo serio, ellos no se tiraron atrás y dieron el testimonio supremo. Me pregunto si nosotros hoy como hermanos capuchinos tenemos la misma convicción y disponibilidad para dar, si fuera necesario, nuestra vida por Cristo, caso de que tuviera que presentarse lo que Hans Urs von Balthasar llamaba: "El caso serio" (Cordula oder der Ernstfall, Johannes 19874).
15. Me parece justo proponeros esta pregunta, porque todos corremos el peligro denunciado por San Francisco en la VI Admonición:
"Reparemos todos los hermanos en el buen Pastor, que por salvar a sus ovejas soportó la pasión de la cruz. Las ovejas del Señor le siguieron en la tribulación y la persecución, en el sonrojo y el hambre, en la debilidad y la tentación, y en todo lo demás; y por ello recibieron del Señor la vida sempiterna. Por eso es grandemente vergonzoso para nosotros los siervos de Dios que los santos hicieron las obras, y nosotros, con narrarlas, queremos recibir gloria y honor".
16. Alegrémonos por el don de esto 26 nuevos mártires que la Iglesia proclama, y con la intercesión de la Virgen Inmaculada, Patrona de la Orden, pidamos para nosotros, hermanos capuchinos, un renovado empeño para seguir a Cristo con alegría anunciando la misericordia y la paz de Dios.
¡Fraternamente!
Fr. Mauro Jöhri, Ministro general OFMCap
Roma, 4 de octubre de 2015, Solemnidad de San Francisco de Asís
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Beato León Nowakowski, presbítero y mártir (108 Mártires polacos durante la ocupación nazi (1939 - 1945)) 31 de octubre

Beato León Nowakowski, presbítero y mártir

fecha: 31 de octubre
n.: 1913 - †: 1939
canonización: 
B: Juan Pablo II 13 jun 1999
hagiografía: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003

Elogio: En la localidad de Piotrkow Kujawski, en Polonia, beato León Nowakowski, presbítero y mártir, que, durante la ocupación militar de Polonia, por su fe fue fusilado a manos de un régimen contrario a Dios.
Ver más información en:


Nació en Byton (Polonia) el 28 de junio de 1913. En su adolescencia ingresa en el seminario diocesano de Wloclawek y, terminados los estudios, es ordenado sacerdote el 20 de junio de 1937. Enviado a Roma, hace estudios en la Universidad Gregoriana, donde obtiene la licenciatura en teología. Vuelve a Polonia el verano de 1939 para pasar las vacaciones, aquí le sorprende el estallido de la II Guerra Mundial que le impide volver a Roma. Se queda en su parroquia colaborando con el párroco y lo sustituye cuando éste es arrestado. Pero el 24 de octubre de aquel año 1939 él es arrestado también y, con otros detenidos, llevado a Piotrków Kujawski, donde estuvo una semana, al cabo de la cual fue sacado con otros sacerdotes y fusilado en las inmediaciones de la población. Fue beatificado el 13 de junio de 1999 por el papa Juan Pablo II.
fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003
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Beato Domingo Collins, religioso y mártir (17 mártires de la persecución religiosa en Irlanda) (31 de octubre)

Beato Domingo Collins, religioso y mártir

fecha: 31 de octubre
n.: c. 1566 - †: 1602 - país: Irlanda
otras formas del nombre: Doiminic O Coileain
canonización: 
B: Juan Pablo II 27 sep 1992
hagiografía: Blog Vocaciones Jesuitas

Elogio: En Youghall, cerca de Cork, en Irlanda, beato Domingo Collins, religioso de la Orden de la Compañía de Jesús y mártir. el cual, encarcelado largo tiempo mientras padecía interrogatorios y torturas, confesó constantemente su fe católica, y consumó su martirio al ser ahorcado.
Ver más información en: 

Domingo Collins nació hacia 1566 en la ciudad de Youghal, del condado de Cork, en Irlanda. Tendría unos veinte años cuando partió para Francia. Allí decidió seguir la carrera militar, en la que tanto se distinguió que rápidamente es promovido al rango de capitán. En 1598 hace una nueva opción de vida ingresando en la Compañía de Jesús en Santiago de Compostela, donde pronuncia su profesión perpetua como Hermano Coadjutor. Vuelve a Irlanda en 1601, pero el 17 de junio de 1602 lo hacen prisionero los ingleses, que en vano forcejean por hacerle renegar de su fe. Condenado a muerte, fue ahorcado el 31 de octubre de 1602 en Youghal, ciudad donde había nacido. Juan Pablo II lo beatificó, juntamente con otros dieciséis mártires irlandeses, el 27 de septiembre de 1992.
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Beata Irene Stefani, virgen - Santa María Purísima de la Cruz Salvat Romero, religiosa (321 de octubre)

Beata Irene Stefani, virgen

fecha: 31 de octubre
n.: 1891 - †: 1930 - país: Kenya
otras formas del nombre: Aurelia Mercede Stefani
canonización: 
B: Francisco 23 may 2015
hagiografía: Congregación

Elogio: En Gikondi, diócesis de Nyeri, Kenya, beata Irene Stefani, virgen profesa del Instituto de las Hermanas Misioneras de la Consolata, que entregó su vida al servicio de las víctimas de la peste, como oblación por las misiones.

Irene había nacido en Anfo, Brescia (Italia), el 22 de agosto de 1891, y fue bautizada con el nombre de María Mercedes. Manifestó desde muy niña su inclinación a una vocación misionera, pero no obtuvo en principio el permiso paterno. Sin embargo el 19 de Junio de 1911, a los 19 años de edad deja su pueblo natal, Anfo, en la provincia de Brescia (Italia), donde ya se le conocía como “el angel de los pobres”, y se dirige a Turín donde José Allamano, el fundador del Instituto de los Misioneros de la Consolata, aca­baba de dar inicio también a las Misioneras de la Consolata. El la recibe en el pequeño grupo de las primeras jóvenes deseosas de entregar su vida a Dios para la obra misionera.
Acabada su preparación, con confianza y humilde valentía, hacia finales de 1914, acepta con entusiasmo el mandato para las misiones de Kenya, conciente de las dificuldades que la esperan. Su corazón no tiembla, porque està afianzado en Dios. El 29 de Enero de 1914, día de su consagración a Dios para la misión, Sor Irene habia condensado en pocas lineas su programa de vida:
«¡Sólo Jesús! Todo con Jesús... Toda de Jesús... Todo para Jesús / Nada para mí.»
En Enero de 1915 llega a Kenya, y experimenta la pobreza extrema, la fatiga, la soledad. Tiene que hacer el esfuerzo para aprender un idioma nuevo, penetrar en una cultura muy diferente, deshacer prejuicios. Sor Irene ensancha su corazón, para que en él encuentre espacio aquel mundo al que ella se entrega con todo su ser: es mujer humilde, llena de fe ardiente, de caridad intrépida y esperanza inquebrantable para anunciar que Jesús es el Hijo de Dios y el Salvador de la humanidad.
A los pocos meses de haber llegado a Kenya, la primera guerra mundial hace sentir sus efectos en las colonias inglesas y alemanas e implica directamente numerosos misioneros y misioneras presentes en Africa Oriental.
A partir de Agosto de 1916, Sor Irene desarrolla la tarea de enfermera de la Cruz Roja en Kenya y Tanzania, en los grandes hospitales de campo levantados por los “carriers”, los trescientos mil y más indígenas movilizados por los ingleses para defender y ensanchar sus fronteras. Con piedad y abnegación pasa dias y noches en las grandes carpas donde se amontonan hasta dos mil enfermos y heridos. En aquellas miserables condiciones falta de todo, pero sor Irene suple la falta de remedios y de asistencia médica multiplicando los gestos de caridad y la cercanía afectuosa y maternal a cada uno de esos po­bres jóvenes.
A fines de la guerra Sor Irene vuelve a Kenya entre sus Agikuyus y se entrega totalmente a la obra de evangelización con inagotable espíritu apostólico. Llega a ser maestra, enfermera, partera, visitadora familiar y a todos lleva amor y gestos concretos de solidaridad. Tanto es así que la gente empieza a llamarla con cariño “Nyaatha”, que significa “la madre toda misericordia”.
Al cumplir 39 años de edad, frente a las necesidades incalculables de la obra misionera y siempre más conciente de su pequeñéz, Sor Irene siente la llamada interior a ofrecer a Dios el sacrificio supremo de su vida para la llegada del Reino. Tan sólo dos semanas después de su ofrecimiento, asistiendo a un enfermo de peste que muere entre sus brazos, contrae la misma enfermedad que en pocos días la lleva a la muerte, víctima de su caridad heroica.
Es el 31 de Octubre de 1930. En cuanto la dolorosa noticia de su muerte se difunde, la gente aturdida y consterna­da acude en masa a la misión para ver por última vez su rostro, superando el temor supersticioso hacia los muertos, aún muy arraigado en aquel tiempo.
Después de más  de medio siglo la Iglesia de Nyeri (Kenya) y la de Turín piden a la “Congregación de los Santos” en Roma que sean reconocidas las virtudes heroicas de Sor Irene Stéfani, para gloria de Dios y ejemplo a los fieles. Sus restos, exhumados en 1995, reposan en la iglesia de la Consolata en Nyeri­Mathari (Kenya).
Hay abundante material bio-hagiográfico en la red, en especial relacionado con su congregación, las Misioneras de la Consolata, mayormente en italiano; de entre todos puede ser útil este sitio con muchos testimonios.
fuente: Congregación
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Santa María Purísima de la Cruz Salvat Romero, religiosa

fecha: 31 de octubre
n.: 1926 - †: 1998 - país: España
canonización: 
B: Benedicto XVI 18 sep 2010 - C: Francisco 18 oct 2015
hagiografía: P. Carlos Ros

Elogio: En Sevilla, España, santa María Purísima de la Cruz (Maria Isabel) Salvat Romero, religiosa profesa de la Compañía de la Cruz.
María de la Purísima –en el mundo María Isabel Salvat– nació en Madrid de familia bien, pero vivió prácticamente toda su vida en Sevilla, donde murió en 1998. Es pues una santa sevillana.
Curiosamente nació en Madrid en el mismo edificio donde murió el poeta Gustavo Adolfo Bécquer. Una placa puesta por el Ayuntamiento madrileño así lo dice en el número 25 de la calle Claudio Coello, en el barrio de Salamanca. 
El poeta sevillano Gustavo Adolfo Bécquer dejará escrito en sus Rimas ese verso que dice:
–Por una sonrisa, un cielo.
Pues la niña, que nació en esa casa madrileña donde el poeta murió, ha rectificado el verso para convertirlo en vida propia y ser especialmente para los pobres de este mundo a los que ella sirvió con heroica virtud:
–Una sonrisa de cielo.
La sonrisa y el cielo.
–Lo hacía todo –cuentan las Hermanas– con la mirada puesta en el cielo y con el pensamiento en la vida eterna.
En María de la Purísima la presencia de Dios era tan natural como el respirar.
Y su sonrisa.
–Una sonrisa de cielo.
Sonrisa que desbordaba alegría humana y espiritual. Todas las Hermanas que han convivido con ella lo dicen. Una sonrisa que producía en su entorno la paz de Dios.
Escribiendo a una de las Hermanas, alumna suya y después religiosa, la exhortaba diciéndole:
–No fomente ¡por Dios! espíritu de tristeza; al contrario, dese alegremente a todos y procure hacer felices a todos sin pensar en sí misma... Siempre alegre, pues no tenemos motivo para otra cosa, ya que es tanto lo que hemos recibido del Señor que esto bastaría para sentirnos felices.
Pero no es solo su sonrisa.
Es santa de las cosas pequeñas. Sin recurrir a actos heroicos, se puede ser extraordinaria en lo ordinario.
La pequeñez.
La pobreza, propia del Instituto.
El amor a los pobres. «Ellos son nuestros amos», decía santa Ángela de la Cruz, fundadora de las Hermanas de la Cruz.
Y la humildad.
Los nueve Teólogos Consultores, que han examinado sus virtudes en Roma y han formulado un dictamen positivo, han visto en María de la Purísima que fue heroicamente humilde, fuerte, obediente, servicial, serena y moralmente transparente como un cristal.
Lo que ha confesado una novicia:
–He vivido con una santa que se puede imitar.
El 9 de junio de 1945, recibió el hábito y comenzó su noviciado que durará dos años. A María Isabel le pusieron de nombre María de la Purísima de la Cruz.
Quisiera especular un poco sobre su nombre de religión.
¿Por qué Purísima y no Inmaculada?
Dicen lo mismo, significan lo mismo, pero el vocablo «Purísima» tiene una connotación muy sevillana. Cuando a principios del siglo XVII Sevilla vivió con pasión el misterio inmaculado, hasta el punto de ganarse con honra el bello título de ciudad de la Inmaculada, comenzó también a propagarse la bonita costumbre de saludarse con el «Ave María Purísima», para contestar «Sin pecado concebida». Y surgen igualmente denominaciones cofrades con el título de la «Pura y Limpia» o de la «Purísima».
A María Isabel –¿lo eligió ella? ¿se lo sugirió la maestra de novicias?– le tocó en suerte el nombre de una denominación muy sevillana. Ella quería, puesto que hizo una novena a la Inmaculada para ablandar el corazón de su padre, llamarse como la Santísima Virgen en su misterio inmaculado.
Y así será desde este momento. Con el añadido «de la Cruz», que todas las Hermanas agregan a su nombre de religión.
María Isabel será desde entonces Sor María de la Purísima de la Cruz. Y ahora, tras su canonización, santa María de la Purísima.
Artículo tomado -con permiso del autor- del blog "Mi parroquia de papel". El P. Carlos Ros es autor de una biografía de la santa «Madre María de la Purísima, una sonrisa de cielo", ediciones San Pablo, Madrid, 2015.
fuente: P. Carlos Ros
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Beato Cristóbal de Romagna, religioso presbítero - Beato Tomás de Florencia Bellaci, religioso (31 de octubre)

Beato Cristóbal de Romagna, religioso presbítero

fecha: 31 de octubre
fecha en el calendario anterior: 25 de octubre
n.: c. 1172 - †: 1272 - país: Francia
otras formas del nombre: Cristóbal de Romagnola
canonización: 
Conf. Culto: Pío X 1905
hagiografía: Directorio Franciscano

Elogio: En Cahors, lugar de Aquitania, beato Cristóbal de Romagna, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que, enviado por san Francisco, después de muchos trabajos en favor de las almas murió ya centenario.

El beato Cristóbal DE Romagnola (o de Romagna) nació probablemente en Cesenatico (Forlí, Italia) hacia el año 1172. Se ordenó de sacerdote y estuvo regentando una parroquia de su ciudad natal hasta que, en 1216, san Francisco de Asís la visitó, y el buen párroco quedó cautivado por la palabra y el ejemplo arrolladores del santo. Decidió entonces ingresar en su Orden. Ya fraile, desarrolló su apostolado entre los leprosos y destacó por su austeridad.
San Francisco lo envió con otros religiosos al sur de Francia para difundir la Orden y para hacer frente a la herejía albigense. En Aquitania se acreditó por su santa vida y por su predicación, su sencillez y amor a la naturaleza, la devoción eucarística y la mariana. Atrajo a muchos albigenses a la fe católica y adquirió fama de taumaturgo. Asistió al capítulo de Arlés, en el que predicó san Antonio de Padua y se apareció san Francisco. Fundó varios conventos y en uno de ellos, el de Cahors, murió el 31 de octubre de 1272. Su culto fue aprobado en 1905. Los bolandistas relegan a este beato entre los praetermissi (olvidados), porque no encontraron suficientes pruebas de la continuidad de su culto.
El decreto de confirmación del culto, que incluye un resumen biográfico, puede verse en Acta Sanctae Sedis 38 (1905-06), pág 101ss. En Analecta Franciscana, vol. III, pp. 161-173, hay una biografía escrita por Bernardo de Besse. Artículo tomado del Año Santo Franciscano, con algunos elementos del Butler-Guinea, t. IV, pág. 205.
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Beato Tomás de Florencia Bellaci, religioso

fecha: 31 de octubre
n.: 1370 - †: 1447 - país: Italia
canonización: 
Conf. Culto: Clemente XIV 24 ago 1771
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Elogio: En Rieti, en la Sabina, beato Tomás de Florencia Bellaci, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, que, enviado a Tierra Santa y Etiopía, a causa de Cristo sufrió cautividad y pruebas de toda clase por parte de los infieles, y, habiendo vuelto a su patria, casi centenario descansó en paz.
Tomás Bellacci, originario de Florencia, era un hermano lego franciscano. En su juventud llevó una vida muy desordenada, pero los buenos consejos de un amigo le ayudaron a caer en la cuenta de la futilidad de su vida, por lo que pidió ser admitido en el convento de los frailes de la observancia de Fiésole. Estos le aceptaron, no sin cierto temor, porque todo el mundo estaba al tanto de los excesos del joven. Tomás se entregó a la penitencia con el mismo entusiasmo que había puesto en el vicio. Con el tiempo, fue nombrado maestro de novicios -a pesar de no ser más que hermano lego- y supo formar a sus discípulos en la más estricta observancia. En 1414, fray Juan de Stroncone estableció la reforma de los observantes en el reino de Nápoles y escogió a Tomás por compañero. El beato trabajó allí unos seis años, y Dios bendijo su ministerio con numerosos milagros, Después, con la autorización del Papa Martín V, fue a combatir en Toscana a los herejes conocidos con el nombre de «Fraticelli», en compañía del beato Antonio de Stroncone. Al mismo tiempo que combatía a los herejes, fundó varios conventos, sobre los que san Bernardino le dio autoridad, y fijó su residencia en Scarlino. En esta última ciudad introdujo la costumbre de que los frailes fuesen en procesión a un bosque vecino, después del canto del oficio nocturno. Cada uno de los frailes tenía en el bosque un refugio de ramas entretejidas, donde pasaba parte de la noche en oración.
El papa Eugenio IV envió, en 1439, a fray Alberto de Sarzana como legado pontificio ante los jacobitas de Siria y otros disidentes orientales. A pesar de que el beato Tomás tenía ya setenta años, fray Alberto decidió llevarle por compañero. En Persia fray Alberto envió a Tomás, con otros tres frailes, a Etiopía. Durante el viaje, fueron asaltados tres veces por los turcos, quienes los trataron con gran crueldad, no obstante lo cual, el beato Tomás insistió en continuar sus prédicas a los mahometanos. Finalmente, el papa Eugenio IV tuvo que rescatar a los frailes, pues los musulmanes los aprisionaron y los condenaron a muerte. El beato Tomás, que no podía consolarse de que Dios no hubiese aceptado el sacrificio de su vida, partió en 1447 a Roma para pedir permiso de ir nuevamente al Oriente a predicar, sin tomar en cuenta su avanzada edad. Durante el viaje cayó enfermo y murió en Rieti, el 31 de octubre de aquel año. Muchas personas pidieron que fuese canonizado junto con san Bernardino de Siena, cuya causa estaba ya introducida. Para evitar retrasos en la canonización de éste, san Juan Capistrano fue, según se dice, al sepulcro de Tomás en Rieti y le mandó que, por santa obediencia, dejase de hacer milagros hasta que san Bernardino estuviera canonizado. El beato no hizo un solo milagro en los tres años siguientes, pero nunca llegó a ser canonizado. Su culto fue aprobado por Clemente XIV en 1771.
Véase Wadding, Annales Minorara; Mazzara, Leggendario francescano; y el resumen de Léon, Auréole Séraphique (trad. ingl.), vol. IV.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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San Epímaco de Pelusio, mártir - San Foilán, abad (31 de octubre)

San Epímaco de Pelusio, mártir

fecha: 31 de octubre
†: c. 250 - país: Egipto
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa

Elogio: En Alejandría de Egipto, san Epímaco de Pelusio, mártir, del cual cuenta la tradición que en tiempo de persecución bajo el emperador Decio, al ver cómo el prefecto obligaba a los cristianos a ofrecer sacrificios a los ídolos, intentó destruir el ara, a causa de lo cual fue inmediatamente detenido, torturado y decapitado.
Por fecha, lugar y nombre, este san Epímaco podría confundirse (y de hecho ocurre así con frecuencia) con el Epímaco que se venera en el 12 de diciembre su martirio, muerto también en Alejandría en la persecución de Decio, y al que hace referencia también el elogio de san Gordiano. Sin embargo, es venerado entre los griegos y eslavos, su nombre se halla en varios martirologios antiguos, y los hechos que llevaron al martirio de Epímaco de Pelusio son distintos a los de Epímaco de Alejandría.
Pelusium es una antigua ciudad egipcia, en al desembocadura del Nilo (la que en el Antiguo Testamento se denomina «Fortaleza de Sin»). Es una ciudad que fue cristiana desde tiempos inmemoriales, allí «se ejercitaba en toda filosofía -dice Metafrasto- y se rodeaba, vencedor, de toda aspereza...». Llegan a Pelusio las noticias de las persecuciones que están teniendo lugar en Alejandría, y así bajó nuestro mártir a la gran ciudad de Alejandría, «movido por un divino celo», nos dice la Passio. El elogio del Martirologio resume lo que podemos saber de su gesta: destruyó el ara de los dioses a los que se pretendía obligar a que los cristianos sacrificaran, y así se hizo él mismo acreedor de la gloriosa corona del martirio.
En Acta Sanctorum, oct., XIII (pág 772ss.) se hallarán las argumentaciones y citas de la distinción entre los dos Epímacos (aun en la época se hablaba de tres, distinguiendo al de Gordiano del de Aejandro). Allí mismo está uno de los textos, en griego y latín, de la Passio, aunque los textos son todos tardíos y novelados.
Abel Della Costa
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San Foilán, abad

fecha: 31 de octubre
n.: c. 600 - †: c. 655 - país: Bélgica
otras formas del nombre: Fuilanus, Feuillien, Pholien
canonización: culto local
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

Elogio: En Fosses, en el territorio de Brabante, en Austrasia, san Foilán, presbítero y abad, el cual, nacido en Hibernia y hermano y compañero de san Furseo, fue siempre fiel a la disciplina monástica de su patria, fundó monasterios dobles de monjes y monjas en Fosses y en Nivelles, y en un viaje entre estos dos cayó en manos de malhechores, que lo asesinaron.
refieren a este santo: San Furseo

San Foilán es hermano de san Fursey. Ambos hermanos y un tercero, Ultán, llegaron juntos desde Irlanda a Inglaterra después del año 630. y fundaron un monasterio en Burgh Castle, de Yarmouth. Después de evangelizar a los anglos del este durante algún tiempo, san Fursey pasó a la Galia, donde murió hacia el año 648. El este de Anglia fue invadido por Penda y los mercios, quienes saquearon el monasterio de Brugh Castle. Entonces Foilán y Ultán decidieron seguir el ejemplo de su hermano. Así pues, partieron a Neustria, como lo había hecho Fursey y fueron muy bien acogidos por Clodoveo II. De Péronne, san Foilán pasó a Nivelles, donde Itta de Nivelles, viuda del Pipino de Landen, había fundado un monasterio del que su hija Gertrudis era abadesa. Itta regaló a Foilán unas tierras para que fundase un monasterio. San Foilán permaneció en estrecho contacto con la abadía de Nivelles, donde ejerció gran influencia. Además, se dedicó a predicar en Brabante y dejó allí profunda huella. San Foilán es uno de los más famosos entre los misioneros irlandeses de segunda importancia que vivieron en los monasterios del continente.
Hacia el año 655, la víspera del día de la fiesta de san Quintín, san Foilán cantó la misa en Nivelles y, en seguida, partió de viaje con tres compañeros. Al pasar por el bosque de Seneffe, unos bandoleros cayeron sobre ellos, les robaron y los asesinaron. Los cadáveres no fueron descubiertos sino hasta el 16 de enero del año siguiente. Santa Gertrudis mandó que fuesen sepultados en la abadía que san Foilán había fundado. En algunas regiones de Bélgica se venera a san Foilán como mártir, porque murió en el desempeño de una misión eclesiástica. Algunos autores afirman que fue obispo, pero tal afirmación carece de pruebas.
En Acta Sanctorum se hallarán algunos textos relacionados con el santo. El documento más importante es el apéndice de ciertos manuscritos de la primera biografía de san Foilán. B. Krusch, que lo publicó en Monumenta Germaniae Historica, Scriptores Merov., vol. IV, pp. 449-451, opina que su autor fue testigo presencial de los hechos y que era probablemente un monje irlandés que estaba al servicio de las religiosas de Nivelles. Dicho documento describe la muerte y el entierro del santo. Véase también Kenney, Sources for the Early History of Ireland, vol. I, pp. 503-504; Crépin, Le Monastére des Scots des Fossés, en La terre wallonne, vols. VIII (1923), pp. 357-385, y IX (1923), pp. 16-26; y L. Gougaud, Christianity in Celtic Lands, pp. 147-148. Tanto Itta, como Pipino eran considerados, antes de la reforma del calendario, como beatos, y Ultán, el tercer hermano, como santo.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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