EL CIELO Y EL CUERVO
Un cuento del Bhagawat Purana:
Una vez volaba un cuervo por el cielo llevando en su pico un trozo de carne. Otros veinte cuervos se pusieron a perseguirle y le atacaron sin piedad. El cuervo tuvo que acabar por soltar su presa. Entonces, los que le perseguían le dejaron en paz y corrieron, graznando, en pos del trozo de carne.
Y se dijo el cuervo: «¡Qué tranquilidad ...! Ahora todo el cielo me pertenece».
Decía un monje Zen: «Cuando se incendió mi casa pude disfrutar por las noches de una visión sin obstáculos de la luna».
¡QUIÉN PUDIERA ROBAR LA LUNA...!
El maestro Zen, Ryokan, llevaba una vida sencillísima en una pequeña cabaña al pie de la montaña. Una noche, estando fuera el maestro, irrumpió un ladrón en la cabaña y se llevó un chasco al descubrir que no había
allí nada que robar.
Cuando regresó Ryokan, sorprendió al ladrón. «Te has tomado muchas molestias para visitarme», le dijo al ratero.
«No deberías marcharte con las manos vacías. Por favor, llévate como regalo mis vestidos y mi manta».
Completamente desconcertado, el ladrón tomó las ropas y se largó.
Ryokan se sentó desnudo y se puso a mirar la luna. «Pobre hombre», pensó para sí mismo, «me habría gustado poder regalarle la maravillosa luz de la luna».
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