Beata Margarita de Cittá di Castello, virgen
fecha: 13 de abril
n.: 1287 - †: 1320 - país: Italia
otras formas del nombre: Margarita de Metola
canonización: Conf. Culto: Pablo V 1609
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
n.: 1287 - †: 1320 - país: Italia
otras formas del nombre: Margarita de Metola
canonización: Conf. Culto: Pablo V 1609
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Cittá di Castello, de nuevo en
Umbría, beata Margarita, virgen de las Hermanas de la Penitencia de Santo
Domingo, la cual, ciega de nacimiento, deforme y abandonada por sus
progenitores, siempre confió en su corazón, sin embargo, en el nombre de Jesús.

Probablemente hacia 1293, algunas mujeres
de Citta-di-Castello, en la Umbría, encontraron en su parroquia a una
cieguecita de seis o siete años, que había sido abandonada allí. Compadecidas
de la pobre niña, las mujeres, que no eran ciertamente ricas, le ofrecieron
hospitalidad por turno, de suerte que la chiquilla se convirtió, prácticamente,
en hija adoptiva del pueblo. Las caritativas mujeres estuvieron de acuerdo en
declarar, más tarde que Margarita, lejos de ser una carga, había sido una
fuente de bendiciones para sus bienhechoras. Algunos años después, las monjas
de un convento de la localidad se ofrecieron a guardar a la joven, quien se
regocijó mucho ante la perspectiva de vivir con las religiosas; pero su alegría
duró muy poco, pues se trataba de una comunidad relajada y mundana. El fervor
de Margarita era un constante reproche para las religiosas y éstas no habían
conseguido las limosnas que esperaban por alojar a la huérfana. Las religiosas,
que al principio habían simplemente ignorado a Margarita, empezaron después a
perseguirla y llegaron hasta a calumniarla; la joven, cubierta de ignominia,
tuvo que volver al mundo.
Pero sus antiguos amigos no la
abandonaron. Un matrimonio le ofreció una casita, donde la beata vivió desde
entonces. A los quince años, Margarita recibió el hábito de terciaria de Santo
Domingo, pues los dominicos se habían establecido recientemente en
Citta-di-Castello y, a partir de ese momento, se consagró totalmente al Señor.
Dios la bendijo en la misma medida. Margarita curó a otra terciaria de una
enfermedad de los ojos, contra la cual los médicos se habían declarado
impotentes. Con su manto apagó un incendió en la casa de sus protectores.
Deseosa de mostrar su gratitud a sus bienhechores de Citta-di-Castello, la
beata se dedicó a cuidar a los niños, en tanto que los padres trabajaban. La
escuelita de la beata prosperó, ya que su sencillez la ayudaba a entenderse
perfectamente con los niños. Los hacía ejecutar pequeños trabajos, en los que
ella misma participaba; los instruía en sus deberes para con Dios y para con el
prójimo, los hacía amar al Niño Jesús y les enseñaba los salmos, que había
aprendido de memoria en el convento, a pesar de su ceguera. Se cuenta que,
cuando estaba en oración, se elevaba frecuentemente un palmo del suelo y
permanecía así largo tiempo. Así vivió, ignorada de todos, excepto de sus más
próximos vecinos, hasta los treinta y tres años. A esa edad murió, rodeada por
sus amigos, quienes consiguieron que fuese sepultada en la iglesia parroquial.
En su tumba se obraron muchos milagros. El culto de la beata Margarita fue
confirmado en 1609 para Citta-di-Castello, y en 1675 fue extendido a toda la
orden dominicana.
El principal documento que poseemos sobre
Margarita es un resumen de su vida, escrito en el siglo XIV; se encuentra en
Analecta Bollandiana, vol. XIX (1900), pp. 21-36. Ver también Acta Sanctorum,
abril, vol. II; Procter, Dominican Saints, pp. 90-93; y Ganay, Les
Bienheureuses Dominicaines. Es probable que la nota entusiasta que dedica el
franciscano Ubertino di Casale en Arbor Vitae a una mística de
Citta-di-Castello se refiera a la beata Margarita. W. R. Bonniwell publicó en
1952, en los Estados Unidos, una interesante biografía de tipo popular,
titulada The Story of Margaret of Metola, que se basa en una biografía
descubierta por el autor y difiere en algunos detalles de nuestra narración.
Cf. Analecta Bollandiana, vol. LXX (1952), p. 456.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
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can.: B: Benedicto XVI 26 jun 2011
país: Italia - n.: 1747 - †: 1822
país: Italia - n.: 1747 - †: 1822
En Chiuso, de Lecco,
en Italia, beato Serafín Morazzone, presbítero de la archidiócesis de Milán,
cuyas virtudes fueron tales que las recogió el gran escritor italiano
Alessandro Manzoni en su primera redacción de su obra maestra "Los
novios".
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