Beato Bartolomé Cerveri, presbítero y mártir
fecha: 21 de abril
n.: 1420 - †: 1466 - país: Italia
canonización: Conf. Culto: Pío IX 22 sep 1853
hagiografía: Santi e Beati
n.: 1420 - †: 1466 - país: Italia
canonización: Conf. Culto: Pío IX 22 sep 1853
hagiografía: Santi e Beati
En Cervere, cerca de Fossano, en el
Piamonte, beato Bartolomé Cerveri, presbítero de la Orden de Predicadores y
mártir, que luchó por defender la fe católica y confirmó su entrega al morir
alanceado por unos herejes.

La Orden de Santo Domingo, fundada para la
defensa de la fe, no tuvo en menos su gloriosa misión. Entre los siglos XIV y
XV el norte de Italia estaba infectado de miles de errores, pero los hijos de
santo Domingo se mostraron siempre dispuestos a morir, antes que ver atacada la
recta fe. El convento de Svigliano dio a la Iglesia en ese contexto tres beatos
mártires: Antonio Pavoni, Pedro Cambiani, y Bartolomé Cerveri.
Bartolomé nació en 1420 en Savigliano, de
noble familia; su padre era señor de Cuffia, Cervere y Rossano. Entró muy joven
al convento dominicano local, y desde el principio demostró gran empeño por
adquirir la ciencia sacra y ejercitar la virtud. Fue luego enviado a proseguir
los estudios a la Universidad de Turín, donde el 18 de mayo de 1452 consiguió
al mismo tiempo -caso único en los anales de la escuela- la licencia, el
doctorado, y el nombramiento docente. Por dos veces fue elegido prior del
convento de Savigliano, donde hizo ampliar la iglesia. Fue además director de
los monasterios femeninos de Savigliano y de Revello.
En 1451 fue nombrado inquisidor de la fe
para el Piamonte y la Liguria; encargo peligroso dado el elevado número de
herejes, pero de los cuales buenos frutos, más por la palabra y el ejemplo de
santidad, que por los métodos «fuertes» en uso en aquel tiempo. Pero su
actividad no tardó en atraerle el odio de los herejes, y parece que fue
advertido sobrenaturalmente de que daría la vida por la fe. El 21 de abril de
1466 se encaminaba a Cervere con sus cohermanos Juan Boscato y Pedro Riccardi
para el acostumbrado trabajo apostólico. Hizo una completa confesión con uno de
los hermanos y después, casi como bromeando, le dijo que ésa sería la primera y
última vez que iría a Cervere: «me llamo Bartolomé de Cervere, y nunca he
estado allí, hoy voy a ir como inquisidor para dejarme la vida». Cuando dejaron
Bra, a cerca de un kilómetro de Cervere, en una hondonada, conocida luego como
«Pozo de la muerte», los tres religiosos fueron rodeados por cinco herejes, que
hirieron gravemente a uno de ellos, y atravesaron mortalmente con lanzas el
vientre de Bartolomé. El tercer hermano consiguió ponerse a salvo. El mártir
expiró rezando por sus asesinos.
varios documentos atestiguan unánimemente
los hechos milagrosos que sucedieron a su muerte. Su cuerpo fue trasladado a
Savigliano con grandes honores y obtuvo numerosas gracias, por lo que el mártir
comenzó inmediatamente a ser venerado. En 1802, con la supresión del convento
saviglianense, fue trasladado nuevamente a Cervere, donde reposa en la
actualidad, bajo el altar mayor d ela iglesia parroquial. Pío IX confirmó el 22
de septiembre de 1853 su culto «ab inmemoriale».
Traducido y resumido de un artículo de
Fabio Arduino.
fuente: Santi e Beati
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?ids=1325
San Conrado Birndorfer de Parzham, religioso
fecha: 21 de abril
n.: 1818 - †: 1894 - país: Alemania
canonización: B: Pío XI 15 jun 1930 - C: Pío XI 20 may 1934
hagiografía: «Franciscanos para cada día» Fr. G. Ferrini O.F.M.
n.: 1818 - †: 1894 - país: Alemania
canonización: B: Pío XI 15 jun 1930 - C: Pío XI 20 may 1934
hagiografía: «Franciscanos para cada día» Fr. G. Ferrini O.F.M.
En Altötting, en la región de Baviera,
en Alemania, san Conrado (Juan) Birndorfer de Parzham, religioso de la Orden de
los Hermanos Menores Capuchinos, que durante más de cuarenta años ejerció el
humilde oficio de portero, siempre generoso con los pobres, y que jamás
despidió a un menesteroso sin haberle ofrecido una ayuda cristiana con sus
amables palabras.

Conrado Birdorfer es el segundo alemán
canonizado después de la escisión luterana, precedido por San Fidel de
Sigmaringen, protomártir de la Propaganda Fide. Nació el 22 de diciembre de
1818 de una familia numerosa, propietaria de una empresa en Venushof, en el
valle del Rott, en la diócesis de Passavia. Huérfano a los 16 años, se dedicó a
los trabajos agrícolas, distinguiéndose por la práctica de la virtud y el
espíritu de oración. Sintiéndose llamado a la vida religiosa, entró de 31 años
a la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos y emitió la profesión el 4 de
octubre de 1852. Destinado al oficio de portero en el convento-santuario de
Altötting (Baja Baviera), permaneció allí 43 años, edificando a sus cohermanos
y a los peregrinos mediante el ejercicio de la caridad y de una paciencia
inalterable. Estaba como un centinela, dispuesto allí para dar consejos, una
buena palabra que devolviera la confianza a los desalentados. Su piedad
eucrística y su devoción a la Virgen eran la fuente de aquella serenidad que
contagiaba a quienes se le acercaban. Solía decir: «La Cruz es mi libro, una
mirada a ella me enseña cómo debo actuar en cada circunstancia».
Devoto de la Virgen y de la Eucaristía,
dotado de dones extraordinarios, como el espíritu de profecía, llevó a cabo un
despertar de la fe en las regiones donde se difundió la fama de su santidad.
Animado por el celo apostólico también colaboró en la obra benéfica a favor de
la infancia abandonada y en peligro, conocida con el nombre de Liebeswerk (Obra
de Amor).
El 18 de abril de 1894, después de haber
acolitado la misa fue a la portería, pero allí se sintió mal, pidió a otro
hermano que lo reemplazara en el trabajo esperando recuperar las fuerzas, pero
las fuerzas no le volvieron. Después de Vísperas se dijo al superior
humildemente: «Padre, ya no puedo más»... Él le ordenó guardar cama en la celda
llamada de la Sma. Virgen. Fray Conrado, sin dejar notar que sufría, apretando
entre las manos el crucifijo y el rosario, se entregó a la oración. La mañana
del 21 de abril recibió la santa comunión, la unción de los enfermos y la
absolución general. La calma y la serenidad que brillaban en el rostro del
piadoso religioso no dejaban ver la inminencia de la muerte. En cierto momento
oyó sonar repetidamente la campanilla de la puerta, fiel a su deber hasta
última hora, con gran esfuerzo se levantó e intentó salir, pero no tuvo
fuerzas; pasó en aquel momento un novicio que con la ayuda de otros lo volvió a
acomodar en el lecho. Pronto entró en agonía. Le rezaron las oraciones de los
moribundos y a las 20 horas, al Ave María de la tarde, expiró santamente con la
vista puesta en el cielo, el 21 de abril de 1894. Tenía 76 años de edad. A su
muerte se agolparon muchos, sobre todo niños, a venerar sus despojos mortales.
Fue beatificado por SS Pío XI en 1930, y canonizado -en tiempo record para un
proceso de esta clase- por el mismo papa el 20 de mayo de 1934.
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