San Víctor de Capua, obispo
fecha: 2 de abril
fecha en el calendario anterior: 17 de octubre
†: 554 - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa
fecha en el calendario anterior: 17 de octubre
†: 554 - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: Abel Della Costa
En Capua, ciudad de Campania, también en
Italia, san Víctor, obispo, conspicuo por su erudición y santidad.
De Víctor es difícil encontrar noticias
biográficas, ya que no recibió culto local en Capua, a pesar de que su santidad
y sabiduría fueron reconocidos ya desde al antigüedad. Esto se ve claro por sus
reliquias, que se conservaron en la catedral, y fueron encontradas y
reconocidas en 1480. Ha permanecido su inscripción sepulcral, que habla de un
episcopado de poco más de trece años. Murió el 2 de abril del 554, aunque,
conforme a la costumbre antigua, la fecha de su memoria se estableció en
principio el 17 de octubre, aniversario de la traslación de reliquias, y sólo
en nuestra época (ya en la edición del Martirologio Romano de principios del
siglo XX) se colocó en el aniversario de su muerte, es decir, su nacimiento en
el cielo.
Beda el Venerable dice que san Víctor era
«hombre doctísimo y santísimo». Y en el mismo sentido se expresan los
hagiógrafos Adón y Usuardo. El propio Beda cuenta que el cálculo que Victor
hizo de cómo debía computarse la fecha de Pascua fue recibido y aprobado por el
Sínodo de Arlés, y da otros detalles de su vastísima obra.
De esa obra quedan sólo fragmentos, pero
se puede colegir que fue de gran amplitud y profundidad. Su saber se extendía
no sólo a cuestiones de exégesis bíblica y teología, sino que abarcaba también
matemáticas, astronomía y música. Al cómputo pascual hay que añadir sus
trabajos de exégesis y crítica textual bíblica, no menos importantes. Entre
otras cosas realizó una cuidada copia de la Vulgata latina, así como las
epístolas de Pablo en el orden en que se leía en las iglesias. Ese documento,
que llegó a Alemania de la mano de san Bonifacio, fue la fuente de las
traducciones posteriores, y es un testigo excepcional del texto latino antiguo.
Ver Di Berardino, Patrología IV, pág 299,
ed. BAC. Acta Sanctorum, octubre VIII, pág 81 (con la cita de Beda completa, y
el epitafio latino).
Abel Della Costa
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ingreso o última modificación relevante: 2-4-2013
Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=1077
San Nicecio de Lyon, obispo
fecha: 2 de abril
†: 573 - país: Francia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
†: 573 - país: Francia
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Lyon, en la Galia, san Nicecio,
obispo, que se distinguió por su dedicación a los pobres y su benignidad para
con los sencillos, y enseñó en esta Iglesia a seguir una norma en la recitación
de la salmodia.

San Nicecio, que era tío abuelo de san Gregorio de
Tours, descendía de una familia de Borgoña y había sido
destinado al servicio de la Iglesia desde muy joven. Después de su ordenación sacerdotal,
siguió viviendo con su madre, que era viuda, obedeciéndola con la sencillez del
último de los criados. Nicecio tenía en tan alta estima la instrucción, que
insistía en que todos los niños nacidos en sus posesiones aprendiesen a leer y
a recitar los salmos; ello no le impedía ayudar personalmente a sus criados y
servidores en el trabajo manual para cumplir con el precepto apostólico y tener
algo que dar a los pobres. Cuando san Sacerdote,
obispo de Lyon, se hallaba en París en su lecho de muerte, el rey Childeberto
fue a visitarle y le rogó que nombrase a su sucesor. El anciano prelado nombró
a su sobrino Nicecio, quien fue poco después consagrado obispo. Era un hombre
de vida irreprochable, que combatía con todas sus fuerzas las conversaciones
ligeras y poco caritativas, predicando contra ellas siempre que podía. Sus
poderes de exorcista le ganaron gran fama. Durante su episcopado, que duró casi
veinte años, san Nicecio resucitó y mejoró el canto en las iglesias de su
diócesis. San Gregorio de Tours cuenta muchos milagros obrados en su tumba.
Ver Acta Sanctorum, abril, vol. I, donde
se encontrará una biografía anónima y un relato de san Gregorio de Tours. B.
Krusch hizo una edición crítica de la biografía anónima en Monumenta Germaniae
Historica, Scriptores Merov., vol. III, pp. 521-524. Ver también Duchesne,
Fastes, Episcopaux, vol. II, pp. 166-167; Hefele-Leclercq, Concilles, vol. III,
pp. 182-184; y sobre todo Coville, Récherches sur l'histoire de Lyon (1928),
pp. 323-346.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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