Santa Teodora, mártir
fecha: 2 de abril
†: c. 307 - país: Israel
otras formas del nombre: Teodosia de Tiro
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
†: c. 307 - país: Israel
otras formas del nombre: Teodosia de Tiro
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En la misma ciudad de Cesarea de
Palestina, pasión de santa Teodora, virgen, natural de Tiro, que en la misma
mencionada persecución, por haber saludado a los confesores de la fe que
estaban de pie ante el tribunal, rogándoles que al llegar ante el Señor se
acordasen de ella, fue detenida por los soldados y llevada ante el mismo
prefecto, por mandato del cual fue torturada con atroces tormentos y arrojada finalmente
al mar.
Aunque Apiano y Teodosia, por razones
históricas y de culto, tienen entradas distintas en el Martirologio el mismo
día, provienen de la misma tradición:
Entre los mártires de Palestina, a los que
Eusebio de Cesarea conoció personalmente y cuyos sufrimientos describió, se
cuentan dos, cuya tierna edad impresionó especialmente al escritor. Uno era
Apiano, joven de veinte años y la otra era una muchacha de dieciocho años,
llamada Teodosia.

Apiano había nacido en Licia y había
estudiado en la famosa escuela de Berytus de Fenicia, donde se había convertido
al cristianismo. A los dieciocho años se fue a vivir a Cesarea. Poco después,
el gobernador de la ciudad recibió la orden de exigir que todos los habitantes
ofreciesen sacrificios públicos. Al tener noticia de ello, Apiano, sin
comunicar a nadie sus planes -«ni siquiera a nosotros», dice Eusebio, que vivía
entonces con él-, se dirigió al sitio en que el gobernador Urbano estaba
ofreciendo sacrificios y logró llegar hasta él, sin que los guardias lo
advirtiesen. Tomando a Urbano por el brazo, le impidió ofrecer el sacrificio y
clamó contra la impiedad que cometía quien abandonaba el culto del verdadero
Dios para adorar a los ídolos. Los guardias se lanzaron sobre Apiano y le
molieron a puntapiés; después le arrojaron en un oscuro calabozo, donde pasó
veinticuatro horas con apretados grilletes en los tobillos. Al día siguiente
tenía el rostro tan hinchado, que era imposible reconocerle. El juez mandó
desgarrarle con garfios hasta los huesos, de suerte que las entrañas del santo
quedaron a la vista. A todas las preguntas respondía de la misma manera: «Yo
soy siervo de Cristo». Después se le aplicaron en las plantas de los pies
lienzos mojados en aceite hirviente; pero, por más que le quemaron hasta los
huesos, no consiguieron vencer su constancia. Cuando los guardias le decían que
ofreciese sacrificios a los dioses, Apiano respondía: «Yo confieso al Cristo,
el Dios verdadero que es uno con el Padre». Al ver que no flaqueaba en su
resolución, el juez le condenó a ser arrojado al mar. Inmediatamente después de
ejecutada la sentencia, ocurrió un milagro que, según dice Eusebio, tuvo lugar
en presencia de toda la población, ya que un violento temblor arrojó a la playa
el cuerpo del mártir, a pesar de que los verdugos le habían atado al cuello
losas muy pesadas.
Teodosia parece haber sido también
martirizada durante la persecución de Maximino. Eusebio describe así su
triunfo: «A los cinco años de persecución, el ... cuarto día después de las
nonas de abril, que era la fiesta de la Resurrección del Señor, llegó a Cesarea
una joven muy santa y devota, llamada Teodosia, originaria de Tiro. Teodosia se
aproximó a unos prisioneros que estaban esperando la sentencia de muerte
delante del pretorio, con la intención de saludarles y, probablemente también,
de pedirles que no la olvidasen al llegar a la presencia de Dios. Los guardias
cayeron sobre ella como si hubiese cometido un crimen y la arrastraron ante el
presidente, quien se dejó llevar por la crueldad y la condenó a terribles
tormentos; los verdugos le desgarraron los costados y los pechos hasta dejar
los huesos al descubierto. La mártir respiraba todavía y su rostro reflejaba
una deliciosa sonrisa, cuando el presidente mandó que la arrojasen al mar».
Este relato está tomado de Los Mártires de
Palestina de Eusebio. Han llegado hasta nosotros dos versiones, que pueden
verse en la edición de E. Grapin en la colección Temes et Documents pour
l'Etude historique du Christianisme, vol. III, pp. 183-227. Ver también
Analecta Bollandiana, vol. XVI (1897), pp. 122-127. La imagen es de Santa
Teodosia de Cesaria, en St-Germain-des-Prés, en París.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=1075
San Abundio de Como, obispo
fecha: 2 de abril
†: c. 468 - país: Italia
otras formas del nombre: Abbondio
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati
†: c. 468 - país: Italia
otras formas del nombre: Abbondio
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati
En Como, en la región italiana de
Liguria, san Abundio, obispo, que enviado a Constantinopla por san León Magno,
con gran celo defendió allí la fe ortodoxa.
refieren a este santo: San Amancio de
Como, San Senador de
Milán

San Abundio fue obispo de Como, Italia,
ciudad que conserva hasta hoy sus restos en la basílica a él dedicada, y que le
honra como patrono. Una tradición lo dice griego, de Tesalónica (actual
Salónica), pero su nombre, claramente latino, hace dudar. Resulta no obstante
que Abundio conoce bien la lengua griega, cosa muy rara en Occidente en su
época.
El tiempo y lugar de nacimiento son
desconocidos; la primera fecha cierta de su biografía es el 17 de noviembre del
440: en ella Abundio, que ya era colaborador del obispo Amancio, en Como,
recibe la consagración episcopal como su sucesor. Pero no puede dedicarse
inmediatamente a la diócesis: el papa León I Magno lo necesita para cumplir un
encargo nada sencillo: debe ir a Constantinopla como legado pontificio a la corte
del emperador Teodosio II. Y allí Abundio deberá restablecer de modo duradero
la unidad en la fe, después del largo conflicto doctrinal suscitado por el
obispo Nestorio y por el archimandrita Eutiques. Estas son dos figuras
eminentes del cristianismo oriental, las dos en contraste con la doctrina de la
iglesia de Roma y de los concilios sobre el tema de las dos naturalezas, humana
y divina, de Cristo; y además están en conflicto entre sí, con las inevitables
divisiones entre los cristianos, y los desacuerdos en el nombramiento de los
obispos, acompañados incluso de violencia física, como ocurrió con el patriarca
Flaviano de Constantinopla, seguidor de la ortodoxia, agredido brutalmente y
depuesto, tanto que murió poco después.
Muerto también el emperador Teodosio II en
el 450, Abundio encuentra en Constantinopla a su sucesor Marciano, y tanto a
él, como a los obispos, al clero, a los monjes y a los fieles, Abundio les
reafirma con claridad la doctrina católica sobre las dos naturalezas de Cristo,
tal como venía expuesta en la carta de León I a Flaviano (el conocido «Tomus ad
Flavianum»). Lleva a término la misión que le fue encomendada haciendo aceptar
el documento pontificio por todos los obispos de Oriente, con el de
Constantinopla -enemigo de Flaviano- a la cabeza.
Un final pacífico y completo a favor de
Abundio, acogido festivamente en Roma por el papa León en el 451. Después de
una misión similar en el norte de Italia, podrá ya dedicarse plenamente a su
diócesis de Como, y esto significa volverse misionero, anunciar el evangelio en
las regiones montañosas, en la zona de Lugano y en otros terrenos no
cristianizados. El diplomático y teólogo deviene predicador. Muere un día de
Pascua, dice un texto de la época, justo después de haber predicado. Pero no se
conoce con certeza el año de la muerte, signado por algunos en el 469, o en el
488 o en el 499. El Martirologio Romano lo inscribe el 2 de abril, aniversario
de la muerte, mientras que en Como se lo festeja el 31 de agosto.
Traducido para ETF de un artículo de
Domenico Agasso en Famiglia Cristiana.
fuente: Santi e Beati
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El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
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