martes, 12 de abril de 2016

Santa Teresa de Jesús Fernández Solar, virgen - San José Moscati, laico (12 de abril)

Santa Teresa de Jesús Fernández Solar, virgen

fecha: 12 de abril
n.: 1900 - †: 1920 - país: Chile
otras formas del nombre: Teresa de los Andes
canonización: 
B: Juan Pablo II 3 abr 1987 - C: Juan Pablo II 21 mar 1993
hagiografía: Vaticano

En la ciudad de Los Andes, en Chile, santa Teresa de Jesús (Juana) Fernández Solar, virgen, que, siendo novicia en la Orden de Carmelitas Descalzas, consagró, como ella misma decía, su vida a Dios por el mundo pecador, muriendo de tifus a los veinte años de edad.
Nació en Santiago de Chile el 13 de julio de 1900. En la pila bautismal fue llamada Juana Enriqueta Josefina de los Sagrados Corazones Fernández Solar. Familiarmente se la conocía, y todavía se la conoce hoy, con el nombre de Juanita. Su niñez se desarrolló normalmente en el seno familiar: sus padres, don Miguel Fernández y Lucía Solar; sus tres hermanos y dos hermanas; el abuelo materno, tíos, tías y primos. La familia gozaba de muy buena posición económica y conservaba fielmente la fe cristiana, viviéndola con sinceridad y constancia.
Juana recibió su formación escolar en el colegio de las monjas francesas del Sagrado Corazón. Entre la vida estudiantil y la vida familiar se desarrolló su corta e intensa historia. A los catorce años de edad, inspirada por Dios, decidió consagrarse a Él como religiosa, como carmelita descalza. Su deseo se realizó el 7 de mayo de 1919, cuando ingresó en el pequeño monasterio del Espíritu Santo en el pueblo de Los Andes, a unos 90 kms. de Santiago. El 14 de octubre de ese mismo año vistió el hábito de carmelita, iniciando así su noviciado con el nombre de Teresa de Jesús. Sabía desde mucho antes que moriría joven. Más aún, el Señor se lo había revelado, pues ella misma lo comunicó a su confesor un mes antes de su partida.
Asumió esa realidad con alegría, serenidad y confianza. Segura de que continuaría en la eternidad su misión de hacer conocer y amar a Dios. Después de muchas tribulaciones interiores e indecibles padecimientos físicos, causados por un violento ataque de tifus que acabó con su vida, pasó de este mundo al Padre al atardecer del 12 de abril de 1920. Había recibido con sumo fervor los santos sacramentos y el 7 de abril había hecho la profesión religiosa en artículo de muerte. Aún le faltaban 3 meses para cumplir los 20 años de edad y 6 meses para acabar su noviciado canónico y poder emitir jurídicamente su profesión religiosa. Murió como novicia carmelita descalza.
Esa es toda la trayectoria externa de esta joven santiaguina. Desconcierta, y crece en nosotros el gran interrogante: ¿y qué hizo? Para tal pregunta hay una respuesta igualmente desconcertante: Vivir, creer, amar. Cuando los discípulos preguntaron a Jesús qué debían hacer para vivir según Dios quiere, El respondió: "La obra de Dios es que creáis en quien El ha enviado" (Jn. 6, 28-29). Por lo tanto, para conocer el valor de la vida de Juanita, es necesario mirar hacia dentro, donde está el Reino de Dios.
Ella despertó a la vida de la gracia siendo todavía muy niñita. Asegura que a los seis años atraída por Dios empezó a volcar su afectividad totalmente en El. "Cuando vino el terremoto de 1906, al poco tiempo fue cuando Jesús principió a tomar mi corazón para sí" (Diario, n. 3, p. 26). Juanita poseyó una enorme capacidad de amar y ser amada junto con una extraordinaria inteligencia. Dios le hizo experimentar su presencia, la cautivó con su conocimiento y la hizo suya a través de las exigencias de la cruz. Conociéndolo, lo amó; y amándolo se entregó a Él con radicalidad. Su naturaleza era totalmente contraria a la exigencia evangélica: orgullosa, egoísta, terca, con todos los defectos que esto supone. Como nos sucede a todos. Pero lo que ella hizo fue librar batalla encarnizada contra todo impulso que no naciera del amor. A los 10 años era una persona nueva. La motivación inmediata fue el Sacramento de la Eucaristía que iba a recibir. Comprendiendo que nada menos que Dios iba a morar dentro de ella, trabajó en adquirir todas las virtudes que la harían menos indigna de esta gracia, consiguiendo en poquísimo tiempo transformar su carácter por completo.
En la celebración de este sacramento recibió de Dios gracias místicas de locuciones interiores que luego se mantuvieron a lo largo de su vida. La inclinación natural hacia Dios, desde ese día se transformó en amistad, en vida de oración. Cuatro años más tarde recibió interiormente la revelación que determinó la orientación de su vida: Jesucristo le dijo que la quería carmelita y que su meta debía ser la santidad. Con la abundante gracia de Dios y con la generosidad de joven enamorada se dio a la oración, a la adquisición de las virtudes y a la práctica de la vida según el evangelio, de tal modo que en cortos años llegó a un alto grado de unión con Dios.
Su vida monacal desde el 7 de mayo de 1919 hasta su muerte fue el último peldaño de su ascensión a la cumbre de la santidad. Sólo once meses fueron suficientes para consumar su vida totalmente cristificada. Muy pronto la comunidad descubrió en ella un paso de Dios por su historia. En el estilo de vida carmelitano-teresiano, la joven encontró plenamente el cauce para derramar más eficazmente el torrente de vida que ella quería dar a la Iglesia de Cristo. Era el estilo de vida que, a su modo, había vivido entre los suyos, y para el cual había nacido. La Orden de la Virgen María del Monte Carmelo colmó los deseos de Juanita al comprobar que la Madre de Dios, a quien amó desde niña, la había traído a formar parte de ella.
Fue beatificada en Santiago de Chile por Su Santidad Juan Pablo II, el día 3 de abril de 1987. Sus restos son venerados en el Santuario de Auco-Rinconada de Los Andes por miles de peregrinos que buscan y encuentran en ella el consuelo, la luz y el camino recto hacia Dios. Fue canonizda por el mismo Papa el 21 de marzo de 1993, en la Basílica Vaticana.
fuente: Vaticano
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012

Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=1209




San José Moscati, laico

fecha: 12 de abril
n.: 1880 - †: 1927 - país: Italia
canonización: 
B: Pablo VI 16 nov 1975 - C: Juan Pablo II 25 oct 1987
hagiografía: Servicato

En Nápoles, en Italia, san José Moscati, médico, entregado total e incansablemente a la cotidiana asistencia a los enfermos, sin reclamar a los pobres paga alguna, y que atendiendo a los cuerpos, curaba, a la vez, las almas con gran amor.
Moscati nace en Benevento el 1880 y muere en Napoles el 1927. A los ocho años, el dia de la Inmaculada, recibe por vez primera a Jesus en su corazon. Desde entonces siempre que pueda lo recibira cada dia. Si alguna vez por causa grave no puede hacerlo se lamentara con estas palabras de su Diario: «¡Oh Señor, hoy he permanecido lejos de Ti! ;Tampoco hoy, Jesus mio, has entrado en mi corazon!»
Moscati se entrega de lleno a su formacion cientifica y moral. En ambos caminos corre para poder llegar a tiempo. Alguien le pregunta si no sera sacerdote. El piensa que no, que el Señor lo quiere laico cristiano. Aqui, piensa él, puedo hacer tanto bien o mas que de sacerdote: «éste es mi sacerdocio».
Escribiendo a una persona que lloraba la muerte de su hija, le dice Moscati: «Pasa la belleza, encanto de la vida. Solo el amor permanece siempre, el amor que es origen de toda obra buena, el amor que nos sobrevive, que es esperanza y religión, porque el amor es Dios. Satanás trato de malear el amor terreno; pero Dios lo purificó a través de la muerte. Grandiosa muerte, que no es fin, sino principio de lo sublime y de lo divino, y en comparacion con lo cual ni las flores ni la belleza son nada».
Despues de unos brillantes examenes en los que llamo la atencion por sus vastos conocimientos de medicina, alcanzo una plaza en Napoles y se entrego de lleno al cuidado de los cuerpos. A la vez que curaba estos, se preocupaba mas aun si cabe, de las almas. Curaba ambos a la vez. Tomó parte en varios congresos nacionales e internacionales de medicina, como el de Budapest en 1911 y de Edimburgo el 1923. Publicó varios estudios muy apreciados sobre temas medicos.
Todos los pobres acudian a ser visitados y atendidos por él porque sabían que bastaba decirle que eran pobres para que les hiciera los servicios siempre gratis. Y lo que más buscaban los enfermos no era solo el regalo del trabajo, sino el modo, el cariño que en el mismo ponía y con la gran pericia que les curaba.
Amo tiernamente a la Virgen Maria bajo la advocacion del Carmen. La "Bruna" tan amada por todo buen napolitano, la llevaba siempre en su corazon, cuyo escapulario vestía con gran afecto. Este apostol vestido de blanco partia a la eternidad el 12 de abril de 1927. Fue canonizado por SS Juan Pablo II el 25 de octubre de 1987 en la Plaza de San Pedro.
fuente: Servicato
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Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=1210

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