Beata Luisa de Saboya, religiosa
fecha: 24 de julio
fecha en el calendario anterior: 9 de septiembre
n.: 1462 - †: 1503 - país: Suiza
canonización: Conf. Culto: Gregorio XVI 1839
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
fecha en el calendario anterior: 9 de septiembre
n.: 1462 - †: 1503 - país: Suiza
canonización: Conf. Culto: Gregorio XVI 1839
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Orbe, lugar de Saboya, beata Luisa,
religiosa, hija del duque beato Amadeo, que contrajo matrimonio con el príncipe
Hugo de Châlon-Arlay, y después de su muerte abrazó con fidelidad y humildad la
Regla de santa Clara, según la reforma de santa Coleta.
patronazgo: protectora de los niños.

La muy encumbrada, poderosa, acaudalada e
ilustre dama, Luisa de Saboya, señalada por Dios para convertirse en una
humilde monja de las Clarisas Pobres, nació en el año de 1462, en cuna de oro,
como se dice. Fue hija deAmadeo IX,
duque de Saboya, y también beatificado; por parte de su madre, Yolanda, fue
nieta del rey Carlos VII de Francia, sobrina del rey Luis XI y prima de santa Juana de
Valois. El duque murió antes de que su hija cumpiese los nueve
años, y la pequeña Luisa fue admirablemente educada por su madre. Desde muy
temprana edad dio muestras de poseer cualidades espirituales extraordinarias.
Catalina de Saulx, una de las damas de honor de Luisa, escribió sobre ella
estas palabras: «Era tan dulce y generosa, bien dispuesta y amable, que
despertaba el afecto de todos, que se dejaban llevar por su atractivo y
conquistar por su encanto».
A la edad de dieciocho años, se casó con
Hugo de Chálons, señor de Nozeroy, un hombre tan bueno como rico y poderoso,
quien, de completo acuerdo con su mujer, impuso en su hogar una vida
perfectamente cristiana. Tanto por ejemplo como por precepto, marido y mujer
crearon un alto nivel de vida moral y material para todos los que moraban en
sus tierras y dependían de ellos de alguna manera. En contraste con los
palacios y residencias de los otros nobles acaudalados, la suntuosa casa de los
de Chálons parecía un monasterio. Con especial empeño se combatía la costumbre
de jurar o usar palabras groseras; la señora Luisa fue, sin duda, la primera
ama de casa que tuvo una alcancía para los pobres, en la que todos los que
vivían o visitaban su casa, tenían obligación de echar dinero, si se les iba la
lengua y decían malas palabras. Luisa prodigó ampliamente su caridad hacia los
enfermos y necesitados, hacia las viudas y los huérfanos y, especialmente hacia
los leprosos.
Al cabo de nueve años de felicidad
matrimonial, murió el esposo y como no hubo hijos, Luisa empezó a prepararse
para su retiro de este mundo. Necesitó dos años para poner en orden sus asuntos
y, durante este lapso, usó el hábito de los terciarios franciscanos, aprendió a
decir los divinos oficios y se levantaba a la medianoche para rezar los
maitines, Cada viernes se disciplinaba; distribuyó su fortuna, contradijo y
desoyó las objeciones de sus parientes y amigos. Después, en compañía de sus
dos damas de honor, Catalina de Saulx y Carlota de Saint-Maurice, fue admitida
en el convento de las Clarisas Pobres de la ciudad de Orbe, cuyo monasterio
había sido fundado por la madre de Hugo de Chálons y, en 1427, estaba ocupado
por una comunidad de Santa Coleta. Luisa, que había sido un modelo de doncella,
de esposa y de viuda, fue siempre una religiosa ejemplar. No obstante su
elevada cuna, su humildad era sincera y natural: lavaba los platos, barría,
ayudaba en la cocina, limpiaba los corredores y todo lo hacía bien y con gusto;
con la misma sencillez y naturalidad, aceptó y desempeñó el puesto, cuando la
eligieron abadesa. En este cargo, mostró especial solicitud en servir a los
frailes de su orden, y cualquiera de ellos que llegase a hospedarse en el
convento, era atendido a cuerpo de rey; la presencia de los padres y de los
hermanos era como una bendición de Dios y nada podía faltar a los hijos del
«buen padre san Francisco». A la edad de cuarenta y dos años, murió Luisa de
Saboya y, en 1839, se aprobó el antiguo culto de esta sierva de Dios.
Catalina de Saulx escribió una biografía
de Luisa de Saboya, a la que conoció bien por haber sido su dama de honor y
haberla seguido al convento de Orbe. Este texto con anotaciones fue editado por
A. M. Jeanneret (1860). Ver también a F. Jeunet y J. H. Thorin, Vie de la b.
Louise de Savoie (1884) y cf. Revue des questions historiques, vol. XXI pp.
335-336. En Auréole Séraphique de Léon se menciona a la beata Luisa en el vol.
VI, pp. 267-271. Hay un estudio de E. Fedelini, titulado Les bienheureux de la
maison de Savoie (1925) en el que la beata Luisa tiene su lugar.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=2533
Beato Modestino de Jesús y de María Mazzarello, religioso
presbítero
fecha: 24 de julio
n.: 1802 - †: 1854 - país: Italia
canonización: B: Juan Pablo II 29 ene 1995
hagiografía: «Franciscanos para cada día» Fr. G. Ferrini O.F.M.
n.: 1802 - †: 1854 - país: Italia
canonización: B: Juan Pablo II 29 ene 1995
hagiografía: «Franciscanos para cada día» Fr. G. Ferrini O.F.M.
En Nápoles, ciudad de la Campania, beato
Modestino de Jesús y de María (Domingo) Mazzarello, presbítero de la Orden de
los Hermanos Menores, que, cercano siempre a toda clase de pobres y afligidos,
durante una epidemia de cólera, al asistir a los moribundos, murió contagiado
de la misma enfermedad.

Nació en Frattamaggiore, Provincia de
Nápoles, diócesis de Aversa, el 5 de septiembre de 1802, hijo de Nicola
Mazzarella, cordelero, y Teresa Esposito, tejedora, humildes artesanos pero
ejemplares padres cristianos. Bautizado al día siguiente de su nacimiento con
el nombre de Domingo. Sirvió como monaguillo en la parroquia y ayudaba en el
culto a la Santísima Virgen Madre del Buen Consejo.
A los 16 años fue acogido gratuitamente en
el seminario de Aversa por el obispo Mons. Agostino Tommasi, al fallecer
trágicamente éste hubo de volver a casa, pero no descuidó sus estudios de
preparación para el sacerdocio. Atraído luego por la vida austera de los
Hermanos Menores del vecino convento de Grumo Nevaro, vistió el hábito franciscano
en el convento de Piedimonte Matese el 3 de noviembre de 1822, hizo el
noviciado en el convento de Santa Lucía al Monte, Nápoles, hizo los votos el 27
de noviembre de 1824, y fue ordenado sacerdote el 22 de diciembre de 1827 en la
catedral de Aversa.
Dedicado a la predicación y al sacramento
de la reconciliación, fue guardián en varios conventos. En 1839 fue trasladado
al convento de Santa María della Sanità, en uno de los barrios más populares de
la ciudad de Nápoles, donde permaneció hasta su muerte, ejerciendo un
provechoso y admirable ministerio sacerdotal sobre todo a favor de los más
pobres y enfermos. Se distinguió sobre todo por su celo en la defensa de la
vida naciente y la difusión de la devoción a la Santísima Virgen bajo la
advocación de Madre del Buen Consejo, la devoción de su juventud.
Se integró con cristiana compasión en el
contexto social de su gente, y supo adaptar con formas adecuadas a la cultura y
a la mentalidad de su tiempo el eterno evangelio de la caridad y de la paz,
haciendo surgir del fondo del alma y del corazón del generoso pueblo napolitano
insospechadas energías espirituales y morales.
El 24 de julio de 1854, afectado por el
cólera contraído mientras asistía a las víctimas de esa epidemia, después de
haber pedido perdón a los hermanos e invocado con filial fervor a la Madre del
Señor, fue acogido por el Resucitado en el reino de los bienaventurados, con
gran pesar de sus beneficiados y de toda Nápoles. Modestino, con su vida de
apertura a las necesidades de los pobres y marginados de su tiempo, sigue
siendo un modelo sobre todo para los consagrados, y es un llamamiento a dar
testimonio con vigor y coherencia del evangelio de la caridad, e invita a los
jóvenes a responder con valor y entusiasmo a la invitación de Aquel que los
quiere hoy como colaboradores de Dios y testigos de su misericordia. Fue
beatificado por Juan Pablo II en enero de 1995.
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Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
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