Beato Bonifacio de Saboya, obispo
fecha: 4 de julio
fecha en el calendario anterior: 14 de julio
n.: 1207 - †: 1270 - país: Francia
canonización: Conf. Culto: Gregorio XVI 1 sep 1838
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
fecha en el calendario anterior: 14 de julio
n.: 1207 - †: 1270 - país: Francia
canonización: Conf. Culto: Gregorio XVI 1 sep 1838
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En el monasterio de Hautecombe, junto al
lago de Burget, en Saboya, inhumación del beato Bonifacio, obispo, que, de
estirpe regia, se retiró primero a una Cartuja, y elevado después a la sede
episcopal de Belley y finalmente a la de Canterbury, en ambos lugares se
entregó asiduamente al cuidado de su grey.

Bonifacio de Saboya, cuadragésimo sexto
arzobispo de Canterbury, pertenecía a la familia de los duques de Saboya y era
nieto del beato Humberto de Saboya. Su gran atractivo físico le valió el título
de «el Absalón de Saboya». Según se dice, era uno de los caballeros más
destacados de su tiempo, aunque el cronista inglés Wykes afirma que «no era muy
letrado». Bonifacio ingresó a temprana edad en la Gran Cartuja de las cercanías
de Grenoble, deseoso de consagrarse a la oración y el estudio. Pero, antes de
terminar el noviciado, fue nombrado superior de Mantua, muy contra su voluntad.
Era apenas subdiácono cuando fue elegido administrador de la diócesis de Belley
de Borgoña y, siete años después, ocupó el mismo puesto en la diócesis de
Valence.
En 1241, falleció el arzobispo de
Canterbury, san Edmundo. La reina Eleonor, esposa de Enrique III, que era tía
de Bonifacio, empleó su influencia para que su sobrino fuese elegido arzobispo.
Debido a la muerte inesperada de dos Papas, la elección no fue confirmada sino
hasta 1243. El nuevo arzobispo llegó a Inglaterra al año siguiente. Su
arquidiócesis estaba cargada de deudas, ya que durante el gobierno de san
Edmundo se le habían confiscado algunas de sus rentas. La primera medida del
beato Bonifacio fue hacer todas las economías posibles: abolió todas las
sinecuras y oficios superfluos y ordenó al clero y a los beneficiados que ayudasen
a pagar las deudas de la arquidiócesis. Generalmente, aquéllos que reducen los
gastos y combaten los intereses creados, son muy poco populares y Bonifacio no
constituyó una excepción a la regla. En 1244, asistió al Concilio de Lyon y ahí
fue consagrado obispo.
A su vuelta a Inglaterra, se instaló en
Canterbury. Poco después, hizo una visita a su diócesis, en la que corrigió los
abusos y aligeró los impuestos. Pero, en cuanto trató de visitar las diócesis
de sus sufragáneos, encontró una violenta oposición. El deán y el capítulo de
San Pablo de Londres pretendían que sólo el obispo de Londres tuviera derecho a
hacer la visita canónica. En el convento de San Bartolomé el Grande, donde el
beato se presentó al día siguiente, el subprior y los canónigos se mostraron
dispuestos a recibirle como prelado, pero no como visitador; declararon
simplemente que dependían de la jurisdicción de su propio obispo y que, sin
permiso suyo, no podían someterse a la jurisdicción de ningún otro. Según se
dice, el arzobispo, lleno de indignación, derribó de un golpe al subprior, y
ello provocó una verdadera batalla. Bonifacio salió de ella con los vestidos
desgarrados, debajo de los cuales llevaba, según afirmaron sus acusadores, una
cota de malla. Gracias a la ayuda de su guardia personal, pudo huir en una
barca a Lambeth, donde excomulgó al obispo de Londres y al clero de San
Bartolomé. En cuanto anunció su intención de hacer una visita a San Albán, los
sufragáneos se reunieron y determinaron oponerle resistencia. El clero se
ofreció a pagar los gastos del proceso contra Bonifacio en Roma. Informado de
ello, decidió adelantárseles y partió a Roma; pero su apelación tuvo éxito sólo
en parte. El Papa Inocencio IV le autorizó a continuar la visita de las
diócesis, pero en forma muy restringida, y le obligó a levantar las
excomuniones que había lanzado.
El rey Enrique profesaba gran estima a
Bonifacio; en una ocasión, le nombró regente durante su ausencia y, en otra, le
pidió que le acompañase a Francia a unas negociaciones delicadas. Los paisanos
del beato le apreciaban más que los ingleses; durante la minoría de edad del
sucesor de Amadeo IV, estallaron en Saboya graves disensiones y Bonifacio
consiguió restablecer la paz. Murió en el castillo de Sainte-Héléne des
Milliéres, durante una visita que hizo a su país natal. Fue sepultado con sus
antepasados en el monasterio cisterciense de Hautecombe.
Los cronistas ingleses juzgan de
diferentes maneras a Bonifacio, pero ninguno niega su pureza de vida y su
extraordinaria bondad con los pobres. Un escritor moderno ha dicho que, en los
veinticinco años de su gobierno, Bonifacio hizo tres cosas ciertamente buenas:
pagó una enorme deuda, construyó y dotó un hospital en Maidstone y edificó el
gran salón del Palacio de los Arzobispos. Su culto, muy extendido en Saboya,
fue aprobado por Gregorio XVI en 1838, a instancias del rey Carlos Alberto,
debido a la veneración que el pueblo cristiano le profesaba desde tiempo
inmemorial. La fiesta del beato se celebra en los monasterios de los cartujos,
en Saboya y Cerdeña.
Los datos que poseemos sobre el beato
proceden en gran parte de los cronistas ingleses de la época, muchos de los
cuales tenían violentos prejuicios contra los "prelados importados" y
los favoritos extranjeros de Enrique III. Entre las obras modernas véase la de
Mons. Mann, Lives of the Popes, vols. XIV y XV.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=2378
Beato Juan de Vespignano, laico
fecha: 4 de julio
†: s. XIII/ XIV - país: Italia
canonización: Conf. Culto: Pío VII (?)
hagiografía: Abel Della Costa
†: s. XIII/ XIV - país: Italia
canonización: Conf. Culto: Pío VII (?)
hagiografía: Abel Della Costa
En Florencia, ciudad de la Toscana,
beato Juan de Vespignano.
Acta Sanctorum del 4 de julio menciona
conjuntamente a dos laicos florentinos contemporáneos, del siglo XIV, que se
distinguieron por su caridad en vida, y milagros luego de su muerte: Barduccio
y Juan de Vespignano. De estos, sólo el segundo ha quedado inscripto en el
Martirologio Romano, posiblemente por contar con algún signo más de su
existencia histórica y culto antiguo, muy difícil de constatar en los dos
casos; muy pronto el templo en el que estaba enterrado Barduccio fue presa del
fuego (1370). En cambio del beato Juan subsisten algunos, aunque muy escasos,
datos.
La referencia sobre el beato es la
«Chronici Florentini Italici scriptor Joannes Villanus», en al que el autor
afirma que en el año 1331 vivieron en Florencia «duo boni & justi viri,
vitæ & conversationis sanctæ, largarumque eleemosynarum, tametsi laici
essent»: dos varones justos y buenos, de vida y palabra santas, de extensa limosna
a pesar de ser laicos...»; quizás hoy nos pueda sorprender esta aclaración del
final del párrafo, sin embargo en una época en que la vida religiosa era vista
casi como camino ordinario para llegar a Dios, no es de extrañar que el autor
se sorprenda de que un laico alcance las virtudes que normalmente se
predicarían de un hermano consagrado.
Luego de su muerte, y a raíz de los
milagros que se obraban sobre su tumba, fue trasladado al interior de la
iglesia de San Pedro, donde tenía consagrado un altar; ese traslado se produjo
en el domingo de la infraoctava de la solemnidad de los SS Pedro y Pablo,
motivo por el cual la fecha del beato quedó establecida en la actual del 4 de
julio, ya que la de muerte se desconoce. También el año presenta algunas dudas,
y otra fuente, aunque indirecta, señala 1301, más que 1331.
Un santoral actual generalmente serio en
sus datos, Patron Saints Index, indica que el culto del beato fue confirmado
por el papa Pío VII, es decir, en los primeros años del siglo XIX;
lamentablemente no menciona la fuente ni concreta el año de la bula
correspondiente, y los Acta Sanctorum, escritos un siglo antes, desconocen el
hecho, asi que dejo la referencia por lo que pudiera valer.
Ver Acta SS, tomo II, pág 168; sobre la
confirmación de culto: Patron Saints
Index.
Abel Della Costa
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El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=2237
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