viernes, 15 de julio de 2016

San Vladimiro Basilio, rey - San David de Västeras, abad y obispo (15 de julio)

San Vladimiro Basilio, rey

fecha: 15 de julio
n.: c. 956 - †: 1015 - país: Ucrania
otras formas del nombre: Wladimiro el Grande, Wladimir Swjatoslawitsch, Vladimir Veliky
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

En Kiev, ciudad de Rusia, san Vladimiro, príncipe, bautizado con el nombre de Basilio, que se preocupó en propagar la fe ortodoxa entre los pueblos que gobernaba.
refieren a este santo: Santos Boris y GlebSanta Olga

Los primeros santos de Rusia, tanto príncipes como monjes, están relacionados con Kiev, «la madre de las ciudades de Rusia, protegida por Dios». Kiev es, actualmente, la capital de Ucrania, pero en la época a la que nos referimos, era el centro de un principado eslavo-finlandés, gobernado por señores de origen escandinavo, ya que los piratas y comerciantes «varangianos» habían venido del norte por las vías fluviales. Durante la última parte del siglo X, el gran príncipe de Kiev era Vladimiro, quien no sólo había sido educado en la idolatría, sino que se entregaba abiertamente a los bárbaros excesos permitidos a los hombres de su posición. Era un hombre brutal y sanguinario. Un cronista árabe de la época, Ibn-Foslán, habla de sus cinco esposas y numerosísimas esclavas, lo cual confirma la frase de la «Crónica» de Néstor, donde se dice que «la lujuria de Vladimiro era insaciable». Se ha discutido y aún se discute mucho sobre las circunstancias de la conversión de Vladimiro al cristianismo. Lo cierto es que se convirtió, probablemente hacia el año 989, cuando tenía unos treinta y dos años. Poco después, se casó con Ana, hija del emperador Basilio II de Constantinopla. La conversión y el matrimonio estuvieron muy relacionados entre sí y la conversión del pueblo ruso data de aquella época. Algunos autores piadosos atribuyen a Vladimiro una perfecta pureza de intención en su conversión, pero es evidente que le movió en gran parte la consideración de las ventajas políticas y económicas de la unión con Bizancio y con la Iglesia católica. Sin embargo, esto último no debe hacernos olvidar que, una vez que aceptó la fe, Vladimiro fue un magnífico cristiano. Inmediatamente se separó de sus esposas, despidió a sus concubinas y cambió de vida. Igualmente, mandó destruir en público los ídolos y prestó un apoyo enérgico y entusiasta a los misioneros griegos; en ciertos casos su entusiasmo rayaba en la exageración, pues quienes se rehusaban a recibir el bautismo incurrían en la cólera del príncipe. Pero, aparte de esta especie de «bautismo por la fuerza», se ha exagerado mucho la rapidez de la conversión de Rusia. Durante la época de Vladimiro, la nueva religión no llegó probablemente más que a los nobles y a los comerciantes ricos. Y tampoco el desarrollo posterior del cristianismo fue tan rápido como se ha pretendido, ya que el paganismo fue cediendo el terreno muy poco a poco. El culto que se tributó desde antiguo a Vladimiro se debió no sólo a que había sido un pecador arrepentido, sino a que había iniciado la reconciliación del pueblo ruso con Dios y había sido el Apóstol de Rusia, elegido por el cielo.
«Los locos y dementes vencieron al demonio», dice la «Crónica» de Néstor, y subraya que san Vladimiro recibió el perdón y la gracia de Dios, en tanto que «muchos otros hombres rectos y religiosos se apartaron del camino de la verdad y perecieron». A lo que parece, el arrepentimiento y la fidelidad de Vladimiro a sus nuevos compromisos tenía ese carácter de sinceridad y entereza que existirá siempre en la Iglesia, aun en sus formas más desarrolladas y complejas. Un cronista dice a ese propósito: «Cuando se dejaba llevar de la pasión y había caído en pecado, trataba inmediatamente de compensarlo con la penitencia y la limosna». Aun hay quienes afirman que Vladimiro, después de su conversión, se preguntaba si tenía derecho a castigar con la pena de muerte a los bandoleros y a los asesinos. Tales escrúpulos sorprendieron a los misioneros griegos, quienes apelaron al testimonio del Antiguo Testamento y de la historia de Roma para probar que los príncipes cristianos tenían el deber de castigar a los malvados. Pero tales argumentos no convencieron del todo a Vladimiro. Por razón de las circunstancias de la conversión de Vladimiro, su pueblo dependió en lo religioso del patriarcado de Bizancio. Pero ciertamente que Vladimiro no tenía nada de particularista: envió embajadores a Roma, ayudó al obispo alemán san Bonifacio (Bruno) de Querfurt durante su misión entre los pechenegs y aun llegó a copiar ciertas costumbres canónicas del Occidente, como la de los diezmos, que no existía entre los bizantinos. En realidad, Rusia no interrumpió sus relaciones con la Iglesia de Occidente sino hasta la época de las invasiones de los mongoles.
San Vladimiro murió en 1015, después de haber repartido todos sus bienes entre sus amigos y los pobres, según se cuenta. Los rusos, los ucranios y otros pueblos, celebran solemnemente su fiesta. Nieto de la princesa santa Olga, en la Iglesia rusa es celebrado también con el grandilocuente título de «Equiapostólico», es decir, «igual a los Apóstoles».
Hay un catálogo bastante detallado de las fuentes rusas originales en la bibliografía del vol. XV de la Cambridge Medieval History, pp. 819-821. En S. H. Cross, The Russian Primary Chronicle (1930), hay una traducción de la «Crónica» de Néstor. Véase N. de Baumgarten, Orientalia Christiana, vol. XXIV, n. 1, 1931 (Olaf Tryggwison...) y vol. XXVII, n. 1, 1932 (St. Vladimir ...).
Cuadro: Bautismo de Vladimiro, de Viktor Mijailcovich Vasnetsov, 1890, Galería Tretyskov, Moscú.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012

Estas biografías de santo son propiedad de El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía, referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=2397





San David de Västeras, abad y obispo

fecha: 15 de julio
†: c. 1082 - país: Suecia
otras formas del nombre: David de Munktorp
canonización: culto local
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI

En Västeras, en Suecia, san David, obispo, el cual, originario de Inglaterra, después de abrazar la vida de monje cluniacense fue a predicar la fe cristiana a los suecos y, ya anciano, murió piadosamente en el monasterio que él mismo había fundado.

Según se dice, David era un monje inglés que deseaba ardientemente dar su vida por Cristo. Cuando se enteró de la muerte de los tres sobrinos de san Sigfrido a manos de los paganos, se ofreció para ir a la misión inglesa de Suecia, que trataba de reconstruir la obra arruinada de san Anscario. En Suecia se puso a las órdenes de san Sigfrido, obispo de Växjö, quien le envió a Västmanland. Ahí trabajó por la conversión del pueblo y por secundar la obra de los monjes de un monasterio fundado anteriormente. El sitio tomó más tarde el nombre del monasterio: Munktorp. David se entregó en cuerpo y alma a su misión con gran éxito. Dios le concedió el don de milagros y el don de lágrimas, todavía más valioso que el primero; en cambio, le negó la gracia del martirio que tanto había deseado. San David vivió hasta edad muy avanzada y murió apaciblemente. Los milagros obrados en su tumba confirmaron su fama de santidad. La tradición popular afirma que fue el primer obispo de Västeras. Es uno de tantos santos a quien se atribuye el milagro de haber colgado sus vestidos en un rayo de sol; en el caso particular de san David, se cuenta que colgó sus guantes. La ciudad de Davii, donde vivió algún tiempo, tomó su nombre de él.
Existe una corta biografía, publicada en Scriptores rerum suecicarum, vol. II, pte. 1, pp. 408-411. Véase también C.J.A. Oppermann, English Missionaries in Sweden (1937), pp. 112-117. Puede ser interesante una visita visual a la pintoresca iglesia de Överselö de donde tomamos la imagen del santo.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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ingreso o última modificación relevante: ant 2012
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