Santa Ciriaca, virgen y mártir
fecha: 6 de julio
†: s. IV - país: Turquía
otras formas del nombre: Dominica
canonización: Conf. Culto: Clemente X 1672
†: s. IV - país: Turquía
otras formas del nombre: Dominica
canonización: Conf. Culto: Clemente X 1672
hagiografía: El Testigo Fiel
En Nicomedia, de Bitinia, santa Ciríaca,
virgen, mártir en tiempo del emperador Diocleciano, que es objeto de gran
veneración en Tropea, en Calabria.

En el Martirologio anterior decía que
«...santa Dominica, virgen y mártir, fue condenada a las fieras en tiempos del
emperador Dioeleciano por haber destruido las imágenes de los ídolos. Como las
fieras no le hiciesen daño alguno, fue decapitada, y así pasó al Señor. Su
cuerpo se conserva con gran veneración en Tropea de Calabria»; la tradición
popular, de la que incluso el breviario se hacía eco, señalaba a su vez que
«fue martirizada a orillas del Eufrates y que los ángeles trasladaron su cuerpo
a Tropea».
El culto de la santa es antiguo, pero no
es originario de Tropea, en Calabria, sino de Nicomedia, en la actual Turquía.
Posiblemente hayan llegado en algún momento unas reliquias de la santa a
Tropea, y con el tiempo se fue formando la leyenda del traslado milagroso del
cuerpo. La santa que está en el origen del culto es «Kyriaké» (Ciríaca), que se
traduce al latín como «Domenica» (Dominga o Dominica). Posiblemente se refiere
a la misma santa Ciríaca que los griegos celebran como mártir de Nicomedia,
hija de los santos Doroteo y Eusebia, mártires también en Nicomedia (pero que
no figuran en nuestro calendario). Si es esta misma, hay que situar su martirio
en tiempos de Diocleciano, es decir, a comienzos del siglo IV.
Las evidencias de culto antiguo son
suficientes para que la Congregación de Ritos autorizara en 1672 el culto de la
santa en Tropea, pero lamentablemente en cuanto a su vida no hay más datos que
las conjeturas señaladas.
Ver Butler-Guinea, artículo «Santa
Dominica», 6 de julio, y Enciclopedia dei santi, art. «Santa Domenica
(Ciriaca)», también 6 de julio.
El Testigo Fiel
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Estas biografías de santo son propiedad de
El Testigo Fiel. Incluso cuando figura una fuente, esta ha sido tratada sólo
como fuente, es decir que el sitio no copia completa y servilmente nada, sino
que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=2257
San Rómulo, diácono
fecha: 6 de julio
†: s. inc. - país: Italia
otras formas del nombre: Romolo
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
†: s. inc. - país: Italia
otras formas del nombre: Romolo
canonización: pre-congregación
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Fiésole, en la Toscana, san Rómulo,
diácono, celebrado como primer mártir de esta ciudad.

San Rómulo es el héroe de un romance
bastante pesado, de origen desconocido; se trata de una obra de imaginación,
probablemente no anterior al siglo XII. En ella se cuenta que cierto ciudadano
romano tenía una hija llamada Lucerna, la cual se enamoró de Ciro, uno de los
esclavos de su padre. Lucerna y Ciro tuvieron un hijo, al que abandonaron en un
bosque, donde una loba se encargó de amamantarle. Unos pastores de los rebaños
del emperador Nerón, que vieron a la loba amamantando al niño, dieron la
noticia a su amo, el cual les ordenó que le llevasen al niño. Los pastores
persiguieron durante tres días a la loba, sin poder darle caza. Entonces, el
emperador consultó a san Pedro, el cual con otros cristianos armados de redes,
partió al bosque a cazar a la loba. En el bosque, san Pedro conjuró al niño:
«Si eres hijo de una loba, ve con tu madre; pero si naciste de una mujer, ven
aquí». El niño no se movió; entonces los cristianos tendieron sus redes y
apresaron a la loba y al niño. Para que no pereciesen de hambre, dieron una
oveja a la loba, la cual la despedazó y compartió el banquete con el niño.
Después, san Pedro ordenó que dejasen en libertad a la loba y bautizó al niño.
A instancias de uno de los cristianos, le puso el nombre de Rómulo. Una noble
romana se encargó de la educación de Rómulo. Justino, el cristiano que había
sugerido el nombre de Rómulo, le tomó más tarde por su cuenta. Rómulo resultó
un niño prodigio: a los ocho años predicaba, exorcizaba y obraba milagros. Más
tarde fue consagrado obispo y evangelizó las ciudades de Fiésole, Sitri, Nepi,
Florencia, Pistoia, etc. Finalmente, después de numerosas aventuras, Rómulo fue
condenado a muerte por el gobernador Repertiano. En el camino hacia el sitio de
la ejecución, Rómulo pidió un vaso de agua a una joven que se hallaba junto a
una fuente; la doncella, temiendo la ira de los soldados, le rehusó el favor.
Entonces, el santo la reprendió y predijo que, de ahí en adelante, la fuente
proveería de agua a los cristianos, pero se convertiría en sangre cuando los
paganos se acercasen a beber. Los mártires Carísimo, Dulcísimo y Crescencio
fueron ejecutados junto con San Rómulo.
A pesar de la absurda leyenda que acabamos
de resumir, existen pruebas de la historicidad del culto que se tributaba desde
antiguo, en Fiésole, a san Rómulo, donde se le tenía no por diácono sino por
obispo, que es como estaba inscripto en el Martirologio Romano anterior. En
muchos casos puede ser interesante conocer las leyendas, aun las más inverosímiles,
relacionadas con un santo, no porque a través de ellas conozcamos mejor su
biografía, ni los méritos propios de un santo, sino porque son las leyendas,
más que los datos de la historia, los que suelen dar lugar a la más abundante
iconografía. Así, por ejemplo, aunque el santo que nos ocupa haya sido diácono
-o hasta ese grado de sacerdocio se pueda probar-, la iconografía lo representa
como obispo. Asimismo es importante también atender a los matices de la
redacción del Martirologio: no nos dice que haya sido mártir, sino que en
Fiésole es «celebrado como» mártir, lo que es una manera elegante de indicar
que no tenemos pruebas de que realmente haya sido mártir. De hecho, su paso a
la categoría de mártir está documentado recién a inicios del siglo XI. En la lista de
mártires publicada en el site del Vaticano no figura san
Romulo como mártir.
A. Cocchi, San Romolo, vescovo de Fiesole:
Storia e Leggende (1905), hizo un estudio crítico sobre el santo. El único
documento histórico de interés es el fragmento de un epitafio, que data, según
se dice, del siglo IV, aunque hay opiniones en contrario; cf. M. C. Cipolla, en
Rivista storico-critica delle scienze teologiche, vol. I, pp. 422-428. N.ETF:
artículo del Butler complementado con notas extraídas de A. Borrelli en «Santi
e beati».
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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