miércoles, 4 de junio de 2025

Día 4 Mes del Sagrado Corazón de Jesús: El Amor de Dios

 Mes del Sagrado Corazón de Jesús:

Día 4: El Amor de Dios

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La devoción al Sagrado Corazón es una maravillosa expresión histórica de la piedad de la Iglesia por Cristo, su Esposa y Señor.


El mes de junio está dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. Aunque la devoción fue muy popular durante la Edad Media, es importante, para todos los católicos, especialmente para esta era que estamos viviendo, recurrir a la misericordia y amor de Jesús y reparar el pecado.
El Directorio de la Piedad Popular explica:
"La devoción al Sagrado Corazón es una maravillosa expresión histórica de la piedad de la Iglesia por Cristo, su Esposa y Señor: exige una actitud fundamental de conversión y reparación, de amor y gratitud, de compromiso apostólico y de dedicación a Cristo y a su obra salvadora .
Por estas razones, se recomienda la devoción y su renovación alentada por la Santa Sede y por los Obispos.
Tal renovación toca las expresiones lingüísticas e iconográficas de la devoción; En la conciencia de sus orígenes bíblicos y su conexión con los grandes misterios de la fe; Al afirmar la primacía del amor de Dios y del prójimo como contenido esencial de la devoción misma". (# 172)
¡Adora al Sagrado Corazón de Jesús!

1. Confía en el Sagrado Corazón de Jesús.

Amado Corazón de Jesús, Tú Permaneces como mi amante fiel y eterno, aunque yo vaya dando tumbos por el camino del amor, tu amor. Quieres que yo dé mucho fruto, pero para eso debo vivir unido a Ti, unido a tu sacratísimo corazón y a tu Palabra que es la semilla que alimenta al mío.
Dame de tu fuerza, de tu coraje, de tu amor y de tu perdón. Necesito a diario esas cuatro cosas en mi vida para tener la dirección correcta. Quiero hacer de mi vida una vida de servicio, obrar bien por los míos y por mi prójimo, desvivirme por ellos como Tú lo hiciste por mí.
Al final de mis días eso es lo que contará, no mi prestigio, riqueza, poder o belleza. Sé que quieres que construya mi vida sobre el amor que brota de tu Sagrado Corazón, que permanezca siempre firme y lleno de tu bondad. Confío en que Tú me llevarás seguro con la fuerza sanadora que emerge de tu Corazón.
Confío en Ti, confío en tu amor, confío en que me ayudas y me regalas tu bendición en todos los momentos de mi vida.
Sagrado Corazón de Jesús, quiero amarte con verdadero amor.
Amén

2. Oración inicial.

Sagrado Corazón de Jesús, necesito de tu fuerza que todo lo restaura, tu poder que sana y libera y conduce por nuevos caminos llenos de bendiciones.
Tú conoces lo que hay en mi corazón: quiero amarte y servirte, no porque sea un mandato, sino porque lo acepto como una petición de amor respetuosa y lleno de gozo por hacer tu voluntad, la cual, con ella siempre me diriges y quieres lo mejor para mí.
Sagrado Corazón de Jesús, quiero seguir tus pasos, vivir lo que Tú mismo viviste, amar lo que Tú amas, despreciar el mal que te aleja de mí.
Te amo, creo en tus mandamientos, que no son otra cosa que peticiones de amor que brotan de tu sagrado corazón. Amén. Sagrado Corazón de Jesús en ti confío.
Amén.

3. Día 4: El amor de Dios.

Jesús te ama... y te da su Corazón, símbolo de amor. Sobre este corazón se enciende una llama que quiere extenderse e inflamar todos los corazones. ¡Jesús te ama!.
He venido, dice Jesús, a traer el fuego del amor sobre la tierra y ¿qué puedo desear sino que ese fuego se encienda?
Mírate a ti mismo. ¿Cómo correspondes al amor de Jesús? ¿Lo amas con todo tu corazón, con todas las fuerzas?
A la mañana, cuando te despiertas, ¿tienes un pensamiento para Jesús? ¿Le rezas durante el día alguna jaculatoria?

Rezar un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria.


4. Oración final.

Amantísimo Corazón de Jesús, de Ti provienen abundantes gracias, misericordia y perdón, defiendes a los oprimidos, ayudas a los más débiles, rescatas a los que son despreciados.
Una y otra vez intervienes en cada una de mis debilidades, me acoges, me perdonas y me invitas a convertirme de corazón.
Sagrado Corazón de Jesús, Tú lo sabes todo, Tú escudriñas la profundidad de nuestros corazones y ves nuestro interior, conoces mi debilidad.
Quiero aprender a perdonar y a pedir perdón, a reconocerme pecador y no juzgar a los demás, más bien acudo a Ti, que eres la fuente de la misericordia, para que pongas en mí la gracia de ser misericordioso.
Quiero saber inyectar esperanzas en vez de condenas. Derrama tu amor en mi corazón para solidarizarme con todos. No permitas que sea indiferente ante las personas que necesitan de una palabra de consuelo.
Te suplico, Oh Dios mío, que extiendas tu mano en estos momentos sobre mis heridas y sánalas con tu inmenso amor. Eres el dueño de mi vida. Todo te lo entrego.
Sagrado Corazón de Jesús en Ti confío.

Nota final: El Sagrado Corazón de Jesús quiere inspirar a los corazones de hombres y mujeres de nuestros días para que puedan estar fortalecidos ante los continuos ataques de antivalores de esta sociedad y además infundirles un gran deseo de llevar a cabo grandes obras de las que se creen ser incapaces de realizar.
El Corazón de Jesús le dijo a Santa Margarita María Alacoque:
"Si quieres agradarme confía en Mí. Si quieres agradarme más, confía más. Si quieres agradarme inmensamente, confía inmensamente en Mí".

Sagrado Corazón de Jesús en Ti confío.

Santos del día 4 de junio

                                                Santos del día 4 de junio

En Sabaria, lugar de Panonia, pasión de san Quirino, pasión de san Quirino, obispo de Siscia y mártir, que bajo el emperador Galerio, por la fe en Cristo, fue arrojado a un río con una rueda de molino atada al cuello. († 308)
En Constantinopla, san Metrófano, obispo de Bizancio, que consagró al Señor la Nueva Roma. († 325)
En Milevi, en Numidia, conmemoración de san Optato, obispo, que en sus escritos trató sobre la universalidad de la Iglesia, la necesidad de la íntima unidad de los cristianos y los errores de los donatistas. († s. IV)
En Cornualles, san Petroco de Gales, abad. († 594)
En Servigliano, del Piceno, en Italia, san Gualterio, abad del monasterio de este lugar. († 1250)
En la isla de Cerdeña, santos Nicolás y Trano, eremitas. († s. XII)
En Sassari, también en Cerdeña, beato Pacífico Ramati, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores, que predicó en defensa de los cristianos y murió en el Señor. († 1482)
En Agnone, del Abruzo, san Francisco Caracciolo, presbítero, fundador de la Orden de Clérigos Regulares Menores, que amó de modo admirable a Dios y al prójimo. († 1608)
En Lecce, de la Apulia, san Felipe Smaldone, presbítero, que se dedicó a atender a los sordos y ciegos indigentes, y para instruirlos humana y cristianamente fundó el Instituto de Hermanas Salesianas de los Sagrados Corazones. († 1923)
Cerca de Munich, de Baviera, en Alemania, beatos Antonio Zawistowski, presbítero, y Estanislao Starowieyski, mártires, los cuales, detenidos en el campo de concentración de Dachau durante la guerra, murieron por Cristo después de atroces torturas. († 1942)
En Mortara, de Pavia, en Italia, beato Francisco Pianzola, presbítero, fundador de la Congregación de las Hermanas Misioneras de la Inmaculada Reina de la Paz. († 1943)
Cerca de Xe Ixoq Bitz, Diócesis de Quiché, Guatemala, beatos José María Gran Cirera, presbítero de la Congregación de los Misioneros de los Sagrados Corazones, y Domingo del Barrio, laico casado y sacristán de la parroquia, mártires, asesinados por odio a la Iglesia y su labor por la justicia y la dignidad humana. († 1980)

04 de junio: Nuestra Señora de la Colina, Lombardía

 

04 de junio: Nuestra Señora de la Colina, Lombardía

El santuario del Cerro Sagrado en Varese, en Lombardía (Italia), se dice que su origen está en una capilla construida allí para conmemorar la aparición de la Virgen María a San Ambrosio de Milán durante la tarde del siglo IV.

San Ambrosio, obispo y uno de los primeros Padres de la Iglesia, fue uno de los que luchó heroicamente contra la herejía Ayrian para una buena parte de su vida. La herejía del arrianismo toma su nombre de un hereje llamado Arrio, que enseñó falsamente que el Hijo de Dios era una mera criatura, creada por Dios y distinto del Padre. Esta noción es refutada cuando se lee el Evangelio de San Juan, el que, al dar inicio a su evangelio deja en claro :

"En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin ella no se hizo nada de lo que ha sido hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no prevalecieron contra ella".

Aquella herejía generó gran discordia en el cristianismo. Arrio fue condenado en el Concilio de Nicea , y de nuevo en el Primer Concilio de Constantinopla .

San Ambrosio fue también un gran defensor de María, la Madre de Dios. Se cree que la Santísima Virgen se apareció a San Ambrosio durante la época del conflicto Ayrian, y que el santo construyó la primera capilla, la Virgen del Cerro, en ese lugar, a petición de la Madre de Dios, sino también en acción de gracias por sus victorias, mientras que teológicamente refutar las proposiciones heréticas del arrianismo.

El santuario creció en popularidad, especialmente después de que se estableció un convento de monjas agustinas en el siglo XV. El santuario principal es la iglesia de la Inmaculada Concepción, con capillas de los misterios del rosario.

En la antigüedad la colina había sido dedicada por los paganos a la diosa de la victoria ; pero la Virgen , como es su costumbre, pidió que en ese lugar se convierta en un santuario en honor a su Divino Hijo y ella misma. Ahora se sabe que el Sacro Monte di Varese, Nuestra Señora de la colina o el Sacro Monte de Varese, y hay un total de catorce pequeñas capillas situadas allí que se construyeron entre los años 1604 y 1623. Es un popular lugar de peregrinación incluso en nuestros días.

traducido por mallinista 
(fuente: www.roman-catholic-saints.com)

lunes, 2 de junio de 2025

Santos del día 3 de junio

                                                    Santos del día 3 de junio

Memoria de los santos Carlos Lwanga y doce compañeros, todos ellos de edades comprendidas entre los catorce y los treinta años, que perteneciendo a la corte de jóvenes nobles o al cuerpo de guardia del rey Mwanga, de Uganda, y siendo neófitos o seguidores de la fe católica, por no ceder a los deseos impuros del monarca murieron en la colina Namugongo, degollados o quemados vivos. Estos son sus nombres: Mbaya Tuzinde, Bruno Seronuma, Jacobo Buzabaliao, Kizito, Ambrosio Kibuka, Mgagga, Gyavira, Achilles Kiwanuka, Adolfo Ludigo Mkasa, Mukasa Kiriwanvu, Anatolius Kiriggwajjo y Lucas Banabakintu. († 1886)

En Cartago, san Cecilio, presbítero, que convirtió a la fe en Cristo a san Cipriano. († s. III)
En Carcassonne, en la Galia Narbonense, san Hilario, considerado como primer obispo de esta ciudad, y en cuyo tiempo los godos difundieron la herejía arriana. († s. IV)
En Tours, en la Galia Lugdunense, santa Clotilde, reina, cuyas oraciones indujeron a su esposo Clodoveo, rey de los francos, a abrazar la fe cristiana, y al enviudar se retiró a la basílica de San Martín, donde deseó no ser considerada como reina sino como sierva de Dios. († 545)
En Meung-sur-Loire, en el territorio de Orleans, también en la Galia, san Lifardo, presbítero, que en dicho lugar llevó vida solitaria. († 550)
En Anagni, de la Campania, santa Oliva, virgen. († s. VI/VII)
En Glandaloch, en Hibernia, san Coemgeno, abad, que fundó este monasterio, en el que vivieron muchos monjes, de los cuales fue padre y guía. († 622)
En Auvernia, en Aquitania, san Genesio, obispo de Auvernia, que recibió sepultura en la iglesia del monasterio Manglieu que él mismo había fundado con el hospicio anexo. († c. 650)
En Córdoba, en la región hispánica de Andalucía, san Isaac, mártir, que, siendo monje, en tiempo de la dominación musulmana, llevado por un impulso no humano sino divino, salió del monasterio de Tábanos para presentarse ante el juez sarraceno y hablarle acerca de la verdadera religión, razón por la cual fue decapitado. († 851)
En la ciudad de Lucca, en la Toscana, san Davino, que, armenio de nacimiento, vendió todos sus bienes para ser peregrino por Cristo, visitando los Santos Lugares y los sepulcros de los Apóstoles, hasta que, habiendo enfermado, descansó en el Señor. († 1051)
En la aldea de Altkirch, en la región de Basilea, entre los helvecios, san Morando, monje, oriundo de Renania, que de presbítero peregrinó a Compostela y, al regresar, se hizo monje en Cluny, fundando después el monasterio donde terminó su intensa vida. († c. 1115)
En Spello, lugar de Umbría, beato Andrés Caccioli, que, primero presbítero agregado a la Orden de los Hermanos Menores, recibió el hábito de la Orden de manos de san Francisco, a quien asistió en su lecho de muerte. († 1254)
En el cenobio de Santa María de Cadossa, en Lucania, san Cono, monje, que mediante la práctica monástica y la inocencia de vida llegó en breve tiempo, con la ayuda de Dios, a la culminación de todas las virtudes. († s. XIII)
En York, en Inglaterra, beato Francisco Ingleby, presbítero y mártir, alumno del Colegio de los Ingleses de Reims, que bajo la reina Isabel I, por ejercer el sacerdocio en su patria, fue condenado a muerte. († 1580)
En Jerez, en la región española de Andalucía, san Juan Grande, religioso de la Orden Hospitalaria San Juan de Dios, insigne por su dedicación a los cautivos, abandonados y marginados, que, cuidando de los apestados durante una epidemia, falleció al haberse contagiado. († 1600)
En el mar, frente al puerto de Rochefort, en Francia, beato Carlos Renato Collas du Bignon, presbítero de la Compañía de Sacerdotes de San Sulpicio y mártir, rector del Seminario Menor de Bourges, que durante la Revolución Francesa, por el hecho de ser sacerdote, fue encarcelado en una nave prisión, donde murió a consecuencia de la enfermedad que allí contrajo. († 1794)
En la ciudad de Au Thi, en Tonkín, san Pedro Dong, mártir, padre de familia, que prefirió sufrir crueles torturas antes que pisar la Cruz, y logró que en su frente se escribiese «verdadera religión» en lugar de «falsa religión» como se pretendía, por lo cual pereció decapitado en tiempo del emperador Tu Duc. († 1862)
En la localidad de Bellegra, en los alrededores de Roma, beato Diego (José) Oddi, religioso de la Orden de los Hermanos Menores, eximio por su vida de oración y su sencillez. († 1919)
En Roma, san Juan XXIII, papa, cuya vida y actividad estuvieron llenas de una singular humanidad. Se esforzó en manifestar la caridad cristiana hacia todos y trabajó por la unión fraterna de los pueblos. Solícito por la eficacia pastoral de la Iglesia de Cristo en toda la tierra, convocó el Concilio Ecuménico Vaticano II. († 1963)