miércoles, 27 de mayo de 2015

Informe 2014 sobre Libertad Religiosa en el Mundo (LAOS - LETONIA - LESOTO - LÍBANO - LIBERIA - LIBIA 311- 327) (Ayuda a la Iglesia Necesitada)

LAOS

Budistas
(66 %)
Cristianos
(1,5 %)
Otras religiones
(0,7 %)
Religiones
tradicionales
(30,7 %)
Sin adscripción
(0,9 %)
Población:
6 646 000
Superficie:
236 800 km2
Refugiados (en el
interior)*: -
Refugiados (en el
exterior)**: 7835
Desplazados en el
interior: -
* Refugiados extranjeros que viven en este país. ** Ciudadanos de este país que viven en el
extranjero.
En este país, la adscripción religiosa tiende a fundirse con el origen étnico. Cerca del 55 % de la
población pertenece al grupo étnico lao, mayoritariamente budista. El resto de la población se
divide entre los khmou (11 %), hmong (8 %) y otras cien minorías étnicas. La religión cristiana es
practicada sobre todo por miembros de las minorías étnicas.
Desde que los comunistas llegaron al poder de la República Democrática Popular de Laos en
1975, con la consiguiente expulsión de todos los misioneros extranjeros, la minoría cristiana de
Laos ha estado sometida a estrictos controles estatales y se observan muestras evidentes de
limitación de la libertad religiosa. Los casos de persecución más frecuentes suelen afectar a las
comunidades cristianas protestantes. En realidad, a partir de abril de 2011, tras la violenta
represión de las manifestaciones iniciadas por una serie de grupos pertenecientes a la minoría
étnica hmong, se han apretado aún más las tuercas.
La Constitución y la legislación actual garantizan claramente la protección de la libertad religiosa,
pero a nivel local algunas de las medidas políticas desarrolladas discriminan a los fieles de todas
las religiones. A nivel nacional, el Gobierno (aunque no reconoce oficialmente ninguna religión de
Estado) apoya al budismo económicamente, e incluso en ocasiones lo promueve.
Uno de los poquísimos religiosos a los que las autoridades de Vientián permiten vivir en el norte
de Laos (en una zona en la que la vida cristiana es muy dura) es la madre Marie Bruno. Esta
monja católica ha hablado recientemente de su misión (que consiste en un apostolado silencioso
entre niños pobres y discapacitados en una institución del Gobierno en Luang Prabang) durante
un acto celebrado en París el 12 de abril de 2013, organizado por la oficina nacional francesa de
Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN). La hermana dijo en el acto: “En el norte del país, la situación
es especialmente difícil, porque están prohibidas todas y cada una de las expresiones de fe
externas, incluyendo los lugares de culto, las cruces, las imágenes, los libros sagrados y cualquier
palabra o gesto que pueda ser interpretado como proselitismo”.
Las palabras de esta religiosa católica han sido confirmadas por varios sucesos acaecidos a lo
largo de 2013. Tres pastores protestantes fueron arrestados el 5 de febrero en la provincia de
311

Savannakhet por haber “difundido la fe cristiana mediante unos CD” 1. Habían entrado los tres
juntos en una tienda para que les hicieran una copia de un DVD sobre los Últimos Tiempos, y para
comprobar que funcionaba, lo metieron en el lector de CD de la tienda. Por casualidad, en ese
momento llegó un policía que vio lo que estaban haciendo. Llamó a sus compañeros y arrestaron
a todos los presentes por “proselitismo ilegal”.
El 30 de agosto, las autoridades de Nongdaeng amenazaron con “expulsar” a 50 cristianos de la
localidad “por no haber abandonado su fe”2. El jefe del pueblo había convocado a once familias
cristianas de la zona para participar en un ritual animista donde quería que renunciaran a sus
creencias cristianas “bajo amenaza de graves consecuencias”. Los cristianos respondieron que
las leyes “les reconocen el derecho a profesar la fe que deseen” y, tras una disputa dentro del
pueblo, solicitaron (en vano) protección policial.
A pesar de todo, la situación general parece haber mejorado, gracias en parte a la implicación de
la comunidad budista que ha solicitado al Gobierno “el respeto a la fe de todos”.
Conclusión: desde 2012, la libertad religiosa se ha mantenido sin cambios sustanciales. En
distintos lugares, unos 100 cristianos protestantes han sufrido violaciones de sus derechos, lo que
sin embargo no se puede calificar de persecución. Los budistas son los que de mayor libertad
disfrutan, mientras hay un ambiente de sospecha hacia el resto de las religiones, ligado más a
cuestiones nacionales, que a la propia religión.
1 Human Rights Watch for Lao Religious Freedom, 7 de febrero de 2013.
2 Ibid. 3 de septiembre de 2013.
312

LETONIA
Cristianos
(55,8 %)
- Católicos (19,1 %)
- Ortodoxos (16,6 %)
- Protestantes (20,1 %)
Otras religiones
(0,4 %)
Sin adscripción
(43,8 %)
Población:
2 034 000
Superficie:
64 600 km2
Refugiados (en el
interior)*: 150
Refugiados (en el
exterior)**: 258
Desplazados en el
interior: -
* Refugiados extranjeros que viven en este país. ** Ciudadanos de este país que viven en el
extranjero.

Situación de la libertad religiosa
La Constitución letona garantiza la libertad de religión y no apoya ninguna fe con preferencia
sobre otra. En 1923, el Estado de Letonia suscribió un concordato con la Iglesia católica por el
que le concedía plenos derechos de autonomía y control sobre sus propios asuntos.
Recientemente, la Iglesia ortodoxa de Letonia ha propuesto la fecha del 7 de enero como día de
fiesta nacional para celebrar la Navidad ortodoxa. El grupo de la oposición Centro de Armonía
(Saskaņas Centrs) presentó la propuesta en el Parlamento, pero fue derrotado por amplia
mayoría. Sin embargo, doce meses después, el Parlamento aprobó un plan para permitir que
todos los ciudadanos se tomen un día de asueto al año a elección propia, lo que permitiría a los
ortodoxos celebrar la Navidad el 7 de enero. Los días 24, 25 y 26 de diciembre ya son fiestas
nacionales, que permiten a los cristianos occidentales celebrar la Navidad. El ministro de
economía de Letonia ha criticado la iniciativa, porque afirma que esta “festividad religiosa” de libre
elección creará problemas a las arcas del Estado y ofenderá los sentimientos de los no
creyentes1.
La comunidad judía ha pedido a los políticos letones, que se planteen restaurar cinco antiguos
monumentos religiosos judíos de Riga y Jurmala, así como el Nuevo Cementerio Judío de Riga.
Su petición fue apoyada en septiembre de 2013 por el embajador especial para cuestiones del
Holocausto de Naciones Unidas, Douglas Devinson, durante su tercera visita a Letonia. Declaró
que la comunidad judía se ha quedado sola y no recibe nada del programa de desnacionalización
de los últimos 20 años, porque su estatus jurídico no está claro. La comunidad judía ha solicitado
a la Unión Europea, que reaccione ante actos aparentemente pronazis entre los que se cuenta un
incidente en un partido de hockey en Riga, en el que se desenrolló un cartel con el símbolo de la
esvástica2.
En septiembre de 2013, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia pidió a la Unión Europea que
investigue la discriminación contra los ciudadanos ruso parlantes de Letonia y Estonia,
especialmente en vísperas de las elecciones al Parlamento Europeo de 2014, en las que se ha
1 Newsru.com, diciembre de 2013.
2 Jews.lv, septiembre de 2013.
313

negado el derecho de voto a los “no ciudadanos”. También afirmó que los rusos de Letonia sufren
discriminación en colegios y universidades, así como intolerancia religiosa3.
La libertad religiosa de Letonia está concebida como igual dignidad para todas las creencias
religiosas y plena libertad de conciencia para el individuo. La libertad religiosa no parece haber
sufrido cambio alguno en el país desde 2012. Nadie sufre discriminación, aunque la minoría rusa
se enfrenta a la intolerancia social.
3 Ruvr.ru, noviembre de 2013.
314

LESOTO

Cristianos
(96,8 %)
- Católicos (45,4 %)
- Protestantes (51,4 %)
Otras religiones
(0,2 %)
Sin adscripción
(3 %)
Población:
2 194 000
Superficie:
30 400 km2
Refugiados (en el
interior)*: 34
Refugiados (en el
exterior)**: 12
Desplazados en el
interior: -
* Refugiados extranjeros que viven en este país. ** Ciudadanos de este país que viven en el
extranjero.
La Constitución1 de 1993, enmendada en varias ocasiones hasta 2004, garantiza a todos los
ciudadanos “cualquiera que sea su raza, color, sexo, lengua, religión, opinión política u otra”, los
derechos y libertades humanas fundamentales, entre ellos los de “conciencia”, “expresión”, y
“libertad frente a la discriminación”. El artículo 13 establece específicamente que la libertad de
conciencia incluye “libertad de pensamiento y de religión, libertad para cambiar de religión o
creencia y libertad para manifestar y difundir la propia religión o creencia, individual o
colectivamente, en público y en privado, a través del culto, la enseñanza, la práctica y la
observancia”. La libertad de asociación (donde figura la asociación religiosa) está detallada en el
artículo 16. También, según el artículo 13, toda comunidad religiosa “tendrá derecho de fundar y
mantener a sus expensas instituciones educativas… y no se impedirá a ninguna de estas
comunidades proporcionar enseñanza religiosa a los miembros de su comunidad”. Por otro lado,
“no se exigirá a ninguno de los que asisten a un centro educativo recibir (sin su consentimiento o
el de su custodio) educación religiosa, ni participar o estar presente en ninguna ceremonia o acto
religioso, si dicha enseñanza, ceremonia o acto pertenece a una religión diferente de la propia”. Y
“nadie será obligado a prestar juramento contrario a su propia religión o creencia”. Estas libertades
solo se pueden limitar por respeto a iguales libertades de los demás, o en interés público.
Durante la campaña para las elecciones generales de 2012, uno de los partidos, que acabó
formando parte de la coalición gobernante, manifestó estar de acuerdo con la propuesta (difundida
por una emisora de radio local) de insertar una referencia específica al cristianismo en la
Constitución. Sin embargo, hasta este momento, el Gobierno no ha presentado ninguna propuesta
de reforma constitucional sobre este tema2. Los grupos religiosos no tienen obligación de
registrarse, a pesar de que la mayor parte de los grupos presentes en el país lo han solicitado. No
obstante, no hay sanciones para quienes no lo hacen. Los requisitos legales para los grupos que
se inscriben en el registro son los mismos que para cualquier otro grupo, de cualquier otra
naturaleza, es decir, tener estatutos y dirección. La presencia de las comunidades religiosas es
1 www.eisa.org.za/WEP/les5.htm
2 www.state.gov/j/drl/rls/irf/religiousfreedom/index.htm?year=2012&dlid=208162
315

especialmente importante en el ámbito educativo, hasta el punto de que el número de escuelas de
educación primaria y secundaria dirigidas por las distintas confesiones cristianas representa
aproximadamente el 90 % del total. Solo los colegios católicos suman cerca del 40 %. Las
cualificaciones requeridas y los salarios de los profesores están establecidos por el Ministerio de
Educación, que también exige que todos los colegios sigan el mismo programa de estudios, sean
públicos o privados.
Lesoto está clasificado como país “libre” en las listas de Freedom House y, de hecho, las
autoridades no han interferido de ninguna forma en la libertad religiosa3. Tampoco se han
producido problemas entre las distintas confesiones cristianas en el ámbito de las actitudes
sociales y, de hecho, el diálogo ecuménico ha producido buenos resultados y una estrecha
cooperación en distintos problemas sociales. Respecto a las religiones no cristianas, la emigración
hacia Suráfrica ha producido un descenso en el número de hindúes y musulmanes, mientras la
comunidad judía, aunque presente en el país, solo tiene lugares de culto fuera de las fronteras de
este pequeño enclave en el interior de Suráfrica.
Es difícil determinar el número exacto de los que siguen las religiones tradicionales africanas, en
parte, porque en muchos casos, quienes se consideran a sí mismos cristianos no han
abandonado del todo estas prácticas.
En conclusión, la situación respecto a la libertad de religión se ha mantenido estable, tanto en lo
que respecta al marco legislativo como en la práctica. No se han producido casos de persecución.
3 www.freedomhouse.org/report/freedom-world/2013/lesotho
316

LÍBANO

Cristianos
(38,3 %)
- Católicos (28,8 %)
- Ortodoxos (8,2 %)
- Protestantes (1,3 %)
Musulmanes
(61,3 %)
Otras religiones
(0,4 %)
Población:
4 259 000
Superficie:
10 450 km2
Refugiados (en el
interior)*: 577 212
Refugiados (en el
exterior)**: 3652
Desplazados en el
interior: -
* Refugiados extranjeros que viven en este país. ** Ciudadanos de este país que viven en el
extranjero.
Líbano no tiene religión oficial ni es un Estado laico oficial. El sistema político confesional asigna
los cargos públicos más elevados a las distintas comunidades según criterios bien definidos: la
presidencia de la república es para los cristianos maronitas1, la presidencia del Consejo de
Ministros para los musulmanes suníes y el portavoz del Parlamento es un chií. Las comunidades
religiosas están representadas en el Parlamento atendiendo a cuotas fijas.
El país respeta la libertad religiosa. Este principio, que sigue vigente hoy, fue establecido en la
Constitución de 1926: “La libertad de conciencia es absoluta. Rindiendo homenaje al Altísimo, el
Estado respeta todas las confesiones y garantiza y protege su libre ejercicio, con la condición de
que no atente contra el orden público. El Estado garantiza igualmente a sus habitantes, con
independencia del rito a que pertenezcan, el respeto a su estatus personal y a sus intereses
religiosos” (artículo 9).
Se respeta la igualdad de todos, pero dentro de un marco confesional, no individual. El derecho
privado (matrimonio, parentesco, herencias) está bajo la jurisdicción de cada una de las 18
comunidades religiosas reconocidas por el Estado (12 cristianas, 5 musulmanas y 1 judía). Cada
una de ellas tiene jurisdicciones propias y gestionan sus propias organizaciones de beneficencia e
instituciones educativas. Otras comunidades del Líbano, (yazidíes, bahaíes, budistas y testigos de
Jehová) no están reconocidas por lo que no tienen derechos, como grupo institucional.
Los miembros de las comunidades religiosas no reconocidas y los que no pertenecen a ninguna
pueden contraer matrimonio civil en el extranjero y posteriormente validar la unión en Líbano. Pero
en este caso, la ley que regula el matrimonio y sus efectos es la del país donde se ha celebrado la
boda civil.
En este ámbito se ha introducido una innovación. En noviembre de 2012, tras una batalla legal,
Nidal Darwish, suní, y Julud Sukaria, chií, fueron la primera pareja en contraer matrimonio civil en
Líbano2, tras haber conseguido que se borrara del registro oficial su religión. Consiguieron que se
reconociera su unión apelando al artículo 25 del Decreto 60 LR (Leyes y Reglamentos) de 1936,
1 La Iglesia maronita es una Iglesia católica oriental.
2 www.aljazeera.com/indepth/features/2013/04/20134309242619227.html
317

adoptado en época del mandato francés. Este artículo, que permite a los ciudadanos libaneses
celebrar un matrimonio civil en su propio país, nunca fue abolido. En consecuencia, su primer hijo,
Gadi Darwish, nacido el 30 de septiembre de 2013, fue inscrito en el Registro Civil sin mencionar
su condición religiosa. Pero el parlamento libanés aún no ha aprobado oficialmente ninguna ley
que permita el matrimonio civil y el estatus personal civil3. No obstante, en enero de 2014 se
presentó al Parlamento una propuesta de ley sobre esta cuestión. En ausencia de matrimonio civil
(y según la ley islámica) la mujer musulmana no puede casarse con un judío ni un cristiano, a
menos que el varón se convierta al islam4.
La garantía de la libertad de conciencia según el artículo 9 de la Constitución está limitada por el
derecho de cada religión de aplicar su derecho privado. La ley islámica prohíbe a los musulmanes
abandonar su religión; por lo tanto, es muy difícil que cambien de credo. En la práctica, todo
depende de la actitud de las familias y de quienes les rodean. Así, por ejemplo, en mayo de 2012,
Banina Kataya, mujer chií de 24 años, bautizada tres años antes en Baalbek según el rito maronita
por el P. Elia Garios, párroco de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, fue secuestrada y
permaneció un tiempo prisionera de su propia familia, que quería obligarla a casarse con un
pariente musulmán. Consiguió escapar. Respecto al sacerdote, fue secuestrado, torturado y
puesto en libertad unas horas más tarde5.
Además de esto, los cristianos, que ahora son minoría (no superan el 40 % de una población total
de 4,25 millones de personas), están siendo sometidos a una gran presión por parte de algunos
movimientos islamistas como el partido chií Hizbulá. Así, en las regiones de Biblos y Kesruan, de
mayoría cristiana, los chiíes están apoderándose ilegalmente de terrenos propiedad del
patriarcado maronita. En el sur de Líbano, los militantes islamistas asaltan de vez en cuando cafés
y restaurantes en los que se sirve alcohol6.
En marzo de 2012, un grupo de 37 alumnos chiíes de la Universidad Católica de Baabda, dirigida
por la orden maronita de San Antonio, organizó deliberadamente un provocativo encuentro de
oración en el jardín del campus, justo al lado de la iglesia. Las autoridades de la universidad
habían denegado el permiso para celebrar esta reunión apoyándose en el carácter religioso del
centro y en el respeto a su identidad. Posteriormente, los órganos de gobierno respondieron con la
publicación de un comunicado en el que se recordaba a los lectores que la universidad es un
“centro privado cristiano, católico, maronita, bajo la advocación de San Antonio y abierto, que
recibe a estudiantes de todas las religiones y clases sociales, siempre y cuando no pongan en un
compromiso las constantes de su identidad y patrimonio monástico”7.
Varios lugares de culto cristianos han sido objeto de ataques violentos a los largo de 2012:
 En Akkar, al norte del Líbano, unos días antes de la visita pastoral del patriarca maronita,
el cardinal Bishara Rai, alguien colocó en el altar de la iglesia de Nuestra Señora folletos
religiosos en los que se amenazaba a la población cristiana de Kubayat. Se sospecha de
musulmanes salafíes8.
 En Zalka, en el distrito de Matn, unos desconocidos asaltaron la iglesia católica armenia de
la Cruz donde pintarrajearon los iconos religiosos y destrozaron una estatua de Santa
Rita9.
 Un colegio de Baalbek perteneciente a la congregación de las Hermanas del Sagrado
Corazón fue tiroteado y garabatearon insultos en las paredes contra la directora, la
hermana Emilie Tanus. Es posible que los autores de estos actos estuvieran protestando
3 L’Orient-Le Jour, Beirut, 18 y 19 de julio de 2013; 28 de octtubre de 2013.
4 Prohibido en el Corán, cf. azora 2, 221.
5 L’Orient-Le Jour, 09, 11, 14 y 16 de mayo de 2012.
6 L’Orient-Le Jour, 23 de marzo de 2012.
7 L’Orient-Le Jour, 21 de marzo de 2012.
8 L’Orient-Le Jour, 28 de julio de 2012.
9 L’Orient-Le Jour, 14 de septiembre de 2012.
318

contra la apertura del colegio los viernes, práctica habitual de todos los colegios de la
congregación10.
 En Trípoli, lanzaron granadas contra la catedral ortodoxa griega de San Jorge. Dos
personas resultaron heridas.
 En Miryata, en la región de mayoría maronita de Zgorta, profanaron un cementerio público
y rompieron varias lápidas11.
Sin embargo, los ataques contra los cristianos no acabaron en 2012 y en enero de 2014
prendieron fuego a la biblioteca cristiana Al Saih de Trípoli, lo que destruyó dos tercios de su
colección de 80 000 volúmenes y manuscritos. En el interior de uno de los libros había aparecido
un panfleto en el que se insultaba al islam y al profeta Mahoma. El P. Ibrahim Suruy, sacerdote de
la Iglesia ortodoxa griega, propietaria de la biblioteca, mantuvo una reunión con los líderes
islámicos gracias a la cual se canceló una manifestación ya convocada. A pesar de todo,
asaltantes desconocidos prendieron fuego a la biblioteca.
El viaje del papa Benedicto XVI al Líbano, entre el 14 y el 16 de septiembre de 2012, durante el
cual se reunió con los dirigentes de todas las iglesias católicas de Oriente Medio para publicar
oficialmente su exhortación apostólica postsinodal Ecclesia in Medio Oriente (documento
elaborado a partir de las proposiciones finales del sínodo especial de obispos de Oriente Medio
reunido en Roma en octubre de 2010) trascurrió en un ambiente de unidad excepcional.
Representantes de todas las ramas del islam en el Líbano (suní, chií, sufí, druso y alawí) estaban
presentes en el aeropuerto internacional de Beirut para dar la bienvenida al Santo Padre. También
participaron en la mayor parte de las reuniones organizadas durante esta visita, incluso en la misa
solemne celebrada por el papa en Beirut el domingo 16 de septiembre.
A lo largo de 2013 se produjeron ataques contra grupos religiosos que parecen ser prolongaciones
del conflicto de la vecina Siria. A la vez que es necesario considerarlos dentro del contexto del
conflicto sirio y el apoyo de los partidos libaneses a las dos partes de ese conflicto (también se
produjeron bombardeos dirigidos contra miembros de Hizbulá y de otras fuerzas políticas en
2013), los siguientes incidentes demuestran que estas tensiones se están vertiendo en forma de
violencia sectaria contra fieles de las distintas religiones, que no tienen relación con tales
organizaciones.
Trípoli, en particular, ha sufrido ataques sectarios:
 El 23 de agosto de 2013, dos coches bomba explotaron en el exterior de dos mezquitas
suníes cuando estaba acabando la oración del viernes. La primera de ellas estalló a unos
45 metros de la entrada de la mezquita de Taqwa. Se sospecha que este ataque fue
causado por su predicador residente, el jeque Salem Al Rafai, que habló en contra de
Hizbulá y dijo a los adoradores, que apoyaran los esfuerzos del derrocado presidente
musulmán alawí de Siria, Bashar Al Asad. La segunda bomba explotó cerca de la
mezquita de Al Salam12.
 La noche del 24 al 25 de octubre de 2013, se produjeron ataques contra negocios
propiedad de cristianos y alawíes en el barrio de Zahria. Estos ataques fueron realizados
por desconocidos, que prendieron fuego a varias tiendas13.
 El 2 de noviembre, hombres armados obligaron a parar a un autobús, que pasaba por el
barrio suní de Bab al-Tabana. Los pistoleros (uno sirio y tres libaneses) sacaron a rastras
10 Ibid.
11 L’Orient-Le Jour, 30 de enero de 2014.
12 www.nytimes.com/2013/08/24/world/middleeast/lebanon-bomb-attacks.html?_r=0
13 www.dailystar.com.lb/News/Lebanon-News/2013/Oct-28/235960-christians-and-alawites-target-of-tripoliattacks.
ashx#ixzz30wzVSEwu
319

del autobús a seis alawíes del barrio de Yaban Mohsen, a los que apalearon y dejaron
heridos14. A uno de ellos le dispararon en la pierna.
14 www.dailystar.com.lb/News/Lebanon-News/2013/Nov-03/236649-four-arrested-over-sectarian-attack-in-northlebanon.
ashx#ixzz311n91J59
320

LIBERIA

Cristianos
(85,9 %)
- Católicos (7,2 %)
- Protestantes (78,7 %)
Musulmanes
(12 %)
Otras religiones
(0,7 %)
Sin adscripción
(1,4 %)
Población:
4 190 000
Superficie:
111 400 km2
Refugiados (en el
interior)*: 58 852
Refugiados (en el
exterior)**: 22 488
Desplazados en el
interior: -
* Refugiados extranjeros que viven en este país. ** Ciudadanos de este país que viven en el
extranjero.
La Constitución y las leyes de Liberia, antigua colonia de esclavos americanos liberados,
establecida en 1820, garantizan una plena libertad religiosa, respetada y protegida en la práctica
por el Estado1. Sobre todo, hay un clima de tolerancia y convivencia pacífica en el ámbito de la
religión, tanto entre las distintas confesiones cristianas, como entre cristianos y musulmanes. Esta
situación no ha cambiado durante el período estudiado en este informe. Entre los grupos más
prominentes destacan las Iglesias carismáticas pentecostales, con frecuencia de origen
estadounidense, seguidas por las protestantes y las católicas (cuya archidiócesis tiene su sede en
Monrovia). Hay dos organizaciones religiosas importantes que incorporan a otras: el Consejo de
Iglesias Protestantes de Liberia y el Consejo Musulmán Nacional de Liberia.
Se exige que todos los grupos religiosos se registren, y nadie ha informado de que le haya sido
denegada la solicitud o de que se haya producido algún tipo de discriminación contra algún
solicitante. Los grupos religiosos tradicionales africanos no suelen solicitar la inscripción. Los
colegios privados, muchos de los cuales están dirigidos por cristianos o musulmanes, reciben
financiación del Gobierno. No se han producido cambios institucionales, ni incidentes relevantes
respecto a la libertad religiosa durante el período estudiado en este informe.
Un gran desafío al que siguen enfrentándose, tanto el Estado de Liberia, como sus comunidades
religiosas es la reconstrucción del país después de la guerra civil. Entre 1989 y 2003 más de
200 000 personas perdieron la vida y hubo un tiempo en el que había alrededor de un millón de
refugiados, varios cientos de miles de ellos en el interior. Aunque la mayor parte ha regresado a
sus antiguos hogares o se ha establecido de forma permanente en el lugar donde encontró
refugio, el problema de los refugiados sigue aún lejos de estar resuelto. Actualmente la
inestabilidad política del vecino oriental de Liberia, Costa de Marfil, supone una amenaza para la
seguridad. La consecuencia de esta inestabilidad es que hay escondites secretos de armas,
además de bandas armadas que deambulan a ambos lados de la frontera, provocando miedo y
terror. Se producen enfrentamientos con frecuencia, que dificultan las labores de ayuda de
1 Departamento de Estado de Estados Unidos, International Religious Freedom Report 2012.
321

emergencia, que realizan los grupos religiosos. En uno de los ataques contra pueblos marfileños,
lanzado desde Liberia en septiembre de 2011, murieron al menos 18 personas, incidente
traumático que aún sigue proyectando su sombra.
322

LIBIA

Budistas
(0,3 %)
Cristianos
(2,7 %)
Musulmanes
(96,6 %)
Sin adscripción
(0,2 %)
Población:
6 155 000
Superficie:
1 759 500 km2
Refugiados (en el
interior)*: 7797
Refugiados (en el
exterior)**: 3089
Desplazados en el
interior: 59 425
* Refugiados extranjeros que viven en este país. ** Ciudadanos de este país que viven en el
extranjero.
Tras la desaparición del régimen de Muamar el Gadafi, Libia sigue en estado de transición
institucional. Las autoridades provisionales se enfrentan a enormes dificultades para mantener la
ley y el orden, incluso en la propia capital, Trípoli. Numerosos grupos paramilitares armados,
muchos de los cuales ya intervinieron en la guerra civil que se inició en 2011, siguen activos por
todo el país. Los ataques contra las minorías religiosas empezaron en octubre de 2011 y han
continuado a lo largo de los años 2012 y 2013.
Mientras se espera la elección de los 60 miembros de la Asamblea Constituyente, el país está
gobernado según los principios de la Declaración Constitucional provisional promulgada el 3 de
agosto de 2011 por el Consejo Nacional del Transición. El preámbulo de este documento invoca el
“espíritu islámico” y el artículo 1 declara que “el Islam es la religión del Estado y la jurisprudencia
islámica (sharía) es la fuente principal de la legislación”1. Sin embargo, también añade: “El Estado
garantizará a los no musulmanes la libertad de practicar sus ritos religiosos”. El artículo 6
establece que “todos los libios serán iguales ante la ley. Disfrutarán de los mismos derechos
civiles y políticos, tendrán las mismas oportunidades y estarán sujetos a los mismos deberes y
obligaciones públicos, sin discriminación por razón de religión, doctrina, lengua, patrimonio, raza,
parentesco, opiniones políticas y estatus social, tribal, de privilegio o familiar”. Esta “protección
constitucional” de la libertad religiosa es la primera de este tipo en este país desde 1969. No
obstante, siguen en vigor muchas de las leyes promulgadas por Gadafi, que restringen la libertad
religiosa. Aún así, según el Informe sobre Libertad Religiosa del Departamento de Estado de
Estados Unidos, el Gobierno no las ha aplicado con rigor desde el derrocamiento del líder
anterior2.
En ausencia de leyes relativas a las conversiones religiosas, el proselitismo entre musulmanes
puede acabar en arresto, tal y como viene ocurriendo desde el derrocamiento de Gadafi. Más aún,
con frecuencia han acusado al Gobierno de no actuar ante ataques perpetrados contra lugares de
1 http://documenti.camera.it/leg16/dossier/testi/es0892.htm
2 http://www.state.gov/j/drl/rls/irf/religiousfreedom/index.htm?year=2012&dlid=208402
323

culto no musulmanes. Respecto a las instituciones educativas, todos los colegios abiertos para los
ciudadanos libres, ya sean públicos o privados, tienen que impartir la asignatura de religión
islámica, no habiendo ninguna formación religiosa alternativa. En el país hay diversos lugares de
culto no islámicos: católicos; ortodoxos rusos, griegos y ucranianos; evangélicos, y de la Iglesia de
la Unidad. La comunidad judía ha quedado reducida a un puñado de miembros, ya que la mayor
parte de ellos abandonaron el país entre los años 1948 y 1967. Los representantes judíos afirman
que, por razones de seguridad, todavía no pueden regresar al país para volver a abrir la sinagoga
de Trípoli.
La Iglesia católica está presente en distintos lugares de Libia y tanto el clero como los religiosos
siguen trabajando en hospitales y orfanatos, y atendiendo a ancianos y discapacitados.
Respecto a los musulmanes, el Ministerio de Awqaf y Asuntos Islámicos, organización cuasi
benéfica presente en todo el mundo islámico africano, tiene autoridad sobre las mezquitas,
controla al clero, y garantiza que las prácticas religiosas sean conformes a la normativa
gubernamental. Este mismo organismo proporciona a los imanes los textos de los sermones,
textos que con frecuencia contienen asuntos de naturaleza política y social. No obstante, las
nuevas autoridades disolvieron en 2011, y no han restablecido, la policía religiosa que antes se
encargaba de vigilar el comportamiento de los ciudadanos en cuestiones religiosas. Este es el
motivo de que hayan cesado prácticas como el arresto de los imanes que no se atenían al texto
de los sermones impuesto por el Gobierno o de creyentes musulmanes que no participaban en las
oraciones de la tarde (actitud que en época de Gadafi se consideraba como muestra de
extremismo). Sin embargo, hay que mencionar que el Gobierno sigue empleando a grupos
paramilitares, vestidos con uniformes de las fuerzas de seguridad, que ahora pueden realizar
arrestos “oficiales”.
En el año 2012, por iniciativa del Consejo Nacional de Transición, se creó la Oficina del Gran
Muftí. Se trata de un clérigo que tiene la potestad de emitir interpretaciones autorizadas (fatwas)
en cuestiones religiosas. Pero el estatus legal de sus declaraciones no es superior al de las
opiniones emitidas por cualquiera de los distintos clérigos islámicos nombrados por grupos
independientes autorizados. Para los musulmanes, el derecho de familia, que abarca asuntos
como las herencias, el divorcio y el derecho a la propiedad, se administra según la sharía. No se
exige la conversión de la mujer no musulmana que se casa con un musulmán (aunque en la
práctica es frecuente que se vea obligada), pero el varón no musulmán tiene que convertirse al
islam si quiere casarse con una mujer musulmana. El Ministerio de Asuntos Islámicos también se
ocupa de las cuestiones de familia, de los no musulmanes, pero en este caso sigue una
legislación distinta, basada principalmente en los precedentes legales de los países vecinos.
Respecto a la libertad de expresión, las normas impuestas por las nuevas autoridades parecen ser
menos estrictas que las de la época de Gadafi, tal y como indica el informe de Freedom House
sobre libertad en internet3. Sin embargo, al parecer, numerosos periodistas y blogueros, que
muestran mayores deseos que en el pasado de utilizar su nombre real en la web, siguen
recelosos de abordar temas religiosos directamente, no tanto por miedo al Estado, cuanto porque
les preocupa la reacción de los grupos paramilitares extremistas del país.
Reporteros sin Fronteras informó4 de que, en marzo de 2013, Mansur Ati, editor del diario
independiente Ajbar Aydabiya, con sede en la ciudad de Aydabiya, en la zona oriental del país,
tuvo que disculparse oficialmente ante el Ministerio de Asuntos Islámicos por publicar un poema
que el ministerio consideró “apóstata”. Acabó viéndose obligado a dimitir tras recibir amenazas de
personas, que se cree que pertenecen al grupo paramilitar Ansar al Sharía, cuyos milicianos
destruyeron las oficinas de la editorial del periódico unos días después. El 25 de agosto de 2013,
Nabil Shebani, director del canal de televisión Al Asema, fue interrogado durante varias horas por
3 http://www.refworld.org/docid/52663ae414.html
4 http://en.rsf.org/libya-growing-threats-to-safety-of-libya-26-04-2013,44443.html
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el Comité Supremo de Seguridad del Ministerio del Interior en relación con la cobertura dada por
Al Asema a la destrucción de mezquitas y tumbas sufíes en Trípoli5. Quedó en libertad sin cargos.
Debido a algunos carteles utilizados durante la campaña electoral de 2012, dos miembros
dirigentes del Partido Nacional Libio fueron acusados de blasfemia. Ali Tekbali, responsable de la
campaña electoral, y Fathi Sager, secretario general del partido, pueden ser condenados a pena
de muerte. Entre los delitos que se les imputan destacan “incitar a la división” e “insultar a la
religión”, cargos que según las leyes libias pueden suponer el castigo de pena capital. La redada
realizada por las fuerzas de seguridad, que teóricamente responden ante el Ministerio del Interior,
se produjo cuatro meses después de las elecciones, Human Rights Watch ha calificado la
legislación al respecto como “arma para acabar con la libertad de expresión”6.
Se han producido numerosos ataques contra la comunidad cristiana. Entre los más graves
destaca el perpetrado contra la iglesia ortodoxa copta de Misrata el 29 de diciembre de 2012, que
constituyó el primer ataque dirigido específicamente contra un lugar de culto cristiano desde la
revolución de 2011. En el exterior de la iglesia explotó una bomba que provocó la muerte de dos
personas y heridas a otras tres. Los funcionarios del Gobierno condenaron el ataque y
prometieron que se investigarían los hechos. Sin embargo, la identidad y los motivos de los
agresores aún siguen sin conocerse y no se ha producido ningún arresto en relación con el
suceso.
En febrero de 2013, arrestaron a cuatro extranjeros (sueco-americano, surafricano, egipcio y
surcoreano) bajo sospecha de ser misioneros cristianos dedicados a editar y distribuir libros
cristianos. Según las leyes de la época de Gadafi, que aún no se han abrogado7, este cargo de
proselitismo, que ellos han negado en rotundo, teóricamente podría implicar la pena de muerte.
Este grupo de personas fue arrestado por la supuesta Seguridad Preventiva, en realidad un grupo
paramilitar que, en principio, responde ante el Ministerio de Defensa. En declaraciones al
periódico británico The Guardian, el Rvdo. Vaishar Baikaran, ministro de la Iglesia anglicana de
Trípoli, explicó que las principales Iglesias cristianas del país han evitado este tipo de problemas
desde siempre gracias al acuerdo tácito de no hacer proselitismo ni distribuir literatura religiosa.
En abril, el Libya Herald confirmó la liberación de uno de los cuatro8. Un día antes, en un suceso
independiente, también se dejó en libertad sin cargos a cuatro egipcios coptos que llevaban en
prisión aproximadamente un mes por acusaciones similares. Fueron repatriados a cambio de la
extradición de dos antiguos funcionarios de la época de Gadafi presos en Egipto9.
A finales del mismo mes de febrero, se produjo un nuevo ataque contra una iglesia copta
ortodoxa, esta vez en Bengasi. En esta ocasión, dos sacerdotes coptos sufrieron la agresión, tal y
como confirmaron las autoridades a través de su agencia oficial de noticias, LANA. Los hechos se
produjeron poco después del arresto de 48 egipcios coptos acusados de proselitismo. Eran
vendedores del mercado local a los que habían denunciado por poseer biblias, folletos cristianos y
fotografías del anterior Papa, Shenuda III. La detención se basó en que realizaban “actividades
sospechosas”. Posteriormente fueron expulsados de Libia a pesar de que se habían retirado los
cargos, salvo el de “entrada ilegal” en el país10. De regreso en Egipto, dos de los detenidos
relataron a Associated Press cómo los habían torturado y cómo habían visto torturar a otros
cristianos coptos durante el tiempo que pasaron en la cárcel. También culparon de su arresto al
grupo paramilitar Escudo de Libia, uno de más poderosos de Bengasi, al mando de un exrebelde
islamista, Wasam Bin Hemad. Los pistoleros habían identificado a los cristianos como tales,
cuando les obligaron a enseñarles las muñecas, donde los coptos llevan cruces tatuadas11.
5 http://www.amnesty.org/en/region/libya/report-2013
6 http://www.hrw.org/news/2013/06/20/libya-blasphemy-charges-over-election-posters-0
7 http://www.theguardian.com/world/2013/feb/17/libya-arrests-suspected-foreign-missionaries
8 http://www.libyaherald.com/2013/04/12/another-christian-released/#axzz2lhV5VKA5
9 http://www.libyaherald.com/2013/04/11/egyptian-christians-released/#axzz2lhV5VKA5
10 http://www.lefigaro.fr/flash-actu/2013/03/01/97001-20130301FILWWW00453-50-chretiens-arretes-a-benghazi.php
11 http://www.usatoday.com/story/news/world/2013/03/15/coptic-christians-tortured-libya/1991753/
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El 14 de marzo de 2013, la iglesia ortodoxa rusa de Bengasi volvió a ser atacada12; esta vez, los
agresores prendieron fuego al edificio, después de obligar a los fieles a abandonarlo. Durante las
celebraciones de la Pascua se habían tomado medidas de seguridad para proteger las iglesias
cristianas y a sus fieles; por ejemplo, habían colocado policías en el exterior de la catedral de
Trípoli. La comunidad anglicana, por su parte, decidió no realizar la tradicional Procesión de las
Palmas por las calles de la ciudad13. En otro acto de intimidación, el párroco de la iglesia católica
de San Francisco de Dahra, en Trípoli, sufrió el ataque de un hombre que abrió fuego contra él
con un kalashnikov.
A mediados de marzo se produjeron varios ataques en la ciudad de Bengasi. Uno de ellos se
cobró unas 15 víctimas y al parecer fue obra de grupos yihadistas; otro (según el testimonio del
arzobispo Martinelli, vicario apostólico en Trípoli) tenía como objetivo la iglesia de la Inmaculada
Concepción en Derna (Cirenaica). Colocaron una bomba cerca de la entrada de la iglesia. Mons.
Vincent Landel, arzobispo de Rabat y presidente de la Conferencia Episcopal regional del Norte
de África, denunció que, en vez de tomar medidas para hacer frente a estos actos de violencia y al
clima de inseguridad, “las autoridades han pedido a las comunidades religiosas que abandonen el
país”14. En la práctica, en la zona oriental del país (Cirenaica), entre 2012 y 2013 muchas
congregaciones religiosas se han visto obligadas a abandonar sus conventos, alguna de ellas
después de casi un siglo ininterrumpido de presencia en el lugar, como señaló Mons. Martinelli15.
Pero los fundamentalistas islámicos no solo han tenido como objetivo de sus agresiones y
hostigamientos a las comunidades cristianas. En 2013, igual que en 2012, muchos lugares
sagrados de los musulmanes sufíes fueron atacados hasta en dos ocasiones. El 29 de marzo,
unos extremistas arremetieron contra uno de los símbolos más importantes de esta rama del
islam, el mausoleo de Sidi Mohamed Landulsi, en Tayura, barrio situado a las afueras de Trípoli.
Los fundamentalistas islámicos lanzaron bombas contra esta tumba, declarada monumento
nacional, acto condenado por el presidente del Consejo de Trípoli como “contrario al islam”16.
Entre febrero y mayo de 2013, el santuario sufí de Hamid Hudairi, en Sebha, también fue atacado
en dos ocasiones. Durante el segundo ataque, un cohete causó graves desperfectos en la
estructura17.
Además, varios grupos islámicos divergentes han sufrido violentos ataques y/o arrestos por
“proselitismo”. En diciembre de 2012 cinco pakistaníes de la comunidad musulmana ahmadí
fueron arrestados en un barrio de Trípoli. En la misma operación también se buscaba a un
ciudadano libio. Al parecer una tercera persona fue arrestada por haberse convertido. El 15 de
enero de 2013 un predicador musulmán, el jeque Kakri Husein Yahani, fue asesinado con una
granada en las afueras de la mezquita de Misrata. Considerado por casi todos como un “salafí
moderado”, Yahani había condenado en sus sermones a los “falsos salafíes” y su práctica de
calificar como “infieles” a otros musulmanes18.
En conclusión, la libertad religiosa, teóricamente garantizada por la Constitución, aunque frente a
una religión musulmana de Estado, se muestra en la práctica como un derecho enormemente
limitado. Una preocupación importante es la prohibición del proselitismo y las duras penas que se
aplican. La libertad para asistir a los servicios religiosos y otras manifestaciones públicas de fe ha
quedado gravemente comprometida. La libertad de expresión también ha quedado afectada, en
parte por la autocensura de muchos comentaristas.
12 http://www.fides.org/it/news/41197-AFRICA_LIBIA_Data_alle_fiamme_la_chiesa_copta_di_Bengasi#.UpcOduLe6EY
13 http://www.terrasanta.net/tsx/articolo.jsp?wi_number=5004&wi_codseq=%20%20%20%20%20%20&language=it
14 http://www.asianews.it/notizie-it/Libia-in-balia-di-islamisti-e-criminali.-Il-governo-chiede-alla-Chiesa-di-lasciare-il-Paese-29290.html
15 http://www.fides.org/it/news/40906-
AFRICA_LIBIA_Due_comunita_religiose_costrette_ad_abbandonare_la_Cirenaica_Mons_Martinelli_Nei_prossimi_giorni_si_prevedono
_momenti_difficili#.UpPPfuLe6EY
16 http://www.asianews.it/notizie-it/Tripoli,-estremisti-islamici-distruggono-un-mausoleo-sufi-del-XV-secolo-27528.html
17 Report by the Asylum Research Consultancy, available at: http://www.refworld.org/docid/51de77c24.html
18 Sesión informativa de la Oficina Federal alemana de Migración y Refugiados, disponible ent:
http://www.refworld.org/docid/51408db22.html
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En general, el estado de libertad religiosa en Libia ha empeorado a lo largo del período estudiado.
Se ha producido un incremento del número de ataques a lugares de culto, especialmente
cristianos. Esto se debe a la actuación de varios grupos paramilitares, muchos de ellos
compuestos por milicianos islamistas radicales, que ejercen de facto el control sobre gran parte
del país. Es una situación ante la que el Gobierno ha manifestado su falta de capacidad o, según
otras fuentes, de voluntad, para intervenir protegiendo a las minorías religiosas.
La violencia generalizada en todo el país (y, sobre todo, la invitación de las autoridades a los
grupos religiosos a que abandonen el país) supone que la aplastante mayoría de los cristianos, en
especial los extranjeros, se enfrentan a un alto riesgo de sufrir violencia. Otra tendencia
generalizada son los violentos ataques contra los musulmanes sufíes, sus mezquitas y sus
santuarios.
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https://www.ain-es.org/

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