Beato Juan Soreth, religioso presbítero
fecha: 25 de julio
fecha en el calendario anterior: 30 de julio
n.: 1394 - †: 1471 - país: Francia
canonización: Conf. Culto: Pío IX 28 abr 1866
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
fecha en el calendario anterior: 30 de julio
n.: 1394 - †: 1471 - país: Francia
canonización: Conf. Culto: Pío IX 28 abr 1866
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En Angers, en Francia, beato Juan
Soreth, presbítero de la Orden de Carmelitas, en la que introdujo una
observancia más estrecha y amplió con conventos para monjas.
refieren a este santo: Beata Francisca
de Amboise

Juan Soreth nació en Normandía hacia el
año 1405. A los dieciséis años, tomó el hábito de los carmelitas. Después de su
ordenación, fue a estudiar a la Universidad de París, donde obtuvo el grado de
doctor, en 1438. Dos años después, fue nombrado provincial de su orden en
Francia. Durante su provincialato, tuvo que intervenir en una disputa que
surgió entre los frailes mendicantes y la Universidad de París, así como en un
cisma entre los carmelitas de la provincia de Alemania inferior. En ambos casos
tuvo éxito, por lo que fue elegido unánimemente superior general de la orden,
en 1451. Se le confirmó el generalato en 1456, 1462 y 1468 y siempre desempeñó
sus arduas obligaciones con celo infatigable. La Orden del Carmelo, como tantas
otras órdenes mendicantes, necesitaba urgentemente una reforma, debido en parte
a los estragos que habían producido la «peste negra» y el cisma de Occidente.
La decadencia del fervor de los frailes se manifestaba sobre todo en la falta
de pobreza personal, en la dispensa del coro y de la mesa común, concedida a
quienes estaban dedicados a la enseñanza y, en toda una serie de «privilegios»
o dispensas de la observancia de una regla que los frailes habían abrazado
voluntariamente para gloria de Dios y bien de sus almas.
El beato Juan fue un precursor de santa
Teresa. Aunque no se puede decir que haya sido el primero en intentar la
reforma, tuvo el mérito de no poner en peligro la unidad de la orden con su
actividad reformadora. Los reformadores religiosos y todos los otros,
encuentran oposición aun por parte de los hombres de buena voluntad. El P.
Soreth estableció en todas las provincias que visitó uno o dos conventos de
estricta observancia de las constituciones y permitió que todos los frailes que
lo desearan pudiesen trasladarse a dichos conventos. Para ayuda de sus súbditos
publicó, además, una edición revisada de las constituciones, en 1462. También
fundó varios conventos de religiosas carmelitas. Emprendió esa actividad en
1452, cuando varias comunidades de «beguinas» de los Países Bajos pidieron la
anexión a la Orden del Carmelo. El beato Juan les impuso la regla masculina, a
la que añadió únicamente algunas disposiciones relativas al sexo y estado de
las religiosas. El primero de tales conventos fue el de Gueldre, en Holanda, al
que siguieron los de Lieja, Dinant, Huy, Namur, Vilvorde y otros más. A fines
del siglo, el movimiento se había extendido a Italia y España, donde más tarde
había de alcanzar el zenit de su gloria.
Los esfuerzos del beato Juan en la reforma
de los conventos masculinos sólo obtuvieron un éxito parcial. A pesar de ello,
el papa Calixto III, reconociendo la santidad y habilidades del beato, trató de
hacerle obispo y cardenal. Pero el P. Soreth no había predicado a otros la
humildad a expensas de la propia; la Santa Sede aceptó su negativa y le
permitió continuar su tarea. En el desempeño de su cargo, el beato viajó por
Alemania, Inglaterra, Italia, Sicilia y el resto de Europa. Generalmente iba
acompañado de un fraile y de un mulero. Su rostro estaba tan tostado y curtido,
que las gentes le llamaban «el negro» y aun «el diablo». El P. Juan iba todos
los años a Lieja, que estaba entonces muy lejos de ser una ciudad tranquila y
apacible, y se interesaba mucho por los asuntos de la ciudad. Cuando Carlos el
Temerario saqueó a Lieja, en 1468, el beato, a riesgo de su vida, sacó el
Santísimo Sacramento de una iglesia para evitar que las tropas lo profanasen.
Un benedictino de aquella época escribió: «Era un hombre muy versado en las
ciencias sagradas y en la filosofía profana. Pero la mayor de sus cualidades
era su espíritu religioso y su bondad, que hicieron de él la gloria de su orden
y el más ilustre de los reformadores del Carmelo. Como lo mostraban su ejemplo
y sus palabras, había alcanzado ese estado de despego total de las vanidades
del mundo, al que sólo llegan las almas escogidas. Era un modelo de observancia
regular y de virtudes cristianas».
Aunque ya existían antes de él algunas
cofradías locales, la institución de la tercera orden del Carmelo se debe
fundamentalmente al beato Juan. En 1455, publicó en Lieja una especie de regla
para los terciarios; aunque con muchas adiciones, dichas normas siguen siendo
todavía la base de la regla de los terciarios carmelitas calzados. El beato
murió en Angers, el 25 de julio de 1471. Se ha dicho que fue envenenado por un
fraile que se oponía a la reforma; pero tal acusación es falsa. El P. Juan
Soreth, consumido por el trabajo y los viajes, falleció a causa del cólera que
contrajo al comer fresas poco maduras. Desde su muerte, el pueblo cristiano
comenzó a venerarle. El proceso de beatificación de la beata Francisca
de Amboise renovó, en 1863, la memoria del P. Soreth, y la
Santa Sede confirmó su culto en 1865.
Muchos de los principales documentos
relativos al P. Soreth se hallan reunidos en Monumenta Historica Carmelitana de
Zimmerman (1907) ; véanse particularmente las pp. 410-411. También hay un
esbozo biográfico del beato en la obra del P. Daniel, Speculum Carmelitarum,
reproducido en Analecta Ordinis Carmelitarum, vol. XI, pp. 24 ss., con algunas
notas importantes. Cf. Francis, Les plus vieux textes du Carmel, donde se halla
el original de la regla de los terciarios, pp. 236-243. Decreto de confirmación
de culto en ASS 01 (1865-1866) pág. 654)
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
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que siempre se corrige y adapta. Por favor, al citar esta hagiografía,
referirla con el nombre del sitio (El Testigo Fiel) y el siguiente enlace: http://www.eltestigofiel.org/lectura/santoral.php?idu=2551
can.: culto local
país: Alemania - †: s. VI/VII
país: Alemania - †: s. VI/VII
En Tréveris también,
santos Beato y Banto, presbíteros, que llevaron vida eremítica en tiempo de san
Magnerico.
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