jueves, 17 de agosto de 2017

Santos del día 17 de agosto

Santos del día 17 de agosto
Sextodecimo Kalendas septembris
En Cizico, en el Helesponto, san Mirón, presbítero y mártir, que, según una tradición, durante el imperio de Decio, y bajo el prefecto Antípatro, fue decapitado tras sufrir numerosos tormentos.
En Cesarea de Capadocia, san Mamante o Mameto, mártir, que, siendo pastor de condición muy humilde, vivió solitario en los bosques con la máxima frugalidad y, por haber proclamado su fe en Cristo, consumó el martirio bajo el emperador Aureliano.
En la región de Sicilia, muerte de san Eusebio, papa, valeroso testigo de Cristo, que fue deportado por el emperador Majencio a esta isla, donde dejó la patria terrena para merecer la celestial; trasladado su cuerpo a Roma, fue enterrado en el cementerio de Calixto.
En Frisia, san Ierón, presbítero y mártir, de quien se cuenta que recibió la muerte a manos de algunos paganos normandos.
En Tesalónica, de Macedonia, muerte de san Elias el Joven, que fue monje según las reglas de los Padres Orientales, y después de haber sufrido mucho por parte de los sarracenos a causa de la fe, con una fortaleza de ánimo invencible llevó una vida rigurosa de oración y austeridad, tanto en Calabria como en Sicilia.
En Arcaria, cerca de Milazzo, en Sicilia, san Nicolás Politi, eremita, que llevó una vida de extrema austeridad en una cueva.
En Colle di Val d'Elsa, cerca de Siena, en la Toscana, beato Alberto, presbítero, que ofreció al pueblo un insigne ejemplo de virtud.
En Montefalco, de la Umbría, santa Clara de la Cruz, virgen de la Orden de Ermitaños de San Agustín, que rigió el monasterio de Santa Cruz y expresó extremo amor por la pasión de Cristo.
En Toledo, ciudad de España, santa Beatriz de Silva Meneses, virgen, que fue dama noble en la corte de la reina Isabel, pero después, prefiriendo una vida de mayor perfección, se retiró a las religiosas de la Orden de Santo Domingo durante muchos años y finalmente fundó una nueva institución con el título de Orden de la Concepción de la Bienaventurada Virgen María.
En Nagasaki, en Japón, santos mártires Jacobo Kyuhei Gorobioye Tomonaga, presbítero de la Orden de Predicadores, y Miguel Kurobioye, que en tiempo del emperador Tokugawa Yemitsu fueron condenados a muerte por su fe en Cristo.
En la localidad de Saumur, cerca de Angers, en Francia, santa Juana Delanoue, virgen, que, confiada totalmente en la ayuda de la divina Providencia, acogió primeramente en su casa a huérfanas, ancianas y mujeres enfermas y de mala vida, y después fundó con algunas compañeras compañeras, el Instituto de Hermanas de Santa Ana y de la Providencia.
En el mar frente a Rochefort, en Francia, beato Natal Hilario Le Conte, mártir, que, clérigo de la catedral de Bourges y encargado de la música, durante la persecución desencadenada por quienes odiaban la religión fue confinado en una nave, donde murió, por Cristo, consumido por la enfermedad.
En Rimouski, Québec, en Canada, beata María Elisabeth Turgeon, virgen, fundadora de la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora del Santo Rosario.
En Castellfullit de la Roca, cerca de Girona, en España, beato Enrique Canadell, presbítero de la Orden de Clérigos Regulares de las Escuelas Pías y mártir, que sufrió la muerte a manos de quienes odiaban la Iglesia.

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