Santa Efigenia la Etíope, carmelita.
Pregunta: La presente es para ver que
información me pueden enviar sobra Santa Efigenia, santa oriunda de
Etiopía. Venezuela.
Respuesta: Vamos a ello, aunque he decirte que todo lo que leerás aquí es legendario y no hay por donde cogerlo. Es una mezcla de leyendas autóctonas, tradición carmelitana y cultos etíopes, posiblemente pre-cristianos:
Respuesta: Vamos a ello, aunque he decirte que todo lo que leerás aquí es legendario y no hay por donde cogerlo. Es una mezcla de leyendas autóctonas, tradición carmelitana y cultos etíopes, posiblemente pre-cristianos:
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Catedral de Tuy.
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Santa Efigenia de Etiopía, princesa, virgen carmelita. 21 de
septiembre.
Efigenia era hija de Egippus y Eufenisa, reyes de Etiopía, a principios del siglo I, habría que decir. Tenía Efigenia un hermano mayor, llamado Efronio. A los ocho años de la Ascensión del Señor llegó San Mateo (21 de septiembre) a la tierra de los nubios, o sea, Etiopía. Allí buscó a aquel eunuco etíope bautizado por el diácono San Felipe (6 de junio, 11 y 14 de octubre; 1 de mayo, Iglesia Griega; 27 de octubre, Iglesia Etíope), que ya había regresado a su tierra y esperaba apóstoles de Cristo. Este eunuco introdujo en la corte a Mateo y sus "coadjutores", que eran carmelitas discípulos de Cristo y los Apóstoles. Mateo predicó, derrotó a los magos paganos Arfaxad y Zoroes, expulsó demonios y convirtió a las gentes. Enterado el rey, tomó partido neutral, permitió la predicación del cristianismo, pero continuó prefiriendo la religión anterior, o sea, no se convirtió del todo. Sin embargo, Efigenia sí que abrazó rotundamente el cristianismo, y buscó la manera de hacerle venir al palacio para que instruyera a su padre. Como no lo lograba, enfermó de tristeza.
Sucedió que Arfaxad y Zoroes, temiendo perder su influencia, convocaron a los demonios y entraron a la ciudad dos dragones terribles que asolaron tierras y cultivos. Los magos, como los dominaban, los devolvieron al desierto de donde salieron, por lo que el agradecido rey los introdujo con grandes honores en la ciudad. Aprovechados de esto, dijeron que habría grandes calamidades si Mateo y sus ayudantes no se iban del reino y, luego, que la princesa Efigenia fuese sacrificada a los dioses. Comunicó la noticia el rey a Efigenia con gran tristeza, pero convencido de la necesidad del crimen. Esta le respondió que aceptaba, pero que le diese unos días para prepararse, con lo cual quería ganar tiempo para instruirse, bautizarse y ser mártir por Cristo, si así tenía que ser.
Consintió su padre en dejar que entrara Mateo al palacio, y al encontrarse este con Efigenia, comenzó a instruirla en la fe y, finalmente, le reveló que aunque su aceptación del martirio era grata a Dios, este disponía otra cosa para su gloria, confusión de los magos y conversión del reino. Quiso bautizarse Efigenia, pero Mateo le pidió que esperase un tiempo, para que fuera de más gloria a Dios. Y llegó el día del sacrificio. Se hizo un hoguera, se puso a Efigenia en medio, pero por más que se intentaba encender el fuego, este no se encendía. Finalmente, invocando al demonio, lograron los magos encenderlo, pero entonces, Efigenia gritó el nombre de Jesús y bajó un ángel del cielo que, desatándola, la llevó por los aires junto a su madre, dentro del palacio. El rey estaba dispuesto a aceptar la supremacía de la fe cristiana, cuando los magos, en secreto, invocaron a los dos dragones, que aparecieron de nuevo, lo cual hicieron ver que era un castigo de los dioses. Pero no contaban con que apareció San Mateo y pidió al rey intervenir. Así, el santo se enfrentó a los dragones, que ya entraban por la ciudad (hay que ver con que tensión y floritura narra este padre el portento, parece que viéramos una película: Efigenia mira por una ventana, el Eunuco por otra, los niños corren, las mujeres gritan...).
Llegados a la Plaza Mayor (?), se abalanzaron contra el apóstol, pero este hizo la señal de la cruz, y los dragones vinieron mansos a sus pies, y se echaron como corderitos. Las turbas quisieron linchar a los magos, pero Mateo no lo permitió, bajo promesa de ellos de que se convertirían. Y mandó a los dragones que se fuesen y nunca más volvieran. Como así fue. Pero no terminó la cosa ahí. Aún estaba el pueblo festejando, cuando murió el príncipe heredero, Efronio. El rey, aún creyente en los magos, los mandó llamar en secreto, para que revivieran a su hijo, cosa que no sucedió, por lo que mandó a encarcelarlos (aunque escaparon y fueron a Persia donde murieron aplastados por un templo pagano que se les vino encima). Efigenia llamó a Mateo que, revivió al príncipe. Ante esto, el rey se convirtió formalmente, mandó quemar los templos de los ídolos, levantar templos a Jesucristo, y ordenó que todos fueran catequizados y bautizados. Los carmelitas acompañantes de San Mateo pudieron fundar su primer convento en el África. Se levantó una hermosa catedral dedicada a la Resurrección del Señor, en la que Mateo asentó cátedra y enseñaba a la familia real y su corte.
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Iglesia de Santa
Efigenia.
Sao Paulo, Brasil. |
Pasado un tiempo, Efigenia quiso hacer algo más por Dios,
definir lo que este querría de ella y un día, en un éxtasis, Dios le reveló.
"Efigenia, si pretendes saber el conveniente modo de agradarme según mi
divina voluntad, te has de hacer Generalísima de un ejército de vírgenes pobre,
obedientes y castas, que renunciando voluntariamente al siglo, consigan la
fortuna de ser esposas mías". Comunicó a San Mateo esta revelación y
este le explicó lo que significaba la virginidad, la vida monástica y de como
podría servir a Dios así; y que era voluntad de Dios se fundase un monasterio
de religiosas en la ciudad. Consintieron sus padres, que antes pensaban
casarla, y pusieron todos los medios para construir el monasterio. Y mientras
tanto, Efigenia comenzó a buscar a sus compañeras entre las convertidas más
castas y santas. En poco tiempo tuvo 200 compañeras. Llegó el día de la
consagración y San Mateo les dio el hábito marrón, la capa blanca y el velo
negro en la catedral, para, luego de exhortarlas, llevarlas en procesión hasta
el edificio monástico. Y ya aquí nos la hacen carmelita, pues vivirían esta
Regla traída por los compañeros de San Mateo y que en adelante, serían sus
superiores y directores.
Al poco tiempo de entrar al
monasterio murieron sus padres y un tío suyo, pagano, llamado Histarco se
levantó contra el reino y contra Efronio, príncipe heredero. Además de los
desmanes y crímenes, llegó a prender al príncipe y encerrarle en una torre,
para someterle y hacerse con la corona etíope. De nada valían las exhortaciones
y amenazas de San Mateo, por lo que Efigenia, con gran pena decidió abandonar
temporalmente la clausura para plantarle cara al usurpador. Así que luego de
noches de vigilias, oración y penitencias, se fue adonde el tirano y le habló
con palabras tan encendidas que le dejó confundido, arrepentido y le prometió
cesar en sus injusticias y liberar al príncipe, sin pretender reclamarle el
reinado. Pero el demonio le tentó de otra manera y, apareciéndole a Histarco,
le hizo ver que sería ventajoso para él convertir a Efigenia en su mujer, para
tener acceso al poder. Para nada le importaba que fuera una virgen consagrada,
así que comenzó a visitarla para “pedirle consejos”, hasta que se atrevió a
proponerle hacerla su esposa y la gran reina de Nubia (Etiopía), pasando por
encima de Efronio. Efigenia quedó espantada al oír aquello, aunque ya sabía por
revelación que las visitas de su tío no iban por buen camino. Lloró aquel
atrevimiento de su tío, al que tachó de blasfemo por pretender a una virgen
consagrada.
Histarco recurrió a San Mateo,
prometiéndole darle medio reino si convencía a Efigenia, ya que tanto
ascendiente tenía sobre la princesa. San Mateo fingió acceder, y le invitó
fuera a la catedral el siguiente domingo, donde predicaría sobre el matrimonio,
para convencer a Efigenia, a la que invitaría igualmente. Y llegó el domingo, y
San Mateo predicó sobre la grandeza del matrimonio, con satisfacción de
Histarco. Gozo que se transformó en ira cuando san Mateo se giró a él y le
dijo: “habéis oído las excelencias de un sacramento, que se puede solicitar
por medios lícitos, pero no por reverencias y sobornos escandalosos a la ley de
Dios. Decidme, si hubiese un imprudente vasallo que presumiese robar la Esposa
de su monarca y señor, habiéndose celebrándose los desposorios, ¿no haría a su
soberano una grandísima ofensa y no merecería la pena capital por esta osadía?
Esta es la razón por la que estando a Jesucristo, Señor de los monarcas,
consagradas las religiosas no pueden contraer con hombre alguno matrimonio:
porque haría a su señor y creador la mayor de todas las injurias”. Salió
Histarco de la catedral muy airado, y apenas terminaba los oficios el apóstol,
envió un sicario y allí, al pie del altar, le dio un golpe mortal y lo dejó
muerto (o vivo para Cristo), derramando toda su sangre por la Verdad.
Regresó Efigenia al monasterio, donde
Histarco le hizo llegar que si no se casaba con él, le esperaba el mismo fin
que a su maestro, sumándole antes penosos tormentos. Efigenia le mandó
responder que ya podía comenzar a torturarla cuando quisiera, que su voluntad
seguiría siendo la misma. Contrató Histarco a varios nigromantes y paganos,
para que por medio de hechicerías doblegasen la voluntad de Ifligenia. Pero
nada podía con la fe de esta. Así que cansado el malvado mandó prender fuego al
monasterio, pero no contaba con Cristo, que no deja desamparados a sus fieles.
Cercaban las llamas a casi todo el monasterio cuando Efigenia hizo una profunda
oración y de pronto desapareció el fuego, trasladándose al palacio del impío y
abrasando todos sus tesoros. Histarco, que estaba fuera y quedó vivo no pudo
soportar aquello y se clavó un puñal en el pecho y murió desangrado y su sangre
bebida por los perros.
Nueve días duraron los funerales,
para ser enterrada al cabo, en la iglesia del monasterio. Aunque nunca ha sido
canonizada, su nombre fue incluido en el martirologio romano, lo cual es algo.
Su culto en la Orden del Carmen comenzó en Andalucía y Portugal, principalmente
en los conventos de Cádiz, Sevilla y Lisboa. De aquí llevaron los carmelitas de
la Antigua Observancia el culto a América, especialmente a Brasil, donde la presencia
de los esclavos aumentó su devoción, junto a la de San Elesbaam. Eran estos santos etíopes muy queridos para
los pobres esclavos negros . Se le invoca contra los incendios, las llagas, las
heridas incurables.
La leyenda de Santa Franca de Visalta (25 de abril) pone a
Franca apareciéndosele al abad Columba junto a Santa Efigenia
y Santa Cirila (28 de octubre) para revelar el
sitio donde estaban las reliquias de la misma Franca.
Fuente:
-"El Carmelo Ilustrado con favores de la Reina de los ángeles" P. FRANCISCO COLMENERO. Valladolid, 1754.
A 21 de septiembre además se celebra al
Beato José Vila Barri, presbítero HSF y mártir.
San Cuadrato de Atenas, obispo y mártir.
Fuente:
-"El Carmelo Ilustrado con favores de la Reina de los ángeles" P. FRANCISCO COLMENERO. Valladolid, 1754.
A 21 de septiembre además se celebra al
Beato José Vila Barri, presbítero HSF y mártir.
San Cuadrato de Atenas, obispo y mártir.



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