domingo, 24 de septiembre de 2023

Superviviente - Domingo XXV TO Ciclo A (24.09.2023): Mateo 20,1-16 (Compartir y estar a gusto. ¿Y el merecer?) y CINCO MINUTOS de AIRES BÍBLICOS (Semana 44ª (24.09.2023): LAS MULETAS

 

Superviviente

A partir de una edad todos somos ya supervivientes. ¿Qué te parece? A partir de una edad todos somos ya supervivientes. Lo he repetido conscientemente. Y en mis últimas semanas me lo digo con bastante frecuencia. La frase y cuanto uno llega a imaginarse me parecen geniales. Ignoro qué te has imaginado al leerla o al volverla a leer. Creo que tanto a ti como a mí nos debe preocupar un dato de esta frase que, pretendidamente sin duda, su autor deja en el aire para que cada uno de sus lectores lo aterrice, lo encarne, lo acepte... ¡lo ilumine y ponga fecha! A partir de cierta edad... En mi caso, creo y confieso, esa cierta edad ya ha llegado.

Es decir, ¡ya soy un superviviente!, espero que además sea consciente. Por fin, deseo que esta nueva edad dure y dure y dure... y siga siendo también consciente.

Por cierto, más de uno ya habrá caído en la cuenta de que con esta frase comienza su reciente novela 'Vagalume' el narrador leonés Julio Llamazares. Curioso título para caer en la cuenta de la presencia de las luces de la noche.

Mientras vaya de camino por las páginas de esta novela se me irán despertando muchas otras luces en las páginas del Evangelio de Mateo. Y no debo dejar de copiar ahora esto que se me dice en la contraportada de la edición de 'Vagalume': se trata en definitiva de "Un homenaje a todas esas personas que, desde la imaginación, como luciérnagas en la noche, crean vidas mientras los demás dormimos".

Por todo eso me he atrevido a escribir contigo y así esta presentación de los comentarios del Evangelio del domingo, 24 septiembre.

Tal vez también, una vez leídos estos comentarios a alguien le pueda sorprender que una carcajada a tiempo llegue a ser una luz en la noche, una curiosa 'vagalume'.

A continuación se encuentran los dos comentarios.

Carmelo Bueno Heras  

 

Domingo XXV TO Ciclo A (24.09.2023): Mateo 20,1-16. Así lo comento y comparto CONTIGO:

Compartir y estar a gusto. ¿Y el merecer?

El relato de Mateo 19,1-30 nunca se nos lee en la liturgia de la santa misa de los domingos. Año tras año esta preciosa narración del Evangelista se silencia y nada sucede en las diversas instancias eclesiásticas. Al nuevo cardenal y arzobispo de mi diócesis de Madrid le debiera preocupar, me digo, un hecho como el que acabo de señalar. Si estoy equivocado en mi denuncia, que se me condene. Y si tengo razón, que se diga en público por qué razones nunca se nos lee este texto del Evangelio según Mateo.

Ya que acabo de tirar la piedra de la denuncia, añado otro dato para que alguien pueda tener razón si se me condena. Ante los muchos y sabrosos mensajes que se nos ocultan de este capítulo decimonoveno me releeré Mateo 19,16-26El joven rico es el título en negrita que coloca mi traducción de la Biblia de Jerusalén. Creo que nuestra comisión vaticana de la sagrada liturgia no desea que leamos en público esta narración porque dentro de las instituciones de esta RELIGIÓN de Roma hay, sobre todo, multitud de jóvenes ricos, muchos y muy ricos, y no tan jóvenes y más ricos aún… Así que será mejor desconocer tal mensaje evangélico. Quien lo desee, puede apedrearme por hereje, pero antes de lanzarme la primera piedra que se lea un par de veces sin prisas Mateo 19,1-30.

Mateo 20,1-16 es un breve relato sabrosísimo, tanto para la literatura como para la espiritualidad. Además, nos informa de algunos asuntos sociales del tiempo de Jesús. Me he imaginado muchas veces que todo cuanto se dice en esta parábola, que sólo Mateo pone en boca de su Jesús de Nazaret, sucede en la propia ‘puerta de Damasco’ (aunque como tal puerta no existiera aún en esta ciudad de Jerusalén).

Sorprenden mucho, sin duda, las decisiones del ‘empresario’ (propietario) del que nos habla este Jesús del Evangelista Mateo. Muchos tacharán de injusto el comportamiento de tal emprendedor del negocio de la viña. Paga siempre y a todos los operarios el salario diario de ‘un denario’ se trabaje en la jornada el tiempo que sea. No importa el tiempo, importa el hecho de trabajar ‘en la viña’. Y sólo así, o desde esta óptica, se comprende una de esas muchas afirmaciones paradigmáticamente grandilocuentes de este judío laico de la Galilea que es el Jesús de Mateo:

“Los últimos serán primeros y los primeros, últimos” (Mateo 20,16).

La llamada ‘Teología de los méritos’, adquiridos o conquistados, no se casa ni se confunde con el creer o pensar de este provocador Jesús de Nazaret. Su espiritualidad no se apoya en el ‘merecer o en el tener derecho a’, sino en el compartir cuanto se es y cuanto se tiene. Creo que el propio Evangelista Lucas nos habló de esta misma espiritualidad humanizadora de Mateo y de su propietario de la viña cuando nos contó su parábola del padre aquel que tenía dos hijos, el mayor y el más pequeño y pródigo (Lucas 15).

Tengo muy mojadas mis orejas con brillantes reflexiones sobre los méritos de la santidad de los creyentes piadosos, ortodoxos, cumplidores, obedientes… dentro de cualquiera de los mil dogmas religiosos que en el mundo de nuestra casa común han existido, existen y no dejarán de existir. Pero entonces, me preguntará más de uno, ¿qué es eso del reino de los cielos, o del Reino de Dios, o de la VIDA ETERNA…? Y, ¿Qué es eso de pertenecer a ese Reino? Pues eso que leemos sobre el tal empresario de la viña: compartir y estar a gusto. Carmelo Bueno Heras


CINCO MINUTOS de AIRES BÍBLICOS

. Si se puede decir en un artículo de revista, ¿para qué escribir un libro de 200 páginas?

. Si se puede decir en una página, ¿para qué escribir un artículo de revista?

. Si se puede decir en un puñado de versos, ¿para qué escribir una página?

. Este ‘Cinco minutos de aires bíblicos’ es una semilla que confío a la sabiduría de tu saber leer, que es despertar; de tu saber interpretar, que es cuidar; de tu saber compartir, que es saborear. Siempre pretenderé que esta ‘semilla de los cinco minutos’ tenga la ‘denominación de origen’ de su autor.

Semana 44ª (24.09.2023):  LAS MULETAS

Durante siete años no pude dar un paso. Cuando fui al gran médico, y me preguntó: ¿por qué llevas muletas?, yo le dije: Porque estoy tullido.

No es extraño, me dijo, prueba a caminar. Son esos trastos los que te impiden andar. ¡Anda, atrévete, arrástrate a cuatro patas!

Riendo como un monstruo, me quitó mis hermosas muletas, las rompió en mis espaldas y, sin dejar de reír, las arrojó al fuego.

Ahora estoy curado. Ando. Me curó una carcajada. Tan sólo a veces, cuando veo palos, camino algo peor por unas horas.

 

Bertolt Brecht

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