Evangelio del día: El mismo amor que das a
Dios debes también darlo a los demás
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Mateo 5,20-26 - I Viernes de Cuaresma: No es un buen cristiano
el que no se priva de algo necesario, para dar a otro que tenga necesidad
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Evangelio según San Mateo 5,20-26
Primero es la reconciliación:
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Les
aseguro que si su justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos,
ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos. Han oído que se
dijo a los antiguos: No matarás y el que mataré será llevado ante el
tribunal. Pero yo les digo: Todo el que se enoje con su hermano, será llevado
también ante el tribunal; el que insulte a su hermano, será llevado al fuego
del lugar de castigo. Por lo tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el
altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti,
deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y
vuelve luego a presentar tu ofrenda. Arréglate pronto con tu adversario,
mientras vas con él por el camino; no sea que te entregue al juez, el juez al
policía y te metan a la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que
no hayas pagado el último centavo." Palabra del Señor
Reflexión del Papa Francisco
Yo no puedo decir: "Pero no, yo cumplo los tres primeros
mandamientos… y los otros más o menos". No, si tú no haces estos, eso no
puedes hacerlo y si tú haces estos, debes hacer esto.
Están unidos: el
amor a Dios y el amor al prójimo son una unidad y si tú
quieres hacer penitencia, real no formal, debes hacerla ante Dios y también
con tu hermano, con el prójimo.
Se puede tener tanta fe, pero, como dice el Apóstol Santiago,
si no haces obras esa fe está muerta, ¿para qué sirve?.
De este modo, a quien va a Misa todos los domingos y toma la
comunión, se le puede preguntar:
"¿Y cómo es
tu relación con tus empleados? ¿Les pagas en negro? ¿Les pagas el salario
justo? ¿También depositas las contribuciones para la jubilación y para el
seguro sanitario?"
Cuántos, cuántos hombres y mujeres de fe, tienen fe pero
dividen las tablas de la ley:
"Sí, sí yo
hago esto" - "¿Pero tú das la limosna?", "Sí, sí, siempre
envío un cheque a la Iglesia", "Ah, bien, está bien. Pero en tu
Iglesia, en tu casa, con aquellos que dependen de ti, ya sean hijos, o
abuelos, o empleados, ¿eres generoso, eres justo?"..
Tú no puedes hacer ofrendas a la Iglesia sobre los hombros de
la injusticia que haces con tus empleados. Este es un pecado gravísimo: es usar a Dios para
cubrir la injusticia.
No es un buen cristiano el que no se priva de algo necesario,
para dar a otro que tenga necesidad. (Reflexión antes del rezo del
Ángelus, 20 de febrero de 2015)
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viernes, 23 de febrero de 2018
Evangelio del día y Reflexión del Papa Francisco 23022018
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