Beatos Pedro Vicev,
Pablo Dzidzov y Josafat Siskov, presbíteros
y mártires
fecha: 13 de noviembre
†: 1952 - país: Bulgaria
otras formas del nombre: Petâr Kamen Vicev, Josef Pavel Dzidzov o Djidjov, Rober Matej Siskov
canonización: B: Juan Pablo II 26 may 2002
hagiografía: Vaticano
†: 1952 - país: Bulgaria
otras formas del nombre: Petâr Kamen Vicev, Josef Pavel Dzidzov o Djidjov, Rober Matej Siskov
canonización: B: Juan Pablo II 26 may 2002
hagiografía: Vaticano
Elogio: En Sofía, ciudad
de Bulgaria, beatos Pedro (Petâr Kamen) Vicev, Pablo (José Pavel) Dzidzov y
Josafat (Rober Matej) Mateo Siskov, presbíteros de la Congregación de los
Agustininos de la Asunción, que bajo un régimen hostil a Dios, acusados
falsamente y encarcelados por ser cristianos, merecieron recibir por su muerte
el premio prometido a los discípulos de Cristo.
De la
homilía de SS. Juan Pablo II en la beatificación. Puede leerse completa aquí:

Dios,
uno y trino, está presente en su pueblo, la Iglesia. En el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo recibimos el bautismo; en este mismo nombre se
confieren los demás sacramentos. En particular, la misa, "centro de toda
la vida cristiana", está marcada por el recuerdo de las Personas divinas:
del Padre, a quien se dirige la ofrenda; del Hijo, sacerdote y víctima del
sacrificio; y del Espíritu Santo, invocado para que el pan y el vino se
conviertan en el cuerpo y la sangre de Cristo, y para hacer de los
participantes un solo cuerpo y un solo espíritu. La vida del cristiano se
orienta totalmente hacia este misterio. De la correspondencia fiel al amor del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo depende el éxito de nuestro camino en la
tierra.
Tenían
muy presente esta verdad los tres sacerdotes asuncionistas, que hoy he tenido
la alegría de inscribir en el catálogo de los beatos: la causa por la que los
padres Pedro Vitchev, Pablo Djidjov y Josafat Chichkov no dudaron en dar su
vida fue la fe en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, fue su amor a Cristo, Hijo
de Dios encarnado, al que se entregaron sin reservas sirviendo a su Iglesia.
El
padre Josafat Chichkov afirmaba: "Tratemos de hacer del mejor modo posible
todo cuanto esperan de nosotros, para poder santificarnos", y añadía:
"Lo principal es llegar a Dios viviendo para él; todo lo demás es
accesorio". Algunos meses antes del infame proceso que los condenó a
muerte juntamente con el obispo Bossilkov, previendo lo que les esperaba, el
padre Pedro Vitchev escribió a su superior provincial: "Obténganos con la
oración la gracia de ser fieles a Cristo y a la Iglesia en nuestra vida diaria,
para ser dignos de testimoniarlo cuando llegue el momento". Y el padre
Pablo Djidjov decía: "Esperamos nuestro turno: que se haga la voluntad de
Dios".
Pensando
en los tres nuevos beatos, siento el deber de rendir homenaje a la memoria de
los demás confesores de la fe, hijos de la Iglesia ortodoxa que, bajo el mismo
régimen comunista, sufrieron el martirio. Este tributo de fidelidad a Cristo
unió a las dos comunidades eclesiales en Bulgaria hasta el testimonio supremo.
"Esto ha de tener un sentido y una elocuencia ecuménicos. El ecumenismo de
los santos, de los mártires, es tal vez el más convincente. La communio
sanctorum habla con una voz más fuerte que los elementos de división"
(Tertio millennio adveniente, 37).
En
efecto, no puede por menos de ser ya perfecta la comunión que se realiza
"en lo que todos consideramos el vértice de la vida de gracia, la martyría
hasta la muerte" (Ut unum sint, 84). Esta es "la comunión más
auténtica que existe con Cristo, que derrama su sangre y, en este sacrificio,
acerca a quienes un tiempo estaban lejanos (cf. Ef 2, 13)" (ib.).
La
valiente coherencia ante el sufrimiento y el encarcelamiento de los padres
Josafat, Pedro y Pablo fue reconocida por sus ex alumnos -católicos, ortodoxos,
judíos y musulmanes-, por sus feligreses, por sus hermanos religiosos y por sus
compañeros de sufrimiento. Con su dinamismo, su fidelidad al Evangelio y su
servicio desinteresado a la nación, se presentan como modelos para los
cristianos de hoy, especialmente para los jóvenes de Bulgaria que buscan dar un
sentido a su vida y quieren seguir a Cristo en el laicado, en la vida religiosa
o en el sacerdocio.
Unos datos
biográficos:
Petâr Vicev nació en Bulgaria, en la diócesis de Tracia, el 23 de mayo de 1893, de padres ortodoxos. En 1921 fue ordenado sacerdote católico de rito oriental.
Pavel Dzjidzjov nació en Bulgaria, en la diócesis de Plovdiv, el 19 de julio de 1919, en una familia de padres católicos de rito latino. En 1945 fue ordenado sacerdote de rito latino en la misma diócesis.
Matej Siskov nació el 9 de febrero de 1884 en Plovdiv, también de padres católicos. En 1909 fue ordenado sacerdote de rito latino.
Los tres fueron martirizados en 1952, acusados de espionaje a favor del Vaticano. Fueron beatificados en el viaje de SS. Juan Pablo II a Bulgaria el 26 de mayo de 2002.
fuente: Vaticano
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modificación relevante: ant 2012
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