viernes, 1 de mayo de 2015

San José Obrero 01052015

San José Obrero

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  San José  Obrero  
El día 1 de Mayo del año 1955, el Papa Pío XII, instituyó la fiesta de San José Obrero. Una fiesta bien distinta que ha de celebrarse desde el punto de partida del amor a Dios y de ahí pasar a la vigilancia por la responsabilidad de todos y de cada uno al amplísimo y complejo mundo de la relación con el prójimo basada en el amor: desde el trabajador al empresario y del trabajo al capital, pasando por poner de relieve y bien manifiesta la dignidad del trabajo -don de Dios- y del trabajador -imagen de Dios-, los derechos a una vivienda digna, a formar familia, al salario justo para alimentarla y a la asistencia social para atenderla, al ocio y a practicar la religión que su conciencia le dicte; además, se recuerda la responsabilidad de los sindicatos para logro de mejoras sociales de los distintos grupos, habida cuenta de las exigencias del bien de toda la colectividad y se aviva también la responsabilidad política del gobernante.
Todo esto incluye ¡y mucho más! la doctrina social de la Iglesia porque se toca al hombre al que ella debe anunciar el Evangelio y llevarle la Salvación; así mantuvo siempre su voz la Iglesia y quien tenga voluntad y ojos limpios lo puede leer sin tapujos ni retoques en Rerum novarum, Mater et magistra, Populorum progressio, Laborem exercens, Solicitudo rei socialis, entre otros documentos. Dar doctrina, enseñar donde está la justicia y señalar los límites de la moral; recordar la prioridad del hombre sobre el trabajo, el derecho a un puesto en el tajo común, animar a la revisión de comportamientos abusivos y atentatorios contra la dignidad humana... es su cometido para bien de toda la humanidad; y son principios aplicables al campo y a la industria, al comercio y a la universidad, a la labor manual y a la alta investigación científica, es decir, a todo el variadísimo campo donde se desarrolle la actividad humana.
Nada más natural que fuera el titular de la nueva fiesta cristiana José, esposo de María y padre en funciones de Jesús, el trabajador que no lo tuvo nada fácil a pesar de la nobilísima misión recibida de Dios para la Salvación definitiva y completa de todo hombre; es uno más del pueblo, el trabajador nato que entendió de carencias, supo de estréchese en su familia y las llevó con dignidad, sufrió emigración forzada, conoció el cansancio del cuerpo por su esfuerzo, sacó adelante su responsabilidad familiar; es decir, vivió como vive cualquier trabajador y probablemente tuvo dificultades laborales mayores que muchos de ellos; se le conoce en su tiempo como José «el artesano» y a Jesús se le da el nombre descriptivo de «el hijo del artesano». Y, por si fuera poco, los designios de Dios cubrían todo su compromiso.
Fiesta sugiere honra a Dios, descanso y regocijo. Pues, ánimo. Honremos a Dios santificando el trabajo diario con el que nos ganamos el pan, descansemos hoy de la labor y disfrutemos la alegría que conlleva compartir lo nuestro con los demás.







Oremos

Dios nuestro, creador del universo, que has establecido que el hombre coopere con su trabajo al perfeccionamiento de tu obra, haz que, guiados por el ejemplo de San José y ayudados por sus plegarias, realicemos las tareas que nos asignas y alcancemos la recompensa que nos prometes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.







Calendario de  Fiestas Marianas: Nuestra Señora de Reina de Mayo.



San José II

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San José Obrero  
La fiesta de San José, obrero, es una buena ocasión para pensar en nuestra obligación de continuar la obra de la creación y de realizarla bien. Es lo que diríamos la Obra Bien Hecha.   Después de cada día de la creación, dice el autor sagrado que Dios contemplaba lo que había creado y veía que era muy bueno, que era hermoso. El séptimo día Dios descansó y encomendó al hombre la tarea.   Dios creó las cosas llenas de virtualidades, de posibilidades de expansión.
Pero no quiso dejarlas terminadas, para que el hombre las acabase. Dios no tiene envidia del hombre, Prometeo no tuvo que robar el fuego, como dicen algunos que ignoran las Escrituras. Al contrario, Dios creó al hombre a su imagen y semejanza y lo llamó a continuar la creación.   En el texto sagrado dice Dios a los primeros padres: "Someted la tierra y dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre los ganados y sobre todo cuanto vive y se mueve sobre la tierra". Dios se lo entrega todo para su alimento y su servicio.    Luego Dios encarga al hombre que ponga nombre a todas las criaturas, que se interpreta como un modo de tomar dominio sobre ellas.
De este modo Dios pide al hombre colaboración asidua y consciente en la creación.   Hay aquí una aplicación ascética muy clara. El hombre debe dominar las criaturas y no ser dominado por ellas. Siempre que el hombre se somete a las cosas y se hace esclavo de ellas, ya no es el rey de la creación, se aparta del plan de Dios. Pero hay que poner mucha atención.
Dios pide al hombre que domine y someta a las criaturas, pero no a otros hombres.    Todo hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios. Cuando un hombre somete o esclaviza a otro hombre, también se opone al plan de Dios. San José, obrero, nos recuerda, sin distinción, la dignidad de todo el que colabora en la obra de la creación.
"Trabajar con amor es tejer la tela con hilos de vuestro corazón, como si el ser amado fuera a usar esa prenda de vestir. Es arrojar semillas de ternura, y cosechar con alegría, como si el ser amado fuera a comer ese fruto. Es impregnarlo todo de amor" (K. Gibrán).    La fiesta de hoy nos señala a todos a San José, obrero. ¡La Obra Bien Hecha! Realizaría tareas sencillas, pero pondría toda su alma en hacer las cosas bien. No haría cosas extraordinarias, pero lo ordinario lo haría extraordinariamente...

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