domingo, 17 de octubre de 2021

Domingo XXIX TO Ciclo B (17.10.2021): Marcos 10,35-45. Poder es, siempre, servirse del otro y CINCO MINUTOS con la Biblia entre las manos.Domingo 47º: 17.10.2021.- LA CUARTA UNIDAD DIDACTICA DEL REINO (Mt 18,1-35): Criadito, no niñito.

 

PODER ES...

Leyente Paciente, con retraso, pero a tiempo. Y no se trata de una contradicción. Hoy es martes y hace tres días que estas palabras debieron de haber estado en tu pantalla de L.P. Y desde este martes aún le quedan días a esta semana para estar contigo antes del domingo 17 de octubre. Estás a la espera y serenamente confiado. Estoy moderadamente impaciente por llegar a tu puerta y llamar. Vamos llegando así hasta encontrarnos.

Enseguida vas a leer el título que encabeza el comentario del relato del Evangelio que se nos leerá en las celebraciones de este domingo tercero y central del mes de octubre: Poder es, siempre, servirse del otro.

No voy a tratar de sintetizar ninguna teoría sobre la realidad del poder. Sólo deseo caer en la cuenta de que el poder está ahí como lo está el aire. Tú y yo lo respiramos y sobrevivimos o, sencillamente, permanecemos y crecemos. El poder es como el aire. Ambos pueden estar limpios y sanos o, por el contrario, manchados y corrompidos. ¿Acaso no nos lo hemos aprendido con la convivencia de tantos meses con la pandemia del penúltimo virus? Curiosamente, se trata de 'el virus de la corona', que es un nombre de bautismo muy acertado. El virus del poder, es el virus de la corona.

A veces creo que esto es tan solo un juego de palabras. Pero es que las palabras son las herramientas para entendernos cuando nos relacionamos.

Hablo de estas cosas por si nos sirven de algo para comprender un mensaje que hemos recibido de aquel galileo llamado Jesús de Nazaret y de los Evangelistas que nos hablaron de él y de sus decisiones. Quienes caminaban a su lado le pidieron, en algún momento o fuera de la manera que fuera, sentarse a su lado para ejercer el poder, para respirar el poder, para ser virus de poder. Esta realidad es tan humana como la presencia de los seres humanos desde los días del hombre de Atapuerca hasta ahora mismo que ya podemos subir y bajar de la tierra a la luna en cuestión de poquito tiempo.

Y también es cierto que somos tan impotentes que sólo podemos aspirar a que un volcán se apague cuando le venga bien a él y no a todos nosotros que nos quedamos con nuestras manos caídas y paralizadas.

El poder, viene a decirnos aquel judío del siglo primero, es como el aire, está ahí para ayudarnos a crecer y convivir o para arrancarnos y destruirnos.

Lo que importa ahora es volver a leer el relato de María Magdalena en Marcos 10,35-45. Y me alegraré si en algo te ayudó a hacerlo el comentario que sigue a continuación.

 

Domingo XXIX TO Ciclo B (17.10.2021): Marcos 10,35-45. Poder es, siempre, servirse del otro. Me lo escribo CONTIGO,

El texto de Marcos 10,31-34 no se nos lee a las gentes de la asamblea en ninguno de los domingos de este ciclo llamado B y dedicado a proclamar el Evangelio de María Magdalena-Marcos. En el comentario anterior ya dije algo sustancioso a propósito del versículo 10,31.

Los tres versículos de Mc 10,32-34 son el comienzo del relato de la tercera etapa del camino de subida desde Galilea hasta Jerusalén. ¿Quién nos explicará a los oyentes de la Palabra en la celebración dominical la cuestión de las tres etapas de la evangelización de Jesús de Nazaret a quienes desean ‘estar con él y ser cómo él’?

En esta tercera etapa se nos vuelve a enseñar por parte del provocador Evangelizador judío Jesús que en su proyecto no existe un MESÍAS, todopoderoso en la Religión y la Política, como lo deseaban y esperaban las gentes de su pueblo desde la lejana experiencia del gobierno del rey David y de la experiencia más cercana del gobierno de Judas Macabeo.

Esta utopía del todopoderoso liberador mesías se había proclamado de boca en boca y por escrito por aquel profeta y sabio judío llamado DANIEL, como puede leerse con detalle en los capítulos séptimo, octavo y noveno del libro de su mismo nombre, Daniel.

Cito textualmente el inicio del relato de Mc 10,35-45: “Se acercan a Jesús Santiago y Juan, los Zebedeos... Concédenos sentarnos Contigo a tu Derecha y a tu Izquierda... Al oír esto, los otros DIEZ comenzaron a indignarse”. Estos DOCE de Jesús, esta soñada alternativa al viejo Israel de las doce tribus, están cegados por la expectativa de llegar, por fin, a ‘tocar poder”.

Estos son los DOCE, todos los acompañantes y caminantes: ellos, los citados en Mc 3,13-19, y ellas, las citadas en Mc 15,40-41. El Evangelista Mateo añadirá a estos acompañantes de Jesús a la propia madre de los Zebedeos que también ansía tener parte en el poder mesiánico. En cambio, me sorprende el absoluto silencio del Evangelista Lucas sobre este acontecimiento que esperaría leerse en su relato después de su texto en Lc 18,31-34. En el Evangelio de Juan no encontramos ningún dato de este acontecimiento tan preciso de Marcos y de Mateo.

Releo despacio la respuesta de Jesús de Nazaret, tanto en Marcos como en Mateo, y me digo para mis meditaciones que me sigue sorprendiendo la claridad de la denuncia de este hombre de la Galilea judía cuando denuncia la presencia y la práctica del poder. Se trata del poder, tanto político como religioso o económico, socio-cultural-deportivo. Y más.

Ahora que estamos tan sensibilizados con la pandemia del coronavirus, recuerdo haber leído a más de una persona que solía llamarlo ‘el virus de la corona’. Y con esto de ‘la corona’ no se aludía a la imagen del covid.19 que todos reconocemos, sino a la corona de sus majestades, sus realezas, sus excelencias, sus autoridades, sus pódiums, sus empoderamientos, sus encumbramientos. Su poder. Y esta realidad nos viene al género humano desde el nacimiento.

Aquel Jesús de la historia de su tierra hablaba de ‘mirar hacia abajo’ para situarse a la altura de los menos favorecidos para servirlos, que es levantarlos. Esto era ‘el servir’ del que hablaba aquel laico judío. Lo habitual entre nosotros y en nuestra convivencia es tratar de servirnos de los otros en vez de elegir servirlos. O, ¿me equivoco demasiado? Carmelo Bueno Heras.

 

CINCO MINUTOS con la Biblia entre las manos.Domingo 47º: 17.10.2021. Después de comentar los cuatro Evangelios y Hechos ¡completos!...

LA CUARTA UNIDAD DIDACTICA DEL REINO (Mt 18,1-35): Criadito, no niñito.

El cuarto discurso, puesto por Mateo en boca de Jesús, ocupa todo el cap. 18 y está "marcado" en el texto por una expresión inicial y otra final. La expresión final "cuando terminó estas palabras..." (Mt 19,1). Y la inicial "En aquel momento se le acercaron los discípulos..." (Mt 18,1). Esta expresión, que inicia el discurso, está también recogida en Mt 17,24 (los que cobraban el impuesto se acercaron), en Mt 19,3 (Se le acercaron unos fariseos), en 19,13 (le acercaron unos niños), en Mt 19,16 (se le acercó uno). Todos estos "acercamientos" a Jesús están contados entre el segundo y el tercer anuncio de la Pasión (Mt 17,22-23 y Mt 20,17-19).

El evangelista dedica una atención especial al acercamiento de los discípulos (Mt 18,1-35). Éstos se acercan con la preocupación concreta de saber ¿quién es el más grande en el reino de los cielos? O dicho de otro modo, ¿quién es el más grande para Dios? La respuesta de Jesús es un discurso. Mateo estima que la pregunta es importante y desea que quede bien aclarada para que nadie pueda tener dudas en ni ahora ni en el futuro. Escuchemos la respuesta, porque más de uno tendremos, con sonrojo, que guardar mucho silencio...

Primera respuesta de Jesús: El más importante en el Reino, el más importante para Dios, es este criadito, todo el que es como este criadito. Y criadito -no niñito- es (Mateo lo explica con una parábola) aquella oveja perdida a la que el pastor dedica toda su persona y su tiempo... hasta que la encuentra. Y al encontrarla se siente la persona más feliz del mundo. Ya pueden leer bien el texto y verán que no hay ni un solo reproche para esta oveja perdida, ni una penitencia, ni una petición de conversión, ni una admonición, ni un castigo, ¡nada! Sólo hay abrazos, ternura, alegría... ¡es voluntad de vuestro Padre del cielo...! Miren, parece querer decir Mateo, el más importante para Dios (también para la Iglesia, claro) es "el perdido, extraviado, marginado", porque éste va a ser "encontrado" por ese pastor que únicamente (no se preocupa de las demás ovejas) tiene como misión buscar a los perdidos y perdidas. Pregunta: ¿Podremos seguir acercándonos a Jesús y estar encerrados en lo nuestro sin ir en busca de los "extraviados"? No, porque estos extraviados, criaditos, son lo más importante para Dios. Dios está ahí.

La segunda respuesta de Jesús: El más importante en el Reino, el más importante para Dios, es el hermano que siempre perdona, acoge, abraza... al que ofende. Y, para que se entienda, otra parábola. El rey perdonador (Dios hace como el rey perdonador) y el perdonado que se hace como el rey perdonador (el seguidor de Jesús es siempre un perdonador). Este procedimiento, que nos parece tan normal, a Pedro le debió sonar demasiado arriesgado y extraño para su mentalidad: entonces Jesús, ¿cuántas veces es necesario perdonar a lo largo de la vida? ¿Son suficientes siete? Respuesta de Jesús: Siempre. Ah, esta actitud de perdón y misericordia está dicha para todos los "seguidores de Jesús-cristiano". Este servicio de perdonar pertenece a la esencia de todo seguidor, no es ministerio y deber de "unos pocos", que han sido especialmente llamados a ello, o enviados u ordenados. Dios es perdón y se pertenece a Dios en el perdonar siempre. Pregunta: ¿Alguien nos puede impedir o reglamentar este hermoso privilegio recibido de Dios para ser como él y conocerlo en el ministerio del perdón, la acogida, el abrazo y la misericordia con el hermano extraviado?

Y, por fin, si se comprenden bien ambas respuestas, se verá que son una sola. El más importante para Dios es el perdido, porque Dios lo está buscando y lo va a encontrar para que deje de ser perdido y viva con plena alegría. El más importante para Dios es el perdido, porque los hermanos de Jesús lo están buscando y lo van a encontrar para que viva su dignidad de persona. Y esos hermanos de Jesús se llaman iglesia. Pregunta: ¿Es y actúa así la Iglesia? ¿Somos y actuamos así los que nos llamamos cristianos? Carmelo Bueno Heras. Educar hoy 43 (junio.1994).

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