Sínodo, ¿de la Religión o del Evangelio?
Ya estamos en el Sínodo más
peculiar que haya sido gestado en las entrañas del Vaticano Romano. De arriba
abajo y de abajo arriba toda la iglesia se ha puesto en Sínodo. Y me sigo
preguntando si se ha puesto en traje de teatro (hipocrités, se decía en
el griego del dramaturgo Esquilo) o en traje de faena (vocablo
emparentado con el 'faber' latino o el 'tecton' griego). Postureo o realidad.
Tenemos tiempo, desde ahora
hasta octubre del 2023. Es decir, parece haberse perimetrado (tasado,
canonizado, medido) el espacio del trabajo de los interesados. Y para mí me he
formulado una vez más esta pregunta: ¿Qué pasos se deben dar en las
esferas mentales eclesiásticas para que los ordenados en sacerdocio compartan
con cualquier bautizado los dos compromisos, consagraciones o poderes que sólo
se les adjudica a ellos como elegidos in sacris? Traducido en lenguaje más
directo: ¿Qué hay que hacer para que el poder de consagrar (pan y vino) y el
poder de perdonar (todo pecado) puedan ejercerlos todos los bautizados, sean
ellos o ellas? En el reciente documento papal sobre La querida Amazonía
(número 88, con su nota 129 incluida) se sigue manteniendo la afirmación de la
exclusividad de consagrar y de perdonar para el sacerdocio, del varón y célibe.
Mientras esto siga en pie, la iglesia no será sinodal (es decir, horizontal y
humana), sino sacerdotal (vertical y mítico-divina). Ya es hora de abandonar la
concepción de que Jesús de Nazaret pensaba en un sacerdocio ministerial
exclusivo para varones y célibes. Esto es tan erróneo como decir que el fuego
hiela. También es tiempo de abandonar el sofisma mentiroso de que en estos
asuntos hay que caminar despacio, que hay que ir paso a paso y sin
precipitaciones. Falso, se lleva caminando veinte siglos en dirección contraria
y así, ya es imposible divisar la línea de partida. Estas son las razones con
las que se sigue enterrando al Evangelio.
Hablo de esto en esta
presentación de los comentarios del Evangelio por dos razones.
Una, desde el pasado día 7 de
octubre desde Francisco, el papa argentino, hasta el último bautizado estamos
convocados a caminar codo con codo. Y la segunda razón, la proclamación del
mensaje de Jesús -según Marcos o su mano narradora María Magdalena- en el
domingo 31 de octubre: Sólo hay un mandamiento en la religión única y verdadera
que es la humanidad, según aquel galileo de Nazaret, después del aire que todos
respiramos y nos mantiene vivos, lo más importante es querer a la persona.
A continuación se
encuentran los comentarios del Evangelio y la Biblia del 31 de octubre.
Domingo
XXXI TO Ciclo B (31.10.2021): Marcos 12,28-34. El primer mandamiento es
querer a la persona. Lo escribo
CONTIGO,
Nos quedan cuatro domingos para poner fin al año
de la Iglesia y con él a la lectura del Evangelio de Marcos en este Ciclo B. En
este preciso momento deseo reiterar mi denuncia sobre la selección de los
textos evangélicos para las celebraciones de la eucaristía. El domingo pasado
se nos proclamó el relato de Marcos 10,46-52. Y para este domingo del 31
de octubre se nos propone leer Marcos 12,28-34.
Y, ¿cuándo se
nos va a leer a las gentes de la Asamblea, ¿sinodal?, el relato de Marcos 11,1
hasta 12,27? Nunca. Ni se ha leído, ni se leerá.
Para ser exactos, sólo se nos lee Marcos 11,1-10
el domingo de Ramos en el rito de la procesión con la que se inicia la
celebración. Jamás comprenderé estas decisiones de quienes tienen la
responsabilidad de la liturgia. Me convenzo de que a esta iglesia nuestra no le
importa el Evangelio, sino la práctica de la Religión.
Los capítulos undécimo y duodécimo, ¡completos!,
son importantísimos para la comprensión del mensaje de este Evangelio de
Marcos-María Magdalena. La narración de la entrada de Jesús con los suyos en
Jerusalén, en el Templo y su larga estancia ahí iluminan la tarea
evangelizadora de este judío de Nazaret en las tierras de Galilea y, sobre
todo, iluminan todo el proceso del juicio, la condena y la ejecución de este
hombre en la cruz y su sepultamiento.
Dicho lo anterior una vez más, concentro las
meditaciones en el relato de Mc 12,28-34. Copio el comienzo del texto que se
nos proclamará en la Eucaristía: “En
aquel tiempo, un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Qué mandamiento es
el primero de todos?”.
Mi curiosidad me lleva a constatar que en el
original leo esto mismo, pero así: “Un escriba que había oído la
discusión y había observado lo bien que les había respondido se acercó [a
Jesús] y le preguntó: ¿cuál es el primero de todos los mandamientos?”.
Con la nada inocente habilidad manipuladora se le
ha suprimido el contexto al texto que se nos va a leer. Aquel maestro de la Ley
o escriba estaba en el Templo donde se encontraba Jesús, según nos cuenta la
mano narradora de este Evangelio de Marcos desde 11,27. Unos tras otros, los
Sumos Sacerdotes, los Ancianos, los Maestros de la Ley, algunos fariseos,
algunos herodianos y unos saduceos se fueron acercando a Jesús de Nazaret para
interrogarlo, pillarlo en alguna contradicción, acusarlo y poder condenarlo.
La autoridad del Templo, en nombre del dios Yavé
en quien se cree, se siente en la responsabilidad de ‘investigar el pensar y el
hacer’ de un laico galileo que se atrevió a compartir abiertamente su fe en la
Casa del Dios en quien también creía.
Este es el contexto en el que hay que situar el
relato de Mc 12,28-34. Los escribas o también considerados y llamados Maestros
de la Ley, Doctores y Catedráticos, Comisión de la Doctrina de la fe,
Dicasterio de la Religión Ortodoxa o Verdadera, Antecesores de la posterior Inquisición
Católica y Vaticana, que vienen a ser los mismos perros de siempre con
distintos collares, se autoconfirman como los Guardianes de la divinidad y han
decidido ya condenar a Jesús (ver Mc 3,1-6). ¿Cuál es el primer mandamiento
para Jesús? Querer a la persona, como dirá después Lucas 10,25-37 o
también Juan 13,35. Tan sencillo, evangélico y revolucionario por
anti-religioso. Carmelo Bueno Heras.
CINCO MINUTOS
con la Biblia entre las manos.Domingo
49º: 31.10.2021. Después de comentar los cuatro Evangelios y Hechos
¡completos!...
LA INTERPRETACIÓN DE LA BIBLIA EN LA IGLESIA. 2
1. Los Cinco
minutos anteriores comentaban dos citas del "sabroso" documento La
interpretación de la Biblia en la Iglesia. Deseo citar algún otro texto más
para "irle viendo" las distintas caras a este documento.
2. "Para
comunicarse, la Palabra de Dios se enraíza en la vida de grupos humanos (cf Sir
24,12), y se abre camino a través de condicionamientos psicológicos de las
diversas personas que han compuesto los escritos bíblicos. Las ciencias
humanas, por tanto, en particular la sociología, la antropología y la
psicología, pueden contribuir a una mejor comprensión de algunos aspectos de
los textos..." (págs 54-55). La primera lectura de estas expresiones
puede dejarnos "inocentes", pero leída con detenimiento, las
consecuencias pueden ser imprevisibles. Una, la Palabra de Dios no cae en un
vacío, se enraíza, se encarna, se hace pueblo, historia, mundo, carne,
persona... Y, por ello, para conocer su mensaje habrá que situarse en el
contexto de su encarnación. Toda una tarea de arqueólogos bíblicos, nada fácil
de realizar. Otra, esta Palabra se encarna en los condicionamientos
psicológicos de los diversos autores. ¿Habrá que hacer un trabajo de disección
paciente en la persona de estos "viejísimos" autores para discernir
"lo personal" de "lo encarnado-palabra"? ¿Tendremos que ser
grafólogos del texto escrito para rastrear lo que es "personal
humano" de lo que es "mensaje divino"? El trabajo del biblista
se sigue complicando. Otra, las ciencias humanas... pueden contribuir...
Afirmaciones que a viejos biblistas de la época tridentina de la tradición
católica les sonaría a herejía. Antes, la Biblia sólo permitida a los
"especialistas", ahora, la Palabra de Dios se sienta también en el
diván de diagnóstico o se somete a los parámetros de la sociología... ¡Un
cambiazo! Otra, para tantos estudiosos de las ciencias humanas en paro aquí se
les brinda un buen trabajo y, además, al mejor servidor, a la Palabra de Dios.
Ya hay más de uno que así lo ha entendido. Vamos, que ahora la Biblia es quien
ofrece trabajo... ¿Insólito?
3. "La
interpretación de un texto depende siempre de la mentalidad y de las
preocupaciones de sus lectores. Estos conceden una atención privilegiada a
ciertos aspectos, y sin siquiera pensar en ello, descuidan otros. Es, pues,
inevitable que los exégetas adopten en sus trabajos puntos de vista
nuevos..." (pág. 61) Otra cita, en apariencia inocente, pero con
profundo calado y demasiadas consecuencias. Por ejemplo, a nadie le será
desconocido el asunto de la Teología de la Liberación. Uno de los pilares de
esta manera de hacer teología (por teólogos y por el pueblo) radica en lo
expresado en la cita anterior. ¿Leerán el texto y entenderán el mensaje de la
misma manera el explotador, que se dice católico, y el explotado que sólo
aspira a sobrevivir? Pues eso... Las gafas y el color condicionan la
comprensión. Por eso, habrá que estar muy atentos a los comentaristas bíblicos
y a los predicadores que hablan en nombre de la Palabra de Dios y a los
catequistas que la anuncian... ¿al calor de toda seguridad o desde el clamor de
los enmudecidos?
4. Pero hay más en los
entresijos de esta cita. Por un momento pensemos que quien lee el texto y lo
interpreta es una mujer. Lo normal, hasta hace bien poco y entre nosotros, es
que fuera un hombre quien interpretara. En este punto dice el documento: "...Numerosas
aportaciones positivas provienen de la exégesis feminista. Las mujeres han
tomado así un parte activa en la investigación exegética. Han logrado, con
frecuencia, mejor que los hombres, percibir la presencia, la significación y el
papel de la mujer en la Biblia, en la historia de los orígenes cristianos y en
la Iglesia... La sensibilidad femenina lleva a entrever y corregir ciertas
interpretaciones corrientes tendenciosas, que intentaban justificar la
dominación del varón sobre la mujer..." (págs. 65-66). Más alto se
podrá decir, pero más claro no. Para muchas personas estas afirmaciones son un
"nuevo mundo".
5. Hemos empleado diez
minutos en la presentación del documento. Para el año que comienza, una buena
tarea sería la de dejarnos "empapar" bien por este documento y con la
Biblia al lado, para caer en la tentación de tocar y dejarse tocar por ella. Carmelo
Bueno Heras, Educar hoy 46 (febrero.1995).
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