Díade
Lo acabo de escribir y me ha
quedado todo juntito. Error editor. Con tilde incluída. Error tipográfico. Pero
vuelto a leerlo, decido dejarlo tal cual y como título de esta presentación que
espero te llegue bien, y no como la del domingo anterior que se quedó para
muchos en el tintero. Recuerdo que esa presentación de los comentarios del día
3 de octubre se titulaba, precisamente, TRES. Si te quedaste sin esa
presentación y te gustaría leerla, envíame un mensaje y trataré de
hacértela llegar enseguida.
Y me adentro ya en esto
que deseo escribir a propósito del DÍADE.
Lo escribo y lo leo de
nuevo y me suena a un acrónimo empresarial de la farmacopea o de las
estrategias educativas de no sé qué colectivo pastoral. O, tal vez, nada de
nada.
DÍADE es tan natural como estas siete realidades que nos sonarán
inmediatamente:
1. Día de la Paz
2. Día del Agua
3. Día de la lucha contra el
Cáncer
4. Día del Cine
5. Día del Circo
6. Día del Libro
y 7. Día del Teatro.
El díade, también el díade estas siete parejas de bienaventurados felices como
san Pacomio y santa Pacomia, santa Clotilde y san Clotildo, san Lupicinio y
santa Lupicinia, santa Telesfora y san Telesforo, san Tarsicio y santa
Tarsicia, santa Ignacia y san Ignacio... Y hasta completar así los 365 días del
año.
El díade es también
el de las SIETE identidades determinativas de la Santísima Virgen:
1. El díade la Virgen de los
Mares
2. El díade la Virgen de las
Leches
3. El díade la Virgen de los
Dolores
4. El díade la Virgen de las
Viñas
5. El díade la Virgen de
las Mercedes
6. El díade la Virgen de
los Amores
y 7. El día de la Virgen...
¡de mi Pueblo!
El díade... Y no escribo más
ocurrencias de mi calenturienta memoria imaginativa. Pero tú que lees, imaginas
otras tantas sugerencias empapadas de fe popular, espiritualidad pastoral,
maternidad sacerdotal, hermandad compartida o religiosidad mística... Que no,
no escribo más porque pensaba en estas cosas tan 'sui generis' de uno mismo
mientras me leía el texto del Evangelio de Marcos donde se constata la presentación
de una pregunta que 'alguien' plantea a Jesús de Nazaret en 'algún' sitio
y con 'alguna' intención que no está nada clara. La pregunta era ésta:
¿Qué he de hacer para heredar
vida eterna?
Y la respuesta, dice el texto
explícitamente, no sé si del propio Jesús de Nazaret, del propio Evangelista,
de la propia Evangelista, o tal vez del mismísimo Dios, porque dicen que
esto es su Palabra... A lo que iba. La respuesta no puede ser más
acertadamente utópica o pretendidamente esperpéntica...: La respuesta está en
el 'caballerete don dinero'. Deja de lado todo dinero. Abandona la porca
miseria del DINERO DIOS. Abandona, regala, comparte, presta sin esperar,
dilapida, derrocha, olvida... el poderoso caballero de don Francisco de
Quevedo. Casi nunca me había parado a pensar en tales actitudes y decisiones,
pero eso es lo que está escrito en este y otros relatos evangélicos. Así lo
dejo ya.
Y, ¿qué tiene esto que ver
con lo del inicio de la presentación que quedó titulado y explicado
como el 'díade'? Pues bien clarito, la cuestión de 'la vida eterna' no es
otra que 'la cuestión del dinero'. El dinero de cada día. Cada día es el día
deldinero, o ¿Acaso no es así? Ahora sí que lo dejo, porque este terreno
es pantanoso hasta el ahogamiento emponzoñador.
A continuación se
encuentran los comentarios de los relatos bíblicos del domingo 10 de
octubre.
Domingo XXVIII TO Ciclo B
(10.10.2021): Marcos 10,17-30. Ésta
es la vida eterna. Y está aquí. Me lo
escribo CONTIGO,
El relato del Evangelio de este domingo (Mc
10,17-30) comienza de esta manera: “Se ponía [Jesús de Nazaret] ya en
camino cuando uno corrió a su encuentro y arrodillado ante él le preguntó”
(Mc 10,17). Según el contexto literario, este Jesús del Evangelio de Marcos se
encontraba ‘en el otro lado del Jordán, en la Transjordania’ (Mc 10,1). Y no se
nos deben olvidar dos pequeñeces: una, que este Jesús está en camino en
dirección de y con destino Jerusalén, y dos, este Jesús va enseñando las
novedades de su buena noticia a quienes desean oír, escuchar, meditar,
discernir... sus propuestas.
El
relato de la mano narradora de María Magdalena-Marcos 10,17-30 pone fin a la
segunda etapa de este ‘singularísimo camino’. La tercera etapa comenzará en
Marcos 10,32: “Iban de camino subiendo a Jerusalén”. Pero de este nuevo
relato hablaré la próxima semana. Deseo constatar que nadie nos va a proclamar
el versículo 10,31 de este Evangelio ni en este domingo día 10 de octubre ni en
el siguiente. Tiene alguna importancia este silencio. Pregunten en el Vaticano,
Dicasterio del Culto Divino, apartado Sagrada Liturgia.
Para
el gobierno de mis neuronas me guardo la literalidad de este 10,31 por ser el
broche final de la segunda etapa de ‘el camino del estar con y del ser como
Jesús de Nazaret’: “Muchos primeros serán últimos y los últimos serán
primeros”. ¿Cuántas veces fue apareciendo en las dos etapas de este camino
el asunto de ser el primero, el mayor, el escogido, el mesías, el ungido, la
autoridad, el que manda...? Una, dos... Constantemente.
Ya
es tiempo de que nos leamos y comentemos Marcos 10,17-30. El asunto de
esta evangelización empieza con la presencia de ‘uno’, nos dice Marcos y
también Mateo (19,16). El Evangelista Lucas, ¿mejor informado o, tal vez, más
interesado?, se atrevió a decirnos que quien se acerca a Jesús en esta
situación es ‘uno de los principales’ (Lc 18,18). Sólo el relato de María
Magdalena-Marcos precisa que este ‘uno’ se arrodilla ante Jesús. Estos
minuciosos pormenores propios de cada Evangelista nos ayudan a precisar qué
imagen guardaba cada uno de aquel judío y laico de la Galilea que era Jesús de
Nazaret.
“Maestro
bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?” (Mc 10,17).
Dejo
que la pregunta ocupe todo el párrafo. Esta es la cuestión central, ¿puedo
decir que única?, de este final de la segunda etapa del camino por donde
discurre el acompañamiento ‘a y de’ Jesús de Nazaret. La pregunta la leemos en
los tres Evangelios sinópticos y en Lucas en dos ocasiones (Lc 10,25 y 18,18).
Probablemente, esta misma pregunta esté en el contexto del relato de Juan 3, en
aquel encuentro nocturno del magistrado Nicodemo y el laico Jesús galileo.
Creo
que esta cuestión de ‘la herencia de la vida eterna’ se ha paseado por cada uno
de los veintiún siglos de la historia. La vida eterna. ¿Vida eterna?, tituló
uno de sus libros más emblemáticos el nada despreciable teólogo Hans Küng, que
se nos murió el pasado día 6 de abril. ¡Cuánto me gustaría que volviera y
escribiera y nos contara! O, ¿tendré que hacer caso al Dante de la Divina
Comedia que imaginó a su manera su vida eterna? Me sorprende, enormemente, que
en este contexto, en ‘su vida eterna’, las manos narradoras de María
Magdalena-Marcos nos pongan en boca de su Jesús de Nazaret unas citas copiadas
de su Ley judía (a medias del Levítico y del Deuteronomio) que hablan de las
relaciones de las personas ‘aquí’ y, del DINERO (Mc 10,17-23). Sobre todo, del
poderoso caballerete don dinero. ¿Por qué? Carmelo Bueno Heras.
CINCO MINUTOS
con la Biblia entre las manos. Domingo
46º: 10.10.2021. Después de comentar los cuatro Evangelios y Hechos
¡completos!...
SOLUCIONES... ¡RUT!: LA PROPUESTA DE LOS POBRES
Es probable que en los primeros meses del 96 estemos todos
metidos en harinas electorales, en soluciones partidistas, en cambios...
¿Habrá, me pregunto, algún candidato que se atreva a proponer la "solución
del librito de Rut"? Los lectores del número anterior, creo que ninguno de
ellos candidato en listas electorales, están ya familiarizados con la trama de
esta novelita. Propongo ahora una lectura más de este texto bíblico. Nos dejaremos
iluminar por otros textos del AT para comprender en su justo medio esta
solución de Rut, que es una propuesta en toda regla nacida de las entrañas
misericordiosas de los pobres. La propuesta de Rut nace después de otros tres
planes concretos de restauración del país de Israel. Tres planes que han dejado
al margen a los más desfavorecidos, a los que son convocados, como el viejo
señor Cayo de Delibes, sólo para votar. Aunque en la época de Rut, ni eso.
Para comprender la propuesta de Rut hay que acercarse al primer plan de
restauración de Israel a la vuelta del destierro de Babilonia. Este plan lo
realiza Zorobabel según se cuenta en los capítulos 3-6 del libro de Esdras.
Después de una rápida hojeada, el lector se dará cuenta de que este plan sólo
pretendió restaurar el templo de Jerusalén y el culto (fiestas, sacrificios,
sacerdotes, liturgias...). En el libro de Rut nada se dice de todo esto. ¿No
será un silencio intencionado? Para seguir comprendiendo la propuesta de Rut
hay que asimilar el segundo plan de restauración de Israel. Es el plan de
Esdras. Los capítulos 7-10 del libro de Esdras lo cuentan, casi, con todo lujo
de detalles. Los males del pueblo tenían un origen: la presencia de las mujeres
extranjeras casadas con israelitas de pura raza. La solución a los problemas
era clara: "Hemos sido rebeldes a nuestro Dios casándonos con mujeres
extranjeras tomadas de entre las gentes del país. Con todo, aún hay una
esperanza para Israel. Hagamos con nuestro Dios alianza de despedir a todas las
mujeres extranjeras y a los hijos nacidos de ellas..." (Esdras
10,2ss). Leer hoy estos capítulos de Esdras produce más de un escalofrío
socioculturalreligioso. En el libro de Rut sí hay referencias directas a este
plan, pero justamente para afirmar lo contrario. ¿No será porque entre los
pobres la pureza de sangre, raza y religión son asuntos menores cuando lo que
preocupa es la subsistencia de la propia vida?
Para seguir comprendiendo la propuesta de Rut habrá que tener presente el
tercer plan de restauración. El de Nehemías, el plan de una autoridad modélica,
porque aquello que firma es el primero en ponerlo en práctica. Nehemías ha
descubierto el fruto de los planes anteriores: la miseria económica y moral del
pueblo: "Un gran clamor se suscitó entre la gente... nosotros tenemos
que dar en prenda nuestros hijos e hijas para obtener grano con que comer... y
tenemos que empeñar nuestros campos, viñas y tierras... para tener con qué
vivir..." (Nehemías 5,1ss). El problema está bien claro: el país está
dividido en dos, unos pocos ricos y gran abundancia de empobrecidos. ¿Qué
hacer? La solución (¿genial?) de Nehemías es convocar a todos los ricos del
país para invitarlos a la solidaridad. Quien lee el proyecto de Nehemías se
pregunta: ¿Quedó solucionado el problema del reparto de tierras y bienes o el
problema de la fraternidad? ¿O ninguno de los dos? La atenta lectura del
librito de Rut nos descubre que ninguno de los tres proyectos solucionó, en
nombre de Dios, la trágica situación existencial de los pobres. Por eso, la
novela cuenta la historia de unas mujeres, casadas y enviudadas, relacionadas
abiertamente con gentes extranjeras, y sin pan, sin tierra y sin futuro: ¡Que
sigue siendo la situación del pueblo!
¿Qué propuesta se ofrece en Rut? Dejemos que los empobrecidos decidan, hablen y
hagan, busquen y elijan sus defensores, jueces, políticos, esposos y esposas...
¡Los pobres poseen un sexto sentido! ¡El sentido que, en el libro de Rut, es
bendecido por Dios! La graciosa (Noemí) y la amiga extranjera (Rut)
"votaron" a su pariente y defensor (Booz). ¿Los frutos? Una nueva
familia para el Mesías de Belén (la casa del pan de Dios). Carmelo Bueno
Heras, Educar hoy 51 (febrero.1996).
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