sábado, 27 de enero de 2024

Imagino, imaginas, imagina... - Domingo 4º del Tiempo Ordinario B (28.01.2024): Marcos 1,21-28 ( Traduzco ‘inmundo’ por ‘deshumanizado’) y CINCO MINUTOS semanales con el Evangelio de Marcos (Semana 9ª (28.01.2024): Marcos 2,15-17 Estar enfermo es ser un pecador, ¡según la Ley de Yavé dios!

 

Imagino, imaginas, imagina...

Llegamos ya a la última semana del primer mes del nuevo año llamado por aquí y en medio mundo, más o menos, 2024. Todo sigue, aproximadamente igual, llega un amanecer y vemos al sol salir de nuevo o nos lo imaginamos; llega un atardecer y vemos al mismo sol ocultarse tras el horizonte al cual alcanzan nuestros ojos. Es cierto que todo nos parece igual o al menos muy semejante. Y, sin embargo, si nos detenemos a considerar estas menudencias comenzamos a advertir las diferencias tan profundas que nos distancian, nos clasifican, nos separan y, en no pocos casos, nos enfrentan. 

Estas cosas suceden en el ámbito de los seres humanos que se llama TIERRA.

Ignoramos aquello que sucede o no sucede en otros ámbitos no terrenos o terrenales. Somos conscientes de esta ignorancia, pero nos gusta a todos, en la medida de nuestras posibilidades, imaginar. Y así es como los seres humanos nos atrevemos a 'investigar o ver' lo que ya pasó, se fue o sucedió. ¿Quién no ha investigado 'en el o en su' PASADO? Nos atrevemos a imaginar esto y a invertir en ello tiempo, dinero, sapiencia, salud... 

Y también, los seres humanos nos atrevemos a 'investigar o ver' lo que puede llegar a ser, a suceder, a existir... después, más adelante, poco o mucho más tarde. ¿Quién no ha investigado 'en el o en su' FUTURO? ¿No llamamos a estas tareas PROGRESAR? En este progreso y por llegar a conseguirlo nos atrevemos a invertir algo, todo o más de lo que disponemos. Hasta somos capaces de endeudarnos.

Nosotros, los humanos, seres de carne y hueso, entre otras actividades, hemos aprendido el atrevimiento de imaginar a Dios o a nuestros Dioses, sean del género que sean. Los seres humanos hemos aprendido a ser creadores de nuestros seres divinos. Los seres humanos, me digo mientras imagino contigo, somos genios geniales, sabios inteligentes, humanos divinos... Entre el proceso de aprender y el consecuente proceso de enseñar nos pasamos más de la media vida que vivimos y ¿luego? Luego, deambulamos. Vamos y venimos como cada uno sabe y puede y poquito más... Aunque es cierto que nos encontramos con seres humanos que desean, piensan y quieren 'más' e imaginan ser el imposible más estúpidamente absurdo, inmortales.

Para unos y otros -aprendices, docentes, sapientes, mendigos, caminantes, parados... y mortales- alguien se atrevió a escribir la biografía imaginada de otro ser humano, varón, judío, laico, galileo, nazareno, trabajador, creyente y provocador (ocho más uno) llamado Jesús, el de María y José, ambos naturales también de Nazaeret.

Este tal Jesús de Nazaret pasó y es PASADO. Nos sigue acompañando, a nuestra manera, mientras vamos de camino. Es

PRESENTE. Y seguro que mañana, no sé por cuántos milenios más, seguirá presente en esta TIERRA como todos. Es FUTURO. Alguien me lo contará entonces. Probablemente.           

A continuación se encuentran los dos comentarios para el Evangelio del domingo 28 de enero.

Carmelo Bueno Heras

 

Domingo 4º del Tiempo Ordinario B (28.01.2024): Marcos 1,21-28. Respiro, vivo y sigo escribiendo CONTIGO:

Traduzco ‘inmundo’ por ‘deshumanizado’

     En el último domingo del mes de enero podremos escuchar y meditar el relato de Mc 1,21-28. Lo que se cuenta sobre la tarea EVANGELIZADORA de Jesús de Nazaret sucede en Cafarnaúm, un sábado y en su sinagoga: “LLEGAN a Cafarnaúm. Al llegar el sábado ENTRÓ en la sinagoga y se puso a enseñar” (Mc 1,21). Esta tarea es lo primero que hace este judío laico llamado Jesús después de haberse rodeado de sus primeras seguidoras y seguidores (Mc 1,16-20).

     El Evangelista Lucas nos dirá estas mismas cosas, pero contadas de manera muy distinta. Su Jesús de Nazaret escogió aquel sábado para EVANGELIZAR no en Cafarnaúm, sino en su propio poblado de Nazaret. Ambos poblados se encuentran a más de cuarenta kilómetros de distancia, aunque se trate de la misma región de Galilea. Y la enseñanza evangelizadora de aquel único Jesús no es la misma en ambos lugares. Todo se parece, pero todo es tan diferente al mismo tiempo. Qué buen ejercicio es leer en paralelo Lucas 4,16-30 con Marcos 1,21-28.

     Sin embargo, puedo llegar a imaginar, Jesús encontró en ambas sinagogas y en ambos días de sábado la misma presencia de un espíritu que Marcos se atreve a llamar ‘inmundo’. O, como se traduce también, ‘impuro’. O, como me gustaría ver escrito en alguna traducción, ‘inhumano o deshumanizado’. Este es otro interesante punto de vista para la meditación de cada cual.

     Deseo llamar la atención sobre otro pormenor de la gramática de este texto de Marcos, ignoro si fue o no intencionado para su autor: LLegron… entró… Fueron muchos los que llegaron a Cafarnaúm, pero sólo y solo entró Jesús ese sábado en la sinagoga del poblado y ‘enseñaba’ en ella. Me pregunto por los acompañantes de este Jesús, hombres y mujeres porque así hemos sabido que era el grupo de sus primeros seguidores. ¿Dónde se quedaron estas personas seguidoras de Jesús mientras él estuvo en la sinagoga EVANGELIZANDO? ¿Importa algo o nada saber este pormenor? Importa lo que cada lector desee que importe. Creo y así lo comparto.

     ¿Les digo mi opinión? Adelante, y muchas gracias. Ya he recordado que este Evangelista en Mc 16,1-8 nos narra la visita de tres mujeres al sepulcro donde se colocó a su Jesús de Nazaret una vez ya muerto. Y en ese lugar aquellas mujeres recibieron el anuncio de ‘regresar desde Jerusalén hasta Galilea’, porque sería ahí en Galilea donde se encontrarían presente al muerto Jesús resucitado. Creo que en ese regreso a Galilea para ir de lugar en lugar donde ‘recordaban’ paso a paso la presencia del judío laico Jesús llegaron, precisamente de nuevo, un sábado y… ‘mirándose una a la otra, aquellas tres mujeres, esta segunda vez, se atrevieron a entrar en la sinagoga, como había hecho su Jesús y se pusieron a enseñar como lo habían aprendido de él y le volvieron a experimentar vivo y resucitado dentro de ellas mismas y no pudieron callarse esta experiencia que fueron compartiendo con todas aquellas personas que también habían conocido y seguido a Jesús como discípulos suyos e investigaron dónde se había quedado Pedro para contárselo también a él’. En la primera visita a la sinagoga de Cafarnaúm entró Jesús solo. En la segunda visita a esta misma sinagoga entró Jesús resucitado y vivo dentro de cada una de las tres mujeres que lo llevaban ya en el tesoro de sus propios cuerpos. Carmelo Bueno Heras      

 

CINCO MINUTOS semanales

con el Evangelio de Marcos entre las manos para leerlo y meditarlo completo y de forma ordenada, de principio a fin.

Semana 9ª (28.01.2024): Marcos 2,15-17

Estar enfermo es ser un pecador, ¡según la Ley de Yavé dios!

     Empiezo el tercer comentario dedicado a este capítulo segundo del Evangelio de Marcos. Seguimos en ‘la casa’. Concretamente, en este momento, en ‘la casa de Leví’ el recién llamado por Jesús. Ahora nos volveremos a enterar de que este desconcertante Jesús de Nazaret llamó a este recaudador de impuestos por dos razones que pueden ser una y la misma: estar enfermo y ser un pecador: “No necesitan médico los que están fuertes, sino los que están mal. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores” (Marcos 2,17).

     Cuando llego a este texto de Marcos, como en otros muchos más, recuerdo la sabia y atinada reflexión de una mujer apasionada por la Palabra que se llama Dolores Aleixandre y que decía y escribió muy gráficamente que ‘el buen judío es puro de sexo, puro de raza, puro de cuerpo y puro de ley’. Es decir, un varón adulto, hijo de padres judíos y nieto de abuelos judíos, completo y sano de pies a cabeza por dentro y por fuera y, por fin, cumplidor de la ley. Sinceramente, un mirlo blanco que nunca existió (Evangelio de Juan 8,1-11).

     Jesús de Nazaret pareció dejar de lado tanta ‘pureza’ y aprendió a juntarse y compartir la vida con esas gentes a quienes se les llega a catalogar de ‘gentuza’. Cuando uno mira a su alrededor y constata con quiénes se rodea es muy sencillo saberse identificado, más o menos conscientemente, con aquel hombre de Nazaret o con algún aspirante a ‘buen judío’ católico.

     Dice textualmente el relato que eran ‘muchos los publicanos y pecadores… muchos los que seguían a Jesús’. Una más entre este ‘muchos’ es la persona de María Magdalena como se dice en el ya mencionado texto de Marcos 15,40ss. Y con su presencia y su relato nos sorprendemos de la grandiosidad de la casa de Leví que acoge a tantas personas y de tan distintos modos de creer y de vivir. Sabemos, María, ¿qué se comía ahí, en la casa del recaudador? ¿Se respetaron las normativas de la pureza dietética que ordenaba el Levítico?

     Los datos del relato indican claramente que no se obedecieron las normativas de la buena comensalidad judía. Los escribas y fariseos presente no podían soportar sin explicación alguna el compartir comida y mesa con comensales publicanos y pecadores. Para ellos, este hombre desobedecía el mandato de la voluntad explícita del Dios Yavé de Moisés. ¿Quién es este blasfemador? ¿Por qué actúa de forma tan desobediente y tan descaradamente en público?

     ¿Esta desobediencia de la Ley de aquel Moisés del Sinaí de forma tan herética, blasfema y pública era el contenido de las enseñanzas de Jesús de Nazaret en las sinagogas de su Galilea? Mi respuesta a esta pregunta es un sí muy afirmativo. ¿Por qué enseñó esto y así este hombre, laico del pueblo y no sacerdote de ningún Dios?

      ¿Por qué enseñaba Jesús a desobedecer aquellos mandamientos de la llamada voluntad de un Dios como el Yavé de Israel? Por una razón evidente y elemental: aquella divina religión judía de la Ley y el Templo deshumanizaba, paralizaba, empecataba, empobrecía, enfermaba, esclavizaba, violentaba, hería… Aquellas gentes del pueblo tenían hambre de pan, de salud, de libertad, de gratuidad…  y sed de vino, de perdón, de comprensión, de amor…

Carmelo Bueno Heras. En Burgos, 22 de enero de 2017. 

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