miércoles, 5 de noviembre de 2014

Arrepentimiento: una trampa (AUTOLIBERACIÓN INTERIOR) Anthony de Mello


Arrepentimiento: una trampa

En la cárcel real, es el guardián el que tiene la llave. Pero en la cárcel psi­cológica (en la que estamos metidos por nuestra programación), es el prisio­nero el que tiene la llave, pero lo malo es que no se da cuenta. ¡Ay de ti, si ves esto claro, porque irremediablemente vas a salir de tus prisiones psicológi­cas y vas a cambiar para llamar a las cosas, personas y situaciones por su nombre! Entonces ya no hay vuelta atrás. Te va a ser duro, pero más duro es vivir a ciegas, adormilado.

Jesús insiste en la metanoia, en vi­vir la vida bien despiertos, sin perder­se nada. El arrepentimiento es morir de verdad al pasado para instalarse en el presente mirándolo con ojos nuevos. El concepto de arrepentimiento, tal como nos lo explicaron, era como una tram­pa. Si no hubiese arrepentimiento qui­zá no habría pecado, porque mucha gente peca para arrepentirse. Es un jue­go psicológico con nosotros mismos en el que buscamos terminar el juego con el arrepentimiento. Es una forma de desahogarse emocionalmente y recibir aceptación, aprobación, con el perdón. Por eso, metanoia no quiere decir es­tar arrepintiéndose una y otra vez, sino despertar a la verdad.

 

Todo miedo es un impedimento para que el amor surja. Y el miedo no es algo innato, sino aprendido.

 

 

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