viernes, 1 de mayo de 2015

EL VUELO DEL QUETZAL 100 - 105(Final)el vuel (MISIONEROS PARA LA FRONTERA) (Pedro Casaldáliga)

MISIONEROS PARA LA FRONTERA

Compartiendo con mis hermanos "misioneros claretianos" en Centroamérica.

Centroamérica: lugar "oportuno, urgente y eficaz"
He llegado a la conclusión de que Centroamérica es hoy el lugar más importante de América Latina, e incluso creo que del tercer mundo. Me explico, (y hablo en términos cristianos, y en términos globales de liberación), Vean.
América Latina, frente al capitalismo internacional, y frente al socialismo... no hay duda de que es una encrucijada. ¿Qué va a continuar haciendo el capitalismo internacional, el imperio, los imperios, Estados Unidos, hoy, en todo el tercer mundo, en América Latina... ? Y el socialismo, en segundo lugar, ¿qué puede hacer en el tercer mundo, y en América Latina? ¿Cómo puede implantarse? ¿Qué pretende en América Latina? ¿Cómo puede ser vivido en este continente? Es un desafío.
Cuando hablamos de todo esto no podemos caer en la tentación en que muchos caen de hablar sólo de este y oeste. Nosotros hablamos siempre en cruz; norte y sur, este y oeste. Para el cristiano, la única palabra completa es la cruz, también cuando se habla de política y de economía. El mundo está crucificado por el este y por el oeste, pero sobre todo por el norte y por el sur. Cuando no había este y oeste ya había norte y sur. (Serían los imperios babilónicos, el romano... ).
El problema sobre todo es norte y sur: imperio, dominación, dependencia, colonización... Jesús mismo experimentó en su vida no el problema este-oeste, sino el problema norte-sur: el imperio, la dominación, la explotación.
Yo he dicho muchas veces que Palestina era como una Centroamérica, como un paisito de éstos de Centroamérica. Precisamente Palestina es también un corredor. La importancia de pasillo, de canal, que ha tenido Palestina a lo largo de los siglos, que tiene hoy todavía. La importancia de corredor geopolítico que Centroamérica tuvo ya en los tiempos indígenas anteriores al "descubrimiento" y que tiene todavía, secularmente, esta Centroamérica canalizada, cintura de América Latina y puente entre los dos océanos...
Creo que Centroamérica, políticamente, geopolíticamente es ahora el lugar más importante del mundo, el más crucial. Y vean: también eclesiásticamente. Eclesiásticamente América Latina es el continente cristiano. Lo que la Iglesia tenga el coraje de ser aquí, en América Latina, y concretamente en Centroamérica, eso es lo que la Iglesia puede exportar de cara a su futuro, y ya ahora. ("Exportar" en el mejor sentido de la palabra, claro, sin querer colonizar).
¡Cuántos africanos y asiáticos me han dicho o escrito: "dependemos de ustedes", o "estamos pendientes de ustedes"! y también nos lo dicen mucho desde Europa: "continuamos en la fe y en la Iglesia porque ustedes están ahí". (Esto no me alegra, de ningún modo; lo lamento; puede ser falta de eclesialidad por parte de ellos; pero puede ser falta de sensibilidad quizá de Iglesias, jerarquías, pastorales de Europa que no saben responder a las necesidades, a la urgencia, a sectores como la juventud, o a sectores más militantes... y por eso, estos sectores miran al otro lado del océano buscando otras Iglesias que les ayuden con su actitud a mantener la fe y a comprometerse...)
Por todo ello, por todo lo que geopolítico-eclesiásticamente aquí se juega es Centroamérica un lugar tan crucial. Y por eso es un lugar "oportuno, urgente y eficaz", es decir, misionero.

Ser pobre en Centroamérica: optar por el pueblo pobre
Hay muchas maneras de optar por los pobres. Podemos optar por rezar todos los días por los pobres: Podemos optar por dar limosna a los pobres. O por hacernos pobres como los pobres.
La Madre Teresa de Calcuta, por ejemplo, optó, ella y sus monjitas, por vivir como pobres y por ayudar a los pobres. Ahora bien, ella no optó por ayudar a los pobres a transformar las estructuras socio-político-económicas.
Cuando le preguntaron una vez a la Madre Teresa de Calcuta: "¿qué opina usted, viéndose al lado de Dom Hélder Cámara, tan metido él en la política... mientras ustedes parece que la rehuyen...?" Ella contestó: "él tiene su carisma: tiene su misión, que será necesaria...; nosotros tenemos otro carisma, otra opción...". Son opciones distintas. Hay muchas maneras de optar por los pobres.
Sinceramente, a la vez que la respeto, creo que la opción de la Madre Teresa de Calcuta, aún siendo ella muy santa, es incompleta. Creo que es poco crítica. Creo que algunos aspectos y para ciertos sectores de nuestra sociedad -pensemos por ejemplo en nuestra propia América Latina- es incluso poco testimoniante, poco misionera.
Porque los pobres no son simplemente pobres. Son empobrecidos, prohibidos, despojados... "Empobrecidos": sometidos a un proceso de empobrecimiento. Sojuzgados por unas estructuras que los despellejan, que los empobrecen. No son unos mendigos. Ni son pobres "sueltos", Son una "clase" social. O varias clases, en el campo, en la ciudad...
Aquí estaría el secreto de la verdadera pobreza de los religiosos y de los misioneros: el pueblo pobre y la pobreza popular. Para mí esa es la palabra clave: "popular". ¿Qué tipo de pobreza hemos de vivir los religiosos?: una pobreza popular. ¿Qué se entiende por pobre?: la inmensa mayoría. ¿Qué opción?: la opción por el pueblo pobre. Sólo con esa opción, -la misma de Jesús- podremos ser "misioneros" enviados como El a llevar a los pobres la Buena Noticia de la Liberación. Tanto la pobreza religiosa, como la opción por los pobres, para nosotros los misioneros debe ser "popular", "popular", "popular"..,
Y pienso: ante esta opción por los pobres, esta pobreza popular, nosotros, los claretianos, hoy, en Centroamérica... ¿qué hacemos concretamente por esas mayorías oprimidas, por esos negros centroamericanos, por los refugiados, por los que están en la montaña, por tantos mártires vivientes...?
Si nosotros los misioneros no vivimos la opción por los pobres, por esas mayorías, por los pobres empobrecidos (que Puebla nos dirá que tienen nombre y que tienen rostro), si no procuramos vivir popularmente, y si no procuramos hacer una pastoral popular, yo creo que estaríamos negando el evangelio, negando nuestra condición de cristianos, nuestro bautismo, nuestra condición de religiosos, nuestra condición de misioneros.

Centroamérica: misión de frontera
Los misioneros, por ser misioneros, deberíamos ser siempre unos "salidos de madre", salidos de esquema, de estructura, arrancados de..
Con toda aquella ilusión de las misiones, y un poco por el temperamento radical y extremoso que yo tengo, poco a poco me fui haciendo a la idea de que si uno no buscaba algún lugar lejano, distante, "abrahámico" ("deja tu tierra y tu parentela, la casa de tu padre..."), y si uno no se ponía en una coyuntura más o menos heroica, uno acabaría no haciendo nada en la vida. (Eso puede ser estúpido también: puede ser sueño, o exaltación poética, porque podría significar que no se puede vivir en la normalidad... ; pero cada uno tiene su propia historia y la gracia de Dios atiende la naturaleza y los genes de cada uno, porque naturaleza y gracia se casan muy bien... ). Pienso que si nosotros, misioneros, no vivimos ese "salirnos de", ese ir a la frontera, no seremos verdaderamente misioneros.
Si alguien ha de vivir la pastoral de la frontera, ése es el misionero. La "pastoral de la frontera" podría ser una buena traducción de "lo más oportuno, urgente y eficaz". Toda "evangelización" se encuentra con la frontera. La Iglesia siempre debería ser frontera, del evangelio con el mundo. Prácticamente, la Iglesia, por definición, debería ser: la frontera de la evangelización, o si ustedes quieren, la frontera del Reino en el mundo. Toda la Iglesia debería ser fronteriza, en los lugares y en el tiempo. Pero si alguien en la Iglesia está llamado a ser frontera, proa, punta, vértice... ése es -por definición, por vocación- el misionero. Está llamado a la vanguardia de la evangelización, a la frontera de la construcción del Reino. Pienso en estos procesos, en estos pueblos de Centroamérica... la pastoral de la frontera, la pastoral de lo más oportuno, urgente y eficaz...: ¡el campo propio del misionero!
Hay un estudio sobre san Antonio María Claret, de Lebroc, que aunque yo no lo he podido leer, creo que en resumen viene a decir: san Antonio María Claret, en cuanto a los "fenómenos" místicos (subrayando lo de "fenómenos" y estudiándolos desde la sicología de hoy) fue un tanto iluso; en cuanto a la santidad, sin embargo, Claret fue realmente un santo, un gran santo. En lo político fue un reaccionario, como toda la Iglesia de su tiempo; pero en lo social fue un genio, sin duda, un precursor, un grandísimo avanzado.
Ser en aquella época un genio en lo social, trasladado a nuestro tiempo, significaría ser hoy un genio en lo político. En aquella época era imposible que la Iglesia fuera genial en lo político.
En Cuba me decían algunos: no negamos que Claret fuera un santo... pero es que Cuba era colonia, y él vino de España, y fue un arzobispo de la metrópoli, en una colonia, y a favor de la metrópoli, a pesar de su santidad, que nadie niega, y a pesar de aquellos gestos tan atrevidos que tuvo en lo social (su enfrentamiento a los negreros, el establecimiento de las cajas de ahorro y de la granja...).
Ahora bien, lo que él tuvo de genial en lo social, siendo consecuente, siendo él mismo, si viviera hoy, lo tendría ahora en lo político. Hoy, superadas ya muchas dicotomías, y entendiendo que no se puede hablar ya de lo social si no se habla de lo político (en el siglo XIX sí que se podía hacer esa dicotomía), hoy hubiera sido sin duda un gran "santo político", un denodado misionero pionero en los caminos de la santidad política...
Yo digo siempre que el mandamiento nuevo, originalmente fue Jesús quien lo vivió sin dicotomías, a pesar de que es evidente que él, por ser el Verbo "encarnado en su tiempo y en su hora", no podía expresar muy lúcidamente lo político de la época, ni el análisis de la realidad... Vivía en su tiempo y en su época, no en el siglo XX. Pero lo vivió sin dicotomías.
Hoy, nosotros, a la altura de nuestro tiempo, también estamos ya en capacidad de superar muchas dicotomías. Hoy ya tenemos claro -ojalá- que "todo es político, aunque lo político no lo es todo". También para el misionero. También para el claretiano. Quien dice que sí, quien dice que no, quien se abstiene, quien quiere ser neutral... todos están tomando opciones y actitudes políticas. También el misionero.
Nosotros, necesariamente, por ser misioneros y por opción por los pobres, para estar a la altura de los tiempos (en nuestro siglo XX) y del lugar (encarnados en nuestros pueblos empobrecidos, en proceso, y aquí en esta Centroamérica tan geopolíticamente concreta) debemos optar por los procesos de los pobres. Debemos optar por los procesos populares mayoritarios. Debemos optar por aquellos procesos populares mayoritarios que reivindiquen los derechos básicos fundamentales de los pueblos. Y los derechos básicos fundamentales de los pobres son: el derecho a la vida (alimento, salud, educación, tierra, trabajo, techo), el derecho a una vida digna. Con mucha razón dicen en Nicaragua: "paz con dignidad". Debemos optar por los procesos que respondan a los derechos, a las exigencias básicas del pueblo.
Piensen en los procesos históricos de los pueblos de Centroamérica. Pregunto: un misionero, ¿puede dejar de lado las guerrillas de El Salvador? No digo que canonicemos las guerrillas; digo: ¿podemos dejarlas de lado? Un misionero, ¿puede dejar de lado los territorios "liberados" de El Salvador? Un misionero, ¿puede dejar de lado la revolución sandinista?...
Yo estoy plenamente de acuerdo con que los obispos de Nicaragua no sean sandinistas. Ni hace falta que lo sean. Pero si quisieran ignorar o contestar abiertamente la revolución sandinista, a mí me parecería por lo menos sin sentido. Por una razón muy sencilla: porque la revolución sandinista está ahí. Es historia que está ahí. Es realidad que está ahí. Y la revolución sandinista tiene mucho de mayoritario en Nicaragua. ¿Dónde van a hacer pastoral? ¿A qué pueblo van a evangelizar? ¿En qué época están evangelizando? ¿Qué tipo de Iglesia quieren hacer?... Pues que se descuiden, y entre unos y otros van a conseguir que Nicaragua sea o marxista atea o de las sectas.
En Guatemala creo que los misioneros deberían estar en las comunidades de repoblación, en las montañas de refugiados, o acompañando a los refugiados en México.... lo misionero, lo profético, lo más oportuno, urgente y eficaz... Misioneros desinstalados...
En las "áreas liberadas" de El Salvador, donde hay muchísima gente, todos prácticamente cristianos, y católicos... hay prácticamente tres sacerdotes solamente.
En Guatemala, en esas áreas del pueblo que vive en esas montañas, sólo hay un sacerdote. (No estoy hablando de los guerrilleros, que también son cristianos, y que también necesitan los sacramentos la inmensa mayoría de ellos; y no me digan que los guerrilleros no necesitan los sacramentos y si los necesita la "contra", y un obispo celebra misa para la contra en Miami, y ahí nadie se escandaliza; estoy seguro de que si yo celebrase misa para los comandantes reunidos en Managua, se rasgaban los vestidos hasta las estatuas de piedra del Vaticano). Pues como digo, en toda esa Guatemala de la montaña sólo hay un sacerdote heroico que acaba de salir con el estómago estropeado; hubieron de sacarlo urgentísimamente. Afortunadamente hay otro de una gran orden que está ahí, solito.
Ante todo esto me pregunto: ¿podríamos estar los misioneros cómodamente instalados, en buenas casas, en barrios ricos, en parroquias tradicionales y sacramentalistas, en colegios "de prestigio"... lejos del pueblo y de los pobres, lejos de las mayorías oprimidas, de los desplazados, refugiados, perseguidos... lejos de los que sueñan con una Centroamérica nueva, de los que luchan arriesgadamente por el acercamiento del Reino a esta Centroamérica nuestra?
Yo me digo a mí mismo: el futuro de Guatemala, el futuro de El Salvador, el futuro de Centroamérica, no se define en las parroquias tradicionales, en los colegios burgueses... Con eso no quiero decir que debamos abandonar sin más las parroquias tradicionales... (o quizá sí). El futuro se juega en otra parte, en la frontera, en la vanguardia. Por eso, los misioneros debemos estar en la frontera del futuro, en la frontera de la misión, en lo más oportuno, urgente y eficaz.

En EEUU
hay un sacerdote por cada
1000
católicos
En Europa
        "           "            "
1200
      "
En Asia
        "           "            "
2500
      "
En Africa
        "           "            "
3800
      "
En Sudamérica
        "           "            "
6800
      "
En Centroamérica
        "           "            "
7500
      "
Fuente: "Sem Fronteiras" 157(marzo 88)35.





BIBLIOGRAFIA BASICA SOBRE CRISTOLOGIA Y ESPIRITUALIDAD

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J.  I. GONZALEZ FAUS, La Humanidad Nueva, Sal Terrae, Santander.
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P. CASALDÁLIGA - J.M. VIGIL, Espiritualidad de la liberación, ediciones en casi todos los países de América Latina, y disponible en: http://servicioskoinonia.org/pedro
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J. SOBRINO, Liberación con Espíritu, Sal Terrae, Santander 1985.
J. SOBRINO, La oración de Jesús y del cristiano, Desclée, Bilbao 1982; CRT, México 1978; y otras varias editoriales.
SOBRINO-GALILEA-CASTILLO, Oración cristiana y liberación, Desclée 1980.
VARIOS, Praxis de martirio ayer y hoy, Cepla, Bogotá 1977.
Muchos otros, públicamente disponibles, en http://servicioskoinonia.org/biblioteca

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