miércoles, 26 de agosto de 2015

Beata Lorenza Harasymiv - Beata María de Jesús - Beato Joaquín Watanabe Jirozaemon - San Alejandro de Bérgamo 26082015

Beata Lorenza Harasymiv

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Beata Lorenza Harasymiv, virgen y mártir
En el lugar de Kharsk, cerca de Tomsk, en la región rusa de Siberia, beata Lorenza (Leocadia) Harasymiv, virgen de la Congregación de Religiosas de San José, que, oprimida su patria por los perseguidores de la fe, fue conducida a aquel campo de concentración, donde con su muerte gloriosa unió a la pureza de su vida la perseverancia en la fe.
Leocadia Harasymiv nació en Rudnyku, región de Lvov, Ucrania, el 17 de agosto de 1911. Educada cristianamente, ingresó en mayo de 1922 en la congregación de Religiosas de San José, dedicándose tras su profesión a los trabajos religiosos y sociales propios de su familia religiosa. Llegado el régimen comunista, junto con la beata Olimpia Bidá, sustituía en la atención religiosa de los fieles a los sacerdotes desparecidos en los campos de concentración soviéticos. Junto con dicha religiosa fue arrestada en abril de 1950, mientras acompañaban a un fiel difunto al cementerio. Ya estaba enferma de tuberculosis. Fue deportada al campo de concentración de Kharsk. Allí se agravó su enfermedad, siendo asistida por la beata Olimpia de la mejor manera que pudo, pero la falta de atención médica y medicinas la llevó a la muerte en el campo de concentración, el 26 de agosto de 1952. Fue beatificada el 27 de junio de 2001 por el papa Juan Pablo II.
fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003



Beata María de Jesús

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Beata María de Jesús Crucificado (María) Baouardy



En la ciudad de Belén, en Tierra Santa, beata María de Jesús Crucificado (María) Baouardy, virgen de la Orden de las Carmelitas Descalzas, que, colmada de carismas místicos, unió la vida contemplativa con una singular caridad (1878).



Miriam Baouardy nació en Tierra Santa, en el pueblo árabe de Abellin, entre Haifa y Nazaret, el 5 de enero de 1846, casi como un regalo de los Reyes Magos para sus padres, familia católica del rito grecomelquita.

Habían tenido Jorge y María doce hijos y todos murieron de niños. Peregrinan a Belén para pedirle a la Virgen María, a Mariam, que vele por la vida de sus futuros hijos. Y le prometen que si es niña la primera, le pondrán por nombre Mariam. Así fue. Pronto llego Mariam, nuestra Beata.

Mariam, la pequeña árabe, la florecilla árabe, quedo huérfana a los dos años y la adoptó un tío suyo. Tuvo una infancia y juventud muy difíciles. Se trasladó con su tío a Egipto. Le prepara un ventajoso matrimonio. Mariam no acepta, pues ha consagrado a la Virgen su virginidad. Su tío la castiga. Mariam sufre en silencio, pero mantiene firme su propósito.

Su vida sera una odisea. Huye de casa de su tío. Se coloca como criada en una casa de Alejandria, luego en otra de Jerusalén, de Beirut y de Marsella. Tiene un sueño y presiente que la Virgen la va a proteger siempre.

En Marsella es aceptada como postulante en las Hermanas de San José. Son frecuentes en ella los raptos y éxtasis. Recibe las llagas. Estos hechos hacen cundir la inquietud en el convento. La comunidad esta dividida. Mariam no es admitida a la Profesión. Luego lo sentirán.

Es recibida como postulante para lega en el Carmelo de Paul La arabita toma ahora el nombre de Sor María de Jesús Crucificado. Llama la atención su humildad, su candor, su sencillez, su simplicidad, su espíritu de infancia. Y a la vez sufre ataques del demonio y pasa por la noche oscura.

El Carmelo de Pau prepara una fundación en Mangalore, la India. Sor María va como cofundadora. Es un viaje difícil. Tres de las seis carmelitas mueren en el camino. Allí pronunciara Sor María su Profesión Religiosa. Siguen los fenómenos sobrenaturales, lo que le crea problemas.

Sor María se ha convertido, sin buscarlo, en una trotamundos. Ha de volver a Paul En Pau sucede el prodigio. La repudiada en varios conventos, concibe, como divina inspiración, la idea de fundar un Carmelo en Belén. ¡La arabita, "la petit rien", la pura nada, fundadora! La toman a broma en Francia y en el patriarcado de Jerusalén. Pero vencerá. Pio IX lo aprueba. La fundación se realizó el 1875. Sor María volvía a su tierra, a Tierra Santa. 

La leguita sigue imparable. ¡Hay que fundar otro Carmelo en Nazaret! Marcha con un grupo a preparar la construcción el año 1877. El Carmelo de Nazaret no se levantó hasta 1910, treinta y dos años después de la muerte de Sor María, pero ella fue quien sembró la idea, que luego germinó.

Ya madura para el cielo, Sor María murió el 26 de agosto de 1878, a los 32 años de edad. Rhayuqa, otra muchacha árabe, merodeaba por el Santo Sepulcro con ganas de morirse allí. Sor María murió en Belén. Pero si morir es nacer a la vida, es también hermoso morir en Belén.

Sor María, la dulce arabita, fue beatificada por Juan Pablo II el 13 de noviembre de 1983. Mariam, la árabe, y Edith Stein, la judia, derramaran sus bendiciones sobre los pueblos árabes y sobre Israel.




Beato Joaquín Watanabe Jirozaemon

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Beato Joaquín Watanabe Jirozaemon, mártir
En Yatsushiro, hoy Kumamoto, diócesis de Fukuoka, beato Joaquín Watanabe Jirozaemon, mártir, que murió en prisión a causa de los tormentos.
Joaquín pertenece a un grupo de once mártires de Kummamoto (en aquel momento Yatsushiro): seis eran de familias de samurais, muertos en 1603, y los cinco restantes eran sencilla gente del pueblo: tres catequistas, el propio Joaquín, Miguel y Juan, y los respectivos hijos de estos dos, Tomás y Pedro. Los cuatro últimos mueren decapitados el 11 de enero de 1609, y los hemos celebrado en su entrada correspondiente, pero Joaquín muere tres años antes, el 26 de agosto de 1606, en la cárcel, a causa de los tormentos, y por tanto su muerte es también martirial. Fue beatificado, junto con todo el grupo de esta persecución, en 1987.
Presentación realizada por monseñor Juan Esquerda Bifet en L'Osservatore Romano, que puede leerse entera en al biografía del grupo.



San Alejandro  Bérgamo

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San Alejandro de Bérgamo, mártir
fecha: 26 de agosto
fecha en el calendario anterior: 22 de septiembre
†: s. III/IV - país: Italia
canonización: pre-congregación
hagiografía: Santi e Beati
En Bérgamo, en el territorio Transpadano, san Alejandro, mártir.
refieren a este santo: Santos Mauricio, Exuperio, Cándido, Víctor y compañeros de la Legión TebeaSantos Urso y Víctor
San Alejandro, mártir, soldado de la misma legión en Bérgamo en la Francia Cisalpina: habiendo confesado con la mayor constancia el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, fue por ello degollado. Se sitúa el suceso durante la gran persecución de Maximiano, cuando ya la Galia estaba gobernada por Constancio Cloro.
Perteneciente a la legión tebana, murió en un 26 de  agosto, por no querer acceder a la orden del emperador  Maximiano, de sacrificar a los dioses. La villa de Bérgamo  se atribuye la posesión de sus reliquias auténticas. 

Cada persona,  en los planes divinos, viene al mundo para hacer algo  que Dios ha determinado de antemano. Según su adaptación a  los divinos planes, así sus méritos; la gracia necesaria no  le faltará en ningún momento. Pues bien, en esa ordenación  especial de cada uno —y, por tanto, de cada Santo—,  están las diferencias personales que hacen a éste el Santo  de la pobreza, a aquél el de la obediencia; y  a todos, los Santos del amor a Dios y al  prójimo.

Era portaestandarte y oficial  de la legión africana de Tebas, que luchó en Europa.  Aprisionado por motivos que ignoramos —seguramente por su confesión cristiana—,  en Milán, es presentado al emperador, que le obliga a  sacrificar a los dioses. A su negativa, sigue la amenaza  del martirio, y a nuevas negativas, su ejecución.
El emperador dice a Alejandro:

—Si yo  te he hecho comparecer delante de mí, es únicamente para  que sacrifiques a los dioses inmortales, que tú has abandonado.  Sé, en efecto, que has renunciado al culto de los  dioses y que te has hecho cristiano.

Y, haciendo traer el  altar sagrado, cubierto con sus ricos paños propios, añade:

—Aproxímate y  sacrifica a los dioses, si quieres escapar al castigo terrible  reservado a los que los desprecian.

Alejandro le responde:

—Es proponerme un  crimen abominable, ¡oh emperador!; yo bien quiero respetarte y honrarte  como príncipe, pero no adorarte como a un dios.

Maximiano dice

—Si  no sacrificas pronunciaré contra ti sentencia de muerte.

Alejandro responde:

—Esta muerte,  con la que me amenazas, será para mí la vida  en el seno de mi Dios. Porque apenas haya abandonado  este mundo, iré a gozar de la vida verdadera y  de la posesión de este Rey lleno de justicia, que  es mi Creador y el tuyo.

La respuesta parece haber impresionado  a Maximiano, que hace al intrépido confesor de Cristo esta  propuesta:

—No pretendo obligarte a sacrificar por tu propia mano. Asóciate,  al menos, a los sacrificios ofrecidos por los demás, y  serás libre.

Entonces el emperador manda aproximar el altar y preparar  el sacrificio. Pero el prisionero, elevando los ojos a Dios,  exclama:

—¡Si pudiese llevarte al conocimiento del Dios verdadero y arrancar  de tu espíritu los pensamientos vanos! Tus amenazas, ¡oh César!,  son para mí más agradables que las promesas más seductoras,  y los tormentos que tu cólera me tiene reservados me  darán la corona inmortal...

Maximiano se irrita. Manda a sus esbirros  drogarle y obligarle a participar en el sacrificio. Alejandro es  arrastrado por la fuerza, pero una vez delante de aquel  altar, lo derriba de un puntapié. El emperador, exasperado por  tal audacia, ordena que sea ejecutado al momento el cristiano  sacrílego. Antes de ser decapitado, Alejandro, elevando los ojos al  cielo, rezará a Dios diciendo:

—Bendito seais, Creador todopoderoso, que otorgáis  los bienes eternos a aquellos que os sirven dignamente. Bienaventurado  seáis, Dios de la gloria, que anonadándoos tomando la forma  de esclavo, habéis querido, por nosotros, obedecer a vuestro Padre  hasta la muerte, y muerte de Cruz; por la que  después de haber destruido el imperio de la muerte, habéis  subido glorioso al cielo y allí nos habéis preparado un  lugar. Bendito seais, oh indulgente, que dais el arrepentimiento a  aquellos que abandonan el pecado, y que os habéis dignado  conceder una recompensa plena a los obreros de la hora  undécima. ¡Bendito seais, oh Señor, que en vuestra sabiduría habéis  apartado de mí la ignorancia de la impiedad, arrancándome del  culto a los ídolos, y me habéis admitido misericordiosamente en  el culto de los que os veneran!







                                                                                          1 Jn 5, 3-5

En ésto consiste el amor a Dios: en que guardemos sus mandamientos. Y sus mandamientos no son pesados, pues todo el que ha nacido de DIos vence al mundo. Y ésta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe; porque, ¿ quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?  

Oremos



Dios de poder y misericordia, que diste tu fuerza al mártir San Alejandro de Bérgamo para que pudiera resistir el dolor de su martirio, concédenos que quienes celebramos hoy el dia de su victoria, con tu protección, vivamos libres de las acechanzas del enemigo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.










 
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