viernes, 28 de agosto de 2015

Santa Joaquina de Vedruna - Beata Celia Guérin de Martín - Beato Aurelio Ample Alcaide - Beato Alfonso María Mazurek 28082015

Santa Joaquina de Vedruna

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Santa Joaquina de Vedruna, viuda y fundadora
En Barcelona, en España, santa Joaquina de Vedruna, madre de familia, que educó piadosamente a sus nueve hijos y, una vez viuda, fundó el Instituto de Hermanas Carmelitas de la Caridad. Soportó con ánimo tranquilo toda clase de sufrimientos hasta su muerte, que ocurrió por contagio del cólera. En la Iglesia española se conmemora el 22 de mayo.
Natural de Barcelona y educada en un ambiente familiar muy cristiano, se sintió sienpre atraída por Dios.
Casada con un joven de Vic, Teodoro de Mas, se amaron profundamente y se entregaron ilusionados a la tarea de educar a sus nueve hijos. Prematuramente viuda, Joaquina dedicó lo mejor de sí misma a sus hijos y a los enfermos pobres de la ciudad de Vic, decidida entonces a acabar sus días como religiosa, en la pobreza y la oración.

Cuando, ya mayores sus hijos, parecía llegado el momento del retiro a la vida monástica, el Señor le mostró, a través de providenciales circunstancias, el camino hacia una meta nueva: poner en marcha una congregación religiosa «para abrazar las necesidades de los pueblos, ya para cuidar enfermos, ya para la enseñanza de las niñas», como ella misma decía.

Deseosa únicamente de «emprender lo que el Señor quiera», «dispuesta para hacer su voluntad», reunió hermanas e inició con ellas un nuevo modo de vida religiosa al servicio de las clases populares del país. La infancia y la juventud, los marginados y los enfermos encontraron en ella acogida y respuesta a sus necesidades. Murió en Barcelona, víctima del cólera, en el verano de 1854, dejando tras sí numerosas comunidades, que, herederas de su carisma, son hasta hoy las continuadoras de su obra en la Iglesia.

«Madre de nueve hijos -dijo de ella Juan XXIII- se convertirá en madre de innumerables pobres». Él mismo, en 1959, añadía el nombre de Joaquina de Vedruna a la lista de los testigos ejemplares del Señor, los santos.

Las Hermanas Carmelitas de la Caridad Vedruna, fueron fundadas el 26 de febrero de 1826 en la ciudad de Vic, provincia de Barcelona (España), por Santa Joaquina de Vedruna y de Mas. El proyecto iniciado ayer por Joaquina y sus primeras compañeras sigue vivo hoy en nuevas generaciones de mujeres que, «con la luz de Dios en sus pupilas y la compasión de Jesús en sus entrañas», se encarnan en nuevos lugares del mundo para irradiar esperanza y amor sin fronteras. Hoy están en América, Europa, África y Asia.
fuente: Congregación




Beata Celia Guérin de Martín

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Beata Celia Guérin de Martín, madre de familia
En Burdeos, Francia, beata Celia Guérin, esposa de Luis Martin y madre de santa Teresa del Niño Jesús, beatificada conjuntamente con su marido, cuya memoria se celebra el 29 de julio, como ejemplo de matrimonio cristiano.
Aunque, conforme a la práctica habitual del Martirologio, inscribimos a la beata Celia y al beato Luis en sus respectivas fechas de fallecimiento, han sido beatificados como matrimonio, y corresponde que tratemos conjuntamente su hagiografía.
Luis Martín nació en Burdeos el 22 de agosto de 1823. Era el segundo de los cinco hijos del matrimonio Pierre-François Martín, capitán del ejército francés, y Marie Anne Fanny Boureau, cristianos de fe viva. La primera formación de Luis estuvo vinculada a la vida militar y se benefició de las facilidades que tenían los hijos de los militares. Al jubilarse su padre, la familia se trasladó a Alençon (1831) y Luis estudió con los Hermanos de las Escuelas Cristianas de la ciudad. Tanto en la familia como en el colegio recibió una sólida formación religiosa. Terminados los estudios, no se inclinó hacia la vida militar, sino que quiso aprender el oficio de relojero, primero en Bretaña, luego en Rennes, Estrasburgo, en el Gran San Bernardo (Alpes suizos) y por último en París.

A los veintidós años sintió el deseo de consagrarse a Dios en la vida religiosa. Para ello, se dirigió al monasterio del Gran San Bernardo, con intención de ingresar en esta Orden, pero no fue admitido porque no sabía latín. Con gran valor se dedicó a estudiarlo durante más de un año, con clases particulares; pero, finalmente, renunció a ese proyecto. No se sabe mucho de este período: sólo que su madre en una carta le exhortaba a «ser siempre humilde», y que mostró su valentía y sangre fría salvando de morir ahogado al hijo del amigo de su padre, con el que residía.

En Alençon puso una relojería. Sus padres, tras la muerte de los otros hijos, vivieron siempre con él, incluso después de su matrimonio con Celia Guérin. Hábil en su oficio, tenía amigos y conocidos con los que le gustaba pescar y jugar al billar, y era apreciado por sus cualidades poco comunes y por su distinción natural, que explica por qué le presentaron un proyecto de matrimonio con una joven de la alta sociedad, al que se negó. En 1871 vendió el edificio a un sobrino. El amor al silencio y al retiro lo llevó a comprar una pequeña propiedad con una torre y un jardín. Allí instaló una estatua de la Virgen, que le había regalado la señora Beaudouin; trasladada más tarde a Buissonnets, esta imagen fue conocida en todo el mundo como la «Virgen de la Sonrisa».

Celia Guérin nació en Gandelain, departamento de Orne (Normandía), el 23 de diciembre de 1831. Era hija de Isidoro Guérin, un militar que a los 39 años decidió casarse con Louise-Jeanne Macè, dieciséis años más joven que él. De esta unión nacieron también Marie Louise, la primogénita (fue monja visitandina), e Isidore, el más pequeño. Para los padres de Celia la vida había sido dura, lo que repercutía en su manera de ser: eran rudos, autoritarios y exigentes, si bien tenían una fe firme. Celia, inteligente y comunicativa por naturaleza, dice en una de sus cartas que su infancia y juventud fueron tristes «como un sudario». A pesar de ello, cuando su padre, viudo y enfermo, manifestó el deseo de ir a habitar con ella, lo acogió y cuidó con devoción hasta que murió en 1868. Afortunadamente encontró en su hermana Marie Louise un alma gemela y una segunda madre.

Cuando se jubiló su padre, la familia se estableció en Alençon en 1844. La señora Guérin abrió un café y una sala de billar, pero su carácter intransigente no favoreció el desarrollo del negocio. La familia salía adelante con dificultad, gracias a la pensión y a los trabajos de carpintería del padre. En pocos años, la situación financiera se hizo muy precaria y no mejoró hasta que las hijas contribuyeron con su trabajo a cuadrar el balance familiar. Esta situación económica influyó en los estudios de las hijas: Celia entró en el internado de las religiosas de la Adoración perpetua; aprendió los primeros rudimentos del punto de Alençon, un encaje de los más famosos de la época; luego, para perfeccionarse, se inscribió en la "Ecole dentellière". Mientras tanto, la hermana mayor se dedicó al bordado, con su madre. No tenemos documentación de este período, pero Celia conservaba un excelente recuerdo de este tiempo.

Se dedicó a la confección de dicho encaje. Deseó formar parte de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, pero no la admitieron. Pidió luz al Señor para conocer su voluntad y el 8 de diciembre de 1851, después de una novena a la Inmaculada Concepción, se resolvió interiormente dedicarse a hacer punto de Alençon. Con la ayuda de su hermana comenzó esta empresa y ya a partir de 1853 era conocida como fabricante del punto de Alençon. En 1858 la casa para la que trabajaba recibió una medalla de plata por la fabricación de este encaje y Celia una mención de alabanza. Poco después, su hermana entró en el monasterio de la Visitación y tomó el nombre de María Dositea.

Un día, al cruzarse con un joven de noble fisonomía, semblante reservado y dignos modales, se sintió fuertemente impresionada. En poco tiempo los dos jóvenes llegaron a apreciarse y amarse, y el entendimiento fue tan rápido que contrajeron matrimonio el 13 de julio de 1858, tres meses después de su primer encuentro. Llevaron una vida matrimonial ejemplar: misa diaria, oración personal y comunitaria, confesión frecuente, participación en la vida parroquial. De su unión nacieron nueve hijos, cuatro de los cuales murieron prematuramente. Entre las cinco hijas que sobrevivieron, Teresa, la futura santa patrona de las misiones, es una fuente preciosa para comprender la santidad de sus padres: educaban a sus hijas para ser buenas cristianas y ciudadanas honradas. A los 45 años, Celia recibió la noticia de que tenía un tumor en el pecho y pidió a su cuñada que, cuando ella muriera, ayudara a su marido en la educación de los más pequeños: vivió la enfermedad con firme esperanza cristiana hasta la muerte, el 28 de agosto de 1877.

Luis se encontró solo para sacar adelante a su familia: La hija mayor tenía 17 años y la más pequeña, Teresa, cuatro y medio. Se trasladó a Lisieux, donde residía el hermano de Celia; de este modo la tía Celina pudo cuidar de las hijas. Entre 1882 y 1887 Luis acompañó a tres de sus hijas al Carmelo. El sacrificio mayor fue separarse de Teresa, que entró en el Carmelo a los 15 años. Luis tenía una enfermedad que lo fue invalidando hasta llegar a la pérdida de sus facultades mentales. Fue internado en el sanatorio de Caen, y murió el 29 de julio de 1894.

El compromiso eclesial de los esposos Martin recuerda que «la futura evangelización depende, en gran parte, de la iglesia doméstica» (Familiaris consortio, 52), y tiene el sabor de la ternura. Los esposos fueron beatificados por SS Benedicto XVI el 19 de octubre de 2008, en Lisieux (Francia).
fuente: Vaticano




Beato Aurelio Ample Alcaide

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Beato Aurelio Ample Alcaide, presbítero y mártir
Cerca de la localidad de Vinalesa, en la misma región valenciana, beato Aurelio (José) Ample Alcaide, presbítero de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos y mártir, que en la referida persecución dio un fruto de gloria a través de la prueba de su fe.
El beato Aurelio de Vinalesa (José Ample Alcaide) nació en Vinalesa, Valencia, el 3 febrero de 1896. Hizo el noviciado entre los Hermanos Menores en 1912, y fue ordenado sacerdote el 26 de marzo de 1921. Fue maestro de los Clérigos en Orihuela (Alicante). Antes de ser asesinado alentó a sus cohermanos a afrontar la muerte, les dio la absolución y los invitó a proclamar: «¡Viva Cristo Rey!». Fue asesinado en Barranco de Carraixet, Valencia, el 28 de agosto de 1936, y beatificado por SS Juan Pablo II el 11 de marzo de 2001.
fuente: «Franciscanos para cada día» Fr. G. Ferrini O.F.M.




Beato Alfonso María Mazurek

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Beato Alfonso María Mazurek, presbítero y mártir
En la ciudad de Nawojowa Góra, en Polonia, beato Alfonso María Mazurek, presbítero y mártir, que, durante la guerra, por su fe en Cristo recibió la muerte a manos de los invasores de su patria.
José Mazurek nació el 1 de marzo de 1891 en Baranówka, diócesis de Lublín, Polonia. Ingresó el mes de agosto de 1908 en el noviciado de los carmelitas descalzos en Czerna, tomando el nombre de Alfonso María del Espíritu Santo y profesando los votos religiosos el 5 de septiembre de 1909. Realizó la profesión solemne el año 1912. Luego de los estudios eclesiásticos, fue ordenado sacerdote el 16 de julio de 1916 en Viena. Estuvo seguidamente destinado en las casas de Czerna y Cracovia. En 1920 pasó al seminario menor de Wadowice de su Orden, donde estaría diez años, contribuyendo notablemente al desarrollo de la institución. Fue definidor provincial entre 1924 y 1927. En 1930 fue nombrado prior del convento de Czerna y en 1936 ecónomo del mismo convento, volviendo a ser nombrado prior en 1939. Sus dotes de mando y su espiritualidad le hacían ser un magnífico organizador, siempre a la búsqueda del mayor bien de las almas. El 28 de agosto de 1944 las SS lo arrestaron y sacaron de su convento, llevándolo a Nawojona Góra, en las cercanías de Krzeszowi, donde lo fusilaron por su condición de sacerdote. Fue beatificado el 13 de junio de 1999 por el papa Juan Pablo II.
fuente: «Año Cristiano» - AAVV, BAC, 2003


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